★ OS ⟨Stranger⟩ «pedido»

[Disculpen errores de ortografía y gramática ay].












Kristal arribó al país de Corea del Sur por la tarde junto con sus compañeros de intercambio, había llegado allí por ser una de las estudiantes de Psicología más privilegiadas por lo que la mandaron por unos meses allí. Aunque el idioma no prestó ser un problema para ella por más de que no supiese hablar el coreano, con la familia de acogida podía llevarse bien hablando en Inglés básico porque los mayores no tenían mucho conocimiento por lo que en aquella universidad ella aprendía el idioma con la práctica.

-Eso suena bastante ridículo. -habló Kristal mientras dejaba sobre la mesa una pila de cinco libros de Gnoseología en la biblioteca de la universidad. Se sentó en su lugar y miró desde allí a su amigo-¿Para que quieres hacerlo?

-Sabes que en la parte de investigación se hacen mucho este tipo de cosas. -mordió si bolígrafo-Sería divertido hacer una estadística aquí.

-Lucas. -Lucas era un chico que venía de Chile, por lo que rápidamente nos hicimos amigos-Corea es el país que ven a los Psicólogos como cura locos. Una simple Personalidad para ellos es una enfermedad.

-Pero, pero, ¡pero Kristal!

-¡Shh!

-¡No me calle vieja culia'!

Me escondí detrás del libro que parecía enciclopedia para que no me vieran con él o me traería problemas a mi también y probablemente no me dejen entrar a la biblioteca nunca más por culpa de este imbécil que tengo de amigo.

-Kris, por favor.

-Si me tengo que mover mucho no acepto.

-Incluye cárteles y estar patada por horas en el centro de Seúl.

-¿Con este frío? -señalé el gran ventanal donde se veían nubarrones-Ni en pedo.

-¿Si te ayudo para la parte Cuantitativa y Cualitativa?

Azoté el libro contra la mesa.-Hecho.

Él sonrió de manera efusiva y emocionado. Al parecer llevaba preparando esto hace tiempo por si mirada cómplice me decía todo.

Y entonces, un sábado en la tarde cuando no hacía tanto frío fuimos en busca de cartulinas de colores y marcadores para crear los carteles, uno en inglés y otro en coreano que tenían la misma frase: "abraza a tu amigo extranjero" y con esto Lucas iba a registrar un promedio de cuántas personas se acercarían a un extranjero desconocido, su edad, género y quién a quien de los dos se acercan, si a mí o a él. Sería interesante debido a la sociedad cerrada que posee el país debido al pasado que ha tenido Corea.

Fuimos al centro con él arrastrándome como un loco por toda la capital del país hasta llegar al lugar más transitado de Corea para que Lucas cumpla su objetivo conmigo de rehén.

Hacía mucho frío por lo que dejé mi cabello castaño suelto con un mechón frente a mi hombro con un gorrito de lana roja en mi cabeza. De abrigo tenía mi suéter de cuello beige y chaqueta negra de capucha con unos pantalones negros y botas hasta las rodillas de color marrón claro para invierno. Y no podían faltan unos guantes de lana en las manos para no perder los dedos al sostener el cartel que reforzamos con cartón y no se dañara por los movimientos.

Lo que no sabía es que las personas comenzaban a rodearnos en una perfecta esfera, de todas las edades, familias enteras, abuelas, parejas, personas solitarias. Eran muy tímidos al acercarse, principalmente los más pequeños y los adolescentes, mientras que los mayores no querían ni se acercaban, solamente observaban curiosos las escena donde Lucas y yo abrazábamos a todos. Muchos preguntaban nuestra nacionalidad o qué hacíamos en Corea, era divertido conversar unos minutos con ellos hasta que por fin Lucas decidió que sería suficiente por hoy y decidió que lo mejor sería volver otro día e ir a otro lugar como un centro comercial u algo así.

La noche ya había caído y al mismo tiempo la necesidad de Lucas por ir al baño para hacer de sus necesidades pies todo el día parados como imbéciles en medio del centro con unos carteles y encima tomando bebidas-mate en mi caso-te entraban muchas ganas. Para volver a nuestros departamentos donde nos tenían nuestras familias de acogida debíamos cruzar un parque pequeño, del cual Lucas aprovechó o acabaría por hacer detrás de un arbusto.

Me senté en una mesa de piedra mientras dejando los dos carteles sobre aquella mesa mientras sacaba mi celular para ver la hora, no podía usarlo pues los guantes me lo impedían de manera bastante molesta. Debía esperar pacientemente sentada en aquel lugar con el frío que se quería adentrar en mi cuerpo a través de mi ropa invernal.

Suspiré y observé cómo mi respiración se convertía e algo visible de color blanco por el frío. Entonces comencé a similar que estaba fumando con el vapor.

-Dios. Tengo veintiuno años y parezco de cinco. -me quejé a mi misma sin embargo no dejé de jugar. Hasta que logré aburrirme y comencé a mirar a mi alrededor viendo las luces de las farolas del parque iluminando el sendero de piedra con una perfecta luz amarillenta. Me gustaba como se veía de noche si no fuera porque hacía frío.

Mi vista se detuvo en lo que parecía ser un cuerpo apoyando sobre la mesa de piedra con la cabeza escondida entre los brazos sobre aquella mesa. Miré hacia ambos costados y noté que no había nadie allí y aquel chico parecía estar inmóvil, pensaría que incluso está muerto. Me levanté algo dudosa de mi lugar y me acerqué hasta él, ni siquiera notaba mi presencia o no le interesaba.

Con mi dedo toqué dos veces sus hombro derecho y no se movió.-Ahm, oye... -no se movía y eso me preocupaba-Ey, ¿estás durmiendo? -lo moví levemente y él levantó la vista hasta mirarme. Tenía muchas ojeras y se notaba que estaba en mal estado por lo que intuitivamente me senté frente a él y lo observé preocupada-Oh, wow. ¿Te sientes bien?

-¿Quien eres?

-Soy Kristal. -respondí rápidamente-¿Estás bien? ¿Puedo hacer algo por ti?

-No. Gracias. Estoy bien.

Kristal río levemente.-Seria millonaria por oír la misma respuesta cuando es evidente que no lo estás.

-¿Y eso en que te afecta?

-Me afecta en mi ideología. -enarqué una ceja curiosa-¿Qué haces a las nueve de la noche en un parque?

-No entenderías.

-Entenderé si me explicas. De lo contrario no. -sonreí. Y desvié mi mirada a sus manos las cuales estaban en un leve color azul, estaban congeladas. Me quité mis guantes bajo su atenta mirada y los coloque sobre la mesa frente a él-Lo necesitas más que yo.

-No los necesito.

-No claro que no. Pero tus manos piden a gritos que te los coloques. -los arrastré un poco más hacia él-Tómalos.

El chico de cabellos negros me observaba directamente, como si estuviera intentando adivinar qué es lo que pasaba por mi mente o intentando descifrar la siguientes acciones que yo haría. Luego de unos minutos si vista bajó a los guantes y los tomó por lo que yo rápidamente sonreí cuando se los colocó.

-Asi me gusta mucho más.

-¡Kristal, vamos! -volteé a ver a Lucas y le hice un ademán de que me esperara.

-Oye. -hurgué en mi bolsillo y le entregué una tarjeta-Soy estudiante de psicología y creo que podría ayudarte. Pareces tener algún problema del tipo emocional.

Él, algo dudoso lo tomó y ella sonrió mientras se levantaba de su asiento y tomaba los carteles para ponerlos debajo de su brazo.-Espero que me llames. Una persona no debe ahogarse sola.







Y claro que lo hizo.

































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Espero que este pedido haya sido de tu agrado. No me gustó mucho porque lo hice en primera persona y me limita mucho ñsokapal

Pero ya lo hice y lo hecho, hecho esta ññapdls

-Homicidal_Bloody

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