★ OS ⟨Smiling⟩ «pedido»












—Bien. ¿Y te ha dicho que estaría aquí? —le preguntó Kristal a Noah. Observando el lugar donde se encontraban. Era una de las zonas más pobres de Seúl, más específicamente un barrio.

—Sí. Siempre está aquí. —le entregó unas bolsas con un par de cosas dentro, de contenido desconocido para Kristal.—Tú entrégaselo cuando lo veas. Iré a darle esto a los chicos de la esquina.

—¿Cómo has dicho que se llama?

—YoonGi.

El enrulado amigo comenzó a caminar alejándose poco a poco de Kristal.—¡Eh! ¿Cómo sé que es él?

—¡Tiene el cabello rubio y una chaqueta verde! —le respondió.—¡Lo sabrás cuando lo veas!

Kristal suspiró algo nerviosa. El lugar no le daba muy buena espina, no era por juzgar el modo de vida de aquellas indefensas personas. Sino que, el lugar donde se encontraba era ligeramente lúgubre y siniestro. Sentía que, si daba un paso hacia el pequeño callejón a sus espaldas podría ser raptada por un ovni y nadie a su alrededor lo notaría.

Alzó la vista hacia el cielo, notando los grandes nubarrones sobre su cabeza y por ende, sobre toda la ciudad. Muy probablemente lloverá pronto y tal vez dure un par de días. Al menos ese era el aspecto que daba.

A pesar de que eran las 15:24, el clima frío que calaba por tus prendas y congelaba tus huesos. El viento que corría ligeramente por las calles era cada vez menos tolerante estar afuera.

Escuchó un par de azuelas golpear contra el suelo asfaltado, un poco maltratado por el tiempo y lleno de pozos con agua.

Se giró sobre sus talones un poco alterada y divisó un chico con la misma descripción que Noah le había dado. El chico mantuvo su tajante mirada clavada en ella, como intentando quemarla con los ojos. Kristal con un poco de miedo le mantuvo la mirada, un poco paralizada.

Llevaba una playera negra con dos collares colgando de su cuello. La chaqueta verde oliva que Noah me había dicho. Un cabello rubio. Unos pantalones de mezclilla azules con unas zapatillas negras. Tenía un corte muy reciente en la mejilla derecha, y una herida igual de reciente en la comisura de su labio. Podría decirse que había acabado de tener una pelea hace unos minutos.

—Yo... —aclaró su garganta.—¿Eres YoonGi?

—¿Quién pregunta?

—Soy... Soy Kristal. Tal vez conozcas a Noah. —dijo.—Me dijo que te entregara esto.

El chico la observó unos minutos en silencio, examinando sutilmente la mirada de ella. Dudando de la veracidad de sus palabras. Sin embargo, llegó a la conclusión de que el aspecto y energía que desprendía no era peligrosa. Avanzó unos cuantos pasos hasta quedar frente a ella, dejándola observar un poco más las heridas superficiales que él poseía.

Extendió la bolsa con el contenido dentro y él la tomó.

—¿Te... Te encuentras bien?

—Eso a ti no te interesa. —le escupió tajante. Abrió aquella bolsa negra para observar su contenido y confirmar si era lo que le había pedido al rubio enrulado.

—Si no me interesa, no hubiera preguntado, imbécil. —le contestó con el mismo tono que había usado en ella. A nadie le gustaba que le contesten de tal forma. Y Kristal odiaba que lo hicieran. Un instinto era ayudar.

—Estoy perfectamente. —le contestó.—Ahora vete.

Repentinamente el cuerpo de YoonGi desvaneció y cayó al suelo, dejando a Kristal en shock por unos segundos. Se había desmayado.





 







—¿Debería despertarlo?

—¿Deberías...? —le contestó dudoso Noah.—El Doctor dijo que debía descansar. Déjalo, ya despertará.

—Pero está muy pálido.

—Ya lo era pálido. —Noah se giró hacia Kristal.—La pregunta es: ¿Por qué lo acojiste? Podría hacerte daño.

—Tienes razón, pero ¿Tu pagarías su estadía en el Hospital?

—Bien, bien. —suspiró.—Me iré con Amanda. Si necesitas algo, llámame.

—No te preocupes. Adiós.

La puerta se cerró y el silencio reinó victoriosamente por todo el departamento. Se oían los pies descalzos caminar por la sala y luego un sonoro suspiro. YoonGi abrió los ojos, notando que estaba recostado sobre el sofá de la sala. Observó el techo blanco a unos metros sobre él. Unas paredes tono crema, una gran ventana de cristal a su frente con el televisor y su mueble dándole la espalda al vidrio.

Se levantó del sofá con un dolor palpitante en su mejilla, labio y en su costilla izquierda. Levantó la camisa negra y una venda rodeaba todo su torso. Sus heridas estaban desinfectadas y curadas.

Se giró sobre sí mismo clavando su vista en Kristal, dándole la espalda puesto estar frente a la cafetera de la cocina con el celular en manos. La máquina dió un agudo pitufo al finalizar su tarea. Dejó su celular de lado para tomar una taza de porcelana y llenarla con el contenido amargo del café.

—¿Qué hago aquí? —se atrevió a preguntar. Provocando que Kristal saltara ligeramente de su lugar y se girara con la taza en una mano.

—Mierda, qué susto. —se quejó.—Te desmayaste hace un par de horas. Resulta que la herida de tu costilla se infectó. Pero ya estás sanado.

Le sonrió levemente alzando la comisura de sus labios hacia arriba. Provocando que YoonGi la observara en silencio por varios segundos. Hacia un par de años que nadie le sonreía amablemente, o con sinceridad. Se sintió extraño.

—¿Quieres café? —le ofreció.

—Ah... No. Debo irme. —para qué engañar, YoonGi quisiera quedarse aquí. Era un lugar muy acogedor, cálido y silencioso. Tal cual a YoonGi me gustaría vivir.

—¿Ahora? ¿Acaso has visto afuera? Hay una asquerosa tormenta. —le contestó y avanzó unos cuantos pasos para acercarse a él. Le extendió la taza de café.—Y tu estado no ayuda.

—Ya. Me quedaré. —accedió y la sonrisa de tranquilidad de Kristal volvió hacer presencia en su rostro. Nuevamente alabó la sonrisa aquella por segundos. Tomó la taza extendida había él con cuidado y ella se alejó volviendo sobre sus pasos.—Gracias.

—No es nada. —tomó un portátil sobre una de las encimeras.—Si quieres darte un baño, hazlo. El Doctor dijo que debías descansar por unos días, y no hacer ningún movimiento brusco o fuerza. Tuvieron que coser.

—Entiendo.

Tanta hospitalidad nublaba su vista. Hacia mucho tiempo que no sentía esa calidez en las personas. Usualmente la gente solía alejarse o huir de él, pues YoonGi no tenía buen aspecto, ni tampoco una buena reputación. Solía hacer apuestas ilegales y estar metido en cualquier tipo de pelea callejera. Había estado en la cárcel unos años por haber cometido un robo en una tienda de electrónica.

Que Kristal no le observara de la misma manera, lo tratará de menos persona. Se alejara o intentará llamar a la policía le dejaba confundido. No estaba seguro si esto era parte de ella o realmente existía un par de personas similares a ella. Sentía que si generosidad era casi ciegante y contagiosa.

Cuando YoonGi se recuperó al cabo de unos días, tuvo el intento de irse del departamento de Kristal. Aunque muy por dentro suyo no quisiese. Ella era muy cálida y amable, tenía un par de cosas en común con Kristal. Había conocido un poco sus gustos y personalidad, incluso su nacionalidad. Y de alguna forma le resultaba intrigante, alado de ella se sentía muy cómodo. Podía sentir que le comprendía.

—Puedes quedarte, si quieres. —le sugirió. YoonGi se giró sobre sus talones.—Conseguir un trabajo en una tienda o algo así.

—No podría hacerlo.

—¿Por qué no?

—No quiero abusar de tu amabilidad.

[Iba a poner: no quiero abusar de ti. Pero sonó TAN mal que agregué la última palabra lmaaao].

—Yo estoy ofreciendo quedarte aquí. No es abusar.

—Yo... Está bien. —la sonrisa ensanchada llena de sinceridad se pudo ver en su rostro.—Gracias. Te prometo que, cuando sea alguien famoso me acordaré de ti.




















—¿Yoon? —la voz interrumpiendo sus recuerdos y trabajo lo hizo caer en la realidad.—¿Cómo estás?

Kristal caminó tranquilamente hasta quedar a sus espaldas. Observando sobre su hombro lo que esté hacia.

[perdón por cagar el momento bello pERO hagan zoom a la foto. Yo eStoy- 😂]

Sintió los brazos de ella rodear su cuello con delicadeza y luego el rostro de ella se depositó justo alado de su rostro. Observando curiosa lo que él hacía, llenando de calidez el corazón de YoonGi. Pudo sentir los labios de ella besando el costado de su cabeza.

—Estoy bien. —le contestó.—Demasiado bien.

Oyó la risa pequeña de ella ante su respuesta. Enormemente satisfecha con aquello. Entonces el agarre del abrazo alrededor de su cuello se apretó más, sin ahogarlo. Kristal parecía estar disfrutando del abrazo. Y no era de engañar, ella había dicho que amaba abrazarlo.

—Te amo.

—¿Uh...? —la sorpresa de Kristal ante la declaración obvia la dejó un poco sacada de lugar.—¿Dijiste: te amo?

—Sí. No me hagas repetirlo.

La sonrisa llena de emoción se pintó en su rostro nuevamente, y como respuesta YoonGi recibió un apretón y un beso lento y lleno de amo en su sien.

—Yo también te amo.




















 

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Hice lo que pude nO me griten :'c

Perdooon estoy algo inactiva
porque estoy algo ocupada
últimamente lmao

También avisar que quedan tres
capítulos para que el libro finalice

So...
No sé si haré una secuela de este.
Si quieren una segunda parte del libro, díganme en los comentarios.
Hay varios pedidos que no podrán hacerse debido a ello.

-Homicidal_Bloody
Ft.
-nicoleLatorre31

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