★ OS ⟨Alpha Centauri⟩
Era algo inexplicable, muy confuso e incluso uno podría decir que se trataba de algo aterrador o siniestro. Sin embargo a YoonGi no parecía causarle los mismos sentimientos que a sus otros seis hermanos. Le causaba una intermitente curiosidad e intriga por saber qué era lo que resplandecía en una bella luz rojiza con algunos bellos tonos naranjos al centro. Uno cualquiera diría que se trataba de alguna llama que se incendió a causa de la sequía de los últimos meses donde las hierbas y cosechas estaban secas.
El perro de la granja iba a un lado de él corriendo a la misma velocidad moderada que la motocicleta de YoonGi llevaba, atravesando el campo. El sol ya estaba oculto en el horizonte y la oscuridad era muy notoria. Apenas un ovalo naranjo del sol se podía divisar al frente de él. Mientras YoonGi conducía intrigado hacia aquello que le causaba curiosidad. El perro jadeaba y al parecer le divertía seguirlo de cerca.
No tardó mucho en llegar. El resplandor aquel estaba a unos cuantos metros de él. Había un gran cráter en la tierra, juraría que había caído un meteorito allí. Bajó con cuidado de la motocicleta sin apartar un segundo la mirada de la profundidad en la tierra. El perro corrió emocionado hacia el borde de aquello, observando con la misma incesante curiosidad que YoonGi. Movía su peluda cola en el aire de manera eufórica mientras miraba hacia el interior.
Avanzó en silencio y con cuidado, sin apartar la vista de aquellas luces rojizas y naranjas que salían del interior del cráter aquel. Cuando estuvo muy cerca la luz se apagó. Sobresaltándolo a él. Se quedó estático en su lugar, esperando que algo más ocurriese. La oscuridad de la noche Se apoderó de su visión y ya casi no lograba ver nada, podía distinguir el suelo de hierba seca a sus pies, algunos montículos irregulares de tierra por todos a su alrededor. El cuerpo de su perro y nada más. Estaba muy obscuro, e incluso tardaría un par de segundos en adaptarse al entorno donde se encontraba.
El perro comenzó a ladrar hacia el interior. Parecía alterado y sus ladridos eran intensos. Ahora sí, efectivamente el miedo comenzó a invadir cada célula de su cuerpo y de a poco le impedía moverse. Y se aterró definitivamente cuando el borde por donde el perro estaba observando se resquebrajo debajo de él, cayendo hacia el interior. Oyendo solo los quejidos del perro al caer, y luego un impacto allí abajo.
YoonGi se apresuró para acercarse y lograr ver el interior del gran hoyo observando nada más que una pequeña capsula de metal, algo dañada y golpeada. Como si le hubieran dado a piedrazos en el camino. Su perro estaba chillando del dolor allí abajo, al parecer se había roto una pata e intentaba ponerse de pie en la tierra irregular a su alrededor.
Estaba por bajar allí dentro cuando una tos ahogada le alarmó. Se encogió en su lugar, casi como si así podría ocultarse de lo que había allí.
Un pedazo de metal en el suelo se levantó con dificultad revelando una figura debajo. Tocía con mucha dificultad e incluso parecía lastimada. Se arrastró como pudo por el suelo hasta salir debajo de aquellos escombros que le aprisionaban. YoonGi no podía saber qué es lo que veía exactamente, sólo notaba una figura oscura allí debajo.
El perro lloraba de dolor y cuando logró ponerse de pie tropezó con una roca y chocó contra la capsula de metal a un lado suyo. La forma aquella se percató de lo que había allí y giró su cuerpo en su dirección. Luego, como si fuese un bebé aprendiendo a caminar se alzó sobre sus piernas con mucha dificultad para pararse. Caminó de la misma forma que un niño pequeño hasta el perro y este le miró asustado, empezando a ladrar en su dirección.
El miedo y la angustia de lo que podría pasarle a su mascota allí abajo le estaban dejando sin movilidad en su cuerpo, esperaba que aquello le quitara la cabeza o lo matara en cuestión de segundos para que no le atacase.
La forma aquella intentó ponerse de cuclillas pero a cambio, cayó sentada en la tierra logrando chillar por el impacto. Así, se arrastró por la tierra hasta acercarse al animal con una mano en su dirección como si este con aquel gesto no lograse que le agrediera.
La palma de su mano comenzó a desprender una leve luz blanca en dirección al animal, dejándole a YoonGi apreciar un poco la figura extraña que sus ojos estaban presenciando. Tenía aspecto de humano. Su piel era muy blanca, demasiado. Pudo notar sus ojos brillaron en el mismo tono que la luz que desprendía. Una mandíbula definida y marcada, terminando en punta. Unos labios demasiado grandes a lo que un humano tendría, eran de un tono lavanda. O al menos eso pareció ser.
El perro dejó de ladrar y al mismo tiempo no lloriqueó, pareció hipnotizarse por la luz que deprendía la palma de su mano. Y luego, unas líneas que surcaban el uniforme de ella comenzaron a iluminarse en un tono púrpura.
Era una escena de lo más bella y nunca ante vista, era casi como ver la magia frente a tus ojos. No era para nada intimidante o aterrador, era más bien, majestuoso, harmónico e incluso diría angelical. Se acercó sutilmente al borde de aquel hoyo para obtener una mejor visión, queriendo saber por qué el perro parecía hipnotizado. E intrigado con lo que estaba haciendo aquel alienígena.
Su mano accidentalmente hizo que el borde se rompiese un poco e inmediatamente aquel humanoide se alarmara asustado de lo que hubiese allí arriba viéndole en silencio. Él perro se sentó sobre sus patas con la lengua afuera, feliz y sin dejar de verle. El alienígena no parecía hacer más que examinar los bordes asustado. Se irguió torpemente sobre sus piernas y se animó a llamar la atención.
—¿Q-quién es? —titubéo en el intento. YoonGi se heló inmediatamente al oírle. Podía hablar su idioma. Pero su voz era casi como si hablaran dos personas al mismo tiempo, una sonaba aguda y la otra tenía un timbre de voz normal. Más grave que el anterior.—P-por favor... no me lastime.
¿Qué? ¿Un alienígena le pedía no herirle?
De pronto sintió compasión y al mismo tiempo, curiosidad nuevamente. Su instinto le dictaba que aquella forma extraña no iba a dañarle ni asustarlo, y él tampoco pretendía hacer lo mismo hacia aquél alienígena.
Con coraje se asomó nuevamente al borde dejándole ver al otro quién era. El alien retrocedió unos cuantos pasos asustado, su respiración pareció agitarse al notarlo a él.
—N-no voy... no voy a lastimarte. —le dijo en un tono suave al notar lo temerosa que era ante él.—Te lo aseguro.
El perro se volteó hacia YoonGi y emocionado corrió hacia él, como si la pata que se había roto y no existiese. Y es que realmente, se había curado. El perro movía su cola alzada eufórico de nuevo, ladrando hacia él. Como intentando comunicarle que ella no era malvada, era todo lo contrario.
—¿Es suyo? —le preguntó ella, nuevamente sonando con la misma voz. Pero más calmada y dirigiéndose hacia él.
—S-sí.
—¿Qué clase de especie es? —le volvió a preguntar.
—Es un perro. U-una mascota. —YoonGi sintió que el ambiente tenso se disipaba lentamente. Y una calma poco a poco comenzaba a invadirlo sin previo aviso.
—¿Qué es una mascota?
YoonGi le observó en silencio.
—¿Puedo bajar allí?
—¿No vas a dañarme?
—No. Te lo prometo.
—E-está bien. —titubeó un poco. No muy convencida.
YoonGi con cuidado se deslizó sentándose en el borde el hoyo y de allí se deslizó hacia el interior. Siendo observado de manera expectante por ella, que se mantenía estática pegada contra la cápsula aquella, con casi toda su espalda contra aquel metal grisáceo.
El perro se acercó emocionado hacia YoonGi comenzando a lamer toda su cara, mojándolo con su propia saliva. Mientras él intentaba quitarlo de encima.
—¿Le está comiendo?
—¿Qué? ¡No! Es su forma de demostrar afecto.
—¿Lo humanos muestran afecto a otros humanos con su lengua?
—No, claro que no. Bueno depende el contexto. —sacudió su cabeza, intentando eliminar y cambiar la conversación más extraña que jamás había tenido en su vida.—Mi nombre es YoonGi, ¿cómo te llamas?
—Me llamo Noi. —le contestó.
—¿De dónde vienes?
—V-vengo de la estrella a treinta mil millas de Alfa Centauri*.
—¿P-por qué estás aquí? —muy en el fondo temía la contestación. Pues esas películas de alienígenas le habían dado una imagen sobre ellos que era sumamente aterradora.
—Me enviaron para sanar este planeta. Me han dicho que agoniza, ¿cierto?
—¿Te refieres a los polos, la fauna, los grados, contaminación, cambios climatológicos drásticos, extinciones... caos naturales? —ella asintió.—Pero... ¿Cómo harías eso exactamente?
—Mi especie está creada del mismo material que su planeta en sus primeros años de vida. Es... como mi hermana gigante.
—¿Cómo se llama tu especie?
—Térra Centauri.
—Haces que Humanos suene absurdo.
—Lo siento.
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Alfa Centauri* es un conjunto
de tres estrellas alineadas gravitacionalmente y son las
más cercanas al sol con unos
4.37 años luz de distancia.
No tengo ni idea que escribí pero va, lo hice lmao
Si siguen mandando ideas para
mí bloqueo creativo me ayudarán
mucho 💕🙆
-Homicidal_Bloody
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