━━━10
Despierto, es una bola de fuego al que quiero besar un momento y golpear al siguiente. Dormido, es angelical. No hay comentarios sarcásticos o amenazas de violencia.
Su rostro es tan suave y pacifico mientras paso lentamente mis dedos a través de su cabello.
—Asno —murmura. Sonrió.
Está soñando conmigo.
Sé que debería estar escabulléndome de vuelta a mi dormitorio, pero no me puedo forzar a mi mismo a dejarlo todavía.
No sé cuándo voy a tener la oportunidad de hacer esto otra vez, así que quiero saborearlo.
De todas formas, cuando escucho un choque en la cocina, sé que es hora de ir a ver a los pequeños monstruitos que están despiertos.
Quito el seguro de su puerta antes de cambiar de parecer e irme por la ventana de vuelta a mi cuarto.
Estoy contento de que haber tenido suficiente sentido común como para ponerlo en el primer piso.
Sin hacer ruido, hago mi camino por el pasillo. Me gusta espiar a mis niños. Nunca sé qué van a hacer al encontrarlos.
—¿Por qué tenemos que comer el cereal con leche? —escucho a Gyu preguntar—. ¿Por qué no jugo? Es una bebida de desayuno.
—Mi mamá me dijo que las vacas podían enojarse e iban a dejar de hacerla, pero Pa dice que mamá está llena de esa palabra que se supone que no debo decir —dice Leeseo.
—Me pregunto si papá nos dejaría tener una vaca. Así no tendríamos que ir al supermercado a cada rato —contesta Gyu amablemente.
—¿Qué están haciendo, cachorros? —pregunto, haciendo notar mi presencia.
Los dos cachorros voltean a verme con sus almohadasos.
—Haciendo el desayuno —sonríe BeomGyu—. ¿Quieres leche o jugo con tus bolitas de cocoa?
—Leche —contesto rápidamente—. ¿Les puedo ayudar con algo?
—Puedes ser el que levante a mamá —dice Leeseo, luciendo un poquito asustada con la idea—. Él trató de hacerme cosquillas hasta la muerte la última vez que lo hice.
Rió.
—Está bien. Te salvaré esta vez.
—Gracias, Yeonjun —sonríe.
Hago algo de mezcla para waffles y les enseño cómo usar la máquina. Realmente, todo lo que tienes que hacer es presionar un botón, así que me imagino que no me van a dar muchos problemas.
Por supuesto, entonces deciden averiguar qué tan grandes pueden hacerlos, y tengo que intervenir.
Cuando tenemos todo terminado, me ayudan a poner la mesa en el patio.
—¿Por qué no van ustedes a traer a su hermana? Y yo traéré a Kimi.
Leeseo me hace un saludo militar antes de correr tras BeomGyu por las escaleras. Es fácil olvidar que ella no es mi hija. Me pregunto como reaccionaria Kimi si sabe que la reclamo como uno de mis cachorros en mi mente.
Él todavía está dormido cuando entro a su cuarto. Me recuesto en la cama.
—Yoo Kimi —digo suavemente
—Vete —gruñe.
—No puedo —suelto una risita—. Los cachorros nos hicieron el desayuno. Leeseo dijo que yo era el que tenía que venir a despertarte. Aparentemente, eres aterrador en las mañanas.
Estoy bastante seguro de que gruñe antes de sentarse, con sus ojos aún cerrados. Su cabello, un poco más largo que el mío, estaba alborotado, probablemente por mi culpa por estar jugando mucho con el; pero él se las arregló para aplacarlo.
—¿Necesito estar coherente para este desayuno? —preguntó.
—Por supuesto que no —contesté, acercándome para plantarle un beso rápido—. Ni siquiera tienes que abrir los ojos —acaricié su mejilla y sus ojos se abrieron. Sonreí—. Buenos días, Kimi.
—¿Te atraparon aquí? —preguntó.
—No —contesté—. Puedo ser escurridizo cuando la ocasión lo amerita. Ahora, ¿puedo acompañarte a tu desayuno? Te puedo cargar si quieres —sacudió su cabeza—. Nada de estilos nupciales. De caballito será —dije, poniéndome de pie y dándome la vuelta para que pudiera trepar. Estuve placenteramente sorprendido cuando lo hizo sin quejarse.
—Odio esa palabra —me dijo, enrollando sus brazos perezosamente alrededor de mi cuello—. De caballito. ¿Eso nos llama caballo a alguno de los dos?
—Era conocido originalmente como paseo en la espalda. Supongo que evolucionó o algo —contesté.
—¿Cómo diablos sabes eso? —preguntó. Me reí e hice mi camino hacia el pasillo.
—Changbin se hizo la misma pregunta una vez. Lo buscamos en Google.
Él gimoteo.
—No puede ser saludable que tenga los mismos pensamientos que tu hermano —no podía esperar para decirle que él dijo eso. Me detuve en el patio y lo ayudé a ponerse en una silla—. Gracias por el paseo.
—Cuando quieras —sonreí.
Leeseo y Gyu llegaron con una risueña Hyein después de eso. Hyein estaba sosteniéndola de debajo de sus brazos mientras Leeseo la cargaba de los pies. Cuando los miré de manera interrogante, Gyu se encogió de hombros.
—Ella quería que los dos la cargáramos.
—Es divertido —chilló Hyein.
—Tus hijos están locos —le dije a Kimi.
—¿Mis hijos? —contestó. Asentí.
—Los míos no estaban así de locos hasta que te conocieron, así que no cargaré con la culpa de eso.
Tuvimos un divertido desayuno todos juntos. Gyu y Leeseo nos contaron todo sobre su noche. Programaron el reloj alarma de Gyu para sonar cada hora, para que así pudieran intercambiar camas. De alguna manera, se revolvieron, así que Leeseo despertó acostada en el piso.
—Sabía que se sentía un poquito duro —recordó.
Kimi simplemente sonrió, sacudiendo su cabeza. Parecía estar acostumbrado a este tipo de locuras.
Después del desayuno y unas cuantas caricaturas, sugerí que pasáramos algo de tiempo en la piscina. Los chicos corrieron a cambiarse, pero Kimi se quedó quieto.
—Lo siento, Choi. No traje un bañador.
—Eso está bien —sonreí—. Te puedo prestar uno de los míos, Yuanghe me lo regalo pero nunca me quedo. Está en tu habitación —me puse de pie—. Te veo ahí, Yoo —no me tomó mucho cambiarme, y los niños estaban ansiosos en el patio trasero—. Pueden jugar hasta el mediodía. Entonces tienen que comer, y tenemos un juego de fútbol que ganar.
—¿Me puedes arrojar? —preguntó Gyu mientras ayudaba a Hyein a poner sus flotadores.
—¿Te pusiste protector solar? —pregunté. Asintió, así que lo levanté—. ¿Listo?
—Sí —rió.
—¡Aguanta la respiración! —lo arrojé, y regresó riendo momentos después. Me giré hacia Leeseo—. ¿Qué tan bien sabes nadar, campeona?
—Bastante bien. Mi mamá me enseñó —contestó. Debí haberlo sabido.
—Supongo que te arrojaré y lo veré —ella se rió mientras lo levantaba—. ¡Aguanta la respiración! —le advertí antes de aventarla hacía el agua. Ella nadó alrededor como un pescadito.
—¿Arrojaste a mi hija? —preguntó Kimi, viniendo hacia afuera finalmente.
Le eché un vistazo, lucía bastante bien con ese short blanco, dejando su pálido pecho al descubierto. Tomé mi teléfono para enviarle un mensaje de texto a Yuanghe.
—¿Quieres ser el siguiente? —sonreí.
—Tomaré la resbaladilla —contestó.
—¿Puedo ir? —preguntó Hyein emocionadisima. Ella amaba deslizarse por la resbaladilla, pero no sola.
—No esperarás que lo haga por mi cuenta, ¿verdad? —la molestó Kimi, tomándola de la mano. Él siguió a Hyein por los peldaños y la sentó en medio de sus piernas. No pude escuchar lo que estaban diciendo, pero Hyein sonrió todo el camino abajo. Kimi jadeó cuando salió del agua—. Me dijiste que no estaba fría.
Hyein sonrió
—¡No lo está!
Kimi me atrapó viéndolo en ese momento.
—Hey, esto fue tu idea. ¡Métete, Choi! —sonreí y me eché un clavado, saliendo a un lado de él—. Presumido.
Los chicos gritaron mientras se zambullían juntos por la resbaladilla. Tomé a Hyein.
—Supongo que es mi turno.
Después, Kimi y yo nos deslizamos al menos una vez con cada uno de los niños, y lo convencí de hacerlo conmigo. No se sentó delante de mí, pero no me importaba tener sus piernas a mí alrededor. Eventualmente, me tocó tenerlo en frente, pero con la advertencia de que mejor mirara dónde ponía mis manos.
Los niños siguieron jugando mientras nosotros teníamos el almuerzo listo. Estaba asando hamburguesas a la parrilla, así podía mantener un ojo en ellos mientras Kimi insistía en poner la mesa.
—Buena choza, Choi, ¿cuántas diferentes clases de papas fritas necesitas?
—Me gusta la variedad —le informé. No había una regla que dijera que te tenía que gustar una sola clase de papa frita. Eso sería ridículo.
Kimi puso diferentes recipientes llenos en la mesa y les preparó a todos un vaso de soda.
—Necesito correr a casa antes del partido, y me temo que tendré que robar a Hyein. Tenemos que estar listos para apoyar a nuestros chicos, así que ¿te parece bien llevar a Leeseo contigo y Gyu?
Asentí.
—Por supuesto que está bien. Ni siquiera tienes que preguntar. Cuando es algo normal como fútbol, los reclamo para mi.
Así que después de comer, Kimi y Hyein nos dejaron a los alfas para prepararnos para nuestro juego. Los chicos pensaban que se veían rudos en sus uniformes. Me enseñaron algunas de sus caras de juego que habían estado practicando antes y los hice entrar en el auto.
Changbin estaba todo alterado, como era usual, cuando llegamos. Envió a los chicos al campo a hacer un par de ejercicios fáciles con los otros jugadores. Taehyun estaba parado junto a él con una expresión adormilada pero contenta. El pequeño Jungwon debió haberlo mantenido despierto. Decidí quedarme atrás para ver un poquito.
—Buen día para un juego —dijo una voz profunda junto a mi
Volteé para mirar a un alfa mayor con el cabello negro.
—Si, señor —contesté educadamente. Probablemente era uno de los abuelos de los chicos. Sabía que Kyungsoo andaba rondando por ahí en algún lugar.
—¿Tienes algún cachorro en el equipo? —me preguntó.
—Sí, señor. Esos dos —dije, apuntando a Beomgyu y a Leeseo.
En ese momento, Leeseo volteo y una enorme sonrisa cruzó su rostro. Vino corriendo a través del campo y arrojó sus brazos alrededor de la cintura del hombre.
—¡Pa!
¡Oh, mierda! Inmediatamente volteé para ver si tenía un arma. Afortunadamente para mí, no tenía una con él.
Me estaba viendo mientras Leeseo le hizo un gesto a Beomgyu para que viniera.
—Uh... Capitán Hirunkit soy Choi Yeonjun. Es un placer conocerlo.
Me miró cuidadosamente antes de sacudir mi mano extendida. No sabía que un alfa podía ponerme tan nervioso
—Pa, este es mi mejor amigo Gyu.
Gracias, querida Leeseo.
—Es bueno conocerte, chico —contestó.
—¿Papá? —nos giramos para ver a Kimi.
Él estaba vistiendo una playera con el número de Gyu en una manga y el de Leeseo en la otra, y las palabras “Mamá del fútbol” cosidas al frente. Hyein estaba parada junto a él con un pequeño uniforme de porrista.
—Hey, Kimi —contestó.
Él sonrió hermosamente.
—¿Qué estás haciendo aquí?
Él se encogió de hombros.
—No podía perderme el primer partido de la temporada —Kimi corrió hacia él para darle un abrazo—. Te he extrañado, mi cachorro —dijo quedito.
De pronto sentí como si estuviera de intruso en un momento personal, pero Hyein lo rompió. Ella jaló el pantalón de Nani.
—Hola, Pa.
—¿A quién tenemos aqui? —preguntó, sonriendo un poquito.
—Papá, esta es Choi Hyein —respondió Kimi. Se agachó y la levantó.
—Supongo que ella también es tuya? —me preguntó.
—Sí, señor, ella es mi bebé.
Traté de estar calmado. No podía creer que había llamado a Leeseo mi hija delante del padre de Kimi. Me dio esa dura mirada calculadora otra vez antes de asentir.
—Tienes niños bien parecidos, Yeonjun —juro que pudo ver el alivio en mis ojos.
—Gracias, capitán Hirunkit.
—Papá —dijo Kimi tomando a Hyein de sus brazos—. ¿De verdad vas a hacer que te llame S
Capitán?
—Por un ratito —contestó.
—¡NANI! —creo que todos brincamos cuando Arthit vino corriendo. El prácticamente brincó en el hombre—. ¡Kimi no me dijo que venías!
—No lo sabía —contestó Kimi—. ¿Cómo saliste de la cárcel?
Arthit rodó los ojos.
—Soobim me dejó salir. Dijo que no se iba a perder el partido de apertura por mi culpa. ¿Puedes creerle a ese tipo?
—¡Vachirawit Arthit Chaisai! ¿Qué estabas haciendo en prisión? —preguntó Nani
—Juro que soy inocente. El Oficial Buenote la trae contra mí —contestó. Podía decir que él no le creyó ni por un segundo, pero Arthit se giró hacia los chicos antes de que él pudiera decirlo—. ¿Chicos, quieren ver mi nuevo tatuaje? Me lo hice esta mañana sólo por el juego —se quitó su camisa y jaló el vendaje para enseñarles el lobo cerca de su cadera.
Nuestra mascota del equipo era un lobo, pero me pregunté si él sabía que Soobin, tenía un tatuaje similar en su espalda.
—Mejor nos sentamos —dijo Kimi—. Buena suerte, chicos, entrenador —me sonrió antes de guiar a su padre y hermano a las bancas.
Me fui para unirme a mis hermanos
—Te ves un poco pálido, hermano —notó Taehyun.
—Un hombre me preguntő si tenía un cachorro en el equipo. Le dije que tenía dos, Gyu y Leeseo. Resultó ser el padre de Kimi, el Jefe de Policía, Hirunkit Nani —expliqué.
Changbin trató de lucir comprensivo mientras Taehyun arrojó su risa retumbante. Afortunadamente era hora de que el juego empezara o le habría dado un golpe.
El juego fue un éxito. Con Leeseo bloqueando para él, Gyu fue capaz de anotar dos touchdowns. Al ver que ganamos por dos touchdowns, se sintieron bastante orgullosos de ellos mismos. También ayudó que tenían su propia pequeña sección de animadores que incluía a sus dos familias.
Por supuesto, ya que habíamos ganado el primer partido de la temporada, todos los chicos y sus familias estaban invitados a la casa de mis padres para una pequeña fiesta posterior.
Gyu se ofreció a enseñarle a Nani cómo llegar allá, así que él y Leeseo viajaron con él. Eso me daba tiempo para darme valor antes de encararlo nuevamente.
Kimi y yo llegamos al mismo tiempo, así que lo jalé hacia un lado.
—¿Cuáles son las probabilidades de que tu papá me dispare?
Kimi lo pensó un poco.
—No me preocuparía mucho. Parecía estar de buen humor hoy, así que probablemente tienes un veinte por ciento de oportunidad de recibir una bala —puso su mano en mi brazo—. No te preocupes de todas formas. No te matará. Te dolerá bastante, pero te recuperarás.
—Gracias, Kimi —contesté sarcásticamente antes de sacar a Hyein de su asiento de auto.
Ella me agradeció antes de salir corriendo hacia adentro para buscar a sus tíos Yuriko y Yuanghe. Miré alrededor rápidamente para asegurarme de que no había señales del capitán Hirunkit, antes de jalar a Kimi hacia mí y robarle un beso.
—¿De verdad buscaste a mi padre? me preguntó incrédulo.
—No puedo decirte lo mucho que no quiero recibir un disparo —contesté Él mordió su labio inferior.
—Entonces supongo que no quieres que le cuente que dormimos juntos la noche pasada.
—No lo harías —lo desafié.
—Te dije que te durmieras en tu propio cuarto —canturreó antes de correr hacia dentro. Lo persegui, pero se las arregló para perderme entre la multitud.
Traté de mantenerme tranquilo. Caminé alrededor, saludé a los otros padres, les dije lo bien que sus hijos lo estaban haciendo en el equipo.
Le eché un vistazo a Kimi. Estaba sentado junto a su padre en una mesa con mis padres. Parecían estar llevándose bien, así que sentí que no había razón para que los interrumpiera.
Finalmente, cuando la noche terminó, encontré una silla que estaba apartada de la multitud.
—Parece como si te estuvieras escondiendo de alguien —y Nani, maldito, Nani apareció para sentarse junto a mí—. Te puedes relajar, hijo, no traje mi pistola conmigo. Quería venir aquí y agradecerte.
Eso me sorprendió.
—¿Por qué, señor? —tomó un trago de una soda y suspiró.
—No me gustaba la idea de que Kimi y Leeseo se vinieran para acá solos, pero él es tan testarudo. Sé que Kimi puede hacerse cargo por su cuenta, pero me sentí muchísimo mejor cuando Leeseo me contó de ti y tu familia. Me siento mejor sabiendo que él tiene a alguien cerca en caso de que lo necesite.
—Estaremos ahí en un parpadeo —prometí.
Asintió, viendo a la distancia
—Yeonjun, nunca me he entrometido en los asuntos de mi hijo, a menos que él me lo pida, pero… —se detuvo y me miró por el rabillo del ojo—. No lo lastimes. Pareces un buen tipo, Odiaría tener que dispararte.
—No lo haré, señor —contesté seriamente.
—Y, Yeonjun —se puso de pie para irse—, me puedes llamar Nani.
Actu al fin
Porque lo prometido
es deuda.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top