━━━09

Kimi

El tener un papá.

Esas cuatro pequeñas palabras rompieron mi corazón. Yo quiero que Leeseo tenga todo.

Ella es mi vida y nunca querré que sea infeliz. Al ser criado por Nani, sé lo que es extrañar un padre. De cualquier manera, yo tenía algo que Leeseo no. Yo tenía la opción. Pude haberme ido y vivir con Win y Bright si lo hubiera querido, pero ellos tenían a Arthit y Nani me necesitaba.

Leeseo nunca tendrá la opción. Ni siquiera conoce el nombre de su padre. Eso es algo que jamás podré arreglar, y eso me hace sentir bastante inútil.

—¡Santa mierda!—saltó ante el sonido de la voz de Arthit. Me doy media vuelta para verlo mirando por la ventana con un par de binoculares.

—¡Arthit! ¿Qué demonios estás haciendo?

Él no aparta la vista.

—Tus vecinos están haciéndolo como conejos con las persianas abiertas. Ese alfa está dándoselo de verdad—jadea—. ¡Está azotándola!—resopla y se vuelve hacia mí— ¿No podrías haberme enviado con esos vecinos?

Cojo los binoculares, alejándolos de él.

—Tú, libidinoso pervertido.

—Vamos, Kimi—gime—. Tengo un trabajo. Estoy a punto de comenzar la escuela de nuevo. No bebo o me drogo más. Estoy convirtiéndome en un respetable omega, y eso me está poniendo enfermo.

—Aw, Arthit—pongo mi mano en su hombro en un gesto consolador—. No eres un respetable omega.

De verdad trato de no sonreír. Él empuja mi brazo juguetonamente.

—Gracias, Mariquita. Tú siempre sabes que decir para hacerme sentir mejor—luego me sorprende envolviéndome con sus brazos—. Lo que sea en lo que hayas estado pensando antes, déjalo ir—dice sinceramente. Lo abrazo de vuelta. ¿Quién hubiera pensado que el pequeño pervertido puede ser tan dulce?—. Ahora—retrocede—. Tengo que irme temprano. Voy a enviarle a Hayhing algunas flores para jugar con su mente.

Ese es el Arthit que conozco.

—Ten un buen día—digo.

Mientras él sale, Yeonjun llega. Sonrío cuando Gyu corre hacia mí.

—Buenos días, Kimi. ¿Está Leeseo despierta ya?—pregunta.

Sacudo la cabeza.

—Sigue dormida. ¿Por qué no vas a abalanzarte sobre ella y ver si puedes levantarla?

Él sonríe sinuosamente y corre dentro de la casa y arriba por las escaleras. Yeonjun camina hacia mí con Hyein en sus brazos.

—Buen día—sonríe, causando que Hyein mire hacia arriba. Ella extiende los brazos, así que la tomó, dejando que se acurruque contra mí antes de volver a dormir—. Ella no quería levantarse esta mañana—explica Jongseong.

—Eso hace dos de nosotros—admito.

—Mira. Sabía que te gustaría dormir con un idiota—se burla.

—Mala palabra—murmura Hyein contra mi cuello. Suspirando, Yeonjun mete la mano en su bolsillo y saca un dólar.

—Te culpo por esto—me dice antes de deslizar el billete en el bolsillo de los pantalones morados de Hyein.

Hyein y yo vamos de compras por una hora. Necesito tener para ella algo de ropa para mantenerla en mi casa, porque son tan desastrosos todo el tiempo.

En mayor parte, la dejo elegir todo por sí misma. Ella señala una simple camiseta verde agua que está fuera de su alcance.

—¿Ésta?—pregunto, agarrando la percha. Ella asiente, así que hago un movimiento para sacarla de la parrilla. Sólo que una mano con largas uñas rojas me agarra de la muñeca para detenerme.

Un olor dulzón y empalagoso me golpea, sé que es una omega.

—Eso hará un contraste horrible con su cabello—dice con un falso tono de amabilidad. Ni siquiera me molesto en mirarla, simplemente remuevo mi muñeca de sus garras y le doy la camiseta a Hyein.

—Es la que ella quiere—replico.

La perra se burla.

—Es una niña. No puedes dejarla tomar sus propias decisiones.

—Es una camiseta, no una elección de carrera—digo, dándole un dólar a Hyein antes de darme vuelta—. ¿Y quién demonios...?

Mierda. La perra es una omega que sólo he visto antes una vez en el café, Hyoju. Ella luce una sonrisa petulante.

—Creo que yo soy la madre de esa niña. La pregunta es: ¿Quién demonios eres tú?

Me inclino y levanto a Hyein.

—Tú reemplazo.

Eso parece presionar un botón.

—Tú no puedes reemplazarme—responde lacónicamente.

—Bien—pienso un poco—. Entonces supongo que soy la actualización. Si me disculpas, tengo que recoger a mis cachorros del entrenamiento de fútbol.

La empujo en el camino hacia el mostrador. Juro que, si Hyein no estuviera conmigo, atropellaría a esa omega con mi camioneta. Arthit me ayudaría a esconder el cuerpo.

Acabo de abrochar a Hyein cuando escucho a la omega salir de la boutique.

—¡No había terminado!

Cierro la puerta, así Hyein no podrá oírme. No quiero ir a la bancarrota.

—¿De verdad, omega? ¿Cuál es tu jodido problema? ¡Eres la que los abandonó, no al revés!

Kimi la bestia está listo para salir y jugar.

—¡No estaba preparada para una familia!—chilla.

Ella no puede decirme esa mierda. Sus razones para irse fueron nada excepto egoístas. No hay manera de que yo pueda simpatizar con esta omega, especialmente cuando hay tantas madres jóvenes afuera sin un Yeonjun rondando. Ella levanta la mano para abofetearme, pero nunca hace contacto.

Mis ojos se abren mientras Hyoju es golpeada por un carro deportivo azul. Ella se golpea en la cabeza lo suficientemente fuerte como para noquearla, pero no para matarla.

Hayhing sale del coche y deja caer sus llaves en su bolso como si nada hubiera ocurrido. Aunque, cuando pasa a mi lado, juro que la escucho murmurar.

—Siempre odié a esa perra.

Hyoju gime y comienza a levantarse, así que entró a la camioneta y conduzco con calma. Mi vida se está convirtiendo en una telenovela.

La práctica casi ha terminado cuando llegamos al campo. Hyein me toma de la mano mientras caminamos hacia el lugar donde los chicos están de pie en un costado. Ni BeomGyu ni Leeseo nos ven venir ya que hablan con el niño que recuerdo como la prole del demonio.

—Mi papá puede vencer al tuyo.

¿De verdad acaba de decir eso? Puedo ver la cara de Leeseo ponerse un poco roja. Espero que no pierda su temperamento por algo tan tonto. BeomGyu sacude su cabeza.

—Imposible, mi papá viene con tío Changbin y tío TaeHyun.

No muy contento con esa respuesta, el demonio enfoca su maldad hacia Leeseo en su lugar.

—Bueno, tú ni siquiera tienes un padre.

Olvido lo que pensé antes. Ahora, espero que Leeseo le pateé su pequeño culo. Mi hija nunca me decepciona. Ella taclea al pequeño bobalicón.

—No necesito uno—frunce el ceño antes de dar un paso atrás—. Mi mamá me enseñó a hacer eso.

Podría besarla.

Aclaro mi garganta, causando que todos salten. El diablillo se revuelve fuera de la tierra y corre lejos, Leeseo mira hacia sus pies y BeomGyu muerde su labio nerviosamente. Sé que la violencia no es la respuesta, pero cómo voy a decir yo nada cuando le hice lo mismo a la madre de ese chico días antes. Me arrodillo frente a mi cachorra.

—¿Estás bien?—pregunto. Odio la idea de ella siendo molestada por algo de lo que no tiene control alguno. Ella me mira sorprendida—. Tenemos que parar de placar a la gente, tú sabes, a menos que sea en el campo.

—Estamos en el campo—dice Gyu. Lo miro y él se sonroja—. Lo siento.

—¿No estoy en problemas?—Leeseo está desconcertada.

—No esta vez—concedo—. Pero si él te molesta de nuevo, deberías decirle a Changbin. Ahora, creo que hice un trato con ambos acerca de dejarme besarlos en público.

Leeseo gruñe, pero con una sonrisa.

—¡Aw, mamá!

La agarro y le beso la mejilla sonoramente. Después le hago lo mismo a Gyu antes de dejarlos ir de vuelta a la práctica. Levanto a Hyein.

—Por supuesto, no puedo olvidarme de ti—sonrío mientras la beso también.

Luego de la práctica, los chicos y Hyein saltan a la camioneta. Estoy por meterme cuando alguien me llama de la manera más molestosa posible.

—¡Hey, Madame, espera!

Fulmino con la mirada al entrenador.

—Changbin.

—Sólo quería decirle hola a mi escritor favorito antes de que te vayas—sonríe, envolviéndome en un abrazo de oso. Lo muerdo—. ¡Wow! Guarda eso para mi hermano, gatito.

—Eres un cerdo—le digo, sonriendo.

—Escribe un libro acerca de eso—contesta—. Oh, espera...

—Me voy ya.

Entro en la camioneta. Él todavía sigue riéndose mientras me alejo.

Ya casi es tiempo de ir donde Yeonjun, así que empaco una bolsa para Leeseo y para mí cuando llegamos a casa.

—¿Dónde iremos?—pregunta Leeseo. Hyein y BeomGyu lucen curiosos.

—Bueno...—comienzo—. No pienso que sea justo que Yeonjun, BeomGyu y Hyein hayan pasado la noche aquí, pero tú y yo no hayamos pasado la noche en su casa.

Los tres se ven emocionados y lo demuestran tacleandome. Aparentemente, les gusta ese plan.

Luego de asegurarnos de que Shredder tiene suficiente comida y agua para la noche, estamos en camino.

Afortunadamente, mi camioneta monstruo tiene GPS o si no nunca hubiera encontrado el lugar. Leeseo incluso pregunta si nos hemos perdido de nuevo mientras yo conduzco por el sendero curvado entre el bosque. BeomGyu le informa que estamos en buen camino, lo cual es bueno, porque estaba teniendo dudas.

Finalmente, llegamos a la espléndida casa de tres pisos. Yeonjun nos encuentra en el camino con esa sonrisa torcida en su rostro.

—Era tiempo de que llegaran—dice mientras me quita las bolsas. BeomGyu ya ha dejado entrar a Leeseo para mostrarle su habitación.

—Hubiera llegado antes si tú no vivieras en el m...—eché un vistazo hacía Hyein—. Uh... monstruoso bosque. ¿Quién crees que eres? ¿Ricitos de oro?

—Hirunkit Kimileit—suspira Yeonjun—. Eran tres osos los que vivían en el bosque. Ricitos de oro sólo pasaba—él agarra a Hyein con su otro brazo— Como escritor, deberías saber más acerca de los clásicos.

¿Fue eso una insinuación maliciosa acerca de mi trabajo?

—Todavía puedo irme a casa, sabes—advierto, sin pensarlo por un segundo.

—Oh no, por favor, lo siento_responde inmediatamente.

—No te vayas, Kimi—dice Hyein.

Ambos, ella y Yeonjun sacan sus labios inferiores. Ellos están muy, muy lindos. Finjo pensar en ello.

—Bien. Supongo que me quedaré.

—Por aquí, mi señor—dice Yeonjun haciendo una seña hacia la casa lo mejor que puede con sus brazos repletos. Una vez dentro, él baja a Hyein y ella corre fuera de mi vista. Él me sonríe—. Déjame mostrarte donde tú crees que dormirás—me ofrece su brazo ahora libre.

—Donde dormiré—corrijo mientras tomo su brazo. Él ignora el comentario y me lleva por la casa, señalando cosas de camino como la cocina, el comedor, la sala y la biblioteca.

—Aquí estamos—dice, llevándome a una gran habitación con paredes azul oscuro. Hay grandes ventanas que dejan entrar bastante luz y una cama que luce muy cómoda con muchas sábanas blancas y almohadas. Dejo mi bolso en una silla contra la pared—. Estoy seguro que Leeseo querrá quedarse en el cuarto de BeomGyu, así que si tú quieres puedes quedarte en la mía.

Sacudo mi cabeza.

—Esto es perfecto. Gracias.

Él resopla.

—Mi cuarto está justo al final del pasillo, si me necesitas. Mientras tanto, la cena está lista—antes de que pueda replicar, él me toma en sus brazos y me carga al estilo nupcial fuera del cuarto, los brazos del alfa son demasiado fuertes—. Te estoy llevando en brazos, evitando que estés sobre tus pies—sonríe descaradamente.

—Cuando me bajes, te voy a quitar los tuyos—contesto. Él aprieta más su agarre en mí.

—Eso no me da mucho incentivo para bajarte, ¿verdad?

—¡Mmm, mmm! Algo huele bien—dice Leeseo cuando entra en nuestra vista junto a BeomGyu y Hyein—. Oh, hola—sonríe cuando nos ve.

—¿Qué están haciendo?—pregunta Gyu con un aire de malicia.

—No quería que Kimi se perdiera—explica Yeonjun, caminando a su lado para ir al comedor. Él me baja cuando llegamos allá.

—Él se pierde mucho—admite Leeseo cuando los tres vienen tras nosotros.

Le lanzo una mirada juguetona antes de sentarme en la silla que Yeonjun saca para mí. Lo único que tengo que decir acerca de la comida que Yeonjun preparó para nosotros es: era Italiana y estaba buena.

Estaba tan deliciosa que casi olvidé el hecho de que él corría su pie por mi pierna debajo de la mesa.

Cuando lo miraba, él sólo guiñaba un ojo y seguía comiendo.

No estoy seguro de cómo ocurrió, pero después de cenar me encuentro enredado con Yeonjun y los niños en un intenso juego de Twister. Yeonjun es un vil tramposo. Cada vez que una nueva orden es dicha, él alcanza el círculo más conveniente para mí.

Finalmente, tengo suficiente.

Cuando mano derecha azul es dicho, me estiro por el que está entre sus piernas. Cuando accidentalmente rozo su entrepierna, Yeonjun cae al suelo sorprendido.

Sonrío.

—Gané.

Vemos una película luego de eso. Todos se preparan para ir a la cama y nos volvemos a reunir en el sofá.

A mitad de ella, Hyein está durmiendo y los chicos están peleando para mantenerse despiertos, así que decidimos llevarlos a la cama.

Yeonjun toma a Hyein y yo sigo a los niños hacia el dormitorio de BeomGyu. Leeseo está durmiendo en la litera de arriba, así que tengo que estirarme para darle el beso de buenas noches.

—Si me necesitas, estoy abajo.

—Estaré bien, mamá—contesta—. Te amo.

—Te amo también. Buenas noches—beso su frente y me inclino para ver a BeomGyu

—¿Qué hay de ti? No eres demasiado grande para poder esconderte. ¿Lo eres?—él sonríe y sacude su cabeza, así que lo arropo y lo beso como hice con Leeseo.

—Te quiero, Kimi—susurra. Deslizo mis dedos por su cabello suave.

—Te quiero también, BeomGyu. Dulces sueños—sonríe mientras camino fuera de la habitación.

—¿Quieres jugar Twister de nuevo?—sonríe.

—Vencerte una vez es suficiente para mí—me jacto.

—Ambos sabemos que hiciste trampa—contesta al tomarme del brazo y llevarme escaleras abajo.

—No estoy listo para ir a la cama aún.

—Mantente despierto y come algo de helado conmigo.

Así es como terminamos de vuelta en el sofá con un envase de helado y dos cucharas.

—Tuve la oportunidad de conocer a tu ex hoy—confieso.

Toda la diversión se desvanece de su rostro al decirle cómo me ha enfrentado en la boutique. Suelta un gruñido y pasa su mano por su cabello frenéticamente.

—Lo siento, Kimi. Ella me dió todos los derechos de los niños. No tiene por qué estar en torno a ellos o tú. Ella ni siquiera debería de estar aquí.

Me encojo de hombros.

—Hayhing la atropelló—le explico que Hyoju estaba bien, sólo tuvo una desagradable caída.

—¿Hablas en serio?—pregunta. Él está casi tan sorprendido como yo lo estuve— ¿Debería enviarle flores o algo?

—Naa... Arthit ya hizo eso hoy, serían muchas entregas—contesto.

—Eso me recuerda, Soobin llamó más temprano. Arthit pasará la noche en la comisaría por asalto a un oficial—dice Yeonjun—. Aparentemente, esos dos han estado discutiendo desde que Arthit robó su auto.

Esas noticias no son increíbles. Pienso que Arthit vive por ese tipo de cosas.

—¿Qué hizo ahora?

—Él continuaba haciendo bromas telefónicas a su oficina, así que SooBin vino por él. Cuando vio su carro estacionar, se escondió. SooBin entró todo cabreado listo para arrestar a tu hermano, así que cuando se acercó lo suficiente Arthit se montó en su espalda. Nuestras cámaras de seguridad capturaron todo. Te dejaré verlo después—me dice. No puedo esperar.

Antes de que el envase esté vacío, finjo un bostezo. Tengo que asegurarme de ir solo a la cama. No voy a tener sexo con un alfa a menos que estemos completamente enamorados. Los condones se rompen y los supresores fallan.

Amo a Leeseo pero no me arriesgaría a tener otro niño sin un padre. Sé que, si algo pasará, Yeonjun haría lo correcto, pero no quiero un bebé como la razón para unirme a un alfa.

—Creo que voy a llamarlo una noche—Yeonjun frunce un poco los labios, pero asiente—. Es bastante tarde y tenemos un gran juego mañana.

Cuando vamos a la cocina para acomodar todo, me escabullo a mi dormitorio como un cobarde. Bloqueo la puerta y apago las luces antes de saltar a la cama. Esperando que él piense que estoy ya dormido.

El sueño no viene fácilmente. He estado acostado por media hora y todavía sigo despierto. Siento la cama hundirse a mi lado y un cálido brazo alrededor de mi cintura. Rápidamente ruedo para verlo.

—¿Cómo entraste? Bloqueé la puerta.

—Usé la ventana—dice con una sonrisa torcida.

—No creerías que ibas a dormir sin un beso de buenas noches.

Desliza sus dedos por mi cabello y presiona sus labios gentilmente contra los míos. Mis ojos se cierran involuntariamente. Él es un jodido buen besador. Cuando comienza a profundizar el beso, vuelvo a mis cinco sentidos y me aparto.

—No dormiré contigo, Choi.

—Corrección—susurra—. Mantendré las manos para mí mismo, pero dormiré contigo. Puedo ser un alfa bueno. Lo prometo—me besa suavemente una vez más antes de voltearme y juntar mi espalda a su pecho—. Dulces sueños, Hirunkit Kimileit.

Estaré condenado si no caigo directo a dormir.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top