━━━01

—Mamá—gruñó y me hundo mas en las cobijas—. ¿Mami?

Si no me muevo, ella se irá

—Mamá—canturrea.

La niña es muy persistente.

—¿Mother?

¿Ahora sabe inglés?

—¿Mamá? ¿Mami?—pongo un cojín sobre mi cabeza para intentar bloquear el ruido.

La pequeña monstruo me harta.

—¡MADRE!

—¿QUÉ?!—le gritó finalmente.

—Oh, bien, estás despierto—sonríe Leeseo.

—¿Por qué, pequeña...?—la agarró por la cintura y la inmovilizo en la cama antes de hacerle cosquillas sin piedad. Sus desesperados ruegos van a dar en oidos sordos.

La soltaré eventualmente, pero este es su merecido por despertarme.

El timbre suena, causando que me congele y le cubra la boca a Leeseo con mi mano. Me pongo un dedo en mis labios para hacerle saber que se este silencio. Cuando asiente, echo un vistazo por la ventana. No hay autos enfrente, lo que significa una sola cosa. Vecinos.

Conozco a algunas personas en el vecindario, ninguno de ellos con el que me interese pasar más tiempo del necesario.

—Leeseo–susurro—. Vistete. Vamos a salir a hurtadillas.

En la casa de al lado, a nuestra derecha, viven Yuko y Deul. Lucen como toda pareja coreana al principio, pero mi insana necesidad de salvar personas me hizo aprender lo contrario: ¿cómo se supone que iba a saber que a Yuko le gusta rudo? Afortunadamente Deul supo entenderme, así que no presentó cargos cuando lo aporreé con el bate de baseball de Leeseo.

En vez de eso me invitaron a unirme a ellos. Desde entonces no he sido capaz de mirarlos a la cara.

Directamente, cruzando la calle, está Hayhing, la otra omega soltera de la cuadra. En el corto tiempo que llevo viviendo aquí, han estado más alfas en su casa de los que yo he conocido. Está bien, eso es una pequeña exageración, pero definitivamente se beneficiaría mucho si pusiera una puerta giratoria.

La conocí cuando vino a hacer una cita con mi chico del cable. Ella me consiguió algunos canales gratis, así que supongo que no estuvo tan mal.

Me visto lo más rápido posible, enfundándome un par de bermudas y una playera sin mangas de una Tortuga Ninja Mutante Adolescente. El misterioso vecino se ha dado por vencido con el timbre y está tocando la puerta con alegres toquecitos. Me siento para ponerme los zapatos cuando Leeseo viene. Sonríe cuando ve mi playera. Metawin, mi mamá, me atacó cuando quise nombrar a mi hija como una de las Tortugas Ninja, curiosamente a último minuto resulto ser niña, así que se llamó Leeseo como una variación, pero de todas formas ella piensa que sería genial si se llamara Leonardo.

—¿Lista para irnos?—le pregunto, tomando mi mochila.

Asiente.

—Usé la cámara espía. Es la señora Luo.

Ah, Mink y Yiun Luo viven bajando la calle con su perfecta hija Yunki. Yiun es la reina del cotilleo en el vecindario. Sé que si abro la puerta estaré atrapado por horas escuchando historias exageradas sobre los asuntos de todos. Acabo de despertar, no podría manejar eso.

Leeseo y yo nos arrastramos por la casa y salimos por la puerta trasera. Nos agachamos y corremos por el césped de atrás hasta llegar a la valla que separa mi jardín del de los vecinos. Miró a Leeseo mientras escala la valla. Gracias al cielo, no es muy alto para ella, así que es capaz de saltar por sí misma al suelo. Rápidamente escalo la valla para cruzar y me dejo caer a su lado, aterrizando sobre la verde y suave hierba.

—¿Ahora debería agregar "entrada ilegal" a su registro?

Saltó y me doy media vuelta. El alfa policia de la Constructora Choi está en el patio trasero vistiendo solamente tenis y shorts de gimnasia, y con una botella de agua en su mano.

—Uh... Hola. Lo siento, no sabía que alguien viviera aquí. Sólo estábamos pasando

Se pone una playera sin mangas antes de caminar hacia nosotros.

—¡Wow!—dice Leeseo, mirándolo hacia arriba—. ¡Eres enorme!—él se

—Kimi y Leeseo, es agradable conocerlos oficialmente. Soy Choi Soobin. Siéntanse libres de escapar por mi patio trasero siempre que quieran.

—Gracias—le sonrió—. Te debo una.

—¿Y cómo están escapando?—pregunta por curiosidad.

—Oh, estaba preparado para esto. Estacioné mi camioneta calle abajo. De otra manera, tendríamos que haber usado nuestras bicicletas—explicó—. Estamospor salir a desayunar—miró mi reloj—. Err... para el almuerzo.

Es más tarde de lo que pensé.

—¿Quieres venir con nosotros?—pregunta Leeseo.

Soobin le sonrie

—Tal vez la próxima vez, amiga. Tengo que ir a trabajar.

—Gracias de nuevo. Nos vemos luego—tomó la mano de Leeseo y tiro de ella.

Yiun sigue tocando nuestra puerta, así que podemos ir hasta la camioneta sin que nos vea. Sé que tengo que enfrentarla eventualmente, pero hoy no. Llevo a Leeseo al pueblo, a un pequeño y adorable lugar pasado de moda donde hay unas malteadas para morirse.

Leeseo se sienta frente a mi en nuestra mesa.

—Mamá, hice una lista de cosas que necesito de la ferretería. Quiero que construyamos una casa del árbol.

—Está bien—consiento—, pero primero dime: ¿dónde vamos a conseguir el árbol?

—Mamá—gruñe—. No tenemos que tener un árbol. Puede estar en el piso. ¿Podemos intentar? ¿Por favor?

Como mamá todavía tengo que dominar el arte de decirle "no" a mi hija, porque no sé nada acerca de construir una casa del árbol.

—¿Tienes ahora mismo la lista? ¿No está sólo en tu cabeza?—me da la dichosa lista—. Bien, pero deberíamos conseguir algunos albañiles por si acaso.

Nunca he visto comer a Leeseo tan rápido en su ansia por ir a la ferreteria.

No conozco la mitad de las cosas que están en esta lista. Tampoco Leeseo, pero eso no hace nada para frenar su entusiasmo. Prácticamente corre dentro una vez que estamos ahí.

Considero ponerle una correa, pero decido caminar detrás de ella, empujando el carrito.

Un chico agradable le da un vistazo rápido a la lista de la casa del árbol antes de ir a la parte trasera por la madera. Le da a Leeseo un par de lentes y la deja mirar mientras corta la madera en tablas. Eso me permite encontrar otras cosas

—¿Qué rayos es una viga?—refunfuño, mirando la lista.

—Pasillo tres—responde alguien.

Me giro para encontrar a un atractivo rubio detrás de mi. Luce un poco apenado.

—Lo siento, omega. No pretendía escuchar a escondidas.

—Dime dónde encontrar un serrucho, y con gusto te perdonaré—respondó, luce como un alfa gentil.

—Pasillo seis—me sonríe—. Parece como si tuvieras un proyecto muy serio ahí—dice, dirigiéndose a la ridícula cantidad de cosas en mi carrito.

—Mi hija insiste que ella y yo podemos construir una casa del árbol. No sé cómo me convence de estas cosas—confieso. Entonces le extiendo mi mano—. Hola. Soy Yoo Kimi.

Sus ojos se abren de par en par. Eso no puede ser algo bueno.

—¿Yoo Kimi? ¿Cómo el infame secuestrador?

Suelto un gemido bajito y cierro mis ojos. Nunca voy a conseguir que esto se olvide.

—En mi defensa puedo decir que los alimenté con helado y los regresé.

—Lo sé—se ríe—. Soy Choi TaeHyun, el tío de BeomGyu y Hyein. Yeonjun está por aqui.

—¿Yeonjun? ¿El furioso padre? Gracias por la advertencia. ¡Fue un gusto conocertel—empiezó a empujar el carrito tan rápido como puedo.

La estúpida cosa es más pesada de lo que pensaba.

—Gusto en conocerte también—TaeHyun dice tras de mi. Se está divirtiendo mucho con esto.

Mi huida viene a terminar de pronto.

—¡Mamá!

Ahí está Leeseo, seguida de un carrito lleno de madera, el cual está siendo empujado por nada menos que Choi Yeonjun.

—Mierda—Leeseo da un gritó ahogado y suelta su mano. Resoplo y le doy un dólar.

—Kimi—dice Yeonjun interrumpiendo el momento incómodo—. No había tenido oportunidad de disculparme por la forma en la que reaccioné ayer. Estoy realmente agradecido contigo por haber intervenido y haber ayudado a mis hijos—la comisura de su boca se curva—incluso si los secuestraste

¡Arg! Sabia que eso venía.

—En serio, no lo menciones. Vamos, Leeseo—tomó ambos carritos, planeando empujar uno y jalar el otro. Nada resulta en la forma que lo necesitas. El carrito de la madera no cede.

—Permiteme—ofrece Yeonjun, caminando junto a mi y empujando el traicionero carrito con facilidad. Bastardo presumido.

Lo sigo con el otro.

—No tienes que hacerlo. Simplemente regresaré por ese. No es gran cosa.

—No seas absurdo—responde—. Es lo menos que puedo hacer.

Lo empuja directo hacia la caja registradora, yo lo sigo irritado.

—No eres muy bueno evitando a la gente—dice TaeHyun, apareciendo a mi lado y echando algunas cosas en mi carrito— . Olvidas las vigas y el serrucho.

—Gracias—refunfuño.

—Un placer—sonríe—. Ahora, si te apartas, los alfas nos ocuparemos de esto.

Antes de darme cuenta, estoy siguiendo a TaeHyun y Yeonjun afuera a mi camioneta para cargar las cosas. Dejan que Leeseo los ayude, y a mí me indican que me haga a un lado en lo que ellos hacen lo que llaman: "trabajo de alfas".

Es una completa estupidez. Voy a ser el que construya la estúpida casa del árbol, o intentarlo de cualquier forma.

—Ya está todo—anuncia Yeonjun, cerrando la puerta de la caja de la camioneta—. Ten un lindo dia, Kimi.

Desordena el cabello de Leeseo y se aleja despacio con TaeHyun. Increíble.

Leeseo parlotea emocionada todo el camino a casa. No toma mucho descargar todo.

Ven. Soy perfectamente capaz de hacerlo sin la ayuda de un alfa. Decido esperar para la construcción al siguiente día, y optamos por ir al parque.

Empaco algunos bocadillos y una manta mientras Leeseo agarra un Frisbee y nuestros patines.

El parque no está lejos, así que estamos ahi pronto. Es un agradable lugar con carriles para bicicletas, un estanque y un área de juegos. Hay muchos niños ahí, así que Leeseo hace nuevos amigos mientras yo extiendo la manta y abro un libro.

Estoy tan perdido en las paginas que ni siquiera escucho cuando viene mi hija.

—Mamá, ¡Mira a quién encontré!

Después de marcar la página en la que voy, miró. Un Yeonjun en miniatura está al lado de Leeseo.

—Hola, BeomGyu—sonrió.

—Hola, Kimi—responde, algo tímido.

—Mamá, necesitas rescatar a BeomGyu y a Hyein otra vez. Su niñera está de miedo—dice Leeseo. BeomGyu asiente, de acuerdo.

Me pongo de pie y dejo el libro por ahí.

—¿Qué quieres decir con "de miedo"?—pregunto.

—Está tratando de hacer que nos agrade, asi ella puede ser la siguiente omega de papá, y está intentando que Hyein la llame mamá—dice BeomGyu —. ¿Podemos ir a casa contigo?

Esto me está matando, en serio.

—Chicos—suspiró—. Lo siento, pero no puedo simplemente robarlos de la niñera sólo porque no les agrada—las caras de ambos me hacen sentir peor—. Mira, prometo llamar a tu padre después y ver si pueden venir, ¿está bien?

BeomGyu asiente triste.

—Está bien—dice bajito.

No puedo soportarlo más. Tengo que irme antes de que me derrumbe.

—Leeseo, voy a echar las cosas a la camioneta y correr al servicio. Necesitamos llegar a casa, y poder empezar a preparar la cena.

—Ok, mamá—responde, con la vista baja.

Rápido recojo todo antes de que pueda cambiar de opinión. Lanzó todo al fondo de la camioneta antes de apurarme a llegar al servicio. Me mojo el rostro mientras estoy ahí.

Estos niños van a ser la muerte para mí.

Leeseo está en silencio todo el camino a casa. Se incorpora y enciende la radio al inicio, sin siquiera mirarme. Ella nunca permanece molesta por mucho tiempo, así que espero que se pase pronto. Me estacionó en el garaje y ella salta rápidamente de la camioneta.

—Yo bajaré las cosas, mamá. ¿Por qué no entras?—ofrece.

—Está bien, Leeseo—digo, alcanzando la manija de la puerta trasera.

Leeseo entra en pánico.

—Mamá...

Muy tarde. Abro la puerta para encontrar a BeomGyu y Hyein escondiéndose detrás de mi asiento. Me he fijado tanto en mi triste niña que ni siquiera me di cuenta que había dos polizones en el asiento trasero.

—Shh—susurra Hyein, con un dedo en los labios—. Nos estamos escondiendo.

BeomGyu ve nervioso y culpable.

—Lo siento, Kimi. Le dije que estábamos jugando, Por favor no te enojes con Hyein. Es mi culpa.

—Fue mi idea—confiesa Leeseo para salvar a su amigo—, pero es que no conociste a la niñera, mamá. Teníamos que hacer algo.

Presionó el puente de mi nariz. Tengo que llamar a Yeonjun y decirle que tengo a sus hijos... otra vez.

—Vayan adentro, Ya veré que hago con ustedes luego—Gyu y Leeseo corren dentro. Tomó en brazos a Hyein y los sigo—. Estos cachorros están en muchos problemas—le digo a la pequeña omega.

Ella me sonrie

—Hola, Kimi.

No puedo evitarlo; me rio.

—Hola Hyein—la llevo adentro y la siento en la barra de la cocina antes de tomar el teléfono—. Tengo que llamar a tu papá, de nuevo—rezó para que me mande al buzón de voz, pero en eso él contesta.

—Choi Yeonjun

—¿Yeonjun? Hola. Soy Kimi, de la ferreteria—digo por si acaso no recuerda el nombre del omega que secuestro a sus hijos ayer.

—Hola Kimi. ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Necesitas ayuda para descargar todo?—Él es tan malditamente petulante.

—Para tu información, yo solo lo descargue todo muy bien, gracias—respondó, frunciendo el ceño por su risilla—. En realidad te habló porque BeomGyu y Hyein están en mi casa, y pensé que tal vez querrías saberto

—¿Secuestraste a mis hijos otra vez?

—¡No!—replicó ofendido—No había por qué—agregó—. Aparentemente la niñera los estaba asustando, así que se escabulleron a mi camioneta. No los encontré hasta que ya estaba en casa. Leeseo y BeomGyu tomaron toda la culpa—lo escucho suspirar.

—Lo siento, Kimi. Iré par ellos.

—No te preocupes. Sólo no quería que llamarás a la policía cuando la niñera se asustara. De todas formas, tú si sabes cómo venir por ellos. BeomGyu y Hyein serán bien recibidos hasta que vengas. Prometo tenerlos de una pieza hasta que llegues aquí.

—¿Estás seguro? No quiero molestarte.

—Eso no te detuvo en la ferretería—le recuerdo—. Estarán bien. Estoy por empezar la cena, así que tengo que irme—le doy mi dirección y lo dejo hablar con Hyein antes de colgar.

Los niños vienen corriendo, ambos descalzos.

—Mamá, ¿podemos inflar el brincolin?—me pide Leeseo—. Llevaremos a Hyein con nosotros. ¿Por favor?

Lo pienso. Puedo ver el brincolin por la ventana de la cocina, así podré estar al pendiente de ellos. Los tres pequeños me siguen afuera, donde enciendo la bomba de aire. Me giró hacia los niños.

—Ustedes dos, más les vale cuidar a Hyein. No piensen que Yeonjun los dejará regresar si los envío a casa heridos, así que sean muy cuidadosos, ¿está bien?

—Lo prometemos—dice BeomGyu, tomando la mano de su hermanita mientras ella mira cómo se infla la casa brinca-brinca con los ojos abiertos de par en par.

De alguna forma sé que él cuidará de ella, pero eso no me impide ir a revisarlos a cada rato.

Puedo oír sus risas desde adentro. BeomGyu Leeseo están turnándose para tomar la mano de Hyein mientras saltan.

Espero que Yeonjun los deje venir sin tener que secuestrarlos un día. A Leeseo le gusta hacer cosas conmigo, pero él necesita amigos de su misma edad para pasar el verano.

Cuando la cena está lista, los niños están exhaustos. Prácticamente caen sobre las sillas en la mesa. Tengo que sonreírles mientras les sirvo sus platos. Me impresiona cuando se comen todo lo que les sirvo, a pesar de que les puse alimentos saludables por ahí.

Los recompenso con una tarta de durazno y un batido helado.

Eso les da nuevas energías. Los hago que esperen un rato antes de dejarlos ir de nuevo al brincolin. Tomó mi cámara cuando salgo a verlos. Después de tomarles unas cuantas fotos, acerco una silla y me siento.

Me sorprende cuando Hyein viene y se sube a mi regazo. Debe estar muy exhausta, porque apenas dos minutos después se duerme. Inconscientemente mis dedos acarician sus suaves rizos mientras duerme.

Mi teléfono vibra en la mesa junto a mí. Soy cuidadoso de no despertar a Hyein cuando lo tomó.

—¿Hola?

—¿Kimi? Soy Yeonjun. Estoy afuera de tu casa.

—Oh, debería estar abierto. Estamos acá atrás. Sólo sigue el ruido—cuelgó y pongo el teléfono de nuevo en la mesa.

Hyein ni se mueve.

Un momento después escucho la puerta trasera abrirse y cerrarse.

—Para ser un criminal, tienes una bonita casa—bromea Yeonjun.

—Ja, ja—repongo secamente—. No sería criminal si pudieras escoger gente cuerda para atender a tus hijos. Tal como es, me temo que los rescatare siempre que me parezca correcto de aquí en adelante. Así que, si desaparecen, llámame antes de que te asustes

—Veo que has conseguido cansar a la pequeña—sonríe Yeonjun, mirando a Hyein.

—Oh, no—le contradigo—. La drogué. Sólo puedo manejar dos a la vez—no puedo dejar que piense que soy un blandengue.

Sólo se ríe y acerca una silla, sentándose.

—Gracias por hacer esto, Kimi—dice sinceramente—. BeomGyu es muy quisquilloso sobre a quien deja cuidarios. No sé qué voy a hacer con ese niño.

Los niños se bajan del brincolin y vienen corriendo. BeomGyu detiene cuando ve a Yeonjun.

—Hola, papá—yo conozco esa mirada. Leeseo la usa todo el tiempo cuando sabe que está en problemas.

—Es mi culpa, Yeonjun—dice rápidamente Leeseo—. Yo lo convenci. La niñera daba miedo. Tuvimos que salvar a Hyein de ella.

—Entonces les agradezco a ambos por salvar a Hyein, pero de ahora en adelante si Kimi dice no, es no. No pueden escabullirse en su camioneta sin permiso. ¿Entendido?—pregunta severamente.

En realidad, me alivia que no sea muy duro con ellos.

—Sí, señor—dice BeomGyu mientras Leeseo asiente.

—Bien—repone, poniéndose de pie—. Ahora, necesitamos llevar a tu hermana a la cama.

Cuidadosamente toma a Hyein de mis brazos. Ella ni siquiera se remueve. La pobre niña está helada.

BeomGyu camina hacia mí.

—Gracias por dejar que nos quedáramos, Kimi.

—De nada, pequeño—me agachó y lo beso en la mejilla como hago con Leeseo. Él me mira con asombro antes de sonreír.

Leeseo y yo los encaminamos a su auto. Yeonjun coloca a Hyein su sillita mientras BeomGyu se arrastra junto a ella.

—Te das cuenta que un policía vive enseguida, asi que probablemente deberías mantener los crimenes al mínimo.

Suspiró.

—¿Yeonjun?

—¿Si, Kimi?—sonrie.

—Cállate—repongo.

Sólo se ríe de nuevo.

—Estoy seguro que nos estaremos viendo. Buenas noches a ustedes dos—desordena el cabello de Leeseo y entra en su auto. Yo aún le frunzo el ceño cuando me guiña antes de alejarse.

Voy a tener que golpearlo antes de que todo esto termine.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top