Que alguien me adoptara siempre me había parecido algo muy importante, ya que no eres la misma persona teniendo familia que sin tenerla. Vivimos en un tiempo en el que la gente te pregunta el apellido de tu familia para determinar si vale la pena interactuar contigo o no. Desde muy pequeña he pensado que tener familia es algo muy bueno,algo por lo que dar gracias a Dios,y te lo dice una atea. Cada acto que hacía, cada palabra que pronunciaba, determinaban si una familia me adoptaría o no, y con eso también determinaría mi futuro. Siempre me he empeñado en que si una familia te quiere adoptar te adoptará igual si te comportas como una ángel solo para que te saquen de ese lugar,o siendo tu mismo y comportándote como te comportarías en casa con la familia.
Yo no tenía ni idea de qué que una familia te adopte es más que simplemente tener a alguien que llamar mamá,papá, hermano o hermana,tener una familia es una responsabilidad muy importante, la debes cuidar y no dejar abandonada. Era muy ingenua entonces,y en cierta manera sigo siéndolo. Pero no podía imaginar lo que me esperaba. Conocer a mis nuevos hermanos fue algo bastante cómodo desde un principio, excepto con él, con él fue incómodo desde el segundo cero. Eran diferentes a todas las personas que había conocido hasta entonces. Pronto pasé a formar parte de su locura; me dejé liar...
Fue entonces cuando él  se coló en mi corazón.
Desde nuestro primer encuentro, Héctor cambió mi vida de una manera que nadie nunca ha conseguido. Aquellas películas que veía de adolescente pronto se convirtieron en mi vida,y hasta lo más enrevesado pasó a ser parte de mi día a día. ¿Habría hecho las cosas de manera diferente sabido lo que estaba por llegar? No lo creo. Me gustaría responder,pero no puedo. Por veces me siento agradecida,tan absolutamente perdida que lo unico que veo es a él. Otras veces pienso en el dolor que me causó, la pérdida de mi antiguo yo,el caos del momento en el que sentía que mi mundo estaba patas arriba,la respuesta no es sencilla.
De lo único que estoy segura es de que mi vida y mi corazón no volverían a ser los mismos desde que Héctor se coló en mi día a día.