Capítulo 2: No hay nada que puedas hacer
Quiero mirarla otra vez. Uno, dos, tres. Quito la mirada de mi plato y la dirijo una vez más hacia ella. Para mi sorpresa, los ojos de Camila están clavados en mí. No me quita la mirada ni un segundo. Ella se echa a la boca un bocado pequeño de su comida. Yo, por los nervios, trago rápidamente lo que tengo en la boca. ¿Se habrá dado cuenta que la he estado mirando casi toda la noche? Me sonríe. ¿Qué estará pensando? ¿Qué pensará de mí? ¿Qué hago ahora? ¿Le hablo?
- Así que tú eres el famoso David — me dice sin apartar su mirada de mí — Victoria me ha hablado mucho de ti.
- ¿Sí? – que estúpida respuesta.
- Sí – sonríe y como otro bocado.
- ¿Y qué te ha dicho?
- Mmm – la piensa – por ejemplo, que eres el primero de tu clase.
- Ah, eso. Sí. – digo notoriamente más tímido que de costumbre. Definitivamente esta chica me intimida. – He sido el primero de mi clase estos tres últimos años.
- Vaya que sorprendente y ¿haces algún deporte?
- No, porque supongo que leer no se considera uno. – intento bromear.
- Definitivamente no – sonreímos. – Entonces, ¿tienes algún pasatiempo, sales a fiestas, perteneces a algún club o algo así?
- Wow, muchas preguntas a la vez.
- ¿Qué? ¿Acaso no eres lo suficientemente hábil para responderlas todas? – me mira con aires de superioridad.
- ¿Estás desafiándome? – le sigo el juego.
- Puede ser, así que no evadas las preguntas y responde. – sonríe.
- Está bien. ¿Pasatiempo? Pues sí, me gusta leer y de vez en cuando toco guitarra. No salgo a fiestas. Ya dije que no hago ningún deporte y no pertenezco a ningún club, eso.
- Mira tú, tocas guitarra. – me toma la mano y me acaricia los dedos. No sé por qué de pronto siento mi cara roja – tienes los dedos largos, la verdad tienes unas manos bonitas.
- Gra... gracias. – suelta mi mano. Aclaro mi garganta – pero la verdad no toco seguido.
- ¿Puedo saber por qué?
- Mmm, sí. A mamá no le gusta que lo haga en casa, así que lo poco que practico lo hago en el instituto.
- Ya veo. Por tu mirada, supongo que es un tema delicado, mejor no sigo preguntando.
- Gracias – le sonrío.
- Y ¿tienes novia? – sigue su interrogatorio.
- ¿No...novia? – toso. Me sorprendió la pregunta.
- Sí...sí, novia – me imita.
- Pues no – frunzo el ceño y miro mi plato.
- Ya veo – me mira y suspira.
- ¿Qué? – pregunto.
- Nada, solo que me parece extraño que no tengas novia.
- ¿Y por qué tan extraño? – me siento curioso - ¿Está mal?
- No para nada – se ríe – solo que encuentro que eres un hombre atractivo y eso me hace sentir curiosidad, supongo que tu defecto debe ser el carácter, así como malhumorado o tener muchas mañas, pero ese tipo de cosas no me importa. Creo que será interesante intentarlo a menos que la razón por la que no tengas novia sea porque no te gustan las mujeres.
- ¡Oye, yo no...! – no puedo terminar la frase porque Raúl me interrumpe. ¿Por qué ahora?
- Niños – Raúl golpea suavemente su copa – por favor presten atención, solo serán unos minutos. – sonríe mientras mira a mamá – Con Victoria queremos compartir algo muy importante con ustedes.
- Así es. – mamá continúa la oración mientras le toma la mano – Con Raúl hace más de un año que estamos saliendo y nos amamos. – sonríe. – Este tiempo que llevamos juntos ha sido realmente hermoso, es por eso que con Raúl hemos decidido formar una familia.
- Los cuatro – Raúl termina la frase. – Hace un mes le pedí matrimonio a Victoria y ella aceptó. Así que nos casaremos.
- ¡¿Qué?! – golpeo la mesa – ¿Casarse? ¿Están hablando en serio?
- Por supuesto hijo, hablamos muy en serio. – no puedo evitar reírme.
- Lo está tomando mejor de lo que esperábamos, Victoria. – dice Raúl.
- No seas ridículo. – disparo contra Raúl.
- ¡David! – mamá me llama la atención.
- Es que no existe otra palabra, mamá. No sé en qué están pensando. Debieron consultarnos antes. Eso de formar una familia es algo... a ver, déjame encontrar la palabra adecuada para que no se ofendan... es algo... estúpido. Por Dios mamá, apenas lo conoces y quieres meterlo a nuestra casa, ¿en qué estás pensando?
- David, primero que todo – ella está enfadada, aunque no grita – te recuerdo que estamos en un lugar público, así que evítanos el berrinche o ¿te tengo que recordar cuántos años tienes? Segundo, Raúl no es un desconocido, lo sabes bien. ¿Por qué te cuesta tanto entender esto, David?
- No voy a hablar de ese tema y menos delante de él. A parte, ni siquiera me preguntaste si podías casarte.
- ¿Perdón? No sabía que tenía que hacerlo y al parecer me perdí en el momento exacto en el que te volviste mi papá – ella está muy molesta. – escúchame muy atentamente jovencito, yo no soy tu hija y con Raúl nos amamos, deseamos esto, así que quieras o no, nos vamos a casar, ¿entiendes?
- Mira mamá, no me pidas ni exijas que entienda, porque no lo voy a hacer. – miro a Camila – Y tú ¿no vas a decir nada?
- Ah, cierto. – adquiere una pose solemne – Solo diré que a pesar de que nuestra mesa está apartada de las demás y que es muy poco probable que escuchen lo que estamos hablando y la pataleta que está haciendo David; aun así hay muchas personas mirándonos en este momento y la verdad es algo vergonzoso, tenía que decirlo.
- ¿Bromeas? – la miro extrañado.
- Por supuesto que no. – sigue igual de seria – Es cosa que mires a tu alrededor, David. No es que me importe lo que los demás estén pensando o hablando, pero sí me importa Victoria y mi padre. Ellos están compartiendo su felicidad con las personas que más aman, es decir, nosotros. Creo que esto es algo íntimo entre ambas familias y no considero pertinente tu actitud, ya que no solo estás haciendo un escándalo innecesario sino que además te estás avergonzando a ti mismo. ¿No lo crees? Por qué simplemente no esperas a llegar a tu casa y ahí te comportas como un niño.
- No soy un niño – miro a mi alrededor y efectivamente hay muchos mirando - ¿Qué? ¿se les perdió algo? Sigan comiendo, metiches.
- Por mi parte los felicito – Camila sonríe y abraza a mamá – Estoy muy contenta por ambos. Y Victoria, no te preocupes por David, cuando crezca lo entenderá.
- ¡Oye! – ella me muestra su lengua. ¿En serio soy yo el que tiene que crecer?
- Gracias hija – Raúl la abraza con fuerza.
Apoyo mi cabeza sobre la mesa mientras Camila los abraza y felicita sin cansarse. Creo que ella intenta alivianar la situación, mientras bromea y se ríe. No entiendo cómo llegué a esto. Siento tanta vergüenza, rabia y tristeza, que toda esta mezcla de sentimiento se fueron directo a mis mejillas.
De verdad no puedo entender que mi madre quiera casarse otra vez. Cuando Cesar la dejó por otra y un sueño, mamá quedó devastada. No es que no quiera que sea feliz, pero no quiero que sufra. ¿Tan mal estoy?
- ¿Estás más calmado? – me pregunta Camila.
- No. – digo sin mirarla – Simplemente estoy siguiendo tu consejo. Retomaré el berrinche en mi casa.
- Es lo mejor – me acaricia la cabeza. Se siente bien. – Eres un buen niño. Me alegra que te hayas logrado controlar. Además, no todo será tan malo para ti. – inclino mi cabeza para mirarla.
- ¿A qué te refieres?
- Supongo que viviremos juntos, seremos algo así como hermanastros – ella se ríe – que cursi, hermanastros. Piénsalo de este modo, tú serás Cenicienta y yo tu hermanastra malvada.
- Eso no me consuela. Además, porque tengo que ser mujer en tu imaginación – ella se ríe y me abraza.
- Perdón, no lo volveré a hacer. – Acerca sus labios a mi oído – Lo que no sabes es que tengo mal dormir, soy sonámbula y en una de esas termino en tu cama. – se separa y me giña un ojo. – Que les parece si hacemos un brindis aprovechando que Cenicienta se calmó. Perdón, Ceniciento, en masculino.
- Camila, no seas grosera con David. – Raúl la reprende.
- ¡Ay papá!, relájate. David no se enoja.
- Entonces, salud. – dice mamá mientras levanta su copa.
- Salud – dice Raúl.
- Salud – Camila se ubica a mi lado y me da un codazo – vamos David, no seas gruñón, además si lo piensan bien, no hay nada que puedas hacer al respecto. – se encoje de hombro – ¿Salud? – me mira mientras ladea la cabeza, se ve muy tierna. No puedo evitar sonreír.
- Okey, salud.
- ¡Salud! – grita Camila.
Porfin terminó la tortuosa cena. Camino a casa, con mamá no nos dirigimos la palabra. Al llegar, me fui directo a mi cuarto. Y aquí estoy, llorado de rabia.Tal vez soy muy dramático pero no puedo evitarlo. Aunque si pienso bien, Camila tiene razón, creo que no hay nada que pueda hacer al respecto. Tal vez deba pensar en lo bueno, la conocí a ella. ¿Estaré preparado para tanto cambio? ¿Será correcto imaginarme viviendo con ella? ¿De verdad tendrá un mal dormir? ¿Qué voy a hacer si un día amanece en mi cama? ¿Cómo se lo explicaría a Raúl y mamá?¿Se moverá mucho al dormir? ¿Caeremos los dos en mi cama? ¡Ay David, no seas ridículo! ¿En qué estás pensando? Mejor me duermo.
----------------------------------------------------------------------- Hola :D Primero que todo, gracias por sus lecturas. Espero les esté gustando. Por favor, comenten, sugieran, todo es bien recibido para crecer. Voten si les gustó :D
Estaré atenta a sus comentarios y votos. Desde ya los agradezco.
Cariños
Pd: Le agradezco especialmente a @Lunaticaxvgta por sus comentarios y votos . Les recomiendo su historia "Separados por el tiempo" está buena :D
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top