Capítulo 12: Eric


Han pasado algunos días desde que se supo del romance de Eric y la profe Sandra. Ese día todo estuvo extraño, aunque los profesores intentaron llevar todo con normalidad. El profe Marcos ha estado realizando las clases de Lenguaje y lo único que supimos de la señorita Sandra es que se fue a su ciudad natal y que no le permitieron despedirse de nosotros.

Sobre Eric, tomé la decisión de ir a verlo apenas él esté preparado y hoy es el día. En la mañana me llegó un mensaje diciéndome que fuera a verlo y aquí estoy. Toco el timbre y la puerta se abre enseguida.

- Te vi desde mi pieza –me sonríe, parece el mismo de siempre.

- Por eso me extrañaba tanta eficiencia –sonrío, intento parecer normal.

- ¿Te parece si vamos a dar un paseo?

- Te robaste mi idea. –ambos sonreímos.

Caminamos sin decir palabra hasta que llegamos a una plaza. Decido romper el silencio.

- Eric... -él se detiene pero no me mira - ¿Es verdad lo tuyo con la profe Sandra? –Eric suspira, se gira hacia mí.

- Sí... es verdad –no puedo creerlo, me lo lanza de una y sin anestesia –pero no es tan así como todo el Instituto anda diciendo. –sonríe tristemente y se aproxima a una banca. –Para empezar llevamos cinco meses de relación y no un año como todos creen.

- Buena aclaración –me siento a su lado. Él se encoge de hombros.

- ¿Sabes David? Todos estos días he estado reuniendo el valor para explicarte todo. La verdad no quiero que pienses cosas que no son. –me mira. - ¿Quieres escucharme?

- Por supuesto, a eso vine. –toco su hombro en señal de apoyo.

- Gracias. –sonríe. –Bueno, entonces comenzaré. Ese día cuando llegamos de la playa, mi padre estaba en casa. Para mí fue una sorpresa, ya que no tenía idea que vendría a Chile y te podrás imaginar el espectáculo que encontré cuando llegué a casa; gritos por aquí, insultos por acá, así que subí a mi cuarto, sin embargo, la pelea no terminaba nunca. Sus gritos comenzaron a alterarme. No te imaginas las cosas terribles que se dijeron... -se afirma la cabeza -simplemente me aburrí, quería tener un poco de paz, así que tome mi mochila y eché mi uniforme. Por un momento pensé ir a tu casa, pero preferí no molestarte, así que fui donde Sandra.

- ¿Entonces pasaste la noche con ella? –Eric sonríe.

- Sí, pero no como todos creen. –suspira – Debí haber ido a tu casa. –me mira –Quería contarte esto hace mucho tiempo pero no encontré el momento perfecto para ello.

- ¿El momento perfecto o el valor para hacerlo? –se encoge de hombros.

- Creo que un poco de ambos.

- Soy tu mejor amigo Eric, te he visto hacer cosas que de verdad avergüenzan.

- Lo sé, perdón. –parece triste.

- Tranquilo.

- Es que no quiero que creas que ha sido fácil para mí ocultártelo todo este tiempo. Eres mi mejor amigo, mi único amigo, pero como te darás cuenta es algo complicado, ella es nuestra profesora y yo soy menor de edad aún.

- Tranquilo Eric, yo no te estoy reclamando ni mucho menos voy a juzgar tu situación ¿qué clase de amigo sería si lo hiciera? –él sonríe –además la diferencia de edad entre ambos no es tanta... -cuento con los dedos. –son cinco años y estás a tres meses de tus dieciocho años, las ventajas de ser repitiente.

- Sí, son cinco y en tres meses no habría existido ningún problema. –se rasca la cabeza. -¡Ay! Odio que todo el mundo nos vea como el niñito con plata que logró ligarse a su maestra y llevársela a la cama. Que digan lo que quieran de mí, pero no de ella. –veo como las lágrimas comienzan a recorrer su rostro. –Nunca quise jugar con ella. Yo la amo y sé que ella también me ama. –se limpia las lágrimas –No puedo estar con ella, David. –nos quedamos en silencio.

- ¿Sabes que se fue de la ciudad?

- Sí. Me llamó para despedirse, ya que no puede acercarse a mí.

- No volviste a verla... -susurro.

- Se fue ayer. Cuando me enteré que se iba, fui hasta la estación para pedirle que me llevara con ella, que comenzáramos de nuevo y me dijo que aunque me amaba no podía hacer eso. Que era mejor que buscara una chica de mi edad y la olvidara. Que lo que vivimos fue un hermoso sueño pero que ya era tiempo de despertar y se fue. –sonríe nerviosamente. -¿Puedes creerlo?

- Lo lamento tanto Eric. ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Cómo te ayudo?

- Con lo que has hecho es suficiente. –sonríe.

- ¿Qué hice?

- Lo más importante, no juzgarme y estar conmigo siempre, mi amigo.


-------------------Quiero dedicar este capítulo a @Mercy4229y de paso recomendar su historia: 365 días. 100% recomendada. 

Cariños

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