esto es confuso y otra boca que alimentar
(advertencia ⚠️ comedia no tomar encerio )
Lincoln estaba sentado en el borde de su cama, con la cabeza llena de pensamientos después de todo lo que había sucedido ese día. Las pruebas, los acertijos, y el extraño collar que Shantae le había dado seguían dándole vueltas en la cabeza. Todo había sido tan confuso y surrealista que le costaba procesarlo.
Mientras se recostaba, su mirada se dirigió hacia una caja debajo de su cama. Era la misma caja que Chamcaster había dejado allí antes de que se separaran. Al principio, Lincoln pensó que tal vez sería algo relacionado con las aventuras que habían vivido, pero algo en él le decía que no sería tan simple.
Lincoln: (hablando para sí mismo) ¿Qué habrá dejado esta vez Chamcaster? (Se inclinó hacia la caja y la sacó con curiosidad). Bueno, solo hay una manera de averiguarlo.
La caja era más pesada de lo que esperaba, y por alguna razón, se sentía un poco nervioso al abrirla. Lincoln tomó aire y levantó la tapa lentamente.
Al abrirla, sus ojos se agrandaron por la sorpresa. Lo que vio lo dejó sin palabras: un montón de fotos, todas de Chamcaster, y lo más impactante… ¡estaba posando en ropa interior! En cada foto, Chamcaster estaba en diferentes posiciones, desde provocativas hasta simplemente ridículas.
Lincoln: (completamente en shock) ¡¿Qué rayos es esto?!
Pasó las fotos rápidamente, intentando comprender lo que estaba viendo. Algunas mostraban a Chamcaster con cara seria, como si estuviera intentando ser seductora, mientras que otras eran tan exageradas que resultaban cómicas. En una de ellas, estaba haciendo una pose dramática, con una expresión como si estuviera en una película de acción, pero… aún en ropa interior.
Lincoln: (poniéndose más nervioso) ¿Por qué... por qué me dejaría algo como esto? (se rascaba la cabeza, completamente confundido).
Lincoln intentó pensar en las razones detrás de esto. Chamcaster era conocida por su comportamiento impredecible y su sentido del humor algo excéntrico, pero esto... esto era diferente.
Lincoln: (hablando en voz alta) ¿Acaso esto es una broma o algo? No tiene sentido… (mirando otra foto) ¿Por qué haría algo así?
Mientras seguía revisando, algunas de las fotos eran tan ridículas que no pudo evitar soltar una risa nerviosa. En una de ellas, Chamcaster estaba posando como si fuera una heroína dramática en medio de una tormenta, pero con nada más que un conjunto de lencería. La combinación de la actitud seria con el atuendo provocó que Lincoln finalmente no pudiera contener la risa.
Lincoln: (riendo) ¡Esto es demasiado! ¿Qué estaba pensando Chamcaster?
Después de un rato, Lincoln dejó de reírse y volvió a ponerse serio. Aunque las fotos eran cómicas, no podía evitar preguntarse si había un significado más profundo detrás de ellas. ¿Acaso Chamcaster intentaba decirle algo? Aunque Lincoln no era experto en interpretar señales, esto era... raro, incluso para Chamcaster.
Lincoln: (pensativo) ¿Es su forma de bromear conmigo? ¿O está intentando decirme algo?
Lincoln cerró la caja y la volvió a guardar bajo la cama. Todavía no estaba seguro de qué hacer con todo aquello. Por un lado, no quería pensar demasiado en ello, pero por otro, no podía sacarse las imágenes de la cabeza.
Lincoln: Supongo que tendré que hablar con ella en algún momento sobre esto... aunque no tengo idea de cómo empezar esa conversación.
Se dejó caer en su cama, mirando al techo. Su vida se había vuelto mucho más complicada en los últimos tiempos, entre acertijos, aventuras mágicas, y ahora esto. Era como si cada día fuera más extraño que el anterior.
Lincoln: (suspirando) ¿Por qué no pueden pasarme cosas normales como a todos los demás?
Mientras trataba de relajarse, su mente seguía vagando entre la risa y la incomodidad. Sin duda, Chamcaster tenía una forma muy peculiar de llamar su atención.
Mientras Lincoln estaba en su habitación procesando lo que había visto en la caja, Chamcaster, desde la comodidad de su hogar, se reía para sí misma, completamente satisfecha con su pequeña travesura. Estaba recostada en su sillón favorito, con una bebida en la mano y una sonrisa maliciosa en los labios.
Chamcaster: (riendo para sí misma) Seguro que Lincoln ya encontró la caja. No puedo esperar a ver su cara cuando vea las fotos. ¡Debe estar completamente confundido!
Se imaginaba la expresión de shock de Lincoln, quizás con las mejillas rojas de vergüenza, mientras revisaba las fotos que ella cuidadosamente había seleccionado. En su mente, todo era parte de una broma inofensiva, algo que, a su estilo, consideraba una forma divertida de interactuar con él.
Chamcaster: (pensando en voz alta) No es como si fuera a hacer algo más. ¡Es solo para divertirse!
Por supuesto, ella sabía que sus acciones eran provocativas, pero le encantaba la idea de ver a Lincoln nervioso. Él siempre era tan serio, tan educado, que a veces sentía que tenía que sacudirlo un poco, sacarlo de su zona de confort.
Chamcaster: (riendo de nuevo) Espero que al menos se haya reído un poco. Aunque... si se sonrojó, ¡sería aún mejor!
Se levantó de su sillón, caminando de un lado a otro mientras se imaginaba cómo podrían ir las cosas la próxima vez que viera a Lincoln. Quizás él intentaría confrontarla sobre las fotos, o tal vez simplemente actuaría como si nada hubiera pasado. Pero no importaba cómo reaccionara, Chamcaster estaba segura de que lo había dejado pensando en ella.
Chamcaster: (con una sonrisa juguetona) Bueno, si se atreve a preguntarme, solo haré que la situación sea aún más incómoda. ¡Será divertido!
Mientras se reía, una pequeña parte de ella esperaba que, más allá de la broma, Lincoln entendiera que era su forma particular de acercarse a él. Después de todo, ¿qué mejor manera de crear una conexión que a través de una travesura bien pensada?
Chamcaster: ¡Espero que hayas disfrutado las fotos, Lincoln! Si no, bueno... siempre puedo mandarte más. (soltó una carcajada) Solo para asegurarme de que captes el mensaje.
Mientras Lincoln seguía mirando las fotos en la caja que Chamcaster le había dejado, de repente, sintió un pequeño destello de luz. Luna y Lonna salieron del brazalete en su muñeca, apareciendo a su lado como si siempre hubieran estado presentes.
Luna fue la primera en notar las fotos. Al verlas, sus ojos se entrecerraron, y un aura oscura comenzó a emanar de ella lentamente, rodeándola de un aire amenazante. Se cruzó de brazos, claramente molesta por lo que estaba viendo.
Luna: (con voz gélida) ¿Y qué es esto?
Antes de que Lincoln pudiera responder, Lonna, que también había visto las fotos, comenzó a reírse a carcajadas, completamente divertida por la situación.
Lonna: (riendo sin parar) ¡Vaya, Lincoln! Parece que Chamcaster realmente sabe cómo llamar tu atención. (dándole un codazo juguetón) ¿Qué vas a hacer con estas fotos, eh? Seguro que te serán muy útiles para... algo.
Lincoln, sintiéndose extremadamente incómodo y nervioso, intentó desviar la mirada, claramente avergonzado por las insinuaciones de Lonna.
Lincoln: (sonrojado) ¡No, no, no! Yo no hago ese tipo de cosas...
Lonna, aún riéndose, lo miró con una sonrisa pícara.
Lonna: Oh, vamos, Lincoln. Es obvio que Chamcaster te dejó esto para que te diviertas un poco. No es algo tan malo.
Lincoln, aún más nervioso, levantó las manos en señal de defensa, intentando aclarar la situación.
Lincoln: ¡No, en serio! Yo no hago eso. Es inapropiado.
Luna, quien había estado observando en silencio mientras su aura oscura crecía, finalmente habló. Su tono era bajo y amenazante, reflejando sus celos.
Luna: (seria y fría) Esa Chamcaster está cruzando una línea peligrosa. Nadie le deja a mi chico cosas como estas sin enfrentar las consecuencias...
El aura oscura de Luna se intensificó, haciéndole sentir a Lincoln un escalofrío en la espalda. Aunque sabía que Luna estaba celosa, no esperaba que la situación escalara tanto. Intentó calmarla rápidamente.
Lincoln: (tratando de ser razonable) Luna, no es lo que parece. No tienes que ponerte así...
Lonna, que seguía riéndose, añadió con una sonrisa pícara.
Lonna: Oye, Luna, relájate. Seguro que Lincoln solo las está guardando... para un "uso futuro". (guiñándole un ojo a Lincoln)
Lincoln suspiró, sabiendo que la situación se estaba poniendo cada vez más complicada.
Luna, aún molesta por las fotos que había dejado Chamcaster, decidió llevar la situación a otro nivel. Sin decir una palabra, se quitó su chaqueta de cuero, dejando al descubierto sus hombros y buena parte de su piel. El ambiente en la habitación cambió en un instante, y Lincoln, al verla, se sonrojó intensamente, su mente confundida por lo que estaba ocurriendo.
Luna, notando su reacción, sonrió con un toque de picardía y se inclinó un poco hacia él, dejando que sus palabras salieran con un tono retador.
Luna: (con una sonrisa provocadora) ¿Te gusta lo que ves, Lincoln? —preguntó mientras cruzaba los brazos debajo de su pecho, acentuando aún más su figura—. ¿Son mejores que lo de esa tal Chamcaster?
Lincoln, completamente rojo, miró hacia otro lado, intentando no hacer contacto visual directo. Se sentía atrapado entre la incomodidad y la sorpresa. Sabía que Luna estaba tratando de provocar una reacción, especialmente después de haber visto las fotos, pero no esperaba que llegara a esto.
Lincoln: (nervioso y tartamudeando) ¡L-Luna! Esto es... yo... esto no es necesario. No es una competencia...
Luna: (sonriendo) ¿No es una competencia? —dijo, riéndose suavemente—. Solo quiero asegurarme de que no estés impresionado por las fotos de esa bruja. Después de todo, yo estoy aquí, de carne y hueso.
Lincoln estaba intentando pensar en una forma de calmar la situación sin empeorarla, pero sus palabras no salían como esperaba.
Lincoln: (tratando de explicar) No es eso... Es que... yo no...
Antes de que pudiera continuar, Lonna, quien había estado observando todo desde un rincón, soltó una carcajada.
Lonna: Oh, esto se pone cada vez mejor. ¡Luna, vas a matarlo de un infarto! —dijo mientras se sostenía el estómago, riéndose a más no poder—. Creo que Lincoln no sabe cómo lidiar con esto.
Luna, al ver la reacción nerviosa de Lincoln, relajó un poco su postura y se puso seria, aunque aún mantenía su tono juguetón.
Luna: (con una sonrisa) Está bien, solo bromeaba... por ahora. —le guiñó un ojo y volvió a ponerse su chaqueta—. Pero ten cuidado, Lincoln. No me gusta compartir a mi chico sin que me pidan permiso.
Lincoln suspiró aliviado cuando Luna finalmente se puso la chaqueta, aunque su rostro aún estaba rojo. Sabía que Luna estaba siendo juguetona, pero también había un trasfondo de celos en todo aquello. Mientras intentaba recuperar la compostura, Lonna continuaba riéndose, disfrutando de toda la situación.
Lonna: Pobre Lincoln, atrapado entre dos fuerzas imparables. Esto es oro puro.
Lincoln solo pudo sonreír con nerviosismo, sabiendo que no había escapatoria fácil de ese tipo de situaciones con las chicas alrededor.
Luna, aún con esa sonrisa juguetona en su rostro, no se detuvo ahí. Sin previo aviso, lo jaló con fuerza y lo abrazó, presionándolo contra su pecho mientras hablaba en un tono más suave, pero con el mismo toque provocador.
Luna: (burlona) Vamos, Lincoln... —susurró cerca de su oído—, puedes tocar todo lo que quieras. No tienes que ser tímido conmigo.
Lincoln, completamente sonrojado y con el corazón acelerado, se quedó congelado en su lugar. Sabía que Luna estaba siendo juguetona, pero el contacto tan directo lo hacía sentir aún más nervioso. Sus manos temblaban mientras intentaba apartarse un poco, pero Luna no le daba mucho espacio.
Lincoln: (tartamudeando) Y-yo... esto... Luna, no creo que...
Pero antes de que pudiera terminar, sus manos, sin querer, se apoyaron suavemente sobre los hombros de Luna mientras intentaba liberarse un poco. Sin embargo, Luna lo tomó como que él estaba respondiendo a su provocación.
Luna: (con una sonrisa divertida) ¿Ves? No es tan difícil. Sabía que te gustaría.
A pesar de su nerviosismo, Lincoln sabía que tenía que decir algo, aunque sus pensamientos estaban completamente revueltos.
Lincoln: (súper nervioso) L-Luna, yo... es que... ¡esto es demasiado!
Lonna, que seguía observando todo desde un rincón, estaba ahora casi en el suelo de la risa.
Lonna: ¡Ay, Luna! Creo que lo estás asustando. ¡No puede ni respirar de lo nervioso que está!
Luna, al notar el nivel de nerviosismo de Lincoln, finalmente aflojó un poco el abrazo, pero no sin soltar una última broma.
Luna: (riendo suavemente) Está bien, está bien... no quiero que te desmayes. Solo recuerda, Lincoln... soy tu chica, así que no dejes que ninguna otra te confunda.
Lincoln, aliviado de que Luna finalmente lo soltara, dio un paso hacia atrás, tratando de recuperar el aliento y su compostura.
Lincoln: (suspirando) Luna... eres increíble, pero... ¡deberías avisar antes de hacer algo así!
Luna solo rió y le guiñó un ojo, mientras Lonna continuaba disfrutando del espectáculo.
Lonna: Hermano, tienes que acostumbrarte a esto... ¡Con Luna alrededor, nunca tendrás un momento aburrido!
Lincoln, aún intentando recuperarse de la situación, dejó escapar algo sin pensar, sus palabras saliendo antes de que su cerebro pudiera frenarlas.
Lincoln: Bueno, eh... tu cuerpo es... es muy sexy, Luna...
Tan pronto como lo dijo, la habitación se quedó en silencio por un segundo. Luna, quien había estado completamente en control hasta ese momento, de repente se sonrojó de manera intensa. No esperaba escuchar algo tan directo de Lincoln.
Luna: (sorprendida y sonrojada) ¿Q-qué dijiste?
Lincoln: (nervioso) ¡N-nada! Quise decir... ¡no era eso lo que quería decir!
Lonna, quien había estado riéndose discretamente hasta ese punto, soltó una carcajada aún más fuerte al ver el rostro sonrojado de su hermana.
Lonna: (riendo) ¡Oh, por favor, Lincoln! ¡Ahora ya lo dijiste! Y mira a Luna, ¡nunca la había visto sonrojada de esa manera!
Luna, tratando de recuperar su compostura, frunció el ceño levemente, pero no pudo evitar mirar a Lincoln de reojo, aún sonrojada.
Luna: (con una sonrisa nerviosa) No... no sabía que pensabas eso de mí, Lincoln. —Luego, bromeando un poco—, pero lo tomaré como un cumplido.
Lonna, viendo la oportunidad perfecta para hacer una broma, no perdió tiempo en soltar un comentario más.
Lonna: (riendo) ¿Sabes, Luna? Si Lincoln piensa que eres tan sexy, quizás deberías cambiarte el nombre. Tal vez algo como... "Luna la Sexy".
Luna, aún sonrojada, lanzó una mirada fulminante a su hermana.
Luna: ¡Lonna! ¡No ayudes!
Pero Lonna no podía contener la risa.
Lonna: ¿O qué tal "Luna la Seductora"? ¡Veo que tienes talento para eso!
Lincoln, atrapado en medio de esta situación, no sabía si reírse o desear desaparecer.
Lincoln: (avergonzado) ¡Yo... yo no quería decirlo así!
Pero Luna, finalmente recuperando un poco su confianza, le sonrió a Lincoln.
Luna: (con una sonrisa pícara) Bueno, Lincoln... gracias por el cumplido, pero la próxima vez, piénsalo dos veces antes de soltar algo como eso. O tal vez... solo dilo con más confianza.
Y con eso, le guiñó un ojo, dejando a Lincoln aún más confundido y a Lonna en el suelo, incapaz de dejar de reírse.
Luna estaba sentada, aún pensativa, mientras Lonna y Lincoln la observaban. Parecía realmente considerando el cambio de nombre, y comenzó a decir algunos posibles nombres en voz alta.
Luna: (pensativa) Bueno... si me cambio el nombre, definitivamente tiene que ser algo que me represente, pero... ¿qué podría ser?
Lonna, siempre disfrutando de la situación, le lanzó una sonrisa traviesa.
Lonna: (bromeando) ¿Qué tal "Luna la Deslumbrante"? Eso suena perfecto para ti. ¡Harías que Lincoln se derrita cada vez que te escuche!
Luna: (riendo suavemente) Ja, ja, muy graciosa, Lonna... pero no es exactamente lo que tengo en mente.
Luna cerró los ojos por un momento, tratando de concentrarse. Parecía que realmente le estaba dando vueltas al asunto.
Luna: Hmm... tal vez algo como "Selene". Es similar a Luna, pero un poco más exótico. O "Aurora", suena bonito... o tal vez algo más poderoso como "Astrid".
Lincoln, que había estado observando todo con cierta confusión, finalmente habló.
Lincoln: No tienes que cambiar tu nombre por mí, Luna. A mí me gusta como es. Además, "Luna" te queda muy bien.
Luna: (sonriendo) Gracias, Lincoln, pero es más por mí. Quiero algo que sea único y que no se preste a confusión. Además, ¡divertirse un poco no hace daño!
Lonna, que claramente estaba disfrutando cada segundo de esta conversación, soltó otra risa.
Lonna: ¿Y qué tal algo más atrevido? Como "Estrella". Así brillarías aún más en la vida de Lincoln.
Luna la miró con una mezcla de diversión y resignación.
Luna: Creo que "Estrella" sería un poco exagerado, incluso para mí, Lonna...
Lincoln: ¡Selene suena bien! —dijo, tratando de aportar algo útil— Es similar a Luna, pero diferente.
Luna: Hmm... Selene... me gusta. —dijo, sonriendo mientras lo repetía en voz baja— Sí, creo que ese podría ser mi nuevo nombre.
Luna, con una expresión decidida en su rostro, se giró hacia Lincoln y Lonna, con la emoción brillando en sus ojos.
Luna: (con confianza) ¡He tomado una decisión! A partir de ahora, me llamaré Selene.
Lincoln levantó las cejas, sorprendido pero también emocionado.
Lincoln: ¡Selene! Suena genial. ¡Me gusta mucho!
Lonna no pudo contener su risa y aplaudió levemente.
Lonna: ¡Eso es! ¡Selene suena mucho más místico! Te queda perfecto, como si fueras la diosa de la luna o algo así.
Selene: (riendo) Exacto. Quiero que este nuevo nombre refleje quién soy realmente. No solo una chica más, sino alguien especial.
Lincoln: Y definitivamente eres especial, Selene. Estoy seguro de que a todos les encantará.
Selene sonrió, sintiéndose bien con su nueva identidad.
Selene: Gracias, chicos. A partir de ahora, seré Selene, la chica que brilla en la oscuridad... aunque, bueno, tal vez no tanto como una verdadera diosa de la luna, pero intentaremos hacerlo.
Lonna se rió y asintió, disfrutando de la transformación.
Lonna: ¡Amo tu actitud! Con ese nombre, te veré más como una superhéroe de la noche. Solo asegúrate de mantener ese aire de misterio.
Selene: No te preocupes, lo haré. ¡Quien sabe! Tal vez hasta me convierta en una leyenda en Royal Woods. "Selene, la guardiana de la noche".
Lincoln asintió, imaginando las aventuras que podrían venir.
Lincoln: ¡Eso suena increíble! No puedo esperar a ver cómo se desarrolla esto.
En la habitación de Lincoln, mientras él se recuperaba de la sorpresa del momento anterior, Selene y Lonna notaron que el brazalete que llevaba en su muñeca empezó a brillar con una luz brillante y vibrante. La luz iluminó la habitación con un resplandor dorado, llenando el aire de una energía extraña y misteriosa.
Selene: ¿Qué está pasando ahora? ¡El brazalete se está volviendo loco!
Lonna: No tengo idea. ¿Acaso tiene más sorpresas?
Ambas chicas se acercaron, intrigadas pero algo nerviosas. De repente, un fuerte destello iluminó la habitación, seguido de un fuerte rugido. En un abrir y cerrar de ojos, un dragón de escamas brillantes apareció de la nada, agitando sus enormes alas. Sus ojos eran grandes y confusos, como si no comprendiera cómo había llegado allí.
Lincoln: (con la boca abierta) ¿Un dragón? ¿En mi habitación?
El dragón miró a su alrededor, su expresión era una mezcla de confusión y curiosidad. Sin embargo, cuando vio a los tres mirándolo, el dragón se asustó y, con un movimiento rápido, salió disparado de la habitación, dejando una estela de viento tras de sí. La puerta se cerró de golpe tras él, y un gran estruendo se escuchó mientras el dragón abandonaba la casa.
Selene: (con una mezcla de asombro y risa nerviosa) ¿Eso fue un dragón de verdad? ¡Esto es increíble!
Lonna: (riéndose) ¡No puedo creerlo! ¡Qué locura! Y pensar que solo estábamos hablando de nombres y ahora tenemos un dragón en la historia.
Lincoln, todavía aturdido, se giró hacia Selene y Lonna, sin saber si reír o llorar.
Lincoln: Esto es una locura. ¿Cómo es posible que un dragón aparezca aquí? ¡Nunca he visto algo así!
Selene: (entusiasmada) Tal vez el brazalete tiene un poder especial que atrajo al dragón. ¿Y si necesita ayuda? O tal vez está perdido.
Lonna, con una sonrisa traviesa, miró hacia la puerta abierta por donde el dragón había desaparecido.
Lonna: ¿Y si lo seguimos? Tal vez nos lleve a una aventura. ¡Imagina lo que podríamos descubrir!
Lincoln: ¿Seguir a un dragón? ¡No sé si eso es una buena idea! ¿Y si se asusta y nos ataca?
Selene cruzó los brazos, mirando decididamente hacia la puerta.
Selene: Creo que es una oportunidad que no podemos dejar pasar. Si el brazalete lo llamó, tal vez debamos averiguar por qué. Puede ser importante.
Lonna: (con emoción) ¡Vamos! ¡Aventuras y dragones! Tal vez terminemos salvando el mundo o algo así. Solo espero que no nos queme con su aliento de fuego o algo por el estilo.
Con el corazón latiendo con fuerza y la adrenalina fluyendo, los tres se apresuraron a salir de la habitación, decididos a seguir al dragón y descubrir qué otra sorpresa les esperaba.
Lincoln salió de su habitación, todavía aturdido por la repentina aparición del dragón. Cuando llegó al pasillo, se encontró con un verdadero caos. Las almohadas estaban esparcidas por el suelo, las plantas en las repisas temblaban por el viento que había dejado el dragón al salir volando, y las luces titilaban como si estuvieran en medio de una fiesta desenfrenada.
Lincoln: (mirando a su alrededor) ¿Qué demonios pasó aquí? ¡Es un desastre!
A medida que avanzaba por el pasillo, los ruidos provenientes de la cocina se volvían más intensos. Los estruendos de cosas cayendo y el sonido de algo rompiéndose resonaban a través de la casa. Con cada paso, la curiosidad y el miedo aumentaban. Lincoln se asomó a la cocina y se encontró con una escena sorprendente.
El dragón, que parecía aún confundido, estaba revisando los gabinetes y la nevera. Sus grandes ojos escaneaban cada rincón, mientras su cola accidentalmente derribaba un plato de cerámica que se estrelló contra el suelo, haciendo que Lincoln se sobresaltara.
Lincoln: (gritando) ¡Eh! ¡Eso no es tuyo!
El dragón, al escuchar la voz de Lincoln, se giró rápidamente, con un trozo de pan en su boca, como si fuera un perro al que sorprendieron robando comida. Con su mirada de sorpresa, parecía casi adorable, a pesar de su tamaño imponente.
Dragón: (con la boca llena) Rrawwr...
Selene: (entrando detrás de Lincoln) ¿Está tratando de comer tu comida?
Lonna: (sosteniéndose de la risa) ¡Eso es muy travieso! ¡Es como si hubiera decidido que tu cocina es un buffet libre!
El dragón, sin embargo, no estaba dispuesto a abandonar su búsqueda de comida. Se acercó al refrigerador, abriendo la puerta con su hocico, mientras Lincoln observaba en estado de shock. Las verduras y los jugos se deslizaban y caían al suelo.
Lincoln: (frustrado) ¡No puedes hacer eso! ¡Es nuestra comida!
Selene: (riendo) Parece que le gusta más el pan que la comida de dragón. ¿Te imaginas que un dragón se quede a vivir contigo? Sería una locura.
Lonna: ¡Y un gran reto para la cena familiar! Imagina la próxima vez que mamá pregunte quién se comió la comida: "Fue el dragón".
Con cada comentario, la situación se volvía más absurda. Lincoln decidió que debía actuar.
Lincoln: ¡Dragón! ¡Escucha! No puedes comer lo que quieras aquí. Si quieres algo de comida, ¡tendrás que pedírmelo!
Para su sorpresa, el dragón dejó caer el pan y lo miró con curiosidad, como si intentara comprender su palabra.
Selene: ¿Crees que entiende lo que dices?
Lonna: (burlona) Tal vez solo le falta un poco de educación. ¡Con un dragón en casa, tal vez necesitemos una clase de etiqueta para dragones!
El dragón, al darse cuenta de que lo estaban mirando, movió su cabeza y sacudió la cola, rompiendo una lámpara en la cocina. Lincoln respiró hondo, sintiendo que su paciencia estaba a punto de agotarse.
Lincoln: ¡Esto no va a funcionar!
Entonces, decidió ser más claro.
Lincoln: Mira, si tienes hambre, podemos darte un poco de comida. Pero por favor, no destruyas más cosas.
El dragón lo miró intensamente, como si pudiera comprenderlo. Luego, de repente, dejó de revolver la cocina y se sentó en el suelo, mirando a Lincoln con una mezcla de inocencia y expectativa.
Selene: ¡Oh! Creo que lo captó.
Lonna: ¡Genial! Ahora tienes un dragón que te mira como si fuera tu perro. Solo que, ya sabes, mucho más grande y probablemente más destructivo.
Lincoln se rascó la cabeza, sintiéndose un poco más aliviado. Quizás no era tan mala idea. Con un leve suspiro, decidió buscar algo de comida en el refrigerador para el dragón, mientras se preguntaba cómo demonios había terminado en esta situación tan extraña.
Lincoln se acercó al refrigerador, abriendo la puerta con la esperanza de encontrar algo más que ofrecerle al dragón que había invadido su hogar. Su rostro se tornó sombrío al ver que solo quedaban un par de pescados y algunas verduras marchitas en el estante.
Lincoln: (suspirando) Genial, solo queda esto...
Tomó uno de los pescados y se volvió hacia el dragón, que lo observaba con curiosidad. Con una mezcla de confusión y sorpresa, le preguntó:
Lincoln: ¿Cómo vas a comer esto si no tienes dientes?
Sin embargo, antes de que pudiera terminar la frase, el dragón empezó a brillar con una luz intensa. Lincoln retrocedió, atónito, mientras el dragón se transformaba ante sus ojos. Las escamas del dragón comenzaron a desvanecerse, y en su lugar apareció una mujer mitad dragón.
Ella tenía un largo cabello negro que caía en ondas suaves sobre sus hombros y ojos de color esmeralda que brillaban con intensidad. Pero lo más impactante fue que, al transformarse, mostró una serie de dientes afilados que había mantenido ocultos.
Sin previo aviso, la mujer dragón se acercó rápidamente a Lincoln, abrió su boca y, con un rápido movimiento, devoró el pescado que él sostenía, dejando a Lincoln en completo shock.
Lincoln: (boquiabierto) ¡Pero...!
Mientras ella disfrutaba del pescado, Lincoln no podía apartar la vista de su rostro. La mujer no hablaba, pero su expresión era una mezcla de satisfacción y agradecimiento.
Lincoln: (pensando) Esto es demasiado extraño... Primero un dragón, y ahora esto. ¿Qué más puede suceder?
La mujer dragón se limpió la boca, pareciendo satisfecha con su comida. Lincoln se quedó parado, aturdido por la repentina transformación y el acto inesperado de comer. Se preguntaba cómo había terminado en una situación tan surrealista.
Lincoln: (en voz baja) ¿Y ahora qué?
La mujer dragonil no le respondió, pero lo miró con curiosidad, como si esperara algo de él. Mientras tanto, el caos de su habitación y el nuevo giro en su vida seguían dando vueltas en su mente.
Lonna y Selene estaban de pie al borde de la cocina, observando la inusual escena que se desarrollaba entre Lincoln y la mujer dragón. Ambas se intercambiaron miradas de sorpresa y un toque de preocupación mientras el dragón se movía de manera inquieta.
Lonna: (bromeando) ¿Se supone que eso es parte de su dieta? Porque parece que se va a vomitar en cualquier momento...
Selene: (riendo suavemente) Sí, como si tuviera un asco repentino...
Justo en ese momento, la mujer dragón se inclinó hacia adelante, su rostro se torció en una mueca extraña y, de manera inesperada, comenzó a regurgitar el pescado que acababa de comer. El pescado salió de su boca de manera poco elegante, cayendo al suelo con un plop sonoro.
Lincoln: (horrorizado) ¡Eww! ¡¿Por qué?!
Lonna y Selene estallaron en carcajadas al ver la expresión de Lincoln, quien retrocedió como si el pescado pudiera morderlo.
Lonna: (riéndose) ¡Te lo está devolviendo! Parece que no le gustó tanto después de todo.
Selene: (sarcástica) ¿Ves? Te lo estaba ofreciendo para que lo comieras. ¡Qué amable!
Lincoln miró el pescado regurgitado en el suelo, sin saber si reír o gritar. Se preguntó si realmente iba a considerar comerlo después de eso.
Lincoln: (con una sonrisa nerviosa) Eh, creo que paso... Agradezco el gesto, pero estoy bien con lo que tengo aquí...
La mujer dragón lo miró con una expresión inocente, como si no comprendiera el revuelo que había causado. Mientras tanto, las risas de Lonna y Selene resonaban en la cocina, aliviando un poco la tensión de la situación.
Selene: (fingiendo ser seria) Sabes, Lincoln, a veces el amor viene en formas inesperadas. ¡Quizás deberías darle una segunda oportunidad!
Lonna: (con una sonrisa pícara) ¡Sí! Nunca se sabe cuándo un dragón puede ser un buen cocinero... o un gran vomitador.
Lincoln no pudo evitar reírse ante el comentario, disfrutando de la comicidad del momento a pesar de lo extraño que había resultado todo.
Lincoln: (riendo) Quizás, pero creo que prefiero mi comida sin el espectáculo de regurgitación. ¡Gracias, pero no gracias!
La mujer dragón pareció confundida pero, al ver que todos se reían, no pudo evitar un pequeño sonidito, como si también estuviera intentando participar en la broma.
La chica dragón sostenía el pescado regurgitado con una expresión decidida en su rostro, casi como si fuera un regalo. Lincoln, por su parte, miraba la escena con una mezcla de asombro y repulsión, tratando de no dejar que su estómago diera un vuelco.
Lincoln: (en voz baja, sintiendo náuseas) ¿En serio? ¿Esto es lo que hacen los dragones, ofrecer su comida así?
La dragón, ignorando su incomodidad, acercó aún más el pescado, con sus ojos esmeralda brillando con expectación. Su actitud era tan insistente que Lincoln no pudo evitar sentirse presionado.
Selene: (riéndose) Vamos, Lincoln, ¡no puedes rechazar su hospitalidad!
Lonna: (apretando su abdomen, intentando contener la risa) ¡Esto es increíble! Te está ofreciendo un pescado de segunda mano, ¡eso es un verdadero honor!
Lincoln hizo una mueca, claramente luchando con la idea de comer algo que había estado en la boca de una dragón. Con un profundo suspiro, se recordó a sí mismo que no quería ofenderla.
Lincoln: (con una sonrisa nerviosa) Eh... Gracias por la oferta, pero...
Justo cuando estaba a punto de rechazarla, la dragón le sonrió y le hizo un gesto animado, casi como si le estuviera diciendo que no se preocupara. El brillo en sus ojos lo hacía sentir aún más culpable por no querer probar el pescado.
Lincoln: (balbuceando) Está bien, solo... un bocado...
Con manos temblorosas, tomó el pescado de sus manos. Sentía que su estómago se revolvía, pero quería ser educado. Al mirar el pescado, se imaginó el viaje que había tenido desde la boca de la dragón hasta su mano. Sin embargo, el hambre también lo empujaba a probarlo.
Lincoln: (cerrando los ojos) Aquí va nada...
Dio un pequeño mordisco. El sabor era inesperadamente salado, y aunque era un poco extraño, no era tan malo como había temido. Sin embargo, el simple hecho de saber de dónde venía lo hizo querer vomitar.
Selene: (fingiendo ser el comentarista) ¡Miren, él lo hizo! ¡El valiente Lincoln ha probado el pescado de la dragón!
Lonna: (riéndose a carcajadas) ¿Y qué tal, Lincoln? ¡Es un manjar, ¿verdad?
Lincoln, esforzándose por mantener la compostura, forzó una sonrisa mientras trataba de no pensar demasiado en lo que acababa de comer.
Lincoln: (sudando) Es... diferente...
La dragón sonrió ampliamente, satisfecha con su reacción, mientras Lincoln trataba de no vomitar en el proceso. La tensión en el aire se disipó un poco, y aunque el momento era inusualmente cómico y un tanto grotesco, no podía evitar reírse de la situación.
Selene: (con complicidad) Si logras comer eso, ¡puedes hacer cualquier cosa!
Lonna: Tal vez deberías considerarlo como un platillo habitual en tu dieta...
Lincoln se rió nerviosamente, consciente de que ese era un momento que jamás olvidaría. La dragón, sin dejar de sonreír, parecía estar disfrutando cada segundo de la reacción de Lincoln, mientras él se preguntaba cómo había llegado a esa insólita situación.
La chica dragón, emocionada por la reacción de Lincoln y sus amigas, decidió que había que llevar la experiencia culinaria a un nuevo nivel. Inclinándose una vez más, empezó a regurgitar más comida de su boca, esta vez una mezcla de lo que parecían ser pequeñas criaturas marinas y algunas verduras que no se parecían a nada que Lincoln hubiera visto antes.
Lonna: (mirando con horror) ¿Qué demonios es eso?
Selene: (tapándose la boca) ¡No puedo creer que esto esté sucediendo!
La dragón, con una gran sonrisa, les ofrecía lo que acababa de “preparar”, como si fuera un platillo gourmet. Ambas chicas se quedaron paralizadas, mirando lo que estaba delante de ellas. Sus ojos se agrandaron mientras procesaban lo que significaba realmente la oferta.
Lincoln: (riendo) ¡Vamos, chicas! ¡No pueden rechazar la comida de la dragón! ¡Es de mala educación!
Con una mezcla de risa y resignación, Lonna tomó un pequeño bocado de la extraña mezcla que la dragón había regurgitado, mientras Selene la seguía. Tan pronto como los sabores extraños inundaron sus bocas, sus caras se tornaron de un color verde brillante.
Lonna: (con un tono de voz tembloroso) ¡Esto es… asqueroso!
Selene: (mientras intentaba tragar) ¡Es como si hubiera comido un mar en mal estado!
Ambas chicas estaban al borde de vomitar, luchando para contener la repulsión mientras intentaban masticar la comida. Las carcajadas de Lincoln resonaban en la habitación, disfrutando de la hilarante situación.
Lincoln: (con una sonrisa traviesa) ¡No se rindan! ¡Recuerden, es de mala educación no aceptar lo que les dan!
La chica dragón, aparentemente encantada por su reacción, se acercó aún más, ofreciendo más “delicias” como si se tratara de un chef de alta cocina. La situación era tan absurda que Lonna y Selene no sabían si reír o llorar.
Lonna: (casi a punto de vomitar) ¡Nunca más voy a subestimar un regalo de un dragón!
Selene: (con una expresión de pánico) ¡Esto no es lo que esperaba de mi nuevo nombre!
Finalmente, no pudiendo soportar más, ambas chicas comenzaron a reír a carcajadas, olvidando un poco la asquerosa experiencia. Lincoln, entre risas, les animó a seguir.
Lincoln: ¡Eso es, chicas! ¡A disfrutar! ¡Siempre recordarán este momento!
La chica dragón, emocionada y con ojos brillantes, continuó ofreciendo más de su comida, y aunque el ambiente era totalmente surrealista, el grupo no podía dejar de reírse ante lo ridículo de la situación.
De repente, Lonna y Selene intercambiaron miradas de horror y, sin previo aviso, ambas chicas se lanzaron hacia el baño, sus caras palideciendo cada vez más mientras sus estómagos protestaban.
Lonna: (corriendo hacia el baño) ¡No puedo más!
Selene: (siguiendo de cerca) ¡Esto es horrible!
Lincoln, aún en la cocina con la chica dragón, se quedó atónito por un momento. Miró hacia la dirección en la que se habían ido, luego se volvió a la dragón, que estaba observando la escena con una mezcla de curiosidad y sorpresa.
Lincoln: (suspirando con una sonrisa divertida) Bueno, eso no salió como esperábamos, ¿verdad?
La chica dragón, que aún lucía alegre, alzó una ceja, confusa sobre por qué sus “delicias” habían tenido tal efecto. Miró la puerta del baño y luego a Lincoln, claramente sin comprender del todo lo que había sucedido.
Chica Dragón: (mirando a Lincoln, confundida)
Lincoln se rió, intentando contenerse.
Lincoln: Digamos que… no todos están acostumbrados a comer algo que acaba de ser regurgitado, aunque la intención fue buena.
Mientras tanto, desde el baño, se escucharon ruidos de vómitos y gemidos de Lonna y Selene, lo que hizo que Lincoln se riera aún más.
Lincoln: (burlón) Parece que su estómago no sirvió para ese manjar, pero no se preocupen, ¡lo importante es que probaron algo nuevo!
La chica dragón, viendo a Lincoln disfrutar de la situación, se encogió de hombros y sonrió, como si no le importara lo que pasaba. Luego, su expresión se iluminó y se acercó al refrigerador.
Lincoln, curioso, la siguió. Ella comenzó a mirar entre los ingredientes, buscando algo más que ofrecer.
Lincoln: (riendo) No sé si deberías intentar otra cosa. Tal vez deberíamos dejarlo en manos de la cocina humana por ahora…
La chica dragón pareció pensar en eso, pero luego agitó su cabeza enérgicamente y sacó algunos ingredientes, mirando a Lincoln con determinación.
Chica Dragón: (sin hablar, pero con una mirada decidida)
Lincoln, sorprendido por su entusiasmo, levantó las manos en señal de rendición.
Lincoln: Está bien, si insistes. Pero por favor, nada que haya salido de tu boca, ¿sí?
Ambos compartieron una sonrisa, y mientras las chicas seguían en el baño, el ambiente se tornó más ligero. Lincoln se preguntaba cómo había terminado en medio de una situación tan absurda, pero a la vez no podía evitar disfrutar de la locura de su nueva vida llena de dragones y situaciones inesperadas.
Lincoln: Creo que deberíamos ir a revisar a Lonna y Selene. No quiero que se queden atrapadas en el baño para siempre. Pero prometo que me aseguraré de que la próxima vez que cocines, sea un poco menos… dramático.
La chica dragón asintió, aún entusiasmada, y ambos se dirigieron al baño, listos para ver cómo estaban sus amigas después de tan peculiar experiencia.
Fin del capítulo
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