bueno ya era hora
Lincoln caminaba por la acera en dirección a la casa de Mystique, con las manos en los bolsillos y una expresión pensativa en el rostro. De repente, se detuvo y miró directamente a la “cámara,” como si estuviera hablando con alguien más allá de la escena.(Osea la cuarta pared para quien no lo capta)
Lincoln: "Bueno, chicos… sé que se estarán preguntando qué pasó después de… bueno, ya saben, todo eso con Bellota."
Sonríe y se rasca la nuca, con una mezcla de vergüenza y diversión.
Lincoln: "Lo cierto es que en ese momento, la cosa se puso un poco… ¿cómo decirlo? Incómoda. Así que, ni corto ni perezoso, tuve que improvisar una excusa y le dije que… bueno, que tenía que irme porque me estaban esperando en otro lado."
Hace una pausa, soltando una pequeña risa nerviosa, como si estuviera reviviendo la situación en su mente.
Lincoln: "No es que haya salido corriendo, ¿eh? Pero, sinceramente, sentí que lo mejor era dejar las cosas ahí… antes de que se complicaran aún más."
Vuelve a poner las manos en los bolsillos, retomando su camino hacia la casa de Mystique.
Lincoln: "Así que ahora voy a visitar a Mystique. A ver qué tal le va… y, de paso, desconectar un poco de todo lo que pasó hoy. Creo que me hace falta."
Mientras continúa su caminata, su expresión se relaja, y se le escapa una pequeña sonrisa, mostrando que está agradecido de poder despejarse después de un día tan intenso.
(Ya parecía que está por llegar a otro nivel con bellota no jajaja)
Lincoln llegó a la puerta de la casa de Mystique, o “Maya” como la conocían allí, y tocó suavemente. Apenas unos segundos después, Haley abrió la puerta y lo recibió con una sonrisa.
Haley: "¡Lincoln! Qué sorpresa… aunque, pensándolo bien, no debería ser tan sorpresa, ¿verdad?"
Se rió, dándose cuenta de que estaba siendo obvia.
Haley: "O sea… claro que vienes a ver a Maya, ¿para qué otra cosa vendrías, verdad? ¡Qué tonta soy!"
Lincoln sonrió, divertido por la confusión de Haley.
Lincoln: "Tranquila, Haley. Sí, vine a ver a Maya… y también a saludar a los demás, claro."
Haley asintió, abriendo la puerta de par en par para que Lincoln pudiera entrar.
Haley: "Bueno, pasa, pasa. Maya estaba en la cocina hace un momento. Estaba ayudando a mamá a cocinar. ¿Sabías que le gusta mucho la cocina? ¡Y no se le da nada mal! Aunque… creo que ella sigue pensando en alguien que le gusta."
Lincoln levantó una ceja, un poco intrigado por el comentario.
Lincoln: "Oh, ¿de verdad? No sabía que Maya era buena cocinando. Y… ¿esa persona de la que hablas es alguien que yo conozca?"
Haley lo miró con una sonrisita traviesa, como si supiera algo que él no.
Haley: "Bueno, no quiero meterme en líos, pero creo que te sorprenderías si supieras lo mucho que Maya habla de esa persona. Aunque… no debería decir más."
Lincoln rió, siguiéndole el juego.
Lincoln: "Entiendo, entiendo. No te preocupes, no voy a presionarte."
Justo en ese momento, Mystique apareció en el pasillo, notando que Lincoln había llegado.
Mystique: "¡Lincoln! No esperaba verte tan pronto."
Lincoln le sonrió, contento de verla.
Lincoln: "Bueno, pensé en hacerte una visita sorpresa. ¿Te molesta?"
Mystique negó rápidamente, sonriendo con un toque de timidez.
Mystique: "Para nada, de hecho… me alegra mucho que hayas venido."
Haley, que seguía allí, miró a ambos con una gran sonrisa.
Haley: "Bueno, los dejo solos. ¡Diviértanse!"
Haley se alejó, dándole a Lincoln una mirada de complicidad antes de irse, y Lincoln y Mystique intercambiaron una mirada, ambos un poco sonrojados y sonrientes.
Patricia se asomó desde la cocina al ver a Lincoln y Mystique juntos en la sala, con una sonrisa divertida en el rostro.
Patricia: "Bueno, Lincoln, parece que has venido a ver a tu novia, ¿eh?"
Tanto Mystique como Lincoln se sonrojaron al escuchar el comentario, cada uno desviando la mirada en direcciones opuestas, claramente incómodos y sorprendidos.
Mystique, aún ruborizada, murmuró en voz baja, casi para sí misma: "Bueno… no es que me molestaría..."
Lincoln escuchó sus palabras apenas como un susurro y, aunque quiso disimular, no pudo evitar que el sonrojo se le notara aún más. Haley, que había escuchado todo y estaba disfrutando del momento, le dio un codazo a Lincoln, sonriendo de forma traviesa.
Haley: "Vamos, Lincoln. Seguro que tienes a un montón de chicas detrás de ti, ¿verdad?"
Lincoln se rascó la nuca, riéndose un poco nervioso mientras pensaba en todas las situaciones que había vivido últimamente.
Lincoln (en sus pensamientos): "Oh, Haley… ni te imaginas todo lo que me ha pasado. Creo que ni yo mismo me imagino cómo terminé en estas situaciones."
Patricia, divertida con la escena, agregó mientras organizaba algunas cosas en la cocina: "Maya, si lo tienes aquí para ti solo, cuídalo bien. Lincoln parece ser todo un caballero."
Mystique sonrió, mirándolo de reojo y con un toque de timidez.
Mystique: "Yo… bueno, él es muy amable y siempre sabe cómo hacerme sentir bien…"
Lincoln, tratando de salir del tema pero sin perder la amabilidad, dijo: "Bueno, Patricia, Haley, no es para tanto. Solo vine a ver cómo estaba Maya y… bueno, siempre es agradable pasar un rato con ustedes también."
Haley levantó una ceja, claramente divertida con su respuesta.
Haley: "Claro, claro. 'Solo vino a ver cómo estaba Maya', dice. Creo que ya todos entendemos qué significa eso."
Mystique y Lincoln intercambiaron una mirada rápida, y ambos comenzaron a reírse, tratando de disimular el nerviosismo, aunque el rubor en sus rostros era más que evidente.
Mystique (o “Maya” como la llamaban Patricia y Haley) observaba a Lincoln con curiosidad mientras se acomodaban en la sala. Le dedicó una sonrisa cálida y preguntó:
Maya: “Entonces, Lincoln… ¿cómo has estado? No nos vemos desde hace tiempo.”
Lincoln sonrió, pero se rascó la nuca, un poco nervioso. Sabía que había mucho que contar, pero también mucho que no sabía cómo explicar. No podía mencionar el caos romántico que había surgido en su vida, así que eligió una versión… más simplificada.
Lincoln: “Oh, he estado… bastante bien. Ya sabes, con la escuela, algunos proyectos, y… bueno, amigos. Bastante ocupado, en realidad.”
Maya lo miró con un toque de duda, como si sintiera que había algo que él estaba dejando de lado.
Maya: “¿Solo eso? Me cuesta creer que un chico como tú no tenga más historias interesantes que contarme…”
Lincoln soltó una pequeña risa, sintiéndose descubierto.
Lincoln: “Bueno, he estado… haciendo nuevos amigos y… fortaleciendo las amistades que ya tenía. Conociendo más a algunas personas, supongo.”
Maya se inclinó un poco hacia él, mirándolo con genuina curiosidad.
Maya: “¿Conociendo más, eh? ¿No será que alguien especial ha llamado tu atención?”
Lincoln soltó una carcajada nerviosa, tratando de desviar el tema sin parecer demasiado obvio.
Lincoln: “No, no… nada de eso, Maya. Solo… ya sabes, cosas de la vida.”
Maya lo miró unos segundos, evaluando su respuesta, antes de sonreír con picardía.
Maya: “Apuesto a que sí hay algo interesante. Eres demasiado bueno como para que no haya un par de chicas por ahí preguntándose si les harás caso.”
Lincoln (en sus pensamientos): "¡Ay no! Si supiera la verdad, me llamaría loco… o peor, mujeriego."
Lincoln: “Bueno… solo he estado disfrutando de la compañía de algunos amigos. No es tan… complicado como parece.”
Maya asintió, aunque no parecía convencida del todo.
Maya: “Lincoln, eres un buen chico. Y eso de ‘solo amigos’… ya lo veremos. Solo espero que, cuando decidas confiar en alguien, sea alguien que te valore de verdad.”
Lincoln sintió un nudo en el estómago, sabiendo que ella tenía razón. Por ahora, solo podía sonreír y asentir.
Lincoln: “Gracias, Maya. Lo tendré en cuenta.”
Ambos se quedaron en silencio unos momentos, disfrutando de la compañía, mientras Lincoln sentía el alivio de haber evitado, por ahora, el tema de su “harem” secreto.
(Ni tan secreto)
Mientras Patricia estaba ocupada en la cocina, Haley aprovechó la oportunidad para estudiar a Lincoln con una sonrisa curiosa. No había pasado tanto tiempo desde la última vez que lo vieron, pero notaba algo diferente en él. Ella se cruzó de brazos y, con una mirada inquisitiva, le lanzó la primera pregunta.
Haley: "¿Sabes, Lincoln? Te veo… como más cambiado. ¿Has estado entrenando o algo así?"
Lincoln: (riendo nerviosamente) "¿Cambiado? No creo… Bueno, tal vez he crecido un poco. Solo he estado… ocupado con algunas cosas."
Maya: (acercándose con una sonrisa traviesa) "No, Haley tiene razón. Algo en ti se siente… distinto. No sé, ¿tal vez tienes más confianza?"
Sin decir más, Maya se colocó junto a él, mirándolo de cerca con una expresión juguetona. Aprovechó la oportunidad para pegarse un poco a él, como si quisiera descubrir ese “cambio” del que hablaban. Haley observó la escena, divertida.
Lincoln: (sonrojado) "Ehm… no es para tanto, de verdad. Solo he estado ocupado y… tal vez eso me haya dado un poco más de seguridad."
Maya: (sin apartarse) "Pues a mí me parece que has crecido mucho más. Además, siempre fuiste muy amable y considerado, pero ahora… tienes algo especial, como… una presencia."
Antes de que Lincoln pudiera decir algo, Maya lo rodeó con sus brazos en un abrazo, apretándolo suavemente. Lincoln sintió que su cara enrojecía un poco más; la cercanía de Maya lo hizo sentir una mezcla de nervios y comodidad. Haley no tardó en bromear.
Haley: (riendo) "¡Vaya, Maya! ¿No lo extrañabas tanto, eh?"
Maya: (riendo también y aferrándose a él un poco más) "¿Es tan malo? Lincoln es alguien muy especial, y no puedo evitar demostrarle mi cariño… ¿o no, Lincoln?"
Lincoln: (sonrojado, riendo nerviosamente) "Bueno… nunca dije que me molestara."
En ese momento, Maya soltó una pequeña risa, y Haley, que no pudo resistir la tentación, se unió al abrazo, formando un abrazo grupal con Lincoln en el centro. La situación era tan cálida como cómica, y Lincoln sonrió, disfrutando del momento, aunque claramente sin saber muy bien cómo reaccionar.
Lincoln: (tratando de mantenerse calmado) "Está bien, ustedes ganan… pero, ¿esto era solo una reunión casual, o están tramando algo más?"
Haley: (fingiendo estar pensativa) "Hmm… ¿qué tal si solo queremos consentirte un poco?"
Maya: (sonriendo y mirando a Lincoln) "Exacto. Eres nuestro amigo, y después de tanto tiempo, mereces un buen recibimiento."
Lincoln: (sonriendo con calidez) "Bueno, si es así… entonces acepto toda la atención."
Lincoln se quedó un poco sorprendido cuando Maya se le acercó lentamente, sus ojos llenos de calidez y una pizca de picardía. Ella se inclinó hacia él, y con una suave sonrisa, se acercó a su oído para susurrarle.
Maya: “Te he extrañado… mucho más de lo que crees. ¿Cómo piensas compensarme por todo el tiempo perdido, eh?”
Lincoln se quedó congelado por un segundo, sintiendo el ligero calor que desprendía Maya al estar tan cerca. Su corazón latía rápido, y por un momento, se le pasó por la mente lo mucho que realmente había echado de menos estos momentos con ella.
Lincoln (tratando de mantener la compostura): “Bueno, yo… no sabía que… te habías sentido así.”
Maya sonrió y lo miró a los ojos, sin alejarse ni un poco.
Maya: “Claro que sí. ¿O acaso pensabas que no me iba a dar cuenta de lo mucho que nos hemos distanciado? Ya sabes que eras alguien especial para mí.”
Lincoln se sonrojó un poco y no pudo evitar sonreír nerviosamente. Sabía que en ese instante, Maya esperaba algo más que una respuesta común.
Lincoln: “Bueno, supongo que podría… quedarme un rato más, ¿no? Quizás así… compenso algo del tiempo perdido.”
Maya lo miró con satisfacción y, sin decir más, lo envolvió en un abrazo cálido y suave. Lincoln apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que ella apoyara su cabeza en su hombro, suspirando levemente.
Maya: “Sabía que no me fallarías… Es lo que siempre me ha gustado de ti. Eres tan… considerado.”
Haley pasó de casualidad por el pasillo y vio la escena, llevándose una mano a la boca para ahogar una pequeña risa.
Haley: “¡Vaya! Parece que alguien aquí está recibiendo atención especial.”
Lincoln y Maya se separaron ligeramente, algo avergonzados, pero Maya solo sonrió.
Maya: “Bueno, Lincoln y yo solo estamos poniéndonos al día, Haley. No tiene nada de malo… ¿verdad, Lincoln?”
Lincoln, aún algo nervioso pero sintiéndose más cómodo, asintió.
Lincoln: “Sí… nada de malo en eso.”
Haley les sonrió divertida.
Haley: “Pues que disfruten de su ‘reencuentro’. Pero, Lincoln, ¿seguro que puedes con Maya? Parece que está decidida a no dejarte ir tan fácilmente.”
Lincoln le devolvió una sonrisa, sintiendo que, por ahora, estaba donde quería estar.
Maya: Lincoln me acompañas,te quiero mostrar como está mi habitación
Lincoln siguió a Maya hacia el pasillo mientras ella le guiñaba un ojo discretamente, dándole a entender que sus intenciones no eran exactamente lo que había mencionado. Al llegar a su habitación, Maya abrió la puerta y lo invitó a entrar, con una sonrisa que no dejaba dudas sobre su intención de tener un momento más íntimo.
Maya: (con tono coqueto) "Solo quiero enseñarte cómo ha cambiado mi habitación. He agregado un par de cosas... aunque no es nada impresionante."
Lincoln: (mirando alrededor) "Bueno, se ve genial, Maya. Tienes buen gusto... Pero, ¿me trajiste aquí solo para eso?"
Maya: (se acerca y le susurra al oído) "Quizá no del todo. La verdad, te he extrañado mucho, Lincoln. Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que estuvimos a solas..."
Lincoln siente cómo el rostro se le calienta ante el tono dulce de Maya y la forma en que sus palabras resonaban. Maya aprovecha para abrazarlo, apretándose suavemente contra él, disfrutando el momento y sintiendo que él hacía lo mismo.
Lincoln: (sonrojado, pero sonriente) "Yo también te extrañé, Maya. Aunque... no sabía que me extrañabas tanto."
Maya: (sonríe y lo mira a los ojos) "Claro que sí, tonto. ¿Cómo no iba a extrañarte? Eres alguien especial para mí."
Ambos quedan en silencio unos instantes, compartiendo una mirada cargada de emociones. Lincoln sentía que el tiempo se detenía.
Lincoln miró a su alrededor y sonrió, impresionado por la decoración.
Lincoln: “Tu habitación se ve muy bonita, Maya. Se nota que le has puesto cariño.”
Mystique, sin darse cuenta, comenzó a acercarse a él, su mirada llena de curiosidad y una suave calidez. La cercanía hizo que Lincoln se pusiera un poco nervioso, pero no se movió. Era como si algo en el aire los mantuviera en ese instante, en una burbuja de tranquilidad y complicidad.
Maya: “Gracias, Lincoln… tus palabras siempre logran hacerme sonreír.”
Lincoln sintió su corazón acelerarse, pero trató de disimularlo con una pequeña sonrisa.
Lincoln: “Bueno, es la verdad. Además, creo que Patricia y Hayle hicieron un gran trabajo.”
Maya asintió lentamente, todavía muy cerca de él. Sus ojos parecían buscar algo en los de Lincoln, como si intentara descifrar lo que pasaba por su mente.
Maya: “Sí, ellas me ayudaron… pero verte aquí es lo que realmente hace que este lugar se sienta especial.”
Lincoln abrió los ojos con sorpresa, sin saber cómo responder a esas palabras. La cercanía y la intensidad de su mirada lo dejaban sin aliento.
Lincoln (en sus pensamientos): "Esto… ¿es lo que llaman tensión? ¿Será que… Maya siente lo mismo?"
Ambos quedaron en silencio, apenas a unos centímetros de distancia, sin saber qué decir o hacer. Fue Maya quien, dándose cuenta de lo cerca que estaban, apartó la mirada y retrocedió un paso, algo avergonzada.
Maya: “Lo siento, Lincoln. No quise incomodarte. A veces… creo que me dejo llevar.”
Lincoln: “No… no, no me incomodaste. Fue… bonito.”
Ambos compartieron una sonrisa tímida, sabiendo que algo había cambiado entre ellos, aunque ninguno estaba seguro de qué hacer al respecto.
Lincoln y Maya quedaron en silencio, mirándose a los ojos. La cercanía, la calma de la habitación y el ambiente cálido hicieron que el corazón de Lincoln latiera más fuerte. Sintió cómo Maya lo miraba intensamente, como si estuviera decidiendo algo.
En un susurro apenas audible, Maya murmuró:
Maya: “Ya… no lo resisto.”
Lincoln: (confundido) “¿Qué cosa?”
Antes de que pudiera decir algo más, Maya acortó la distancia entre ellos y, sin previo aviso, lo besó suavemente en los labios. Lincoln se quedó inmóvil, sorprendido por la inesperada sensación. Sus pensamientos se detuvieron, y por un momento, todo lo demás pareció desvanecerse.
El beso fue breve, pero cargado de emociones. Cuando Maya se apartó, su rostro estaba teñido de un leve rubor, y sus ojos buscaban los de Lincoln, esperando una respuesta.
Lincoln: (susurrando, todavía sorprendido) “Maya… yo…”
Maya bajó la mirada, mordiéndose ligeramente el labio, como si temiera haber hecho algo mal.
Maya: “Lo siento, Lincoln. Es solo que… no pude evitarlo. He estado sintiendo esto por mucho tiempo.”
Lincoln, aún procesando lo que acababa de suceder, le tomó suavemente la mano y le dedicó una sonrisa cálida.
Lincoln: “No tienes que disculparte. A decir verdad… creo que yo también he estado esperando este momento.”
Después del beso, un silencio cómodo se instaló entre ambos. Sin embargo, Maya, aún observando a Lincoln con una mirada penetrante, rompió el silencio con una expresión divertida pero intrigada.
Maya: “Lincoln… me parece que hay algo más en tu vida, ¿no?”
Lincoln: (frunciendo el ceño) “¿A qué te refieres?”
Maya se cruzó de brazos, observando a Lincoln con una leve sonrisa que, aunque juguetona, tenía un toque de curiosidad.
Maya: “Sabes, no es difícil notar que tienes una buena cantidad de chicas a tu alrededor. A veces se puede ver en la forma en que te miran, la forma en que te tratan…”
Lincoln se sintió repentinamente nervioso, como si el suelo se hubiera abierto bajo sus pies. ¿Cómo podía ella haber notado eso? ¡No podía ser tan obvio!
Lincoln: (desconcertado) “¿Qué? No… no es como piensas, Maya. Yo solo…”
Maya: (interrumpiéndolo, sonriendo con picardía) “¿Solo qué? ¿Solo eres el chico popular entre ellas? Porque me parece que tienes a un pequeño… ejército de chicas a tus pies.”
Lincoln se quedó en silencio por un momento, mirando al suelo. No sabía si sentir vergüenza o simplemente rendirse a la situación. Finalmente, suspiró y levantó la mirada hacia Maya, quien lo observaba expectante.
Lincoln: “Bueno, no sé si debería llamarlo un ‘ejército’… pero sí… técnicamente tengo un harem.”
Maya arqueó una ceja, sorprendida pero divertida.
Maya: “¿Un harem? Vaya, no esperaba que fueras tan directo, Lincoln.”
Lincoln: (sonrojado, rascándose la nuca) “No, en serio. Es una locura… Es que no sé ni cómo sucedió. Hay Anne, Des, Miko, Lonna, Selene… son todas muy diferentes y, de alguna forma, siempre terminan siendo parte de mi vida. Cada una tiene su manera de ser, su forma de apoyarme, y yo simplemente… pues, no sé, estoy ahí para ellas. Es complicado…”
Maya: (sonriendo con una mezcla de asombro y diversión) “Parece que tienes tu vida amorosa bastante llena, Lincoln. Pero, dime, ¿cómo logras mantener todo eso? ¿No te resulta confuso o complicado?”
Lincoln: (bajando la cabeza, avergonzado) “Sí, lo es… más de lo que me gustaría admitir. Algunas veces siento que todo esto me sobrepasa, pero no quiero lastimar a nadie. No me gustaría que ninguna de ellas pensara que no las valoro.”
Maya lo miró con una expresión suave, comprensiva. Después de un momento, su mirada se volvió más juguetona, y se acercó un poco más a él, haciéndolo sentir aún más nervioso.
Maya: “Vaya, parece que ser tú es todo un desafío… pero no creo que sea imposible. Aunque, pensándolo bien…” (se detuvo un momento y luego continuó con una sonrisa traviesa) “¿Qué pasaría si yo también quisiera ser parte de tu… harem?”
Lincoln: (abriendo los ojos de par en par, sorprendido) “¿Qué? ¡No! No sé si eso sea una buena idea…”
Maya se echó hacia atrás, divertida al ver el rostro completamente rojo de Lincoln. Decidió seguir bromeando un poco más.
Maya: (sonriendo con picardía) “¿Por qué? ¿No crees que podría encajar perfectamente? Después de todo, ya hemos compartido momentos bastante cercanos… y parece que tú y yo tenemos una buena conexión.”
Lincoln, aunque sorprendido, no podía negar la verdad de sus palabras. La idea de que Maya se uniera a su "harem" le resultaba absurda, pero a la vez… no podía evitar sentirse intrigado. Después de todo, ella era una de las personas más cercanas a él en ese momento.
Lincoln: (rendido, con una sonrisa nerviosa) “Maya, esto… esto es un lío. No sé ni qué decir…”
Maya: (suavizando la expresión, pero con una mirada llena de confianza) “¿Y por qué no? ¿Te parece tan mal? A fin de cuentas, ya tienes a tantas chicas, ¿una más no haría mucha diferencia?”
Lincoln: (avergonzado y ruborizado) “Es que no quiero que esto se me vaya de las manos. No sé cómo manejarlo, y no quiero herir a nadie, ni a las chicas ni a ti…”
Maya: (acercándose un poco más, con una mirada más profunda) “Lincoln, si alguna vez decides que quieres que las cosas sean diferentes… no estoy en contra de la idea. Quizá podrías darle una oportunidad a algo más real, algo que solo se trate de ti y de mí.”
Lincoln se quedó en silencio, procesando todo lo que Maya había dicho. Era difícil para él imaginarse algo así, pero la manera en que Maya lo miraba, con tanta sinceridad y emoción, le hacía cuestionar muchas cosas.
Maya: (sonriendo suavemente) “Lo que sea que decidas, Lincoln, siempre estaré aquí, ya sea dentro o fuera de tu… pequeño mundo complicado.”
Lincoln la miró por unos segundos, completamente absorto en sus palabras. A pesar de todo lo que había dicho sobre su vida y sus complicaciones, había algo en la forma en que Maya lo entendía que le daba un cierto grado de consuelo. Quizá, solo quizá, las cosas no tenían que ser tan complicadas.
Lincoln: (sonriendo, con un suspiro de alivio) “Tal vez… tal vez sí podría intentarlo. No prometo nada, pero…”
Maya: (con una sonrisa traviesa) “Lo suficiente como para considerarlo, ¿eh? Ya veremos cómo se desarrollan las cosas, Lincoln.”
Maya miró a Lincoln, sonriendo con una mezcla de cariño y nostalgia. Después de un momento de silencio, decidió romperlo.
Maya: "¿Sabes, Lincoln? Eres muy afortunado… no cualquiera tiene un harem de chicas tan hermosas y leales.”
Lincoln sonrió tímidamente, rascándose la nuca con un leve rubor en las mejillas. Pero antes de que pudiera responder, Maya continuó hablando, su tono más suave y sus palabras cargadas de sinceridad.
Maya: “Aunque… debo admitir que siempre he sentido algo especial por ti. Desde hace mucho.”
Lincoln: (sorprendido) “¿De verdad, Maya?”
Maya: (asintiendo) “Sí… desde el momento en que me ayudaste y me trataste como cualquier otra persona. Nunca me miraste con odio o desprecio, ni siquiera cuando supiste que soy… diferente.”
Lincoln la observó con ternura, recordando aquel día. Para él, había sido natural ayudarla y tratarla como a cualquiera. Nunca había visto a Maya como alguien menos o distinto por ser una mutante.
Lincoln: “Maya, para mí siempre has sido una gran persona. Tus poderes o lo que seas no cambian quién eres. Tú eres tú, y siempre me has parecido increíble.”
Maya sonrió, agradecida y un poco conmovida por las palabras de Lincoln. Durante tanto tiempo, ella había temido que su verdadera naturaleza pudiera alejar a las personas, pero Lincoln había sido la excepción. Alguien que no solo la aceptó, sino que la hizo sentir valorada.
Maya: “Y eso es lo que me hace sentir aún más cerca de ti. Desde entonces, he querido ser parte de tu vida… y no me importaría compartirla, incluso si eso significa estar junto a Anne, Des, Miko, Lonna y Selene. Lo importante es estar contigo.”
Lincoln: (aún más sonrojado, conmovido) “Maya… nunca pensé que te sintieras así. Para mí, siempre has sido especial, pero no sabía que… que tú también veías algo en mí.”
Maya: “Oh, créeme, Lincoln, te he visto de una manera especial desde hace mucho tiempo. Lo difícil ha sido ocultarlo… pero ver cómo me trataste siempre hizo que esos sentimientos crecieran.”
Lincoln la miró, sin saber muy bien qué decir. Sentía una mezcla de gratitud, cariño y sorpresa. Era extraño pensar que Maya, quien siempre había sido una de sus amigas más cercanas, había sentido esto en secreto.
Lincoln: “Maya… no sé qué decir. Siento que soy afortunado de tener a alguien como tú en mi vida. De verdad. Y si tú quieres estar conmigo… como parte de esta locura que es mi vida, me harías muy feliz.”
Maya: (sonriendo y tomando suavemente su mano) “Entonces, no tienes que decir nada más. Solo… sé tú, como siempre lo has sido.”
Después de aquel momento íntimo, Maya y Lincoln se quedaron en silencio, ambos sonriendo y disfrutando de la compañía del otro. Maya, sin poder evitarlo, decidió bromear un poco, sabiendo que Lincoln solía sonrojarse con facilidad.
Maya: (con una sonrisa traviesa) “Bueno, Lincoln… considerando que tienes a tantas chicas en tu vida, cuando llegue el momento de tener hijos, vas a necesitar… um, mucho descanso. Y asegurarte de estar bien hidratado.”
Lincoln parpadeó, mirando a Maya con una expresión de confusión.
Lincoln: “¿Eh? ¿Por qué necesitaría… estar hidratado?”
Maya soltó una risita al ver la inocente expresión de Lincoln. Ella decidió no decir nada, esperando que él mismo entendiera su broma. Al cabo de unos segundos, Lincoln finalmente comprendió, y su rostro se tornó rojo como un tomate.
Lincoln: (tartamudeando) “¿Qu-qué? Maya… ¿estás diciendo que… que yo… con todas ustedes…?”
Maya rió aún más al ver su reacción, disfrutando el momento de verlo tan apenado.
Maya: “Bueno, tienes que admitirlo, Lincoln. Tantas chicas lindas interesadas en ti… ¿no crees que en algún momento querrán llevar la relación a otro nivel?”
Lincoln: (aún muy sonrojado, mirando hacia otro lado) “E-eso… bueno… yo no… no había pensado en eso…”
Maya: (acercándose un poco más a él) “Oh, vamos, Lincoln. No puedes decirme que no te lo has imaginado, al menos un poquito. ¿Nunca has pensado cómo sería tener una gran familia… llena de pequeños traviesos corriendo por todos lados?”
Lincoln: (aún nervioso, pero riendo) “Bueno… supongo que sí… pero nunca lo había pensado de esa manera. Además, ¡es un poco abrumador pensar en eso ahora!”
Maya puso una mano en su hombro, dándole una suave caricia, mientras lo miraba con una sonrisa tierna.
Maya: “Te entiendo. Es solo una broma… pero quién sabe. Quizá algún día, cuando seamos mayores, podríamos formar una familia hermosa. Uno nunca sabe lo que el futuro nos tiene preparado.”
Lincoln: (con una pequeña sonrisa, ya más relajado) “Sí… tienes razón. Además, estoy seguro de que si eso llegara a pasar, sería algo especial… con alguien especial.”
Maya lo miró con ternura, y ambos se quedaron en silencio por un momento, imaginando una vida juntos en el futuro. Después, Maya volvió a hablar, esta vez con un tono un poco más suave.
Maya: “¿Sabes, Lincoln? Si algún día llegamos a formar una familia, yo estaría más que feliz de compartir mi vida contigo. Y aunque suene loco, no me importaría que fueras tú el padre de mis hijos.”
Lincoln: (conmovido) “Maya… nunca pensé que alguien me diría algo así. Me hace muy feliz escuchar eso… y, bueno, aunque soy un poco joven para pensar en eso, creo que tú serías una mamá increíble.”
Maya: (sonriendo con cariño) “Y tú serías un gran papá, Lincoln. Con ese corazón que tienes, cuidarías muy bien de nuestra familia.”
Lincoln y Maya se miraban en silencio, ambos aún procesando el momento compartido y la cercanía que los envolvía. Pero justo en ese instante, Haley apareció en la sala con una sonrisa radiante y los miró con picardía.
Haley: "Bueno, bueno… ¿qué es lo que veo aquí? ¡Se ven tan tiernos juntos!"
Ambos saltaron en sus asientos, alejándose un poco mientras sus rostros se teñían de un rojo intenso. Lincoln se rascó la nuca, claramente incómodo, mientras Maya intentaba recomponer su expresión, aunque no podía evitar la sonrisa avergonzada que se le escapaba.
Lincoln: (balbuceando) "¡Oh! N-no es lo que parece, Haley… nosotros solo estábamos… umm… hablando."
Maya: (sonriendo con nervios) "Sí, exacto. Es solo… una charla entre amigos, nada más."
Haley los miró a ambos, divertida, cruzando los brazos con una expresión que demostraba que no les creía ni una palabra.
Haley: "Ay, por favor, no se preocupen. Es lindo ver a dos amigos como ustedes tan cercanos. De hecho…" (les guiña un ojo) "…creo que serían una gran pareja."
Lincoln y Maya intercambiaron una mirada rápida, y ambos sintieron que el rubor en sus mejillas se intensificaba aún más. Lincoln luchaba por mantener la compostura, mientras Maya evitaba la mirada de Haley, claramente avergonzada por el comentario.
Lincoln: (nervioso) "Umm… gracias, Haley. Pero, ya sabes, estamos bien así… como amigos."
Haley: (riéndose) "Ay, Lincoln, te pones tan rojo… ¿es que acaso no quieres ser más que amigos?"
Maya miró a Lincoln, divertida por el comentario de Haley, aunque también algo ansiosa. Lincoln, por su parte, sintió que el peso de la situación aumentaba. Sabía que Haley no estaba al tanto de su situación con las demás chicas, y aunque había logrado mantener ese "harem" en secreto, momentos como este lo ponían a prueba.
Lincoln: (tratando de calmar la situación) "E-es complicado, Haley. Maya y yo… bueno, tenemos una amistad especial, pero… prefiero que las cosas sigan así."
Haley lo miró un poco confundida, pero decidió no insistir más en el tema.
Haley: "Bueno, no voy a meterme. Solo quería decir que creo que son geniales juntos, y que si algún día las cosas cambian, creo que serían la pareja perfecta y además no creo que nada me sorprenda.
Fin del capítulo
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top