Cap 2. No se de quien és.
Luego del alta y la noticia que el State estaba bien, mucha gente dio Gloria a Dios y a los espíritus de la tierra en que estarían bien un tiempo más.
Y por mucho que trataron de mantener el asunto en secreto, una indiscreción por parte de un trabajador de sector salud hizo que la noticia saliera como un secreto a voces.
"Nuevamente después de 74 años humanos, nuestro State nuevamente esta esperando una bendición. ¿Ganaremos nuevo territorio? O ¿Alguna de nuestras Villas será ramificada como un nuevo municipio? ¡Y aún más importante! ¿Quien será el padre de esta nueva criatura? Estaremos informando. "
Y por un secreto a voces nos podíamos referir perfectamente a que todas las redes sociales estaban especulando como pan caliente.
—Usted no se vaya a fajar por nada del mundo papá, que ya escucho a ISSET, puede hacer daño al bebé. Que le valgan los comentarios que pueda hacer la gente de otros Estados, que aquí donde importa la gente lo quiere—
Nacajuca y Centla estaban muy emocionadas por el nuevo bebé y trataban de darle ánimos al hombre en cama en esos momentos. Porque claro ellas amaban tener nuevos hermanitos, y cabía la posibilidad de tener una hermanita.
—Pero papá, ¿Sabe usted de quién es? Es decir, no sabemos en sí de alguien con quien usted allá salido enserio y no hemos tenido que dar la charla durante un tiempo. Es decir esta muy bien que tenga un bebé y todo solo es, bueno y si sale mál o las cosas comienzan a verse duras, no estamos en tiempos de bonanzas y... —
— Teapa calmate. Ven acá—
El muchacho de la sierra cerro la boca algo abrumado por la situación, y en cierta manera no podían culparle. Macuspana estaba igual, villa tenía el pequeño tic nervioso con la boca llena de chicles para no estar fumando. Los nudillos de Cárdenas estaban tratando Constantemente.
Paraíso y Comalcalco rebotaban nerviosos uno al lado del otro mientras Zapata jugaba con su bigote. Cunduacán se notaba nervioso y sediento en su propio haber y realmente Teapa estaba seguro que Balancán estaba bastante tentado a sacarlo para que mordiera una vaca.
El resto de ellos a diferencia de las mujeres no se veían luchó mejor.
Tacotalpa, Huimanguillo, Jalapa y Tenosique honestamente se veían entre asustados y emocionados por el propio chisme.
— Haber mejor escuchenme todos. Y quiero que me presten atención.—
Resongo el Estado poniendo una de sus manos en la venda del ojo lastimado de su hijo de la Sierra.
—Yo realmente no tengo idea de quien es el padre— sentenció dejando que la información se hundiera en la cabeza de sus hijos.
Obviamente habían diferentes sentimientos de sorpresa, resignación e incluso algunos de ofensa. Pero Tabasco estaba tranquilo sobre la situación sabiendo muy bien que realmente los sentimientos negativos no iban dirigidos a su persona.
— Estuve con muchos Estados en el último mes luego de saber sobre la caída del petróleo, tuve un mal momento pero ya paso. Las cosas se dieron de esta manera y eso está bien.—
Miro a sus hijos más poblados, como lo eran Villa y Nacajuca —Se que estamos pasando épocas difíciles. —
Miro al resto de sus hijas. - Pero también aún tenemos los proyectos piloto, como la banca lechera.
Una vista a Cárdenas —O la desidratadora de leche. —
Miro a sus hijos de la Chontalpa —Lo que invertirán en su Cacao gracias a la empresa francesa. —
Miro a propio Teapa — y aún tienes Buenos tratos con tus Plataneras. Ya sabes con los europeos y los chinos. —
Hizo un movimiento general de manos — Sin olvidar de que realmente esta ocasión trataremos de resurgir bien con la ganadería. Tenemos Buenos clientes. Así que sí, este bebé va a nacer y todos estaremos con él. No dejaremos que nadie lo lleve de nosotros. ¿Verdad? —
Y claro que todos estuvieron de acuerdo en eso. Los tiempos eran diferentes ahora y las cosas no se movían igual que en el siglo pasado.
Pero siendo ellos nunca tendrían demasiado cuidado cuando se trataba de conservar a un bebé.
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— ¿Éstas seguro de que tu gato esta en mi territorio? —
— Bueno, Pichucalco dijo que olvido cerrar bien su patio y Reforma dijo que pasó por su territorio pero que no logró detenerle. Entonces sabes que vendrá contigo, le gustas y podría venir siguiendo tu aroma—
Chiapas also entre sus manos la Bolsa ecológica que llevaba, mostrando algo de pan dulce, café y una bola de pozol con cacao.
Tabasco estaba seguro que era más un antojo común que algo producido por el pequeño que se estaba cocinando en su interior, pero con el calor de su tierra y tan amable oferta no podría decirle que no a un buen pozolito.
—Pasele, si esta en mi tierra aparecerá en algún momento en esta casa, así que muevelo—
Se hizo a un lado tranquilo dejando pasar a su hermano a su humilde hogar.
Vivía cerca de las orillas del río Grijalva, cerca de las oficinas de Pemex, cerca de la zona industrial, justo entre los límites de lo que era Villahermosa y Nacajuca.
Daba gracias al cielo de su decisión de vivir ahí, puesto que al menos estaba cerca de todo lo que necesitaba, ahora más que debía estar en si mismo descansado. Era una ventaja.
— Entonces Hermanito, contame ¿Que pasó y quien me va a hacer tío de nuevo? —
— Porfavor no hables de eso en voz alta, estoy Trabajando con Campeche y él no tiene idea de nada—
— Entonces, ¿él es el afortunado? No han tenido hijos en más de un siglo Pichi. —
Chiapas bajo la voz cuando pasaron la Sala para ir hacia la gran cocina del tabasqueño. Saludo con su mano al Campechano cubierto en diferentes pilas de papeleo organizado como buen Godínez.
— ¿Te enteraste por anda viendo el teléfono verdad? —
Chiapas se preocupó por el rostro serio y hosco del Tabasqueño. Una gran parte de su vida había sabido del mismo y como se sentía con ello.
La verdad es que estaba preocupado, pues no era secreto entre los sureños que Tabasco y Veracruz estaban pasando por un momento complicado. Una depresión dura.
Sinceramente todo el resto de sus hermanos pensaban que esos dos habían tenido una pelea de pareja.
Pero Chiapas se sabía casi todo el chisme. Entre todo eso, que esos dos estaban pasando sus depresiones separadas, pero que en si esos dos no salían.
— Si bueno, sabes que las noticias viajan rápido. ¿Veracruz lo sabe? —
Tabasco dejó el posillo de agua en el fuego mientras sacaba un plato para poner el pan dulce.
— No y no pretendo que lo sepan. Nisiquiera tu Chiapas. Para lo que yo se, realmente el bebé es mío y quiero poder criarlo tranquilamente. Por cierto Balancán va a mandarte aceite de girasol, se que va a venir más tarde de sus plantíos—
Tomó la bola de pozol y la metió en su refrigerador dejando que Chiapas se encargará del café. Después de todo Tabasco sabía dónde era su zona y en el caso de Chiapas eso en parte era lo Suyo.
— Bueno si de algo estamos seguros es que mío no es, aun así te ayudaré a cuidarlo, pero como escuche que algo te duele te diré que así como disfrutas te hacerlo disfrutes tenerlo—
Tabasco río de buena gana dando una palmada al hombro del chiapaneco tranquilo con el golpeteo constante de Campeche en su portátil.
Realmente no estaba muy seguro de ese asunto de que no fuera tampoco de su hermano. Desde hace unos cuantos años a Chiapas le encantaba morder almohada, pero ambos tenían demasiados hijos en común como para no decir que no.
Además ambos se habían empedado con conserva de Nance de todas las cosas en un valiente intento de Chiapas por subirle a Tabasco el ánimo.
Donde claro el chiapaneco término siendo el paño de lágrimas del Tabasqueño. Entre cosas y viejos recuerdos, el asunto simplemente sucedió.
Y al igual que todas las veces que habían Estado juntos ambos amanecieron con dolor de caderas. Por lo que aclararon los asuntos con el otro y siguieron de frente.
Pero Tabasco quería a su bebé para si mismo. Nadie más tenía que ser responsable que él mismo, pues él se metió en ese embrollo.
— Hey—
Tabasco alzó literalmente su rostro para mirar a su hermano, realmente no se había dado cuenta del momento en que su rostro cayó en dirección al suelo ni tampoco que estaba abrazando su vientre.
Chiapas trato de transmitirle una tranquilidad y confianza que ambos sabían que el hombre de los ríos no poseía.
— Dejame consentir al chamaco como buen tío que soy, ¿Esta bién? Te he cuidado antes y puedo estar contigo como el buen tío de nuevo. Solo dejame ver al niño y darle cariño, pero no le diremos al Gobierno quien es el padre para que te lo quedes vos. ¿Vale? —
Respirar con calma es un gusto que usualmente no se puede dar por las situaciones en las que Tabasco se mete, pero en general, luego de tanto tiempo y de su último hijo, la confianza entre el hombre de los ríos y el hombre de la Sierra chiapaneca habían vuelto a un lugar estable en su relación amistosa.
A final de cuenta siempre estarían uno al lado del otro y tenían hijos de por medio. Y poder derretir la tensión de los hombros contrarios fue algo que desarrollaron con tiempo y paciencia.
— Bueno. Mucha shotada para una sola tarde. Sirve el café y ven a la Sala con nosotros. Nuestros hijos vendrán pronto y estoy seguro que Zapata y Balancán estarán felices de verte. —
Campeche los saludo como de costumbre y habló un poco de sus propios negocios con Chiapas.
El trabajo de Oficina era extenuante pero al mismo tiempo era mejor si ellos administraban parte de sus negocios ahora que se les había dado esa oportunidad.
Llegados cierto momento de la tarde Yucatán se les unió, muy a tiempo porque a pesar de que él simplemente venía buscando a Campeche, algunos papeles importantes en la materia de Hidrocarburos estaban en su posesión con algunos puertos, así que les ahorro mucho tiempo.
En el caso de Yucatán solo había escuchado un rumor por parte de Mérida de que el Tabasqueño había Estado en el hospital y aunque no se libro de algunos sermones de sus hermanos del Golfo, decidieron ayudarle a Cocinar pues sus hijos no tardarían en llegar de sus respectivos trabajos.
Estaba incluso alegre puesto que al parecer algunos de sus hijos como Mérida, Palizada, Las islas del Carmen, Pichucalco y Reforma vendrían a comer con ellos.
Habían decidido sacar a su patio varias mesas y sillas siendo que era de los pocos días frescos que tenía, y la gran cantidad de árboles que cubrían con sombra su casa lo volvían un lugar realmente fresco.
Aunque el mismo se excusó en que le ordenaron en el hospital no cargar material pesado.
Y era verdad, estaba bastante consciente de que en algún mal movimiento en ese tipo podría poner en peligro a su bebé. Y el no quería eso, quería a su bebé, a su pequeño del tamaño de una uva en este momento niño.
Amaba a sus hijos. Quizás demasiado.
Le encantaba ver a sus hijos, aun los que no había podido conservar en su territorio. Pero no culpaba ya a sus hermanos por ese asunto. La historia seguía y ellos debían hacerlo también.
Pero después de alrededor de 100 años sin causar desastre, no pensó que su vida se volvería tan desastrosa.
Su puerta fue tocada con un desespero y violencia que lo asustó un segundo. Dejando que sus hermanos se encargarán de el patio se levantó para encontrar al otro lado de su puerta a nadie menor que el Propio Nuevo León.
— León ¿Éstas bien? ¿Compa que pasa? —
— ¿Porque estas de pie? Deverias estar reposando en cama Tabasco—
El agarre aunque suave en sus antebrazos mostraban una ansiedad que no estaba para nada acostumbrado a ver en el rostro del regio cuando hacían comercios, pero trato de mantenerse en control, los sustos no eran Buenos en este momento para él.
— Nuevo León tiene razón. Tu debes de estar recostado y tenemos que hablar de lo que sea que sucede aquí Tabasco. —
—¡¿Sinaloa?!
—¡ TABASCO! —
— ¡Veracruz pedazo de masaguado! ¡Ponte ropa encima! —
Apenas podía distinguir a Un Veracruz muy desnudo chorreando agua en su patio. No, en su Sala, cuando escucho el sonido de la combi donde venían sus hijos.
Mierda.
— Tienen 10 segundos para apartarse de Papá o lo soltaran en pedacitos—
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Bueno bueno. Bonita reunión familiar
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