4. Coahuila y Tamaulipas deciden Entrometerse
Al salir León de la casa, Coahuila y Tamaulipas se quedaron unos segundos pensando y compartiendo entre sí sus pensamientos sobre la situación.
A pesar de las cosas, como bien había mencionado anteriormente, estaban notablemente tratando de llevarse bien. Por mucho que las cosas no fueran fáciles, estaban agradecidos que Nuevo León les hubiera dado otra oportunidad.
Tamaulipas realmente estaba tratando de llevar la fiesta en paz en general. Aun si aveces se peleaba con varios, si podías llevarte bien con él, te dabas cuenta que era un tipo a todo dar.
Coahuila si bien odiaba que lo compararán con Tamaulipas, tampoco es como que lo odiara. A fin de cuentas por algo un día decidieron los 3 ser uno. Claro habían sido jóvenes e inexpertos. Poderosos. Lo habían disfrutado.
Tamaulipas se fue a desquitar frustraciones a la cocina, uno de sus puntos fuertes para relajarse, además de un gran talento para desenvolverse en la misma.
Aún en el entendimiento de que tuviera que ser malo con León y que no pensara bien de Tabasco a estas alturas por la situación, no significaba que le gustara especialmente hacerlo.
Después de todo ambos habían tenido que trabajar diligentemente uno al lado del otro en más de un proyecto, compitiendo para ser los Estados energéticos por excelencia.
Pero eso era trabajo. Esta era su vida personal.
Tamaulipas saco su teléfono para enviar un mensaje con sus felicitaciones en orden para Veracruz. Le daba igual que en las noticias dijeran misa, Tamaulipas no tenía duda de que los chamacos de Tabasco fueran de Veracruz, había una buena lista de hijos que obviamente daban fe a la buena fertilidad de ambos hombres en ese sentido y que les respaldaban.
Además los había visto llegar a la habitación la noche de esa fiesta, entre su borrachera y la inconsciencia, no era difícil discernir que fueron a hacer estando solos.
Los sureños no se caracterizaban por ser precisamente silenciosos.
Coahuila por su parte fue solo a su propio Despacho. Necesitando pensar un momento.
A decir verdad estaba algo sorprendido del hecho de que supuestamente no supieran de quién era el hijo de Tabasco.
¿Y para que mentirse? En frente de León claro que había tenido que hacerlo, lo amaba después de todo, aun con todos los errores que había cometido, aun después del divorcio.
Y aun si había estado dispuesto a apoyar su relación con alguien del Sur, no les veía futuro, todos en algún punto para llevarse de esa manera con León eran un poco un caso perdido.
Puebla y León se llegarían a destrozar mutuamente.
Guerrero y León solo eran Buenos hermanos. Jotos los dos sí, pero bien pendejos para algo.
Incluso Quintana Roo que pudiera haber sido un problema estaba bastante enamorado de su Hermanita Baja California Sur.
Al resto les iba y les venía nuevo León más allá de sus relaciones comerciales o amistades a medias. Se podían llevar bien con él pero tampoco se daban tiempo de conocerle.
Y entonces estaban los peligrosos.
Veracruz hubiera sido un gran contrincante, todos en el norte sabían que Veracruz no le había sido indiferente a León desde el inicio de sus relaciones comerciales. León pudo pasar el Charco de lo que provocó Santa Anna lo suficiente como para ver a Veracruz como un amigo de confianza y paulatinamente un crush fuerte.
Coqueteos mutuos, tiradas de calzón dolorosamente obvias, preferencia en los trabajos, ayudas. Todo dado en una relación donde el ciego Veracruz solo se permitió ver una amistad fuerte.
¿La razón? el siguiente contrincante. Y su problema actual.
Tabasco.
El tipo que hace unos años había prácticamente desaparecido del mapa.
Paso saliva espesa por su garganta mientras sacaba una lata de cerveza de su frigobar. Recordar ese desastre aveces hacia que su estómago se sintiera pesado.
Después de todo ellos mismos tenían sus propios desastres, donde o los ayudaba Nuevo León o tenían que ver como rascarse con sus propias uñas. En el norte el asunto del dinero para las ayudas era dolorosamente nulo la mayoría de las veces.
Pero en aquel entonces todos se llevaban relativamente bien, sus problemas apenas irían iniciando de todas formas. Iban creciendo a buen ritmo.
Claro que había visto el enculamiento de León por Tabasco ya para ese entonces. Después de todo fue algo que había surgido desde los 80. Durante el bum petrolero del suresteño. Pero con Veracruz en la mesa Tabasco no había parecido una amenaza tan grande en lo absoluto.
Además de que en aquel entonces se habían podido dar nuevamente el lujo de tratar de vivir juntos.
Y entonces el 29 de octubre del 2007 llegó.
La vida era injusta. Mientras ellos tenían que ir a besar de vez en cuando a sus hermanos del Sur porque estaban muriendo de Sed, Los sureños se ahogaban en el precioso líquido que se volvía su muerte.
Y eso fue precisamente lo que sucedió.
El 90% del territorio de Tabasco desapareció bajo el agua en 3 noches.
Y León llegó 6 días después para tratar de sacarlo debajo del agua.
La verdad todo sea dicho, También había ido a ayudar. Y solo lo recordaba por nunca haber visto tal magnitud de desastre.
No tenía nada que ver con Tabasco. Ya lo hubo superado hace tiempo.
¿Verdad?
Su tono de teléfono lo saco de su cabeza lo suficientemente rápido para dejar de estarse metiendo en terrenos peligrosos de su mente.
Estaba a punto de haber pensado en la Revolución de todas las cosas. Eso hace más de 100 años por el amor de Dios.
— Quihubole—
— Oiga Apa. Onde chingados esta mi mamá. ¿Que pasó? ¿Que le hiciste ahora? ¿Finalmente hubo elecciones para elegir capital? O alguien del Sur se Murió. ¿Que pasó? Responde pinche puñetas—
— ¿Como? —
— Pues es que mi madre chula adorada se fue. Ahí Apodaca ta mandandome mensajes a lo bestia de que agarro un avión urgente. Y él no a salido desde hace unos 13 años más allá de las reuniones—
— ¿A dónde va? —
— Guanteme las carnes—
Coahuila escucho el techo rápido de Monterrey mientras agarraba su cartera, sombrero y llaves de su troca.
— Fue al aeropuerto de Villahermosa Tabasco—
Verga.
— Ya despegó. Se fue así en cortó. ¿Qué chingados le hicieron ahora? —
Doble verga.
Escucho el sonido de la carga del arma. Monterrey estaba pero bien emputado.
— Ahora creo que no me oyó don pendejo. Que verga le hicieron a mi madrecita—
Escucho el balazo pero no pudo importarle menos al colgar de golpe.
— ¡Tamaulipas! Pide la avioneta pero como va! ¡Nuevo León se fue para Tabasco! —
Y para ya iban ellos también.
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