12.

Se quedaron un minuto en silencio, tratando de hallar la respuesta a su incógnita.

—Yuu-chan, las parejas se quieren aunque sea un poco...tú sólo quieres violarme.

El azabache frunció el ceño.

—¡Sí te quiero! Te dejo que invadas mi espacio personal, eso significa mucho.

—Me corrijo, tú sólo quieres que te viole.

—¿Por qué no confías en mí?

—Yuu-chan, no eres para nada responsable.

—¡Sí que puedo serlo!

Mikaela enarcó una ceja.

—Entonces, pruébalo. Hoy te quedas a cenar.

Su amigo casi se desvaneció en el lugar. La sola idea de entablar una conversación con el señor Geales le causaba escalofríos.

—¡Todo menos hoy! Si tengo que estar frente a Urd...

El rubio se cruzó de brazos, notablemente ofendido.

—Yo te toqué frente a tu padre ¿y me dices que no puedes cenar con el mío? ¡Cenar!

—Guren es distinto.

Mikaela rodó los ojos y se dispuso a cambiar de ropa, ya le incomodaba el uniforme. Además, quería causar algún efecto en Yuu.

Abrió el armario y se quitó su camisa y corbata, de manera que buscó una playera más cómoda.

Yuuichirou aún desde la cama observaba a su amigo. De repente, al ver la espalda desnuda de Mika junto al armario convirtió su trauma de la infancia en una fantasía sexual.

—¿Hum? ¿Pasa algo?—preguntó el rubio al ver al otro completamente desconectado de la realidad.

—¿Yo?—se estremecióy quitó las orejas de perro, olvidando por un momento que estaban en su cabeza—. No, nada.

Era una suerte que ahora estaba aprendiendo a controlarse, o mejor dicho, a "controlarlo". Si hubiera reaccionado como solía hacerlo, probablemente los ojos carmesí los descubrirían.

Nadie quería eso.

—Yuu-chan—Mika miró el reloj—. ¿Te has dado cuenta qué tarde es? Urd ya debe llegar.

Si Mikaela serio era intimidante, imagínense a su padre que tenía esa cara todo el rato.

Se dirigieron al comedor donde ya todos los adultos estaban sentados. ¿En qué momento pasó tanto tiempo? Si hasta hace unos segundos recordaban haber visto el cielo rosado...

Apenas se sentaron, el timbre de entrada los interrumpió.

—¿Esperabas a alguien?—preguntó Yuu, desconcertado, por lo que Mikaela sonrió maliciosamente.

—Yo abro.

Se dirigió a la puerta, riendo en sus adentros por lo que sucedería. Yuuichirou se estremeció al escuchar la voz bromeante de siempre. ¿Era posible? Si estar frente a Urd era suficiente, no se imaginaba frente...

Un hombre de cabellos plateados se acercó al comedor moviendo exageradamente las caderas, acompañado de su sobrino. El rostro de Yuu demostraba lo estupefacto que estaba, ¿en serio Mika lo sabía? ¿Era por eso que quería invitarlo a comer? En verdad le gustaba molestarlo.

Ferid se sentó a su derecha. Si había unas palabras para describirlo eran: un pedófilo homosexual que se cree vampiro.

Vestía ropas extrañas, características de la época victoriana y unos colmillos falsos. Hasta llevaba aretes rojos; todo en él era extraño.

—Oí que harán un disfrace familiar, ¿de qué es, Krul?—preguntó apenas le sirvió un plato con comida.

—Oh, vampiros—respondió Urd, aclarando que estaba presente.

Y Yuuichirou se sentía completamente fuera de lugar.

—¿Acaso me están copiando...?

—Ay, Ferid, no es por ti—aclaró la pelirrosa ya sentada—. Sólo son sexys, ¡seremos la familia más sexy!

Definitivamente a Mikaela le sentarían bien un par de colmillos, y quizás la sangre recorriendo por su mandíbula también.

El azabache tenía que dejar de convertir cualquier situación normal en erótica.

Todos comenzaron a hablar y por primera vez vieron a Ferid sin colmillos. Se le habían despegado al morder un trozo de comida, por lo que se los pegaría más tarde.

Era extraña la relación que tenía ese tipo con todos los demás. Con Urd podía entablar una conversación, aunque era sumamente fría, con Krul vivían discutiendo por el simple hecho de ser hermanos y las conversaciones con Mikaela eran aún más extrañas.

Principalmente, el rubio siempre se mantenía distante con cualquiera que no fuera su amigo o sus padres. Con Ferid también era frío, sin embargo hablaba con él por voluntad propia. Claro, era muy contradictorios pero ambos tenían algo en común que los unía; un secreto, una preferencia quizás.

—Oh, mis padres están afuera—avisó Yuu observando la pantalla de su celular—. ¡Gracias por la comida! Estuvo deliciosa.

Mejor comportarse bien frente al Geales, siempre parecía fulminarlo con la mirada.

—Mikaela, acompaña a tu novio—habló Krul.

—¿¡QUÉ!?—ambos gritaron al unísono, completamente estremecidos. Sentían que lo habían descubierto.

En verdad, sintieron que el corazón se les salió del pecho.

—Ay, no exageren—rodó los ojos carmesí—. Es una broma, si no quieren que los llame así dejen de estar tan pegados.

Sonrieron incómodos y a la vez, sorprendidos. Más por la indiferencia de Urd que por las palabras de Krul.

Se dirigieron a la puerta de salida para despedirse.

—Bueno, yo me quedaré con la tare...

Y las palabras de Mika desaparecieron en el aire apenas sintió los labios de Yuu sobre los suyos. Con ojos desorbitados, no correspondió. Temía más por su vida que por que Yuu se ofendiera.

Lo apartó de un empujón.

—¡Estúpido! ¿¡Y después te sorprendes de las bromas de mi madre!

—No es nada—rodó los ojos—. Además tú lo hiciste hoy, ¿por qué yo no?

—Porque ahora están mis padres, ¡además no somos pareja!

Ni siquiera sabían lo que eran, tampoco querían discutirlo. Preferían dejarlo como un tema sin resolver, porque quizás si pensaban en una solución sería la peor.

Si no eran pareja, debían aprender a no besarse, mucho menos tocarse pero se les hacía imposible ahora.

—Mika, ¿ese no es Ferid?

—¿Dónde?—el rubio volteó para seguir el índice de Yuu.

Pero el azabache sólo aprovechó eso para apretar uno de sus glúteos, con fuerza.

—¡Yuu-chan!—reprendió Mikaela con cierto rubor. ¿Por qué tenía que hacer todo tan embarazoso?

Pero esos esmeraldas le dedicaron una mirada inocente y desparecieron tras la puerta principal.

—Ah~ ¿tan temprano se fue Yuu-kun?

Los zafiros fulminaron a Ferid, quien salió detrás de la puerta de la cocina.

—¿Qué fue lo que viste?

—Cómo desaparecía por la puerta...—ladeó la cabeza—. ¿Hay algo que no debería ver?

—¿Qué quieres?

—Probar la sangre de Yuuichirou.

—¡Acéptalo! ¡No eres un vampiro!—siempre el mismo problema—. Además tú quieres probar otras cosas menos eso.

El peli-plateado sonrió con malicia.

—¿Con tu amigo castaño me dejarías jugar?

—Sí, Kimizuki evitaría que lo toques, no tengo de qué preocuparme.

—¿Y con tu amiga rubia?

—Shinoa se vengará, de la peor manera, no tendré nada qué hacer.

—¿Te has dado cuenta que tú te encargas de proteger a Yuu-kun?

Mikaela chasqueó la lengua. Su tío siempre encontraba con qué molestarlo.

Recibió una risa demente de parte del ojos carmesí.

—Ay, Mika-kun, siempre a la defensiva—canturreó—. No tienes de qué preocuparte, ya he conseguido pareja.

Su sobrino enarcó una ceja. ¿Quién podría soportar a Ferid las 24 horas del día y sus necesidades sexuales?

Ferid se alejó con su risa maliciosa por el pasillo. ¡Tan complicado era Mikaela! Nunca hablaría frente a él.

—Algún día te confesarás~

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Siento que me tardé años en subir ;-; pero es que sentía que le faltaba algo hasta que recién ayer me llegó la inspiración

Creo que con ésto estoy conforme(?

Igual no se preocupen, tengo capítulos por publicar pero nomás me faltan terminarlos gg siempre escribo todo por la mitad:

Miren la hora y la batería. Fue todo un riesgo(?

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