21.Solamente infeliz

Fui corriendo hacia la habitación de Andreas. Pero no lo encontré.

-¡Andreas!¡Dónde estás! -esperaba que no se fuese.

-Al fin has vuelto, te he echado de menos. -Había vuelto. -No esperaba verte tan tarde, pero se ve que tu querido noviecito se ha rendido. Ahora hablemos en serio, espero que recapacites. Te sigo queriendo y me da igual lo que haya pasado entre vosotros dos.

-¿Qué haces aquí?¿Y Andreas?- dije tirándome hacia atrás no quería que se acercase.

-Se ha ido, le has metido en un compromiso. Vamos Diana, sabes que él, solo cumplía con un contrato. Déjate querer por mi.- se me lanzó. Andreas abrió la puerta.

-¡Te mato cabrón!- se lanzó hacia Javier.

-¡Pegame!Atrévete delante de ella, solo eres un asesino de pacotilla. Es mía. La vas a dejar en cuanto puedas,y sabes que es cierto. -Andreas se controló.

-¡Vete! -le grité a Javier -¡desaparece de aquí!

-Te estaré esperando cuando te deje. -me dijo riéndose y desapareciendo.

-¡Dios mio cariño!¿Estás bien?- le dije.

-¿Que hacía aquí?- dijo enfurecido. -¿Por qué estaba aquí?

-Te he venido a buscar, y él.. no se co...- me cortó.

-Se acabó Diana. No voy a estar con alguien que vive con su ex y su madre que me odia.

-¿Por que dices eso?Ella no te odia, solo está cabreada. -le sonrío.

-No Diana, no ha salido de la manera que yo esperaba. -Dice serio. 

-¿Podemos cenar y hablar luego?Por favor- le supliqué.

-No,Diana... debo irme a mi reino a ser rey. Debo dejarte y no puedo decirte que volveré.

-Pero... y... Aaron... Yo pensé.

-Aaron ha desaparecido, debo buscarlo y que se proclame rey. Olivia ha llegado hace nada. Esto se está poniendo feo y quiero alejarte como sea. Lo siento. -se disculpa. 

-No me dejes Andreas, es lo único que has dicho desde que volvimos ayer. -le dije con voz ahogada.

-Es lo que debía hacer. Siento haberte dejado embarazada, pero aun estas a tiempo de arreglar las cosas con Javier.

-¿Y ya está?¿Y nuestros planes soñados?- le dije.

-No existirán, eran sueños. No te causaré más problemas. -me puse hecha una furia.

Empecé a romper cosas, a gritar, tiré almohadas, rompí las sillas y las ventanas, él seguía parado sin hacer nada, contemplando aquella escena.

-Mentiroso, arrogante, egoísta, asesino,te odio. -Seguía gritando. -He sido una puta diversión para ti. -Me dirigí hacia él. -¿Querías el secreto?¿A los dragones?¿Dinero?Te doy el que quieras. Bastardo...

Y así miles de insultos más.

-Cuando creas conveniente parar. -Se sentó. -Seguiremos hablando.

No se cuanto tiempo estuve así, mis damas se iban de allí, los guardias esperaban en la puerta,¡incluso mis hermanos estaban asustado! Julián entró de repente.

-Teta, tranquila,estoy yo aquí. -me intentó calmar.

-Dile a todos que se vayan ,incluido tu. Esto son cosas entre yo y Andreas. -se llevó a todos de allí.

Cuando no me quedó nada mas con lo que pagar mi furia, levanté la mirada hacia Andreas, seguía serio, pero con una mirada diferente.

-¿No vas a decir nada?- le pregunté.

-No, bueno, si. Debes quedarte a tus dragones y domarlos. -me aclara.

-¿Pero es un consejo o es mentira también?- le dije vacilándole.

-¿A que juegas?- me gritó. Había cambiado mi postura, no me quedaban lágrimas.

-¿Yo?El que se marcha eres tu pedazo inútil. Vete. - le dije con voz serena. -No quiero saber nada de ti.¿Quieres que me case con Javier? Eso haré. Pero que esto se acabe es tu decisión, el que me deja eres tu al igual que al hijo que llevo dentro. -Se le entristecía la cara. -¿Quieres ser rey?Adelante, puedes serlo, no aguantarás.-Le dije.

-Adiós Diana,espero que esto... -lo corté.

-No, no lo entenderé nunca. Marchate. - salió de allí.

Me dirigí hacia mi habitación y Olivia me siguió.

-¡Señora!Debe saber que... -no pudo acabar la frase.

-¡Dejadme en paz todos! -dí un portazo.

Pasé días llorando, no comía apenas, divagaba por  mi habitación. La quinta noche bajé al patio,los dragones estaban quietos, arrinconados unos con los otros.

-Hola pequeños,- intenté no llorar, seguían las armas y el caballo de Andreas,cosas que me extrañó mucho.

Los dragones se acercaron a mi, sabían que no estaba bien.

-¡Platino! -grité,era el más joven, estaba aprendiendo a volar aún. -¡Baja!-le ordené.

Necesitaba volar, quería estar sola. Le echaba tanto de menos, me era imposible imaginar el resto de mi vida sin el. Debía decidir, Javier tenía estudiado todo, sería mi mejor opción así que, si se había ido él, ya no habría peligro.

Cuando me calmé, volví a mis aposentos y le mandé a Olivia que me trajese mis vestidos, debía volver a la normalidad.

-No debes estar mal muchacha. -me decía mientras me peinaba el pelo. -Volverá.

-No, me lo dijo claro, no me quería, me utilizó , pero son cosas que pasan. -le digo aguantando las lágrimas.

-No cariño, eres joven y...

-No quiero hablar de él, limítate a peinarme y ya está. -Me supo mal,ella al fin y al cabo,quería ayudarme. -Lo siento, pero es que es duro tender obligaciones y yo a él le quería y le quiero y...¡maldita sea!Le querré siempre.

-Esperale, no te precipites,- susurró cuando había acabado, fue a abrir la puerta pero antes me dijo. -siempre debías confiar en él, ¿no?- me dejó pensativa esa frase.

Era cierto, todos me lo dijeron sobretodo mi madre,¿que pasaba?Me dirigí hacia la habitación de mi madre.

-¿Mas tranquila?Me contaron lo que pasó con ese desgraciado. Lo siento cariño- dijo abriendo los brazo, necesitaba un abrazo pero mi orgullo me impedía dárselo, tras unos intentos se rindió.

-Me voy a casar con Javier. No debo dejarme guiar por mis sentimientos, además, mis hermanos me necesitan.

-Cariño no crees...-mi madre se sentía mal.

-Debo hacerlo, para ello me dieron una educación. Vengo a decírtelo para que sepas la primera. Iré a hablar ahora con él. -Le explico.

-¡Diana!- me gritó- va a volver, no será para siempre.

-Tu misma dijiste que fue un error, no intentes consolarme de algo que no apruebas.- y me fui a buscar a Javier, ya que estaba en la biblioteca.

-¿Que haces aquí?Te veo muy mal, pero menos que la última vez. ¿Que pasa?- dijo irónicamente.

"Haces esto por tu hijo y por tu reino, por olvidar a Andreas e intentar volver a la normalidad." No dejaba de repetirme aquello.

-Ganas tu. Nos vamos a casar.¿Contento?- noté una sensación de satisfacción por su parte, yo intentaba que no me cayesen las lágrimas.

-Aprenderás a quererme, volverá todo a la normalidad. Te quiero- me besó, pero no quería esos labios, sino los de Andreas.

Dos noches mas tarde, cuando mi madre recuperaba la salud, se organizó una fiesta. La gente hablaba y murmureaba, me seguía viendo como una muerta viviente, pero debía aparentar normalidad.

-Señora, ¿está bien?- me encanta que Olivia estuviese conmigo.

Si.- contesté.

-¡Atención por favor!- era Javier y se dirigía hacia mi. -Debo decir que llevo mucho tiempo esperando esto. -Intenté no llorar. -Diana,¿quieres casarte conmigo? -se me paró el mundo.

Solo podía contestar una de las dos cosas, miré a mi madre, que me miraba con cara de disculpas, mis hermanos que estaban impactados, Lord White y su mujer orgullosos de éste, Olivia diciéndome que no, y yo, intentando contener las lágrimas, por ver la puerta donde apareció Andreas la primera vez, cuando hablamos en la ventana durante la semana,donde discutimos hacía una semana y media. Todo se resumía en ese salón, incluido este momento.

-Si ,si quiero.- Todos aplaudieron felices, todos menos nosotros, madre,hermanos ,Olivia y yo. Me había cavado mi propio fin.

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