12. Una simple palabra

VERSIÓN DE ANDREAS

No se cuánto tiempo llevaba en esa asquerosa celda, pero me sentía más muerto que vivo, dado que acababan de darme otra paliza... Me dolía estar lejos de Diana , pero las heridas que tenía no tenían buena pinta. Solo hacía que pensar si Diana estaba bien, o si había atado cabos, alguien al otro lado de la pared  interrumpió mis pensamientos.

-¿Si paso no me harás nada?- imaginé que era un soldado.

-Si eres Lord White estás muerto, si no lo eres, puede que te mate por rabia.

Entró un chaval que tendría unos pocos años más que yo. Se acercó y me quitó las esposas.

-Vengo a ayudarte, te dejo esta llave y esta navaja, no las utilices hasta dos noches, ese día, pasaré yo y te tocaré a la puerta, cuando haga eso , cuenta hasta diez y te marchas.- me las mostró y me las guardé. - Tus heridas tienen mala pinta, dejame curarlas.- dijo sacando vendajes.

-¿Que haces?- me aparté. Ese tipo no me iba a tocar.

-Escucha, vengo a ayudarte, me estoy jugando mucho. No seas tan cabezota y hazme caso.- me sonaba mucho aquellas palabras y su tono.- Hay alguien que te echa de menos, está muy preocupada por ti.- se refería a Diana, así que le cogí de la camisa y le insistí.

-¿Esta bien?¿Sigue viva?¿Le han hecho algo?¿Dónde está?- estaba realmente preocupado.

-Relajate- dijo curándome.- Te lo cuento todo, esta bien, al menos mejor que tu. Está viva y muy asustada, creo que tienes tantos sentimientos que te resumo su estado en una sola palabra, miedo. No le han hecho nada. Cuando te fuiste le escupió a aquella bruja y ella la dejó inconsciente. Ha estado cinco días inconsciente. Está diez celdas más adelante. No puedes ir a salvarla,no te asomarás ,yo le diré que estás bien y le daré un cuchillo. Dejaré un traje de soldado y una máscara para que no te reconozcan.

-Esta en peligro, no la dejaré sola. Debo irme con ella de aquí.- le dije seriamente.

-Si se marcha de aquí, su madre morirá y ella al cabo de poco tiempo también. Os queréis demasiado,  sobretodo tu. No le hagas esto.- me extrañaba mucho que supiese tanto.

-¿Como sabes tanto?- hizo una mueca.

-Eso no te interesa. Pasaré mas tarde a cambiarte los vendajes. Dos días debes aguantar, tienes que estar listo para enfrentarte en todos los casos a alguien.

-Estoy bien, puedo luchar- intenté levantarme.

-¿Te crees invencible?- y me metió el dedo en una de las heridas, me caí de dolor- ¿Ves?No puedes. Descansa. Luego vendré.

-¿Vas a verla?Dale esto.-Le di mi collar. -Dile que la quiero y que en nada nos vemos.

-Le diré que la quieres, pero que no estás muerto. Será una tapadera. No debe saber esto, sino las cosas se torcerán. Estaréis un tiempo sin veros, básicamente el que estéis aquí. Siento que te haya tocado pasar esto Andreas.

-¿De que me conoces?- volví a insistir.

-De nada- se levantó y se marchó.

Si íbamos a pasar tiempo aquí, debía saber el control y tiempo de aquí abajo, quería ver a Diana y decirle que se preparase, iba a ser una temporada dura aquí abajo.

Aquel soldado vino los dos días siguiente cuatro veces, las heridas ya estaban cicatrizadas y poco a poco notaba que me conocía, al igual que yo a él.

-¿De que me conoces?¿Como sabes tanto de mi?- le pregunté, quería saber respuestas.

-No preguntes, por favor. Llevo demasiado tiempo bajo tierra que me he limitado a conocer solo lo que me dicen. Haz como que no existo, nadie debe saber que te he ayudado. Esta noche estará todo preparado.

-Gracias amigo mio , por todo. Tanto por mi como Diana te agradecemos esto.

-Ella me dice lo mismo. La quieres mucho¿os casareis?- me resultó sospechosa esa pregunta.

-No lo se- dije sinceramente- la quiero pero soy un desterrado como bien sabes.

-Ya, bueno, nunca se sabe qué puede pasar. Esta noche será cuando te escapes. Ciñete al plan y si te pillan..- le corté.

-No me pillarán, pero no te preocupes que yo a ti no te conozco. Gracias.

VERSIÓN DE DIANA.

Gracias al soldado, Andreas y yo podíamos comunicarnos al menos por tres días. Le echaba tanto de menos, pero no escuchaba tantos gritos como antes, eso me alentaba ya que me había dicho que seguía vivo. Seguía luchando y si él podía, yo también.

-Siento lo que voy a decirte Diana, pero he ido a ver a Andreas y ,- hizo una pausa, empecé a imaginarme lo peor.-No está, lo siento.- Se fue y me dejó, llorando sin consuelo.Sin dejarme preguntar.

Solo hacía que llorar y acumular rabia, dónde podría estar, enseguida noté que bajaron muchos guardias, y empezaron a revisar cada celda, abrieron la mía. Y siguieron adelante, excepto uno.

-¿Que miras?Fuera de aquí, no hay nada que te interese.- grité al tío que se acercaba.

-En realidad si- contestó. Se quitó la armadura.

-¡Andreas!- grité. Me lancé a él y solo le besé.-Te quiero, dios mio, te echado de menos,¿que estas haciendo aquí?.

-Me he escapado, te lo contaré en su momento. Cariño, nadie debe saber nada de mi, supuestamente no estoy. Tu no sabes nada. Vamos a pasar aquí bajo mucho tiempo, tengo que averiguar que quieren de ti.

-La mujer me dijo que le dijese el secreto, he atado cabos y me falta mucha información, necesito saberla- hablábamos muy rápido, el tiempo se acababa.

-No, no  puedo decirte nada. No hagas nada raro, vendré a por ti.

-Quiero irme, escapemonos. Hagamos lo que hizo mi padre.- le dije desesperadamente.

-No, no permitiré que cometas el mismo error, tengo en mente estar para siempre contigo. Casate conmigo- y me dio un beso leve.

-Si,toda tuya.- le contesté.

-Toma- me dió un cuchillo. -Estarás sola, pero nuestro amigo te ayudará, sin embargo a mi no me verás. Te quiero.

-Creo que se quien es ese soldado Andreas- le dije con toda la delicadeza del mundo- ¿quieres saberlo?

-Si.- Dijo serio.

-Creo que es tu hermano, aquel que murió,- se quedó en pánico y de repente cambió su tono de voz.

-Te están drogando. No digas tonterías.- cerró la puerta con fuerza y se fue.

Me había dejado sola, le contaba eso y huía como un cobarde. Podríamos tenido mas tiempo, pero apareció otro soldado. Me ahogaba en ese ambiente.

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