14- Los Conflictos

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Narrador

Después de que el problema de ________ se solucionara, las "alucinaciones" dejaron de aparecer casi por completo. Sin embargo, las noches seguían siendo un poco inquietantes; de vez en cuando soñaba con ese lugar extraño, el Vacío, y con los fragmentos brillantes que lo componían. Esos sueños no eran necesariamente aterradores, pero siempre dejaban una sensación incómoda al despertar, como si fueran advertencias veladas.

Rob le había prometido que la mantendría informada si encontraba algo nuevo, mientras que ella se comprometió a avisarle si las alucinaciones regresaban o si notaba algo fuera de lo común. Pero por ahora, la vida parecía haber vuelto a la normalidad... o al menos, tan normal como podía ser en Elmore.

El sol brillaba sobre el patio de la escuela, y ________ estaba sentada en una de las bancas bajo la sombra de un árbol, con la mirada perdida en el cielo. Aunque el día era tranquilo, su mente estaba inquieta.

-"Oye, tierra llamando a ________. ¿Estás soñando despierta o solo estás ensayando cómo ignorarme en el futuro?"

La voz sarcástica de Gumball la sacó de sus pensamientos. Se giró para verlo, sonriendo levemente mientras él se sentaba a su lado, apoyando un brazo en el respaldo de la banca como si fuera el dueño del lugar.

-"No te estaba ignorando. Solo estaba... pensando."

Gumball levantó una ceja, claramente intrigado.

-"¿Pensando? Uy, eso suena serio. ¿Es algo de lo que puedo burlarme o debería preocuparme?"

-"Nada que te interese, Gumball. Solo me preguntaba si todo eso del Vacío realmente terminó. Digo, ya no tengo estática, pero... no sé, siento que algo sigue ahí."

Él ladeó la cabeza, fingiendo estar sorprendido.

-"¿Tú? ¿Preocupada por algo? ¿Dónde está la ________ que conozco, la que me regaña por no tomar nada en serio?"

Ella bufó, cruzándose de brazos.

-"Bueno, alguien tiene que hacerlo, ¿no? Tú apenas puedes concentrarte en una tarea sin distraerte con... no sé, una mosca que pase volando."

Gumball puso una mano en su pecho, fingiendo estar herido.

-"Oye, eso es injusto. No son las moscas, son las mariposas. Mucho más interesantes."

A pesar de su tono burlón, ________ notó que Gumball la observaba con atención, como si realmente intentara entender lo que la preocupaba.

-"Mira, si algo malo pasa otra vez, me aseguraré de estar ahí para arruinarlo contigo. Digo, enfrentarlo contigo."

Ella sonrió ante su comentario. Aunque lo decía en broma, esas palabras la tranquilizaron más de lo que esperaba.

-"Gracias, ."

-"De nada, señorita 'me tomo todo muy en serio'."

Ambos se quedaron sentados por un momento, observando el ajetreo del patio escolar. Luego, Gumball se inclinó hacia ella, con esa expresión traviesa que siempre presagiaba algo absurdo.

-"Entonces... ¿cuántos puntos extras crees que me merezco por ser tan buen amigo?"

Ella lo miró con incredulidad, intentando no reír.

-"¿Puntos extras? ¿En qué universo?"

-"En el que tú y yo somos un equipo perfecto, obviamente."

Ese comentario la tomó por sorpresa, y su corazón dio un pequeño salto. Trató de ignorarlo, rodando los ojos y cruzándose de brazos.

-"¿No que eran Darwin y tú ese equipo perfecto, aunque bastante caótico?"

Él se rió suavemente, apoyándose aún más cerca.

-"¿Caótico? Vaya, pensé que ya habíamos pasado a 'caóticamente encantador'."

_________ no pudo evitar sonreír. Por más que quisiera mantener una fachada seria, Gumball siempre tenía una manera de desarmarla con sus tonterías.

El momento fue interrumpido cuando la campana sonó, llamando a los estudiantes de regreso a clase. Gumball se puso de pie, extendiéndole una mano para ayudarla a levantarse.

-"Vamos, no quiero que llegues tarde. Si alguien va a distraerte en clase, quiero que sea yo."

Ella tomó su mano, negando con la cabeza pero sonriendo de todos modos.

-"Gumball..."

-"Y tú lo amas, admítelo."

Con una risita, ambos caminaron juntos hacia el edificio.

Mientras cruzaban las puertas del edificio de la escuela, Gumball caminaba con su típica sonrisa despreocupada, llevando la mochila sobre un hombro, mientras ________ iba a su lado.

-"¿Sabes qué es lo peor de los lunes?"-, dijo Gumball, estirándose mientras dejaban atrás el bullicio del patio.

-"¿Que todavía tienes un resto de cereal pegado en la cara?"-, respondió ________, alzando una ceja y señalando su mejilla.

Gumball rápidamente se pasó la mano por el rostro, buscando cualquier rastro sospechoso.

-"¡¿En serio?! ¿Dónde? ¿Aquí? ¿Allá? ¿Lo quité?"

________ soltó una carcajada suave, divertida por su reacción.

-"Tranquilo, bobo. No tienes nada, era una broma."

Gumball frunció el ceño, aunque la pequeña curva de su sonrisa lo delataba.

-"Eso fue cruel. Y aquí yo pensando que estabas de mi lado."

-"Siempre estoy de tu lado,"-, dijo ella con una sonrisa traviesa-, "pero eso no significa que no pueda divertirme un poco."

Él resopló, fingiendo indignación.

-"Bueno, pues si es así, ya no compartiré mi teoría de por qué los lápices desaparecen misteriosamente en esta escuela."

Ella arqueó una ceja, interesada.

-"¿Qué teoría? ¿Es otra de esas cosas que inventas porque no quieres admitir que siempre los pierdes?"

-"¡No es eso!"-, exclamó, dramatizando su defensa-, "Es que hay un fantasma que se alimenta exclusivamente de lápices. Es la única explicación lógica. Ayer mismo tenía tres, y ahora tengo cero."

________ se llevó una mano al rostro, tratando de no reír demasiado fuerte.

-"Claro, Gumball. Un fantasma comedor de lápices. Definitivamente es eso y no tu desorganización."

Él la miró con los ojos entrecerrados, pero no pudo evitar reír también.

-"Oye, podría ser verdad. Si tú empiezas a perder tus lápices, ya sabrás a quién culpar."

Ella negó con la cabeza, todavía sonriendo, y miró hacia el pasillo que se extendía frente a ellos.

-"Gumball, a veces creo que vives en tu propio mundo."

-"¿Y sabes qué?"-, respondió él con un tono más suave, inclinándose un poco hacia ella-, "Me alegra que tú seas parte de ese mundo."

________ sintió un leve calor subiendo a sus mejillas, pero fingió ignorarlo mientras ajustaba su mochila.

-"¿Eso es tu intento de ser dulce? Porque tengo que admitir que funcionó un poquito."

-"¿Solo un poquito?"-, dijo él con fingida incredulidad, llevándose una mano al pecho-, "¡Eso fue de mi mejor material!"

Ella rió de nuevo, empujándolo suavemente mientras seguían caminando hacia el salón de clases.

-"Bueno... Estoy feliz de que también seas parte de mi mundo. Nunca he sido más feliz en mi vida,"- dijo ________, su voz suavizándose con cada palabra. Aunque trató de sonar casual, no pudo evitar que una leve sonrisa se formara en sus labios mientras desviaba la mirada. Sus mejillas estaban teñidas de un color rojo intenso, y su corazón latía tan rápido que temía que Gumball pudiera escucharlo.

-"Oh..."- Gumball parpadeó, sorprendido por lo que acababa de escuchar. Se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de ________. Luego, con una sonrisa de oreja a oreja, inclinó la cabeza hacia un lado, intentando asomarse para ver su rostro.

-"¿En serio? ¿Así de feliz? ¿No estarás exagerando un poquito?"- preguntó, aunque su tono juguetón no lograba esconder lo mucho que sus palabras le habían emocionado.

-"No lo estoy exagerando..."-, murmuró ella, aún sin mirarlo directamente, pero sintiendo cómo su sonrisa se ensanchaba contra su voluntad-, "Solo digo la verdad... Así que no te burles de mí, ¿ok?"

-"¿Burlarme? ¿Yo? ¡Nunca!"- exclamó Gumball, poniendo una mano dramáticamente sobre su pecho, como si hubiera sido acusado injustamente. Pero su mirada estaba llena de ternura, y su sonrisa más genuina que de costumbre.

-"A veces eres tan... difícil de tomar en serio,"- dijo ________, soltando una pequeña risa nerviosa mientras lo miraba finalmente-, "pero supongo que esa es una de las razones por las que eres tan especial para mí."

-"¿Difícil de tomar en serio? ¡Qué insulto! ¡Soy el epítome de la seriedad!"- dijo Gumball, fingiendo indignación, aunque sus ojos brillaban de felicidad.

-"Claro que sí, señor 'epítome',"- respondió ella, rodando los ojos, aunque no pudo ocultar la calidez en su tono.

-"Bueno, tal vez no soy el más serio, pero al menos soy parte de tu mundo. ¿Y sabes algo? También soy más feliz de lo que nunca pensé que sería."

Sus palabras hicieron que ________ finalmente lo mirara a los ojos, sorprendida por su sinceridad. Durante un instante, todo alrededor pareció desvanecerse, dejando solo a ellos dos en ese momento especial que ninguno de los dos quería terminar.

Pero, como suele ocurrir en los momentos más especiales, la realidad decidió interrumpir. El timbre de la escuela sonó con fuerza, rebotando en las paredes del pasillo y rompiendo el hechizo que parecía envolverlos.

Ambos dieron un pequeño sobresalto, como si acabaran de despertar de un sueño, y de inmediato se apartaron ligeramente el uno del otro.

-"Ah... bueno, parece que es hora de ir a clase,"- dijo Gumball, rascándose la nuca y mirando hacia un punto indeterminado en el pasillo. Sus mejillas estaban completamente rojas, y su sonrisa nerviosa traicionaba su intento de actuar despreocupado.

-"Sí... Supongo que sí,"- respondió ________, girándose hacia la dirección opuesta mientras se llevaba una mano al rostro, tratando de ocultar su rubor. Su corazón seguía latiendo con fuerza, y sentía que la temperatura de su rostro no bajaría pronto.

Por un momento, ambos permanecieron quietos, como si esperaran que el otro dijera algo más, pero las palabras parecían atrapadas en el aire. Finalmente, Gumball dio un paso hacia adelante, todavía sonriendo de forma torpe.

-"Bueno, te veo dentro, ¿ok?"- dijo él, haciendo un gesto con la mano antes de apresurarse hacia el aula.

-"S-sí, claro,"- respondió ella, su voz más baja de lo habitual.

Mientras ambos se alejaban, cada uno en direcciones opuestas, no podían evitar echar miradas furtivas por el rabillo del ojo, esperando que el otro no los estuviera observando. Sus mentes estaban llenas de pensamientos y emociones que no sabían cómo procesar del todo.

POV Gumball

Bueno, Gumball, lo hiciste de nuevo. Un momento increíble arruinado justo cuando las cosas estaban... ¿qué? ¿Perfectas? ¿Eso eran? No sé, pero definitivamente estaban bien... mejor que bien, en realidad. Ella dijo que era feliz conmigo. ¿Eso significa algo? Quiero decir, ¿debería significar algo? Porque para mí sí lo hace.

¿Por qué siento que me estoy mareando? ¿Esto es normal? ¿Es el efecto de su sonrisa o algo así? Ah, claro, el timbre. Es culpa del timbre por cortar el momento, ¿verdad? Podría haber dicho algo más, algo inteligente o gracioso, pero no... me quedé ahí, parado, sonriendo como un idiota mientras ella desviaba la mirada. Y luego, ¡pam! Fin del momento.

Agh, concéntrate, Gumball. Clase, eso es lo importante ahora. Bueno, eso y no parecer un completo tonto frente a ella... otra vez. Aunque, siendo sincero, escucharla decir que era feliz conmigo fue... increíble. ¿Ella lo dijo en serio? ¿O fue algo que simplemente salió de su boca?

-"¡Gumball! ¡Cuidado con la puerta!"- grita Darwin justo antes de que choque con el marco.

Perfecto, ahora mi frente duele y todo el pasillo me vio. Sí, genial comienzo de día. Pero hey, al menos ella lo dijo, ¿verdad?

POV _______

¿Por qué le dije eso? ¿Por qué? ¡De todas las cosas que podía decir, tenía que ser esa! Ahora debe pensar que soy una tonta o, peor aún, que estoy demasiado emocionada... que, bueno, tal vez lo estoy. Pero no era el momento para soltar algo así, ¿verdad?

Aunque, su expresión cuando lo dije... su sonrisa. ¡Ay, no! Ahora estoy pensando en su sonrisa otra vez. ¿Por qué no puedo dejar de pensar en eso? Fue tan sincera, como si no pudiera creérselo. ¿Y esa manera en que me miró? Ugh, ¿qué significa eso?

Tal vez estoy exagerando todo esto. Fue solo un comentario, ¿cierto? Pero al mismo tiempo... no lo fue. Porque cuando lo dije, lo sentí de verdad. Me hace feliz, y eso es algo que no había dicho en voz alta hasta ahora.

Intento sacudir esos pensamientos mientras camino hacia el aula. Esto debería ser fácil, solo una clase más. Pero no, él estará ahí, a unos pocos asientos de distancia, y eso lo hace mucho más complicado. ¿Y si me mira? ¿Y si sonríe otra vez?

Suspiro, tratando de calmarme mientras entro al aula. Mi corazón sigue acelerado, y estoy segura de que mi cara está roja como un tomate.

-"Ok, calma... solo concéntrate en clase,"- murmuro para mí misma, tomando asiento rápidamente y evitando mirar al frente.

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Narrador

La clase avanzaba lenta y monótona, como si el reloj estuviera confabulando contra todos en el salón. Era matemáticas, esa asignatura capaz de borrar la energía de cualquiera con sus interminables ecuaciones y fórmulas incomprensibles.

________ luchaba por mantener los ojos abiertos, pero sus párpados parecían pesar toneladas. Su cabeza empezaba a inclinarse hacia adelante lentamente, como si estuviera a punto de rendirse al sueño. El sonido de la tiza chocando contra la pizarra era casi hipnótico, y la voz rasposa y seca de la señorita Simian no ayudaba en absoluto.

A su lado, Gumball parecía más interesado en cualquier otra cosa que no fuera la clase. Había pasado los últimos diez minutos haciendo garabatos absurdos en su cuaderno y doblando pequeñas figuritas de papel. De vez en cuando, su mirada se desviaba hacia ________.

Ella estaba visiblemente agotada, y Gumball no pudo evitar sentirse un poco preocupado. ¿Acaso no había dormido bien? ¿O simplemente el poder somnífero de las matemáticas había alcanzado su punto máximo?

Gumball se inclinó un poco hacia ella, susurrando en un tono apenas audible:
-"¿Estás bien? Pareces a punto de desmayarte o convertirte en un fantasma, y ya tenemos a Carrie para eso."

________ giró su cabeza lentamente, con los ojos entrecerrados y una expresión de completa apatía.
-"Estoy bien... Sólo desearía no estar aquí. Matemáticas es lo peor."

La señorita Simian giró hacia ellos con una mirada de sospecha, levantando una ceja al notar que estaban hablando.
-"¡Watterson! ¡Si tus habilidades matemáticas fueran tan buenas como tu habilidad para charlar, tal vez no estarías en la cuerda floja en mi clase!"

-"Lo siento, señorita Simian,"-, respondió Gumball con su tono más falso de arrepentimiento.
La maestra gruñó y volvió a la pizarra, pero ambos sabían que su paciencia estaba colgando de un hilo.

Gumball sonrió de lado, volviendo a susurrarle a ________:
-"Bueno, si sirve de algo, creo que estoy a punto de descubrir cómo hacer que este lápiz desaparezca."

Tomó su lápiz y lo colocó en posición vertical sobre la mesa, intentando un truco de magia que claramente no funcionó. En lugar de desaparecer, el lápiz rodó hacia el suelo, haciendo un ruido seco que atrajo nuevamente la atención de la señorita Simian.

-"¡WATTERSON!"-, rugió la maestra, sus ojos centelleando de furia mientras golpeaba la pizarra con su tiza.
-"¡Lo siento, señorita Simian! Sólo estaba probando las leyes de la física... por razones científicas,"-, dijo Gumball, con una sonrisa nerviosa.

La maestra bufó, murmurando algo sobre "niños insolentes", mientras ________ se mordía el labio para contener una risa. A pesar de su cansancio, Gumball siempre encontraba la manera de hacerla sonreír.

-"Gracias por eso,"-, murmuró ella, apoyando la mejilla en la mano y mirándolo de reojo.

-"Siempre a tu servicio,"-, respondió Gumball con una exagerada reverencia desde su asiento, lo que provocó que ella finalmente soltara una pequeña risa.

La señorita Simian los fulminó con la mirada, pero afortunadamente decidió ignorarlos esta vez, retomando su explicación con aún más amargura.

Gumball, a falta de algo más interesante, volvió a garabatear en su cuaderno. Esta vez, en lugar de dibujar cosas al azar, empezó a trazar pequeños bocetos de él y ________, exagerando las expresiones cansadas de ambos durante la clase.

POV ________:

El aburrimiento estaba devorándome lentamente, como si cada palabra que salía de la boca de la señorita Simian fuera una invitación directa al sueño eterno. Aparte de eso, mi paciencia estaba colgando de un hilo. ¿Por qué esa vieja gruñona parecía tener una fijación especial con Gumball? Ambos estábamos hablando, pero, como siempre, sólo él se llevaba toda la atención (y las reprimendas). Era injusto, aunque a estas alturas ya no debería sorprenderme.

Suspiré, dejando caer mi cabeza sobre la mano mientras jugaba con mi lápiz en la mesa. Mi mente vagaba entre las ecuaciones de la pizarra, las ventanas que daban al patio y... Gumball. Porque, claro, ahí estaba él, siempre listo para meterse en problemas y hacerme reír en los peores momentos.

De repente, una idea se instaló en mi cabeza, una de esas preguntas que te asaltan de la nada, pero que no puedes ignorar por mucho que lo intentes. No pude evitar girarme hacia Gumball, quien estaba garabateando algo en su cuaderno como si fuera un artista incomprendido.

-"Oye..."-, susurré, inclinándome ligeramente hacia él para que la señorita Simian no notara que estaba hablando otra vez.

Él levantó la vista, sus ojos brillando con ese inconfundible aire de travesura mezclado con curiosidad.
-"¿Qué pasa? ¿Al fin vas a confesar que soy la razón por la que aguantas esta clase?"

Rodé los ojos, pero no pude evitar sonreír levemente.
-"No, genio. Me estaba preguntando algo."

Gumball se inclinó un poco más cerca, como si lo que fuera a decirle fuera el mayor secreto del universo.
-"Adelante. Mis oídos están listos para tu sabiduría."

-"¿Por qué le decimos a la señorita Simian 'señorita'?"-, pregunté, levantando una ceja con genuina curiosidad-. "Digo, de señorita no tiene nada."

Por un momento, Gumball se quedó en silencio, y luego... explotó en una carcajada tan fuerte que todos en el salón se giraron hacia él.

-"¡WATTERSON!"-, rugió la señorita Simian desde el frente, apuntándolo con una tiza como si fuera una daga.

Gumball intentó recomponerse, limpiándose las lágrimas de risa de los ojos mientras se enderezaba en su asiento.
-"Lo siento, señorita Simian. Es que, eh... pensé en algo muy gracioso. Ya sabe, cosas de matemáticas."

La maestra lo fulminó con la mirada, pero, sorprendentemente, volvió a la lección sin insistir. Tal vez había decidido que no valía la pena perder más energía en él.

Cuando la atención regresó a la pizarra, Gumball se inclinó hacia mí, todavía con una sonrisa en el rostro.
-"Tienes toda la razón, ________. Pero, ¿sabes qué? Creo que la llamamos señorita porque 'señora Simian' haría que el universo colapsara. ¿Te imaginas? Una Simian casada. Eso sería demasiado para la realidad."

No pude evitar reír, tapándome la boca para no atraer la atención de la maestra. Gumball siempre sabía cómo convertir el aburrimiento en algo soportable.

-"A veces me pregunto qué le vio el director Brown... Tal vez algo muy, pero muy profundo en su corazón... algo que ni ella misma sabe que tiene,"-dijo _________, casi riendo al pensar en la idea. -"Porque, sinceramente, no le encuentro mucho sentido. Es como si estuviera viendo una obra maestra en bruto, y el resto del mundo solo viera una pintura de un pingüino bailando. ¿Qué vio en ella, exactamente? ¿Una chispa de humanidad oculta entre esos ojos fríos y esa actitud de, ya sabes, 'señorita Simian'?"

Gumball, que estaba sentado a su lado, no pudo evitar intervenir, mirando a _________ con una expresión cómica pero sincera.

POV _______

Las cosas en la clase iban de mal en peor. ¿Cómo podía alguien esperar que me concentrara en algo tan aburrido como las matemáticas? ¡Ni siquiera el propio narrador podía aguantarlo! La señorita Simian no parecía entender que mi vida no estaba hecha para ese tipo de torturas. Miré a Gumball, sentado a mi lado, como si estuviera buscando señales de desesperación, pero estaba demasiado concentrado en intentar no dormirse.

Mi paciencia ya estaba a punto de colapsar. No solo estábamos siendo castigados por cosas que ni siquiera habíamos hecho, sino que, por alguna razón extraña, todos los regaños siempre se dirigían a Gumball. Me había cansado de que fuera el chivo expiatorio de todo.

Miré a la señora Simian, que en ese momento parecía lista para lanzar fuego por los ojos, y no pude evitar soltar lo primero que me vino a la mente.

-"A veces me pregunto qué le vio el director Brown... Tal vez muuuuuuuuy profundo en su corazón?"-, dije, dejando escapar un suspiro. A veces me costaba creer que el director realmente estaba enamorado de la señorita Simian.

Gumball, al parecer, también se estaba preguntando lo mismo, porque me miró con una ceja levantada.

-"¡Ay, sí! Seguro que tiene un agujero tan grande en su pecho que... ¡Ni el corazón se puede meter ahí!"-, bromeó, haciendo una cara como si realmente estuviera reflexionando sobre el asunto. Yo solté una risita, y por un momento la clase dejó de ser tan insoportable. O al menos, hasta que...

-"WATTERSON!"-, rugió la señorita Simian, interrumpiendo nuestro momento de paz. Ahí volvió a su versión más aterradora. Miró a Gumball como si acabara de comerse la última galleta del frasco. -"¿¡Qué te dije de seguir interrumpiendo la clase!?".

Lo que me molesta es que, honestamente, ¡NO HABÍA HECHO NADA! Solo estábamos conversando sobre el sentido de la vida en el contexto de la señorita Simian. Pero no, todo recayó sobre Gumball como siempre.

Y fue entonces cuando, en un momento de valentía impulsiva (¿o locura?), decidí que ya era suficiente. Golpeé la mesa con fuerza, haciendo que todos saltaran del susto, y me levanté de golpe.

-"¡Oiga! ¡Fui yo quien empezó la conversación! ¡No tiene por qué regañarlo a él!"-, exclamé, mi voz sonando mucho más firme de lo que me sentía en ese momento.

Gumball me miró, sorprendido, como si acabara de salir de un sueño. A juzgar por su expresión, estaba tan confundido como siempre, pero también un poco impresionado.

La señorita Simian, en cambio, me fulminó con una mirada de esas que podrían derretir el acero.

-"¡No voy a tolerar alumnos como tú en mi clase! ¡A LA DIRECCIÓN!"-, me espetó, como si fuera la sentencia de muerte.

Ok, aquí se ponía interesante.

Sin pensarlo, tomé mi mochila como si fuera mi armadura y me giré hacia Gumball, que seguía con la boca abierta y los ojos desorbitados.

-"¡BIEN!"-, respondí con entusiasmo, en un tono que no sabía si era de rabia o pura comedia. Caminé hacia la puerta con la dignidad de un rey desterrado, haciendo todo lo posible por mantener la compostura, aunque por dentro sentía que estaba a punto de reírme de lo absurdo de la situación.

Al salir, la puerta se cerró detrás de mí con un portazo, y la risa contenida estuvo a punto de escapar. Pero lo único que podía pensar era: "¿En serio acabamos de hacer eso?" Lo que, para ser sincera, me parecía mucho más interesante que cualquier otra cosa en esta clase.

Con paso firme, me dirigí al pasillo, sintiendo que algo, al menos algo, había cambiado ese día. Y, de alguna manera, fue por una tontería como esta.

¿Quién sabía qué sucedería después? Pero al menos estaba bastante segura de que, para Gumball y para mí, este día no sería olvidado fácilmente.

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POV Gumball:

¿Qué acaba de pasar? ¿En serio? No podía creer lo que acababa de ver. Esa... esa era _______? La misma _______ que, por lo general, se preocupaba por todo y siempre trataba de evitar problemas. ¡Y ahora estaba casi como si estuviera desafiando a la mismísima señorita Simian! Vaya, nunca la había visto así antes. Parecía una versión totalmente diferente de ella, y no pude evitar sentir un pequeño cosquilleo de admiración.

"Vaya, si que está que arde," pensé mientras veía cómo tomaba su mochila y salía de la clase como si hubiera ganado una batalla. Había algo en su postura, algo en cómo se había enfrentado a Simian, que me dejó sin palabras. ¿De dónde había sacado tanta valentía?

Mi cabeza seguía dando vueltas intentando procesar lo que acababa de suceder. Ella... ¿realmente me había defendido? Nunca me imaginé que algo así podría pasar. Para ser honesto, siempre me había considerado el "chico problemático", el que siempre terminaba siendo el centro de todos los regaños. Pero en ese momento, ella había dado un giro total a las cosas. Y sí, estaba un poco impresionado por eso.

No es que me gustara tener problemas, pero ver a _______ tan decidida, tan segura de lo que estaba haciendo... Fue un cambio radical que me hizo pensar en todo de una manera nueva. Quizás la veía con otros ojos ahora, no solo como la chica que siempre me sonreía y me ayudaba cuando las cosas se ponían difíciles, sino como alguien mucho más fuerte, alguien que estaba dispuesta a plantarse por lo que creía, sin miedo.

Y lo más raro de todo, es que me sentía increíblemente orgulloso de ella. Como si, de alguna manera, eso también me representara a mí. Como si, al hacer eso, nos hubiera hecho un equipo mucho más fuerte, más unido.

-"Eso estuvo... impresionante," murmuré para mí mismo, sin poder evitar sonreír.

Nunca había conocido a una mujer con tal carácter, además de mi madre. Pero, de alguna manera, _______ lo hacía diferente. Era increíble cómo podía ser tan tranquila y relajada, y de repente, cuando alguien le pisaba el pie, sacaba esa valentía que no sabía que tenía. Me dejó sin palabras, de verdad.

Es como si, en ese momento, se hubiera transformado en algo completamente nuevo, algo que no había visto antes. Y no sé por qué, pero de repente me sentí mucho más... atraído. Ella no solo se defendió a sí misma, me defendió a mí. Eso me hizo verla de una manera que nunca había imaginado.

¿Quién sabía que una chica tan genial, tan fuerte, tan... perfecta podría existir? Y lo peor es que, en ese mismo instante, me di cuenta de que estaba totalmente enamorado de ella...

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Narrador

Ya era la hora de salida, y _______ finalmente había logrado salir de la detención, bastante más despierta después de haberse echado una buena siesta en la oficina de la directora. Mientras se estiraba y caminaba por los pasillos, una pregunta rondaba en su mente.

-"Mmm... ¿Dónde estará Gumball?"

Se preguntó a sí misma, mientras comenzaba a caminar con rapidez por los pasillos, buscando a su amigo. No entendía cómo había perdido el rastro de él, especialmente cuando siempre parecía estar en todas partes.

Pero de repente, sin previo aviso, una chica de cabello amarillo brillante se estampó contra ella, ambas cayendo al suelo con un estruendoso golpe. ________ sintió cómo el aire se escapaba de sus pulmones, pero rápidamente se recompuso, mirando a la chica que se levantaba de inmediato.

-"Ay... Oh, lo siento mucho, ¿estás bien?"-, preguntó la chica, extendiendo su mano y ayudando a ________ a levantarse.

-"Sí, sí... estoy bien, ¿y tú?"-, respondió ________ mientras se sacudía la ropa. Pero al levantar la vista, se dio cuenta de algo realmente extraño. La chica, aunque parecía normal en su rostro, tenía alas de color dorado y cuernos que salían de su cabeza, algo que nunca había visto antes.

La chica sonrió, como si nada fuera raro en absoluto.

-"Estoy bien... Oye, ¿cómo te llamas?"-, preguntó ella amablemente, mientras veía a ________ con una mirada curiosa y amigable.

-"_______," respondió rápidamente, aún un poco sorprendida por los detalles de su apariencia. "¿Y tú?"

La chica sonrió de nuevo, esta vez de forma más cálida, como si estuviera muy feliz de conocerla.

-"Penny," -respondió, con un brillo en los ojos-. "Qué bello nombre, _______."

_______ se quedó callada por un momento. ¿Penny? El nombre le sonaba familiar, como si lo hubiera escuchado en alguna parte antes, pero no lograba recordar de dónde. Un sentimiento extraño comenzó a crecer en su interior, como si una pieza importante estuviera faltando en el rompecabezas.

-"Huh..."-, murmuró, pensativa-, "Oye, nunca te he visto por aquí antes. ¿Eres nueva?"

Penny negó con la cabeza, dejando escapar una pequeña risa.

-"No, no soy nueva... Solo vine a charlar con un viejo amigo,"-, explicó Penny, sonriendo dulcemente. "Voy a quedarme en la casa de mi primo por unas cuantas semanas, así que quiero aprovechar para ponernos al día."

_______ asintió, aún algo confundida. Estaba empezando a pensar que esta chica no era tan rara como parecía, pero la conexión entre su nombre y ese sentimiento persistente no desaparecía.

-"Ah... Entiendo,"-, dijo ________ con una sonrisa amable. "Bueno, te deseo suerte en encontrar a tu amigo. Yo también estoy buscando al mío, aunque creo que ya se fue a su casa..."

Penny la miró por un momento, algo en su mirada había cambiado, pero sólo por un segundo.

-"Sí... claro... suerte en eso."-, Penny respondió, pero algo en su tono hizo que ________ se preguntara si había algo más detrás de sus palabras.

Ambas se miraron por un momento, como si algo invisible las uniera, pero al final, solo se despidieron con una sonrisa y siguieron sus caminos. Mientras ________ se alejaba, no podía dejar de pensar en lo extraña que había sido la conversación, y en cómo su mente no dejaba de darle vueltas al nombre "Penny".

POV Gumball:

Estaba recargado en las puertas de salida, mirando el reloj una y otra vez. Había pasado más tiempo del que esperaba y aún no veía a ________ salir de detención. La detención, de hecho, parecía una eternidad, pero al menos sabía que ella saldría pronto.

-"Vamos, ________... Fuiste a detención, no a prisión!"- murmuré para mí mismo, medio bromeando, medio preocupado. Sabía que no podía ser tan malo, ¿verdad? Ella era dura, no necesitaba que yo me preocupara tanto.

De repente, sentí un toque ligero en mi hombro. Giré rápidamente, esperanzado en ver a ________ con su característico y cansado rostro de detención. Pero al girar, no fue lo que esperaba.

-"_______! Oh, dios, estoy feliz de que estés bien-... Penny?"-, mi voz se cortó y mi sorpresa fue evidente. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al ver a la chica que nunca pensé que volvería a ver, o al menos no en estas circunstancias. Penny. La misma Penny que había sido mi novia... hasta que no lo fuimos.

Penny se encontraba de pie frente a mí, sonriendo suavemente, esa sonrisa tranquila y misteriosa que solía ponerme nervioso. Sus ojos, que solían estar llenos de complicidad y alegría, ahora me miraban de una manera distinta, como si todo hubiera cambiado y el pasado estuviera envuelto en una capa de nostalgia que no podía descifrar.

-"Hey, Gumball."-, dijo con esa voz que me era tan familiar, pero que ahora parecía distante.

La situación era tan surrealista que, por un momento, el tiempo pareció detenerse. No sabía si era el encuentro inesperado, la sorpresa de verla otra vez, o la mezcla de emociones que me invadían al recordar todo lo que compartimos. Lo último que esperé fue verla aquí, en el mismo lugar, casi como si el destino hubiera decidido jugar con nosotros nuevamente.

Pero había algo en su mirada. Un tipo de serenidad, quizás incluso aceptación, que me hizo preguntarme si las cosas que nos separaron finalmente se habían disipado en el aire. Lo que antes fue una tormenta de emociones intensas ahora parecía ser solo una brisa cálida, algo distante pero aún presente.

-"¿Qué... qué estás haciendo aquí?"-, mi voz salió más baja de lo que hubiera querido, pero las palabras parecían no salir como yo esperaba. Estaba atónito.

Penny se encogió ligeramente de hombros, sin perder la sonrisa que solía derretir mi corazón en su momento.

-"Solo vine a... bueno, hablar. No quiero hacer una escena, ni nada. Solo quiero saber cómo estás, Gumball."


-"Estoy bien."-, respondí secamente, saliendo naturalmente de mi pecho.

Su sonrisa se torció un poco. Claramente estaba molesta.

-"Me vine a disculpar, sabes?"-, ella trató de tomar mis manos, pero yo las aparté rápidamente.

No quería que se acercara más. Sabía lo que había pasado entre nosotros, y aunque intentara disimularlo, las cosas ya no eran las mismas. Yo ya no pensaba en ella de esa forma, no cuando ________ estaba aquí, a mi lado, haciéndome sentir algo completamente diferente.

Penny frunció el ceño y dio un paso atrás, notando mi distancia.

-"¿Por qué eres así, Gumball?"-, su voz sonó algo dolida.

Pero eso era algo que yo ya no podía controlar. Miré hacia otro lado, evitando sus ojos, mi mente llena de pensamientos confusos, pero un solo nombre me venía constantemente a la cabeza: ________.

-"Mira, Penny... No es lo que piensas... es solo que... las cosas han cambiado,"-, murmuró, sin poder encontrar una respuesta correcta.

Antes de que pudiera agregar más, el sonido de pasos acercándose me hizo girarme, y allí estaba ________, quien ya me había estado buscando.

Y no pude evitar sonreír al verla. A diferencia de Penny, ella sí tenía mi atención completa.

Narrador

________ corría hacia Gumball con una sonrisa, emocionada por poder abrazarlo, como si su presencia pudiera disipar cualquier sombra de la semana. Pero justo cuando estaba a punto de alcanzarlo, algo la hizo detenerse en seco. Ahí, frente a él, estaba la chica llamada Penny.

En ese instante, la memoria de ________ se activó, y un rayo de reconocimiento atravesó su mente. Penny. La exnovia de Gumball. El nombre se instaló en su cabeza con una sensación agridulce. Recordó aquellos días cuando Gumball había estado tan decaído, tan distante, tras la ruptura con ella. Recordó lo triste que se veía, cómo su energía parecía apagada, y cómo ella se había esforzado para hacerle compañía en esos momentos. Todo por culpa de esta chica. La furia de ________ creció, pero se contuvo, respirando profundamente para no dejar que su enojo nublara sus pensamientos.

A pesar de la ira interna que sentía, ________ se acercó, tratando de parecer tranquila, aunque su tono de voz traicionaba su incomodidad.

-"Entonces... él es tu viejo amigo, eh?"-, dijo, con una sonrisa algo forzada. -"Me alegro de que lo hayas encontrado..."

Penny, por su parte, pareció no inmutarse mucho, respondiendo con una sonrisa falsa, una que no engañaba a nadie. Habló entre dientes, intentando sonar casual, aunque su tono no era convincente en absoluto.

-"Sí... Qué coincidencia,"-, respondió Penny, y aunque sus palabras parecían amigables, se notaba que había algo detrás de todo eso.

Solo es cuestión de tiempo que se revele lo que realmente está tramando.

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