14 | Sus labios.

Después de una hora había vuelto al departamento, me percate que no se encontraba Macarena, abrí la puerta con mis llaves y entre.

—Ya volví —salude y me senté a un lado de un Carlos ya duchado.

—¿Como les fue?—pregunto

–Bien

–Oye mhmm—dijo tímido y aclaro su garganta —T-tu y Ale s-salen ? O algo así? —pregunto curioso.

—No para nada es mi mejor amiga —dijo sonriente y miro a su amigo acaso Carlos …«estaba celoso?»

—Oh—dijo normal

—y Macarena?

—Salió con su amiga Catalina. Lo mas seguro para la boda

—Se ve emocionada

—Sí —dijo en suspiro

— y ya dejaste todo listo?— vio aquel lugar arreglado

—Sí, mañana haré la maleta y termino todo.

—Vas a querer que te lleve al aeropuerto? —pregunto mientras caminaba a la cocina, vio una cajas de comida china y tomó una para comenzar a comer.

—No, iré en taxi

—Bien.

Hubo un silencio incomodo para ambas, hace tiempo que no sentía eso, Carlos se quedo no se que mirando en el televisor.
Yo me quede en el comedor comiendo de aquella comida china. Pasaron unos minutos cuando entro cierta castaña.

—Hola chicos— sonrió y dejo la puerta cerrada. —Traje hamburguesas para cenar

—Que rico—Carlos se levantó del sofá y le ayudo con aquella bolsas, dio un fugaz beso en sus labios y ahí estaba de nuevo aquella maldita sensación en el pecho. Esa punzada.

—Estas mejor Santiago?—pregunto para mirarlo detenidamente

—La verdad que sí Maca, gracias por preocuparte —Sonreí y ella devolvió el gesto

— y tú? —giro si cabeza a Carlos quien ya estaba comenzó a comer.

—Sí termine todo, mañana haré la maleta.

—Bien pues a cenar. —se fue y lavó sus manos, volvió y se sentó en medio de ambos hombres — Santiago deberías de comer mejor hamburguesa, ya esta fría la comida.

—Tenés razón .

Los tres comieron en silencio, pasaron las horas y Santiago y Maca platicaban muy animados, riendo y  demás. Carlos se había marchado a dormir.

[. . .]

Habían pasado los días y lunes había llegado.

—Cuidate mucho por favor —dijo Maca tocando la mejilla de Carlos

—Sí, también tú Santiago te ayudara en lo que necesites —ella asintió con la cabeza y se besaron dulcemente.—Te amo, estaré llamándolos

—Ve tranquilo Carlos —hablo ahora Santiago —estaremos bien.

—Eso lo se— sonrió Carlos y abrazo fraternal a su amigo. —Bien me voy los dejo, el auto esta a abajo esperándome

Luego de despedirse el ojiverde salio de departamento quedando solo dos chicos dentro.

—¿Quieres desayunar?—pregunto Maca al ojiazul

—Claro, pero dejame ayudarte —sonrió y ambos caminaron a dirección a la cocina

—Esta bien.

—Te parece Hot Cakes?—pregunto Santiago haciendo voltear a la castaña asintió con la cabeza

—Buena idea.

Y ahí estaban ambos chicos jugando y cocinando, riendo como un par de niños pequeños, Maca llenaba a Santiago con harina y el hacia lo mismo. Así estuvieron un rato cocinando y riendo...como dos jóvenes enamorados.
A los minutos ya ambos desayunaban animados charlando

—¿Que quieres hacer hoy? —pregunto Santiago.

—Hace poco vi que había una feria de juegos mecánicos, podemos ir ?—pregunto como niña pequeña

—Yo encantado, a mi me encantan las ferias

—Entonces vamos en la noche. Mientras podemos salir a comer helado ¿que dices?—pregunto la castaña

—Lo que usted ordene —el llevo su mano a la cabeza en señal de “militar”.

Terminaron de comer tranquilamente,la primera en terminar fue Macarena.

—Te tocan los platos y cazuelas —corrió a la cocina y dejo su plato

—¿¡Qué!? No es justo —se quejo y una castaña salia riendo de la cocina. Ella lo miro y le saco la lengua

—Son las reglas. —camino al sofá y se tiro

—y quien puso las reglas?—se levanto el ojiazul y se paro frente de ella

—Yo—dijo retadora

—Aja, vos. —el se coloco a su altura y comenzaron una guerra de cosquillas por parte de Santiago, la ojiverde no dejaba de reír. Aquello era música para los oídos de su castaña, ella era perfecta en todos los sentidos. Él paro unos segundos, sus miradas estaban frente a frente, el ojiazul miraba sus labios se veían tan besables, tan dulces luego miro a sus hermosos y grandes ojos verdes que lo hipnotizaba, sus respiraciones eran una sola.

Su mete decía que parara, se alejara y así lo hizo se levanto lentamente

—Perdón, y-yo iré a —se quedo pensativo —a lavar los platos.—la castaña asintió con la cabeza, estaba roja de la vergüenza por un momento deseaba que la besara pero sabia que no era bueno.
Ella se levantó del sofá y comenzó la limpieza del comedor y sala, después termino de limpiar la habitación de Carlos, de una vez tomo su ropa y la dejo sobre la cama.
Eligió unos skinny jeans negros, una blusa color blanca, unos vans negros ward, dejo un bolso clutch negro sobre la cama igual.

—Santiago? —hablo Maca desde el pasillo

—en la cocina—grito el ojiazul

—Oh solo quería decirte que me meteré a duchar

—Sí esta bien Maca. Yo iré a comprar un par de cosas y vuelvo.

—Sí claro, lleva llaves —recordó Maca y el sonrió ampliamente.

—Siempre jaja.

Sin más la castaña se metió al baño y abrió la regadera para comenzar a desvestirse. Un joven castaño cerraba la puerta de aquel departamento. Camino hasta al estacionamiento y subió a su camioneta. Manejo un par de calles y llego al súper. Dejo estacionada la camioneta y fue al lugar. Entro y camino por varios pasillos, compro una botella de vino, panes y demás.

[. . .]

Ambos chicos se encontraban ya caminando por aquel parque, comían de su helado mientras Macarena reía por cualquier anécdota que platicaba Santiago, era un chico divertido y eso le gustaba le hacia sentir como en su hogar.

—No puedo creer que te veas tan serio y eres una sorpresa tras otra—sonrio y terminaron sentándose en una banca mirando el panorama.

—Así soy, y tú? Hablame un poco de ti

—Pff—suspiró profundo — por donde empiezo no me suceden cosas así. Pues una vez me equivoque de clase y estuve un hora sentada en clases de alemán —rieron ambos— soy muy distraída algunas veces. No supe que habían cambiado los grupos y me quede en aquella aula el cual era mi antigua aula así que hasta que fue un profesor y me asigno mi aula nuevamente.

—Eres muy linda Maca—solto de golpe Santiago

—G-gracias —dijo sonrojada Macarena, el tomo su mano tímidamente y ella entrelazo ambas manos —Sabes no se que me sucede cuando estoy contigo y— la interrumpió alguien

—Hola...

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