12| Sentimientos

—Un mes?—volvió a repetir

—Sí Santiago. Un mes —asintió Carlos para mirar extraño a su amigo— hay algo de malo?—aplano sus labios y alzo una ceja.

—No, solo que me parece muy rápido.

—a mi me parece bien, además de que Maca se ira  y no quiero que se vaya sin ser mi mujer —soltó para besar la mano de su prometida

—Ha, si es así me parece bien —fingió una sonrisa — Iré por un plato

—No tranquilo. Yo lo traigo —dijo macarena quien se notaba aun mas tensa.

—Gracias—susurro y sintió aquel ahora fresco al pasar a su lado. Sin más se sentó frente a Carlos quien no apartaba la vista de unos papeles.

—Pronto me tendré que ir —dijo sin apartar la vista de un largo papel.

—justo antes de la boda?—preguntó confundido

—Si, pero volveré antes. Además son un par de días—levanto la vista y clavo sus verdes ojos en el ojiazul— te encargo a Macarena, y sí puedieras ayudarla en esto de la boda te lo agradecería mucho, pronto vendrá su hermana así que bueno—el ojiazul solo asintió con la cabeza y sonrió

—Tranquilo, sabes que para eso estamos —el castaño le dedico una ligera sonrisa y volvió su vista al papel, a los instantes llego una ojiverde con un plato con chilaquiles para colocarlo frente del ojiazul—Gracias Maca.

—De nada —sonrió y se sentó aun lado para terminar su desayuno.

Todo estaba completamente en silencio, Macarena de vez en cuando miraba a Santiago  como al igual el ojiazul miraba a su castaña.

—y cuándo te iras Carlos? —hablo el joven de ojos azules quitando el incomodo silencio

—Pasado mañana, solo que tengo que dejar varios pendientes listos —contestó mirando aún sus papeles.

—Ya terminaste Santiago? —pregunto la castaña para levantarse y levantar su plato, el asintió con la cabeza, cuando la castaña se acercaba el solo se levanto torpemente .

—No, y-yo puedo llevarlo —sin más se tomo su plato y se metió a la cocina. Tomó el jabón y comenzó a lavar su plato.

[. . .]

Desde el desayuno no había salido de mi habitación, no quería ver las escenas “empalagosas” de su amigo y la castaña. Se quedó ahí tumbado mientras sus pensamientos vagaban imágenes de aquella muchacha de ojos verdes y sonrisa perfecta.

—¡Basta!—dio un grito ahogado.

Sabia que no podía hacer nada por ella, era la novia de mi mejor amigo, jamas iba ser bien visto ni yo lo quería. Todo este tiempo negando todo sentimiento a ella pero de qué servía? Podía engañar a todo mundo. Pero no a él. Él y su estúpido corazón.

No quería llorar, ni iba a llorar simplemente no. Sí dolía con toda su alma en mes ella seria prohibida (y aun así todavía era prohibida), siempre sus mismos pensamientos ser él con quien compartiera sus besos, sus abrazos ... Su vida.

En esos minutos de pensamientos agenos su celular comenzó a sonar con el típico “Tiin”.

Alejandra:

Estas bien? Llegaste bien a casa? Perdón por lo de anoche pero tenia clases por la mañana ;) espero que no te haya molestado. Y que por fin hables con la fransesita.

Sonreí a la pantalla, ella siempre con sus ocurrencias. Empecé a textear el siguiente mensaje.

Santiago:

Hey tranquila boluda jajaja estoy bien, llega hasta el pedo y no lo haré...al menos no hoy. Nos vemos luego.

Luego de que se enviara el mensaje bloque mi celular dejándolo en la mesita de noche, me voltea a la pared y me quede dormido.

  Macarena:

—ya he hablado con mi hermana—dije sin apartar la vista de aquel yogurt.

—y qué tal? Si podrá venir ha ayudarte?— sonrió y quitó la vista de los papeles.

—Sí, la siguiente semana llegara —suspire y me fui a sentar al sofá para encender el televisor.

—y tú? ¿Cómo te sientes con la boda?—aclaró la garganta él ojiverde

—Bien...—dije con un suspiro, casi tratando de convenserme a mi misma.

La conversación quedo así en el aire. Y ahí estaba nuevamente con mil dudas en mi cabeza sí quería a Carlos...pero no lo amaba a quien engañaba? ¿Cómo podía no sentir algo por él? Simplemente no lo sabia. Siempre estuve segura que quería compartir mi vida con Carlos, casarme y quizás tener en algún futuros hijos. Pero ahora no estaba tan segura ahora. Luego conocí a Santiago...
Que con el poco tiempo me sentía tan bien con él, me sentía yo misma, segura...era todo tan extraño.
Algunas veces me encontraba pensando en él y ella, juntos. Sonara terrible pero aveces mi imaginaba a Santiago en vez de Carlos haciéndolo.

—En que piensas, nena?—dijo Carlos sentándose aún lado.

—He? En nada, cosas de la boda ahora tengo muchas mas responsabilidades—sonrio para él

—Segura?

—totalmente.

Él asintió para luego levantarse y meterse al baño.
Me quede ahí sentada; me levante y camine a la habitación. No pude evitar no mirar la puerta de aquel castaño, una parte me pedía que fuera y ordenara mi mente y sentimientos... Quizás si sentía algo por él.
Toque levemente la puerta pero no hubo respuesta, gire la perilla de la puerta y note que Santiago dormía tranquilamente.

Me acerque lentamente y pude observar aun  más su rostro, tenia unas hermosas facciones, su nariz, su barba y aquellos labios.
No se cuanto tiempo estuve ahí parada observándolo cuando escuche que se cerraba el grifo del agua. Salí como pude y me coloque de nuevo en él sofá mirando que mi celular parpadeaba aquellos luz

Era un mensaje de Catalina.

Maca, no me dijiste que tal te fue en la cena? Qué te dijo Santiago de como te veías he 😏, si estuve viendo que no apartaba su vista de ti.

Sonreí aquel mensaje, agradecía tanto de haber conocido a Catalina de tener una nueva amiga. Y en quien confiar.

Ja, ja claro Catalina. Después hablamos ¿puedes ir hoy al Café de bol?

En seguida contesto un

Claro nena, te veo a las 4p.m

Sin mas deje un simple esta bien y deje aun lado el móvil.

—Listo, fresco —dijo un ojiverde llegando solo con unas verbudas color verde hoja y una musculosa blanca.

—Hoy iré donde Catalina

—Claro nena, yo tengo que enviar estos documentos y dejar todo listo para el lunes.—suspiro y se acerco donde se encontraba la castaña tumbada.

—Bien, ¿quieres que prepare algo para comer?—pregunte levantando mi vista a sus ojos

—Nena, no cocinaras hoy podemos pedir comida china y listo

—y Santiago?

—Santiago? —dijo confundido

—Sí o sea no le molestara.

—Claro que no—sonrio y deposito un ligero beso en mi frente.— él estará bien, ahora deberías ir a tomar un baño y relajarte.

—Tomaré la palabra —la castaña se levanto del sofá y camino en dirección al baño. Miro una vez mas aquella puerta cerrada, suspiro y se metió al baño.

Las horas pasaron rápido, no paso la gran cosa. Se habían echo ya las 3:30 p.m, la ojiverde iba en camino ha aquella cafetería estaba a un par de cuadras del departamento de Carlos, así que sólo iría caminando tranquilamente disfrutando del lugar.

—t-tu...

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