— Yo nunca, nunca, me casaría contigo — mencionó Zapp, con los brazos cruzados detrás de su cabeza, caminando tranquilamente, mientras mascaba chicle.

Chain, quién iba a su lado, frunció el ceño. Mirándolo con asco y molestia.

— ¿Quién querría casarse con un mono escandaloso? — pregunta con evidente desprecio y molestia. Zapp de inmediato la voltea a ver ante el insulto.

Chain sabía que no debía caer en provocaciones, más si eran de él, Zapp Renfro. Quien inesperadamente era amigo suyo... O tal vez, más un compañero suyo.

Con quién lastimosamente, compartían camino a casa. Pues vivían casi en la misma cuadra, para disgusto de ambos.

— ¿A QUIÉN LLAMAS MONO, PERRA!

Ella tenía 5 años y el 8 años, y aunque ella debía mostrar prudencia... Era difícil no poder ignorarlo del todo.

Porque sí, a Chain Sumeragi, le molestaba todo de él, Zapp Renfro.

(Y sólo a veces, le tenía aprecio y cariño. Y viceversa.)

Al final Zapp terminó con uno que otro golpe y rasguño de su parte. Así como ella terminó con la ropa desalineada, al igual que su cabello; se ignoraron cuando finalmente cada quien llegó a su casa.

Mañana sería otro día, y lastimosamente, tendrían que verse la cara, otra vez.

Y únicamente cuando debían tomar camino para ir a la escuela, es donde Zapp, muy a regañadientes —porque su tutor y Zed— le pedía perdón; ya quedaba en ella si perdonarlo o no.

Aunque muchas veces en venganza, ella lo pateaba y se subía a su espalda, teniendo él que hacerle caballito hasta la escuela. Pero para ambos, así estaba bien.

Era como una especie de acuerdo tácito entre ambos, y no lo cambiarían.

Y así fueron transcurriendo los años, hasta que a la edad de 21 y 24 años, respectivamente, llegó.

Y aunque ya no asistían a la escuela como tal, y trabajaban —en la misma oficina, Libra—, Zapp retomó lo que a sus 8 años le dijo.

— Te mentí — dijo de pronto, rompiendo el silencio que había entre ambos. Haciendo que ella lo mirase de reojo, curiosa, pero con su semblante impasible de siempre —. Mentí sobre que nunca... Nunca...

Ella arqueó una ceja, confundida y un poco molesta porque él no terminaba de expresar la idea —. ¿Nunca qué?

— Sobre que nunca me casaría contigo.

Chain no pudo disimular su sorpresa, así como Zapp, no pudo evitar ocultar su sonrojo.

Entonces, Chain, queriendo serenarse y fingir que esas palabras no movieron algo en su interior, expresó un seco: — Ah.

— ¿Y bien? ¿No vas a decir nada?

— ... — lo miró y contempló unos segundos en silencio. Manteniéndose impasible en todo momento —. Nada de lo que diga cambiará algo.

— ¿AH! ¿QUÉ QUIERES DECIR...?

— Yo también... También creo que no es tan malo... Después de todo — murmuró lo último por lo bajo, mirando al suelo, queriendo ocultar su sonrojo.

Aunque sus orejas la delataban.

Zapp no puede evitar mirarla con asombro, aunque hay algo cálido ahora en su pecho. Que no quiere admitir a sí mismo que es felicidad por sus palabras.

(Por ese tácito, me gustas a mi también.)

Y nuevamente se quedan en silencio. Pese a que él ya había salido con varias mujeres antes, y Chain, tenido un crush antes... Están algo perdidos en qué hacer ahora.

(Son como primerizos. Aunque realmente no lo son... ¿Cierto?)

Entonces Zapp, rascándose la nuca, en un gesto aparentemente desinteresado, pasa su mano sobre los hombros de la pelinegra y la acerca a él; Chain no rechista —más bien, hasta se acomoda mejor—, y entonces supone que aquello está bien.

Y el "Yo nunca, nunca, me casaría contigo" de un Zapp de 8 años, puede irse completamente a la mierda.

-Traumada Taisho

Gracias a quién lo lee. Y perdón por el fuera de personaje.