Cap 32: Una promesa.

Pov John. 

Después de mi arrogante declaración la pelea comenzó.

Uno de los hombres en frente que había estado parado al costado del jefe corrió hacia mi. 

El tipo activó su habilidad pero ni siquiera me moleste en copiarla, una aura blanquecina he invernal se arremolino al rededor de su mano, los copos de nieve y escarcha se juntaron y después de unos pocos segundos la masa amorfa se reformó en una daga de hielo. 

Cuado estuve a punto de hacer mi movimiento, me percate que por alguna razón no podía moverme. Miré mi cuerpo notando que estaba cubierto de una extraña aura verdosa. Miré a mis atacantes y noté que uno de ellos me apuntaba con la palma de su mano abierta la cual emanaba un aura exactamente igual a la habilidad que me inmovilizaba. 

Rápidamente copié la habilidad de ese sujeto para contrarrestarla. Cuando el oponente que corría hacia mi estuvo lo suficientemente serca trató de apuñalarme en el hombro. Sin embargo yo pude esquivarlo en el último segundo al doblar mi cuerpo de forma apresurada. 

En un movimiento fluido saqué uno de mis cuchillos con una de mis manos mientras que con la otra tomé el brazo estirado de mi atacante y lo acerqué hacia mi. 

Clavé el cuchillo en un costado de su estómago y con un movimiento relajado lo arrastré casualmente por su cuerpo hasta llegar al otro extremo. El callejón se lleno de un desagradable sonido de carne siendo separada y rasgada. Por alguna razón los demás sujetos enmascarados se quedaron quietos mientras destripaba a su compañero. 

Una vez terminé mi movimiento simplemente deje caer al tipo mientras su estómago se abría y sus entrañas caían al mugroso suelo de concreto del callejón. Mi moribundo oponete dejo escapar un débil jadeo antes de que todo rastro de fuerza y energía abandonará su cuerpo y callera al suelo en espera de la parca que lo encontraría en pocos minutos. 

Sin perder más tiempo corrí directamente hacia el líder del grupo con la intención de matarlo. Su perdida sin duda desorganizaria al resto del equipo y no sabrían como actuar correctamente ante la muerte de su superior. 

Cuando me recompuse en el suelo vi como un enorme mastodonte envuelto en una aura de color cobre y de más de dos metros se interponía entre el cabecilla del escuadron y yo.

Era un tipo extremadamente alto y músculoso. Sólo con su estatura dejaría a Arlo como un enano escuálido si se parará a su lado. Vestía un traje negro al igual que el resto y su cabeza también estába tapada, sin embargo su traje se asemejaba más a una armadura de placas negra y la máscara que ocultaba su rostro era un casco a diferencia de las simples telas que portaban sus compañeros.

El hombre se preparó y de un rápido pique corrió hacia mi con una velocidad que para nada se esperaría de alguien de sus dimesiones. El suelo de concreto se desquebrajó con cada poderoso pisotón que daba, haciéndolo temblar levemente y provocando un estruendo similar a un camión a máxima velocidad. 

Una vez serca el hombre levantó su colosal puño hacia arriba con la intención de aplastarme. Pero nuevamente logre alejarme a tiempo al usar la telequinesis sobre mi propio cuerpo para formar una distancia entre esa bestia y yo. El puño del hombre formó un enorme créter cuando impacto contra el suelo, fragmentos de escombros volaron por los aires he incluso uno me golpeó justo en mitad de la frente. 

En un rápido movimiento desenvaine mi espada y realice un corte diagonal en dirección de su cuello. Sin embargo al momento en que el filo de mi hoja entró en contacto con su cuello mis biceps recibieron un acalambroso dolor junto con mis manos y muñecas cuando mi espada vibró y mis brazos fueron azotados por la fuerza cinética que se me había sido devuelta. 

En lugar del húmedo y desagradable sonido que hacía la carne al ser atravezada violentamente que me esperaba oír, un fuerte y chillate sonido similar al impactar toscamente con una roca demasiado aspera resonó por todo el callejón. 

La dragón Swoed había rebotado en su puto cuello. La habilidad de aquel sujeto al parecer no sólo aumentaba su fuerza a niveles absurdos, sino que también le proporcionaba una piel exageradamente resistente. 

Al quedar expuesto después de realizar mi inútil ataque. El mastodonte me agarró firmemente por mi tobillo, para luego levantarme en el aire e impactate contra el suelo repetidas veces.

Por suerte pude copiar su habilidad antes de que me agarrara, por lo que los continuos golpes contra el duro suelo no me causaban mucho daño. Sin embargo en ese momento me sentía como si fuera un cierto dios nórdico de las mentiras quedando a merced de la furia de un gigante verde con pantalones cortos aparentemente indestructibles. 

Después de impactarme una vez más contra el suelo, el gigante tomó impulso y me lanzó por los aires como si fuera algún tipo de juego olímpico. 

Ya en el aire. Los bastardos aprovecharon para atacarme. El telequinetico me arrojó todo lo que pudo encontrar: Contenedores de basura, ladrillos, chatarra, escombros bastante grandes y prácticamente cualquier cosa lo bastante pesada y voluminosa fue lanzada contra mi. 

Mientras que por otra parte alguno de los otros secuaces que al parecer tenía una habilidad que le permitia disparar proyectiles aprovecho también ese momento para practicar tiro al blanco conmigo. 

Me cubrí la cara con los brazos para que ninguno de los objetos o disparos de energia me diera en los ojos o rompiera mi máscara. Sin embargo mientras me protegía como podía pude notar como el líder me apuntaba con la palma de su mano extendida.

Al parecer él tenía la misma habilidad que el tipo que había destripado, aunque es un versión más poderosa. Su cuerpo entero fue envuelto por una ventisca de escarcha blanca que se condensaba en la palma de su mano. Al final, un enorme bloque de hielo fue arrojado hacia mi a una gran velocidad.

Pude reducir su velocidad un poco gracias a mi telequinesis, sin embargo eso no quito el hecho de que su golpe fue increíblemente doloroso. 

Fuí arrojado contra la pared de una casa. El fuerte impacto formó grietas profundas en la pared y sacudió la vivienda por completo haciendo que algunas tejas calleran al suelo desde el tejado. Al parecer la casa debía de estar abandonada, puesto que no hubo ni la más mínima reacción de sus habitantes, eso o bien estaban demasiado asustados por lo no querían involucrarse en lo más mínimo en lo que estaba sucediendo aquí fuera por lo que decidían encogerse de miedo dentro y volverse lo más invisible posible. 

Mi espalda había quedado incrustada algunos centímetros en la gruesa pared, sin embargo pronto comencé a desprenderme y la gravedad siguió con su curso. Cuando caí al suelo me recompuse rápidamente para no perder de vista a mis oponentes incluso cuando mi cabeza no paraba de dar vueltas. 

Mi traje estaba totalmente destruido, sucio y rasgado. Tanto mi salvaje cabello como mis brazos expuestos estaban cubiertos totalmente de tierra y suciedad que me hacía ver como un vagabundo que no había tenido una ducha en meses. 

Sin embargo eso actualmente me importaba un carajo, toda mi atención se centro repentinamente en el nuevo oponente el cual ya había llegado hasta mi y extendía su puño para golpearme la cara. 

Por reflejo trate de cortarle con mi espalda, pero mi mano en lugar de agarrar el confiable mango de la dragón Sword lo único que tomo fue el aire. Al parecer el golpe me había mareado lo suficiente como para no percatarme de que la había soltado por accidente cuando aquel mastodonte me atrapó y me estampó contra el suelo. 

Ni siquiera pude sacar un cuchillo de mi chaleco cuando el duro puño de mi contrincante conectó de lleno con mi mandíbula, desorientado tropecé unos cuantos pasos. Al parecer ese tipo debía de tener alguna habilidad que aumentará su fuerza en gran medida, por que incluso con la increíble defensa que me propinaba el poder del grandote ese golpe lo sentí bastante bien. 

No pude volver a tomar el control de la situación. Puesto que cuando apenas me estuve recuerando recibí una demoledora patada en las costillas por parte de otro sujeto que me mando a tropezar en la dirección contraria. 

Y por último recibí una fuerte enbestida del mastodonte que me mando a volar nuevamente. 

Cuando caí esta vez derrapé por el suelo, terminando por destrozar aún más mi ya de por si andrajoso traje. 

Me levanté lentamente esta vez, mi cabeza gacha mientras que el enojo y la ira que me carcomian.

Miré al frente. Viendo nuevamente a un enmascarado que corría hacia mi con la intención de golpearme como sus compañeros. Esta vez no lo permitiré. 

Cuando estuvo lo suficientemente serca lanzó su puño hacia mi. Sin embargo lo esquive y forme una larga estaca de hielo gracias a la habilidad del líder con la intención de apuñalarlo en la garganta. 

La estaca atravesó su cuello, eso sí, pero en lugar de que sangre saliera a chorros y que el sujetó soltará un gemido ahogado, la figura del hombre destello con ondas como las formadas al arrojar una piedra en un superficie de un lago antes de desvanecerse como un fantasma. 

Otro enmascarado repetidamente apareció a mi lado. Volviendo a golpear mi ya adolorida mandíbula y para el colmo en el mismo lugar que el anterior. 

Volví a tropezar y ya arto de estar siendo apalizado agudicé mis sentidos y me prepare para cualquier cosa. Cuando un segundo sujeto apareció a mi lado por arte de magia, inmediatamente dirigí la estaca de hielo hacia su pecho para apuñalarlo en el corazón. Pero exactamente lo mismo de la última vez volvió a ocurrir. La estaca atravesó su pecho, aunque no ocasionó ningún daño y el tipo simplemente se desvaneció en el aire como si fuera un espejismo. 

Mi cuerpo se sintió rígido y pesado cuando un aura verdosa me envolvió, fuí levantado unos pocos sentimientos en el aire antes de ser repentinamente lanzado al medio de la multitud de oponentes. 

Perder el control en verdad se sentía bastante raro. Para mi ese movimiento se sintió como si alguien hubiera atado una soga al rededor de mi cintura mientras que el otro extremo estuviera enrollado en la parte trasera de un coche, para que luego ese mismo coche hubiera acelerado a máxima velocidad de un instante a otro arrastrándome con él.

Una vez más me puse de pie mirando a los enemigos que una vez más me rodeaban. No entendía que pasaba, ¿como era posible que mis ataques los atravesarán sin embargo no les causaba daño?¿como podían aparecer de la nada o desvanecerse en el aire?¿acaso es teletransportación?¿intangibilidad?. 

... No. La respuesta no es ninguna de esas.

Miré con detenimiento a todos mis contrincantes. Notando al telequinetico, al líder, al mastodonte y a otros miembros cuyos poderes no me había molestado en copiar, también noté al tipo al que yo le había abierto el estómago. Todavía estaba vivo, yacía postrado en el suelo mientras otro sujeto con lo que parecía ser una habilidad de curación similar a la de Elaine. Consideré que esa habilidad podría ser bastate útil por lo que la copie y rápidamente comencé a curar las heridas que tenia mientras los seguía analizando y disfrutaba de la sensación de que el dolor causado por los golpes que me habían proporcionado disminuyera poco a poco. 

Contemple a todos a detalle. Sin embargo el que más llamó mi atención fue un enmascarado solitario que estaba al final de todos. Ese no paraba de mirarme fijamente en todo momento y lo más curioso es que podía sentir como su aura se dirigía hacia mi a la vez que era la más compleja y la que mayor dificultad me costaba descifrar. Y por lo que sabía sólo había un tipo de habilidad que me constaba tanto analizar. Una habilidad mental. 

El mastodonte cargo contra mi una vez más. Sin embargo me percate de que a diferencia de la última vez, sus pasos no provocaban ese estruendoso tenido que habían ocasionado la anterior vez, de hecho, el mastodonte no provocaba ruido alguno a pesar de que corría hacia mi como un toro rabioso con un chute de esteroides. 

Probando una idea muy arriesgada. En lugar de hacerme aún lado del camino de aquella bestia colosal, me quede firmemente parado a la espera de su ataque mientras me concentraba en mis alrededores y agudizaba mis sentidos. 

Traté de encontrar de todo: ver manchas o formas inusuales en el aire, escuchar el sonido de pisadas, sentír la presión del aire contra mi piel para percatarme sobre si algo se acercará. Cualquier cosa... y entonces fue cuando lo encontré. 

Una vez el gigantesco hombre estuvo en frente de mi extendió su enorme puño hacia mi cara. Sin embargo yo ni siquiera me inmute ante su inminente ataque y en su lugar mis ojos repentinamente se desviaron hacia mi izquierda. 

En un rapido movimiento extendí mi mano y un grueso muro de hielo se formó a mi izquierda justo cuando el aire se distorcionó y un enorme pilar de hielo apareció de la nada y colisionó con mi muro. El mastodonte por otro lado pudo chocar su puño contra mi cara, sin embargo esta sólo se desvaneció al entrar en contacto con mi cuerpo para que el resto de su figura le siguiera y desapareciera por completo sin dejar rastro.... como una ilusión. 

Ahora lo entiendo, no se teletransportan ni se vuelven intangibles. Son ilusiones, hace aparecer enemigos falsos para confundirme a la vez que vuelve invisibles a los reales. 

Cuando el muro de hielo se desmoronó miré a mis oponentes con una mirada llena de odio y rabia. Estaba extremadamente enojado por los repetidos golpes que me habían proporcionado, pero por sobre todo, por que estos bastardos se interponían entre Remi y yo. Ella estaba sola, aguantando el asalto de esos bastardos asquerosos.

Debo estar con ella, cuidándola, protegiéndola, refugiándola entre mis brazos, no perdiendo el tiempo con estos imbéciles. 

Antes las habilidades que tuvieran algo que ver con la mente se me hacían increíblemente complejas de copiar y entender. Era un tipo de aura que, a diferencia de las demás habilidades, no afectaba al cuerpo ni se manifestaba físicamente, por lo que era bastante complicado entender como imitarlas. Sin embargo, ahora con mi conocimiento más experimentado y mi mejor manejo del aura, por fin había encontrado la forma. 

Al poder ver el aura en su estado más puro. Pude ver como una masa de aura salía disparada de mi cuerpo con la forma de una silueta humana, los enmascarados reaccionaron a ella, tanto el telequinetico como el líder la atacaron con fragmentos puntiagudos de hielo y trozos de escombros, sólo para que sus ataques la atrevesarán y luego se disipara. 

- Ahora lo entiendo... - Murmuré en voz baja, recibiendo la atención de mis estupefactos y confundidos oponentes los  cuales no entendían que había pasado - Ahora todos ustedes están muertos - Dije mientras los miraba con unos ojos muertos. 

De un momento a otro múltiples siluetas de aura estallaron de mi cuerpo y corrieron hacia mis oponentes. Aunque ante los ojos de mis contrincantes era como si yo me hubiera clonado repentinamente. Había copiado con éxito la habilidad de poder crear ilusiones, la primera habilidad mental que había podido imitar, y ahora un ejército de mis copias corría hacia mis contrincantes mientras yo, el verdadero, se mezclava entre todas ellas. 

Los enmascarados fueron tomados por sorpresa y no pudieron cordiarse ni reaccionar apropiadamente. Atacaban inútilmente a las ilusiones esperando que alguna fuera real. Sin embargo yo ya había elegido a mi próxima víctima. 

Decidí ir primero por el curandero al considerarlo el más importante para el soporte y funcionalidad del grupo seguido del ilusionista. El médico todavía estaba tratando de curar a mi primer oponente mientras que al frente se encontraba otro miembro del escuadron con la misión de protegerlo mientras trataba a su compañero. 

Una pequeña horda de mis ilusiones corrió hacia ellos, con el yo real entre ellos. 

El sujeto del frente golpeo a diestra y siniestra a las ilusiones que lo abrumaban. Niguna de ellas trato de atacarlo, simplemente lo ignoraban y pasaban de largo mientras él se desesperaba y sus ataques se volvían erráticos. 

Por lo que no se espero que una de ellas se detendría a su lado mientras levantaba su brazo. Formando una maza con picos hecha de hielo para luego impactarla contra su cabeza con toda la fuerza que pudo reunir. 

La maza de hielo se rompió en mil pedazos, junto con el cráneo del tipo. Fragmentos de hielo cerebral se desparramaron por el suelo. 

Mi plan había salido a la perfección, mi oponente no había podido diferenciarme de entre mis ilusiones por lo que no pudo prevenir mi ataque.

Concentré mi atención en mis presas restantes. Ahora sin nadie que los protegiera, el médico y el soldado herido me vieron como lo haría un pequeño raton arrinconado por una serpiente. 

Corrí hacia ellos con toda la intención de acabar con sus vidas. El médico se desespero y trató inútilmente de dar pelea. Sin embargo usando la enorme fuerza que me daba la habilidad del mastodonte incruste mi mano en su pecho varios centímetros. Acto seguido enterré aún más mi mano en su cuerpo, destrozando huesos y órganos mientras rebuscaba en su interior a la vez que el hielo se extendía por su organismo. 

Al final agarré algo dentro de él mientras su cuerpo casi se terminaba de congelar por completo y en un fuerte tirón, arranque su cabeza semicongelada junto con la columna vertebral de la que lo estaba agarrando. 

Simplemente tiré el resto humano aún lado como si fuera basura y volví mi atención al oponente herido que hebía quedado a mi merced. 

El sujeto que había destripado me dirigió una mirada suplicante, el terror y el miedo a morir se podían ver claramente en sus ojos hinchados de lágrimas... en respuesta yo sólo le aplaste la cabeza de un fuerte pisotón. Su cara se destrozo bajo mi pie y la parte superior de su cráneo reventó como un melón maduro. 

Después me limpie los restos de sesos de mis botas contra el suelo antes de volver mi atención a los siete oponentes que quedaban, los cuales habían quedado momentaneamente estupefactos por ver a sus camaradas morir de una forma tan brutal. Mis ojos pasaron por todos ellos por un breve momento, antes de que se detuvieran sobre el ilusionista como lo haría un ágila al ver un jugoso conejo. 

Sin perder más tiempo corrí hacia él, en medio de mi carrera aproveche para tomar el cadáver del tipo cuya cabeza había destrozado con una maza dejando un rastro de sangre mientras acortaba cada vez más mi distancia con mi nuevo objetivo. 

El ilusionista se asustó al verme correr directamente hacia él. En un segundo múltiples oponentes idénticos al que tenía en frente aparecieron con la intención de confundirme. 

Al ya prevenir este movimiento arroje el cadáver aún fresco que arrastraba por el tobillo. Gracias a la increíble fuera que me daba una de mis habilidades su cuerpo voló varios metros en el aire mientras un rastro de sangre aún fresca brotaba de su cuello. 

Alcé mis brazos y una multitud de estacas de hielo salieron disparadas en su dirección. Destrozando aún más el ya masacrado cádaver y terminando por desparramar hasta la última gota de sangre de su cuerpo. 

Una lluvia carmesí calló del cielo. Bañando tanto al ilusionista real como a sus copias. Sin embargo el real fue el único que resultó ensuciado. 

El ilusionista se miró de pies a cabeza viendo como había quedado expuesto - Mierda... - Fue lo único que alcanzó a murmurar antes de que una lanza de hielo le atravesara la cabeza.

Después de deshacerme del oponente que mayor molestias me causaba volví a prestar atención a mi alrededor. El mastodonte junto con otros dos secuaces más corrían hacia mi.

Uno de los dos enmascarados que le seguían fue el que llegó primero y trató de golpearme en la cara con su puño cubierto de un aura morada.

 Pude ver su ataque desde un kilómetro de distancia, por lo que me agache evitando su inútil ataque. Pero, en lugar de contraatacar al apuñalarlo en el cuello o en algún punto vital como uno de mis cuchillos o con algún arma de hielo, lo agarré firmemente de su tobillo y lo levante en el aire. 

El mastodonte que estaba a escasos metros de mi y ya incluso había levantado su colosal puño para golpearme. Sin embargo tuvo que parar en seco y ponerme a la defensiva cuando use al sujeto que había agarrado por el tobillo como un garrote viviente. El tipo al parecer no estaba preparado para que usará a su compañero como un arma improvisada. 

Con cada golpe que daba sobre el mastodonte mi arma humana poco a poco se iba rompiendo. El hombre al principio había gritado, sin embargo pronto quedó inconsciente cuando su cabeza chocó contra el exageradamente duro y resistente hombro del mastodonte. Sangre salpicaba por todos lados, manchándome a mi, al grandote y a todo el suelo a nuestro alrededor y crujidos repugnantes de huesos al ser destrozados se podían escuchar con claridad. 

Sin embargo yo nunca me detuve de golpear mientras me encontraba cegado por la rabia pura que recorria mis venas como un caudal de magma que hacia hervir mi sangre. 

Tiré de mi garrote humano hacia atrás con un tirón para dar otro golpe. Sin embargo mi arma finalmente colapso al ya no poder soportar más daño, la pierna de la cual  lo agarraba se separó del resto del cuerpo y el ahora cadáver destrozado del enmascarado calló al suelo con un chapoteo húmedo como el que haría un trapo mojado. El cuerpo del enmascarado estaba en un estado tan pésimo que ya casi no podía ser identificado, cualquiera que lo viera pensaría que difícilmente esa masa de carne saguinolenta y rellena de huesos pulverizados fuera alguna vez un ser humano.

El mastodonte por otro lado, aunque bañado de pies a cabeza en sangre y pedazos de carne y piel de su compañero, estaba intacto. Su habilidad aumentaba su defensa en un nivel tan alto que los golpes no habían hecho más que marearlo por lo contundentes que eran. Aunque por la mirada perturbada que reflejaba en sus ojos supuse que usar a su colega como un arma y asesinarlo a golpes con su propio cuerpo había sido un muy buen ataque psicológico. 

El grandote se recuperó de su conmoción inicial y rápidamente tiro de sus brazos hacia atrás para darme un poderoso golpe en la cara. Sin embargo antes de que pudiera completarlo, potenciando al máximo su habilidad, aumentando mi velocidad con la telequinesis a la vez que formaba un campo de fuerza alrededor de mi puño y creando un denso guantelete de hielo repleto de púas impacte un poderoso puñetazo en su mandíbula. 

*¡Crack!*

La cara del grandote dejo escapar un repugnante crujido mientras su casco se destruía y su mandíbula se doblaba hacia afuera en un ángulo antinatural mientras sangre y dientes volaban por los aires. 

Puede que la defensa que le daba su habilidad era inmensa. Sin embargo la estadística de ataque de todas mis habilidades combinadas y potenciadas lo superaba por mucho. 

El gigantesco hombre se tambaleó varios pasos hacia atrás mientras se tomaba su destrozada cara con dolor. Su mandíbula había quedado tan dañada por el impacto que únicamente estaba unida al resto de su cara por unos cuantos tendones, piel y músculos. 

Sin darle la más mínima oportunidad para recuperarse volví a atacarlo con la intención de aprovechar esta oportunidad y matarlo. El hielo envolvió mi brazo mientras golpeaba su pecho con toda la fuerza que tenía justo con el impulso de la telequinesis. 

Mi mano se icrustó hasta el codo como lo haría un taladro perforando en roca sólida, emergiendo desde su inmensa espalda mientras un pequeño objeto rojo hecho de carne se encotraba firmemente atrapado en mi mano. Con un tirón retire mi mano empapada de sangre de su cuerpo junto con su corazón aún palpitante para luego aplastarlo, salpicando mi cara y máscara con sangre. 

Después de ver como el cadáver del mastodonte se desplomaba letamente en el suelo, levante mi brazo hacia un costado. Formando una barrera telequinetica para bloquear una ola de disparos de energía que brillaban de un intenso color zafiro. 

El enmascarado trato de moverse para evitar alguna represalia de mi parte. Pero por desgracia para él sus intentos fueron infructuosos cuando un aura negruzca envolvió su cuerpo, deteniéndolo en el acto. 

Levante mi mano hacia arriba y el hombre levitó alrededor de metro y medio del nivel del suelo. El hombre trato de liberarse inútilmente de mi telequinesis. Sin embargo yo destruí por completo cualquier intento suyo al cerrar fuertemente mi mano, la presión que inmovilizaba al enmascarado aumento repentinamente destrozando sus huesos y aplastando sus órganos.

Su cuerpo dejó escapar desagradables crujidos mientras sus extremidades se doblaban de formas imposibles y su cuerpo se comprimia sobre si mismo. Al final cuando deje de aplicar presión en él y lo deje caer al suelo no era más que una masa de carne amorfa y sangrienta casi del tamaño de un balón de fútbol. 

-¡Haaaa! fuí interrumpido cuando escuché un grito de guerra proveniente de una muy poca distancia arriba mío. 

Levanté mi brazo hacia arriba casualmente atrapando la patada cargada de otro sujeto enmascarado que había cometido la idiotez de anunciar su ataque en voz alta. Ya en serio, ¿quién diablos hace eso?, es demasiado estúpido, bueno como sea, lo que le sucederá a este tipo es su culpa por imbécil. 

Y con esos pensamientos en mente tomé impulso he impacte al enmascarado contra el suelo. Con ese único golpe la parte superior de su frente se hundio al golpear el duro suelo de concreto, dejando considerable mancha de sangre y algunos trozos de materia cerebral en el nuevo cráter que ahora adornaba el suelo. 

Por si aún quedaba alguna duda sobre si el tipo seguía vivo o no al acto siguiente utilice su cuerpo como escudo humano para bloquear una ola de escombros y trozos de metal que volaron en mi dirección mientras brillaban de un intenso color verde lima. 

Los escombros rompieron sus huesos al impactar y los fragmentos puntiagudos de metal atravesaron su cuerpo. 

Después de que la lluvia de objetos utilizados como proyectiles terminará arrojé el cadáver en dirección al telequinetico que obviamente era el que me había atacado. 

El cadáver voló hacia él, dejando un rastro de manchas de sangre a su paso debido a las enormes heridas que tenia. El telequinetico simplemente tiró el cadáver aún lado con sus poderes una ves que estaba demasiado serca, no importa, eso sólo era una distracción. 

En lo que el telequinetico había estado distraído con el cuerpo de su compañero aproveché para correr hacía él con toda mi velocidad. 

Cuando el telequinetico me vio tan serca perdió la compostura y la desesperación y el medio se volvió clara en sus ojos. De forma desesperada disparo cualquier objeto sercano hacia mi con la intención de detener mi carrera. Sin embargo un campo de fuerza me protegió de todos los escombros y apenas hizo que reduciera su velocidad. 

Su desesperación era tanta que cuando yo estuve a escasos metros de alcanzarlo incluso recurrió a arrojarme el  cuerpo de su difunto compañero al ya no saber que más hacer. 

Usando mi fuerza sobre humana atravesé el ya de por si masacrado cuerpo con mis manos desudas, antes de tirar hacia lados opuestos partiendo el cadáver a la mitad. Una neblina de sangre y tripas nubló momentáneamente mi visión para que cuando se despejará fuera saludado por la expresión conmocionada, asustada y traumatizada del telequinetico, puede que no pudiera ver su rostro por completo por la máscara de tela que traía puesto. Sin embargo sus ojos llenos de desesperación, temor y una dolorosa resignación a la muerte que se podían dislumbrar perfectamente. 

Y esos ojos fueron los mismos que quedaron plasmados para siempre en la cara del sujeto cuando puse una de mis manos en la parte superior de su cabeza mientras que con la otra lo tomaba con firmeza de la mandíbula para luego romper su cuello en un movimiento circular. 

*Crack*

Después de ese cruijo perfectamente audible su cuerpo cayó flácido al suelo. 

Me giré para ver a la última persona que quedaba en ese callejón junto conmigo... aunque no por mucho tiempo. 

El líder poseía una mirada tensa y resignada en su rostro. Al parecer él también ya había deducido el claro resultado de esta pelea... aunque no parecía querer caer sin primero dar pelea. 

El líder levantó sus brazos y una enorme cantidad de fragmentos de hielo fueron disparados hacia mi acompañados de una fuerte ventisca. 

Sin embargo no fue nada que un campo de fuerza no pudiera soportar. Corrí rápidamente hacia él mientras sus ataques de hielo se destruían antes de poder tocarme. 

Una vez cuando estaba demasiado serca. El líder formó dos espadas de hielo en su mano y trató de asestarme un corte en forma de X. Sin embargo atrapé sus brazos y lentamente los obliguéa moverse hacia sus costados mientras los iba apretando hasta romperlos y obligarlo a soltar las espadas gracias a mi increíble fuerza. El hielo se esparció por sus brazos congelandolos y provocando que él soltará gemidos de dolor por sus células siendo congeladas.

Finalmente, una vez que sus brazos prácticamente se habían convertido en hielo de un brusco movimiento los arranqué de su cuerpo. 

El líder siseo mientras trataba de contener el dolor lo mejor que podía. Aunque porel la impotencia extrema y por la congelación los nervios de sus extremidades estaban adormecidos además de que el hielo había cauterizado sus muñones por lo que no había riesgo de que muriera rápidamente por la pérdida masiva de sangre. Pusé ambas manos a los costados de su cabeza y lo obligué a mirarme a los ojos. 

-¿Algunas últimas palabras?- Pregunté mientras comenzaba a apretar su cabeza lentamente, sacando leves crujidos de su cráneo anticipando lo que se venía.

- Me dijeron que no te matará, que quizá podríamos reclutarte. Pero ahora me doy cuenta de que todos estábamos equivocados. Tú, tú no eres humano, eres un monstruo - Exclamó el líder con dificultad mientras exhalaba vapor por cada palabra que salia de su boca. 

- Espero que sufras en el infierno - Finalizó después de algunos jadeos. 

-¿Infierno?¿yo veo a la cara al infierno cada vez que cierro los ojos?- Y con esas últimas palabras como respuesta presioné su cabeza con toda mi fuerza.

Su cabeza se aplastó y reventó como un huevo y la sangre una vez más manchó mis manos, los trozos de materia cerebral se escurrieron por entre mis dedos antes de caer al suelo. 

Después de convertir su cabeza en gelatina solté su cadáver para que callera al suelo. Ni siquiera me quede a contemplar la masacre que cometí y apuradamente me di la vuelta para salir del callejón. No tenía tiempo que perder, Remi me estaba esperando 

Con un movimiento de mi mano mi espada voló hacia mi y la atrape en el aire mientras comenzaba a correr en la dirección de donde había escondido la camioneta con Remi custodiandola.

--------------------------------------------------------------------------------------------------

Corría a toda velocidad directamente por las calles abandonadas sin importarme si alguien me veía, si algún criminal cometía la estupidez de interponerse en mi camino era despechado rápidamente. Incluso había usado mi telequinesis para impulsar mi cuerpo para ir aún más rápido. 

Cuando llegará deseaba encontrar a Remi aún peleando para poder ayudarla y escapar juntos de aquí. 

Sin embargo lo único que encontré fue un callejó con rastros de lucha, mi camioneta semidestruida y de fondo sonidos de un vehículo que se alejaba en la lejanía. En lugar de encontrar la cabellera pelirosa que quería ver, sólo estaban tres enmascarados con el mismo uniforme que los que tenían los tipos que masacre hace un momento. Ellos estaban tan ocupados charlando entre sí que incluso no se percataron de mi repentina llegada. 

- Diablos, esa perra si que fue dura de derribar. Sino fuera por la habilidad de Jerry para dormir a las personas nos hubiéramos tardado mucho más - Se quejó uno de los hombres mientras se veía una desagradable quemadura por electricidad en su brazo - Espero que por lo menos los ancianos nos recompensen con un turno para cada uno con ella antes de que la conviertan en una reproductora y seleccionen a los más fuertes para preñarla - 

- Lo dudo. Casi nunca tenemos la oportunidad de poner las manos en una nivel alto tan fuerte. Los únicos que la tocarán serán los más fuertes o con habilidades compatibles para asegurarse de que su habilidad pase a la siguiente generación o que incluso obtengan una versión mejorada - Respondió otro sujeto. 

- Pues me parece una mierda - Masculló el enmascarado que faltaba - No pude concentrarme en la pelea por ese pedazo de bombón, esa piel tersa y suave, esos pechos saltarines y ese trasero gordo, de seguro le debe gustar que ... *Gorgoteo* - Antes de que el sujeto pudiera seguir soltando mierda se detuvo abruptamente cuando sangre comenzó a salir a chorros de su boca y fosas nasales. La máscara que traía pronto fue empapada completamente por sangre. 

-¿¡Hey, que demonios te sucede!?- 

-¡Dios!¿estás bien?-

Sus compeñeros se preocuparon al notar su repentino malestar y rápidamente se acercaron para ver que es lo que pasaba. 

-¡Blaaaahh!- El sujeto se quitó la máscara para poder respirar mejor mientras trataba de parar la sangre que o paraba de escapar de su boca. Sus compañeros aún seguían sin comprender que es lo que le sucedía. Sin embargo pronto comenzaron a alejarse de él y al notar que una extraña aura negra rodaba a su compañero. 

*Arcada*Arcada*Arcada*

El sujeto dejo escapar repugnantes sonidos mientras trataba desesperadamente de respirar. Sin embargo sus ojos pronto se inundaron de sangre y algo dentro de su cuerpo se movió, escalando por su cuerpo hacia arriba, su garganta pronto se vio abultada cuando algo misterioso empezó a salir a la fuerza desde el interior de su cuerpo por la boca. Pronto largas y carnosas cuerdas de carne de varios metros de largo comenzaron a emerger desde el interior de su boca, revoloteando en el aire como si fueran algún tipo de gusano parásito. 

El sujeto convulcionó incontrolablemente mientras literalmente vomitaba sus intestinos. Antes de que el aura negra lo soltará para dejar caer su cuerpo muerto al suelo. 

Los dos sujetos quedaron tan conmocionados por lo que acababan de presnciar que ni siquiera notaron como una figura salía desde la oscuridad. 

-¡Donde esta?- Pregunté en un tono de voz frío como el hielo mientras salía de las sombras. 

-¡Donde esta ella?- Remarqué mientras mi cuerpo comenzaba a temblar y apretaba mis puños con fuerza. Sin embargo al no recibir respuesta perdí la poca compostura que tenía e inmediatamente exploté en irá y rabia. 

-¡¡¡VOY A MATARLOS A TODOS!!!-

.

.

.

*Jadeo*Jadeo*Jadeo*

Respiré pesadamente mientras trataba de recuperar el aliento, mis puños enguantados estaban completamente cubiertos de sangre que caían en pequeñas gotas al suelo, la capa que la cubría era tan espesa que parecía que había metido mis manos hasta el fondo de un tarro de pintura roja. A mi alrededor yacían los cuerpos masacrados de los otros dos sujetos. Todos sus huesos estaban rotos y sus rostros hace mucho tiempo que habían dejado de ser reconocibles. 

Y aunque no lo pareciera, ambos todavía estaban vivos, los había golpeado con una brutalidad extrema, sin embargo evitaba dar golpes que pudieran matarlos al instante y cuando estaban al borde de la muerte usaba mi habilidad robada del médico para curarlos antes de volver a apalizarlos. 

Tenía tantas ganas de matarlos. Pero tuve que contenerme, necesitaba saber el paradero sobre donde habían llevado a Remi para rescatarla lo antes posible. 

Sin embargo antes de curarlos de nuevo para interrogarlos tenía que encargarme del chismoso que nos espiaba y se escondía detrás de un contenedor de basura. Levanté mi brazo he hice un corto movimiento con la muñeca y la mano como si tirará de algo hacia mi y entonces una figura salió arrastrada desde las sombras como si alguien la estuviera jalando del cuello con una soga. 

Usando mi telequinesis seguí arrastrándola por el suelo hasta postrarla a mis pies. Múltiples lanzas de hielo se manifestaron en el aire, listas para ensartar al tipo que me espiaba. 

Sin embargo algo me detuvo de matarlo instantáneamente o romperle las extremidades para interrogarlo junto con los otros fue que de hecho yo conocía a este hombre. 

- wow, wow, calma, calma. Ya me conoces, peleamos juntos una vez, sabes que no estoy con ellos - Un peliazul con una larga cola de caballo levantó los brazos en alto mientras me miraba con sus ojos esmeralda detrás de una máscara blaca que cubría la mitad de su cara. 

Lo reconocí como aquel vigilante que por alguna razón tenía contactos con Remi, el mismo que había luchado junto con nosotros en aquel almacén cuando fuimos emboscados, creo que se había apodado así mismo Blue si mal no recuerdo. 

A pesar de escuchar su discurso atentamente, en ningún momento deje de presionarlo con mi telequinesis ni de apuntarle con mis lanzas. 

- Eso no significa nada. Por lo que en realidad podrías estar con ellos. ¿Por qué debería confiar en ti?- Interrogué mientras le dirigía al otro vigilante una mirada fría. 

- Escucha. Estaba encargandome de algunos asuntos por la zona hasta que escuché la conmoción. Como las peleas son algo muy común en esta ciudad por poco y no le presto atención, sin embargo distingí los característicos destellos de electricidad y dde la habilidad de Remi y vine a confirmar mis sospechas. Sin embargo llegué demasiado tarde, justo se la estaban llevando, pensé en interrogar a esos tres que quedaron atrás pero en ese momento justo apareciste tú - Explicó Blue. 

- Sé que suena demasiado vago y puede que no me creas. Pero te juro que es la verdad. Yo también quiero rescatarla, no puedes imaginar ni la mitad de las cosas que esos degenerados hacen con las mujeres. Además, ¿no te vendría bien recibir algo de ayuda?- Blue exclamó con sinceridad. 

Aunque todavía dudaba de su palabra, el tenía razón en un punto. En esta situación necesitaba toda la ayuda que pudiera obtener. 

Dejé de presionar su cuerpo con mi telequinesis y las lanzas de hielo que ante le apuntaban amenazadoramente se agrietaron y se desmoronaron en pequeños pedazos que calleron al suelo. 

- Esta bien, aceptaré tu ayuda. Pero quiero que sepas que como llegues a traicionar o le hagas daño a Remi te arrancaré la cabeza de los hombros con mis propias manos - Dije mientras me daba la vuelta.  

Blue al ya no tener ningún tipo de presión encima se levantó del suelo y se acarició el cuello con dolor mientras miraba el trabajo que había hecho.

- Wow, eres bastante brutal no crees - Exclamó Blue viendo con naturalidad el cadáver con las tripas afuera y a los dos hombres medio muertos en el suelo. 

Sin embargo yo lo ignoré y caminé hasta uno de los enmascarados, uno que en particular tenía todas las extremidades dobladas de formas grotescas y cuya cabeza estaba enterrada varios centímetros dentro de un pequeño cráter. 

De los dos él era el más cercano a la muerte, su respiración era demasiado lenta y entre cortada y su aura poco a poco se iba apegando. Saqué su cabeza cubierta de sangre del cráter y active mi habilidad de curación en él, regenerando su rostro deformado y haciendo que diera desesperados jadeos en busca de aire al ahora poder respirar con normalidad. 

- Tú... bastar... - El hombre respiraba con dificultad pero incluso así trato de insultarme. Sin embargo detuve sus masculleos cuando pateé su cara, rompiendo su mandíbula una vez más. 

- Estas bien, Black?- Preguntó cripple hablando por primera vez en mucho tiempo. Él junto con los demás fragmentos había estado muy callados y simplemente se quedaron observando todo lo que pasaba en el mundo real. 

Sin embargo no le respondí y sin mediar palabras simplemente caminé con calma hasta la camioneta. El vehículo estaba bastante destruido, sin embargo todavía pude encontrar lo que estaba buscando, abrí una de las puertas de la parte trasera detrás de un asiento cubierto de manchas de sangre seca. 

Usando mi telequinesis atraje al otro hombre moribundo hasta donde estaba su compañero.

Volví hasta donde estaba Blue junto a los dos prisioneros cargando el maletín. 

Esta era una parte del trabajo de vigilante que no me gustaba mostrarle a Remi, ella había visto como intimidaba a personas y las hacia quebrarse con juegos psicológicos para que soltaran la información que necesitaba. Sin embargo hay ocasiones en donde los insultos y simples golpes no bastan. Por lo que esas situaciones hay que usar... artillería pesada. 

Desabroche las correas del maletin y este se abrió, mostrando filas y filas de cuchillos, ganchosm tijeras, pinzas e incluso drogas que estimulaban los nervios y volvían a las personas mucho más sensibles al dolor. En pocas palabras, aquel maletín era mi propio quit de tortuta portátil. 

Curé una vez más a ambos hombres mientras me paraba delante de ellos como lo haría un verdugo ante un condenado a muerte. 

- Ustedes me dirán todo lo que quiero saber y si tienen suerte y coperan tal vez los deje vivir - Dije con una voz fría como el hielo. 

-¡Pierdes tu tiempo!- Masculló el mismo hombre al que le había roto la mandíbula -¡Ustedes grupo de idiotas no obtendrán nada!, esa puta ahora mismo deber estar siendo violada por todos nuestros compañeros, ellos los mata... ¡aahck!... *Gorgoteo*- 

Antes de que el hombre pudiera completar su parlotería una espada de energía azul le cortó la cabeza. El hombre sólo tuvo tiempo para soltar un quejido antes de que su cabeza rodará por el suelo y su sangre goteara por el suelo. 

Miré a Blue el cual era el responsable con una mirada molesta. El peliazul ante eso sólo se encogió de hombros y se mostró vagamente arrepentido. 

- Lo siento, es que su tono de voz me molestaba bastante - Él se escuso. 

La verdad era que lo que me había molestado no fue el hecho de que Blue matará a aquel tipo, lo que me molesto fue que lo asesino antes que yo. Después de lo que dijo de Remi no lo dejaría vivir ni un segundo más.

Volví mi atención al último rehen todavia con vida -¿Quieres tener el mismo destino que tu compañero?- Le pregunté al prisionero restante. 

- T- tú no puedes hacer eso, no deberías hacer eso, lo- los héroes no se supone que hacen e- estas cosas - Dijo el hombre mientras temblaba.

- Pues que suerte que no soy un héroe - Respondí mientras sacaba un espantoso y oxidado cuchillo curvo de aquel maletín. 

--------------------------------------------------------------------------------------------------

Pov Remi. 

Abrí mis ojos pesadamente. Mi cabeza daba vueltas sin parar debido a las secuelas que me había ocasionado aquella habilidad que podía hacer dormir a las personas. 

Mi cuerpo estaba pesado y mis párpados se negaban a abrirse. Me sentía como si me estuviera levantando tarde para ir a la escuela justo cuando la noche anterior acababa de tener una pijamada con mis amigas que duró hasta altas horas de la noche. 

Sin embargo pronto me levanté rápidamente cuando los recuerdos de mis últimos momentos consciente me golpearon.

Recuerdo haber sido atacada por un grupo de enmascarados vestidos completamente de negro mientras me encontraba dentro de la camioneta. Luchamos un poco, pero finalmente quede inconsciente después de que un tipo con una extraña habilidad me tocará cuando estaba distraída. Lo último que sentí después de su toque fue el como me sentía muy cansada y con demasiado sueño antes de caer inconsciente. 

Miré a mis alredores intentando encontrar una explicación. Pero sólo fuí recibida por una habitación de concreto tenuemente iluminada y con un muy desagradable olor en el ambiente que al instante me hizo taparme la nariz.

*Sniff*Sniff*Sniff*

Hubiera investigado mi entorno un poco más de no ser por qué escuché un leve llanto proveniente de algún lugar en las sombras a mi alrededor. 

Miré hacia donde mis oídos me señalaban donde era que provenía el sonido, y cuando mis ojos se acostumbraron a la extrema falta de luz pude distingir entre las sombras a una chica recostada en el suelo, llorando mientras abrazaba sus rodillas en posición fetal.

La chica con sólo verla cualquiera podría asumir que estaba en un estado deplorable. Vestía únicamente un andrajoso vestido blanco de tela rota, sucia y repleta de manchas, poseía múltiples moretónes y marcas de golpes por todo su cuerpo. Además tenía un largo y lacio cabello plateado y apostaría a que sería hermoso de no ser por que estaba totalmente despeinado y sucio. 

Al ver a la pobre chica llorar mi corazón se partió y sentí una inconmensurable pena por ella. Caminé lentamente hacia ella mientras levantaba una mano para apoyarla en su hombro y consolarla. 

- Oye...¿estas bien?- Pregunté con genuina intención de ayudar. Sin embargo en el momento en el que mis dedos tocaron su hombro ella enloqueció. 

-¡No!¡no te acerques!- Gritó la chica peliblanca mientras apartaba mi mano de una bofetada para luego retroceder desesperadamente y arrastrarse por el suelo con desesperación hasta llegar a una esquina de la habitación. Una vez estuvo a una buena distancia de mi continuó con su llanto mientras volvía a acurrucarse en posición fetal abrazando sus piernas y escondiendo su cabeza entre sus piernas. Sin embargo, incluso con la poca iluminación pude distingir como un líquido extraño se escurría por entre sus piernas antes de caer al suelo y formar un pequeño charco.

- No tratesde hablar con Rein - Aconsejó una repentina voz a mi lado. 

Por la sorpresa salté levemente y me giré de golpe. Sólo para ver a una pequeña niña rubia en condiciones similares a la chica peliplata la cual se estremeció de miedo al ver mi reacción e incluso retrocedió algunos pasos asustada mientras se encogía sobre si misma. 

Al ver lo mucho que había asustado a la pobre niña me sentí culpable y rápidamente trate de disculparme - Espera, no quizé asustarte, por favor, no quiero hacerte daño - Dije en un tono de voz bajo y calmado mientras me agachaba para estar a su altura. 

La niña dudo por un momento, pero vacilantemente y con algo de miedo se acercó un poco más a mi. 

- Hola princesita, yo soy Remi, ¿como te llamas?- Pregunté en tono dulce. 

- M- mi nombre es Anni - Respondió la niña con un leve tartamudeo. 

-¿Anni?, que lindo nombre. Muy bien Anni. Puedes decirme donde estamos y que es lo que sucede a ella - Dije señalando a la niña peliplata que seguía llorando atrapada dentro de su propio mundo. 

- Ella es Rein, vino aquí hace algunos días. Ha- al principio tenía una mirada retadora y me dijo que me protegíera, incluso trato de desafiar a los hombres de negro... sin embargo se la llevaron a otro lado por varias horas y cuando volvió ya no era la misma. Ahora cada vez que alguien trata de tocarla tiene un ataque de pánico y se orina encima - Explicó Anni. 

Un escalofrió recorrió mi columna ante las palabras de Anni. Puede que por lo pequeña que fuera ella no entendiera que fue lo que le hicieron los "hombres de negro" a esta tal Rein. Sin embargo yo si le entendí... tenemos que salir de aquí rápido. 

- Muy bien, gracias por la información, pero eso no nos ayudará - Dije algo apresurada mientras tomaba a Anni de los hombros con suavidad -¿Sabes donde estamos?¿conoces alguna salida?¿por que tú estas también aquí?- 

- He- estamos donde los hombres de negro dejan a las chicas que todavía o son incucadoras... o así creo que las llaman. No conozco ningua forma de salir, la única salida en esa enorme puerta de metal pero sólo la abren para llevarse a alguna chica, darnos un poco de comida o cuando una de las chicas se duerme y ya nunca despierta - 

- Algunas son llevadas para nunca más volver, tienen miradas vacías - Explicó Anni - A mi también me trajeron diciendo que jugaría con los hombres, sin embargo no entiendo a que se refieren, mi mamá se ofrecía a jugar con los hombres en mi lugar... pero no ha vuelto desde la última vez y ... *Sniff*... t- tengo tanto frío y hambre y... *Sniff* miedo y *Sniff*... e- extraño tanto a mi mamá, quiero abrazar a mi mamá - Mientras me hablaba Anni fue lentamente rompiéndose mientras sus emociones salían a flote, ella comenzó a sollozar y al final de su discurso comenzó a llorar. 

Sin dudarlo envolví su pequeño y desnutrido cuerpo en un gran abrazo. 

- Tranquila, tranquila, no te preocupes. Juró que encontraremos a tu mamá y saldremos todos juntos de aquí. Tengo un amigo muy fuerte que nos ayudará a escapar - Aseguré con una de mis clásicas sonrisas radiantes. 

- Yo.. quiero escapar... quiero salir de aquí... pero tengo mucho miedo - Lloró Anni enterrando su cabeza en mi pecho. 

- Sabes que... - Dije mientras me separaba del abrazo y rebuscaba algo entre mis cosas. Me habían sacado todos los bolsillos del chaleco y cualquier cosa que pudiera ser de utilidad para mi, sin embargo todavía encontré lo que estaba buscando. 

De un pequeño bolsillo trasero en mi short deportivo saqué uno de mis clásicos moños que usaba para atar mi cabello. Tomé la mano de Anni y se lo puse en la palma para luego cerrar su mano y hacer que lo apretará con fuerza. 

- Cada vez que tengas miedo apretalo con fuerza y ten por seguro que yo vendré a rescatarte - Aseguré con otra sonrisa. 

-¿Lo- lo prometes?- Anni me miró a los ojos y cuestionó con sus ojos brillando con una tenue esperanza.

- Lo prometo - 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top