Congelar un hospital
Un asesino... Esa sí que era una palabra fuerte para un héroe.
Hasta hace mucho no se había oído de un superhéroe asesino hasta que había llegado Lady Nagant, quien asesinó a varios de sus compañeros en un aparente "ataque de locura." Sea cual sea la verdadera historia ―de la cual hay que aclarar que todos se creyeron la versión oficial―, el resultado era el mismo: un héroe que dejaba de serlo, y un desmoronamiento general del pensamiento civil en rededor de dichos héroes.
Ellos muy en el subconsciente de la sociedad eran, bueno, ¡Héroes! Hombres y mujeres de increíble poder que habían entrenado sus Quirks e instintos al límite. Ellos, a diferencia de los simples civiles, no podían darse el lujo de cometer errores al verse superados. Para empezar, no podían verse superados. Si se encontraban en una situación como esa, ya partían de un error, ya que se suponía que debían de estar listos.
Que se vean en la necesidad de neutralizar de tal manera a un villano... daba la sensación que eran incapaces. Que, si en vez de luchar tuvieran que salvar, una o dos personas morirían por culpa de su debilidad. Eso no infundía esperanza.
Esperanza que un pequeño Izuku había tenido cuando observó a All Might rescatar a decenas y decenas de personas a la vez, siendo capaz de cargarlos a la espalda. ¡Ese sí que era un héroe!
―...
En su camilla, esperando su recuperación... Izuku solo podía darle vueltas y vueltas al asunto. Eso sí que era un héroe de verdad...
Y alguien tan racional como él, por primera vez... la verdad es que no supo dónde dirigir esos pensamientos que tenia. Los repetía en bucle una y otra vez, en un intento de entenderse al menos.
Nadie llegaría a ayudarlo al menos en un día. Los agentes de Naomasa estaban trabajando tras ser contactados por su jefe, quien a su vez fue contactado por Gran Torino. Estaban haciendo un barrido de reportes, llamando a todos los hospitales y clínicas, como también enviando incluso a agentes sobre el campo.
―... ―Izuku levantó aquella cabeza con ojos decaídos y con poco brillo. Su habitación en el hospital era algo oscura, silenciosa, y con un clima realmente agradable.
Izuku no pensaba en nada de eso, pero claro estaba que todos esos factores eran propicios para poder pensar con claridad.
Observó el pasillo, por donde no pasaba nadie...
El chico ahora observó las vías que tenía puestas en los brazos, y siendo bastante respetuoso no se las sacó. Solo se levantó de la cama con torpeza, como si recién hubiera despertado. Comenzó a arrastrar los sueros que le ayudaban a tratarse por sus lesiones, apuntando a la ventana con cortinas puestas.
Mientras se acercaba a paso pesado, murmuraba. Siendo como es, la primera solución para este problema era sencillo. ―Lo devolveré ―se decía―. Tengo que entregarme.
Se sentía como un fugitivo, aunque no lo era. Es más, judicialmente su situación claramente era defensa propia, e incluso defendió a terceros de ese villano drogado, oponiendo este una amenaza real o no. No podía discernir con claridad eso en ese instante.
El peliverde estaba realmente justificado por cometer un error como ese, pero claramente no se sentía para nada justificado. Nada justificaba asesinar a otro ser humano. Esa era su visión del mundo, su visión del héroe ideal.
Izuku palpó con su mano la gruesa cortina... y la dejó allí, apoyándose en ella.
―Sé que All Might me entenderá... ―aceptó en voz baja―. Sé que lo hará...
¿Entender qué? Todo.
Incluso su renuncia a este poder del que ahora se sentía indignó.
Tuvo el poder de All Might, el N°1 del mundo... y no fue capaz de reducir a un solo villano en combate singular. Incluso aunque contara con la experiencia de U.S.J. ¿Que otra prueba se necesitaba que era un incompetente?
―...
Abrió las cortinas hacia afuera con calma, dejando entrar la brillante luz de este hermoso día... o eso esperaba.
Perdió la noción del tiempo. No quedaba luz, no mucha. Solo un atardecer que ni siquiera podía ver desde aquí.
Izuku se quedó allí parado, viendo a través de la ventana de igual manera. Incluso tan desesperanzado como se sentía ahora... pensar en cómo les iba a sus amigos le hacía feliz.
Aunque... claramente desesperanzado no estaba. Si no tuviera esperanza, estaría destruido. Claro que había algo en él, aunque no pensara en eso, abrumado por sus propios sentimientos que sentía a flor de piel. Confundía madurez el aceptar la total consecuencia de sus actos, y esa falsa madurez el impedía salir de donde estaba.
Tuvo un día entero para procesarlo, y esa sonrisa decaída fue lo más que logró. El Izuku de siempre. Feliz, triste, tal vez chistoso, pero invariablemente siempre con una roca invisible aplastándole.
Si... eso no terminaría bien.
Izuku antes de darse cuenta se vio sentado en una silla de visita, claramente desocupada. Debería de estar acostado, pero francamente la cabeza no le daba para eso.
Si había algo bueno en todo esto... era que tal vez la falsa madurez era la mejor posición que Izuku podía tomar. Si pensaba demasiado sobre el asesinato del villano, si dejaba que le carcomiera la ansiedad, la preocupación por el mañana y lo que piensen lo demás ciertamente tomaría una posición demasiada equivocada.
Pensaría en dejar de ser un héroe como lo heroico aquí. Que si lo hiciera evitaría que Torino, All Might, y en general toda U.A. saldrían ilesas o algo parecido. Y cuando Izuku tomaba algo como lo correcto y lo heroico, nada podía pararle, y la decepción de ver como todos saldrían lastimados de igual forma lo dejaría mal parado.
Ahora mismo, solo asumió una realidad que creía cierta. Realmente no fue capaz, y por culpa de ello alguien murió. Solo debía de rehusar del OFA, de U.A., y solo quiere pagar por su propia debilidad, por creer que estaba listo.
Y eso...
Aquel aparente chico maduro, que asumió la culpa de sus actos y estaba listo para afrontarlos... todo este tiempo tenía los ojos hinchados. Quería llorar. Eso le estaba quemando por dentro como nada en este mundo.
Esto era demasiado pesado.
―... ¿Tienes ganas de llorar?
Izuku alzó la vista con rapidez, impactado al oír esa voz.
Apoyado en la puerta corrediza de vidrio, y respirando con pesadez, el más reciente mejor amigo del peliverde jadeaba al haber subido una cantidad absurda de escalones en un minuto. ¡Todoroki, señores!
El peliverde abrió sus ojos cuanto pudo al verle. Vestía su traje de héroe, y su celular sonaba como loco. ¿Acaso... estaba patrullando por aquí cerca? ―¿Como...?
El chico recuperó el aliento. ―Escuché de mi padre que algo malo habia pasado con uno de nosotros. Estaba pensando en eso y te vi por la ventana.
―¿A-A 2 calles de distancia?
―No creo que sea tanta distancia.
―¿Cómo llegaste tan rápido?
Todoroki levantó su mano, la cual estaba llena de escarcha. ―Era una emergencia, así que use un poco de hielo.
Claro que Izuku se puso de pie y fue hacia el pasillo. Su rostro se puso pálido al ver los pasillos de este piso helados, y no imaginemos del resto del hospital.
Todoroki asomó su cabeza al pasillo, mirando totalmente despreocupado junto a Izuku. ―No te preocupes. El viejo debe de estar descongelando el camino.
Si. En los pisos inferiores Endeavor estaba descongelando el hielo que por fortuna no dejaba agua, y los enfermeros, enfermeras y pacientes se encontraban cerca de él, relajados por el calor que emanaba ya que, bueno, ¡Por culpa de Todoroki hacia frio!
Izuku cerró los ojos, resignado. Todoroki realmente controlaba su Quirk. El pasillo era hasta más bonito, y la capa de hielo era fina. Suponía que él lo tenía bajo control.
Si... a diferencia de él.
Todoroki le observó. ―Entremos y cerremos la puerta. Podrías resfriarte.
Izuku sonrió levemente, entrando. ―No te preocupes por eso.
El ruido de la puerta corrediza se hizo escuchar, y Todoroki observó al malherido peliverde. ―¿Que paso, Midoriya? U.A. contacto a los líderes de nuestras agencias. Todos se preguntan entre sí por si están bien, y tu dijiste que estabas entrenando.
Izuku se vio sorprendido. «Gran Torino debió de responder por mi... ―y este pensamiento le relajó enormemente―. Debió pensar que no quería preocupar a nadie...»
Todoroki claramente se dio cuenta que este Izuku delante suya no era el de siempre, el que lo cambió. Algo pasaba, y eso era grande, pero... ―¿Estas bien?
Izuku por alguna razón se esperaba esa pregunta, ¡Pero no de Todoroki! Esto se tradujo en un rostro confuso, pero notablemente afectado. ―¿Si?
Todoroki insistió. Antes de querer saber lo que pasó, su amigo estaba primero. ―¿De verdad estas bien? Hueles a sangre.
Izuku frotó su boca. Miró a un lado, algo más afectado. ―Creyeron que mis órganos estaban afectados, pero no es nada muy grave. Al final era un cuadro de-
―¿Pero tú como estas?
―Es que... ―Izuku comprensiblemente buscó no llorar. Y si lo decía directamente se rompería.
No quería decirlo. Todoroki no necesitaba preocuparse por él.
―... ―Todoroki, obviamente más alto que Izuku, estaba teniendo más de un recuerdo mientras observaba el cabello del peliverde.
Él, en este mismo momento... era como su madre.
Tras el festival deportivo, Todoroki tuvo que pensar mucho. Izuku le había abierto un mundo que nunca pensó posible. Uno sin rencor. Un mundo donde podría olvidarse de su padre y acercarse más al deseo de su madre que, con el tiempo, había hecho suyo.
Hacer este poder que creía maldito suyo de una vez, completamente. Hielo y fuego. Sin embargo, no llegó a esa respuesta tan rápido.
Cosas tan traumáticas tardan en superarse. Se necesita mirarlas desde el Angulo correcto, y a veces necesitas de alguien para hacerlo. Todoroki se decidió por visitar a su madre por primera vez en años desde que su padre la internó por su salud mental.
Aquel primer encuentro fue difícil para ambos. Silencio. Recuerdos y sentimientos más vivos que nunca. Una madre queriendo expresar sus sentimientos, pero sabiendo bien que no merecía hacer eso, que tal vez no era lo adecuado. Estaba indecisa, incapaz de escapar de ese muro que su propio corazón levantó para proteger a ambas partes por igual.
Y Todoroki, como el único capaz de hacer algo... Él, con el deseo de ser un héroe, actuó.
Un pequeño abrazó para esa persona querida. Contenerla. Ser un héroe de la forma más humilde posible: entregando un oído, sin dar alguna opinión de lo que escuche. Solo entender.
Y tal vez porque Todoroki es tan... Todoroki, aquella acción normalmente rompía a la gente. Es decir, ahora pensaba eso, ya que se repita el patrón con su madre y ahora con Midoriya era un asunto peculiar. ¿Tal vez hacia llorar a la gente con la que trataba de acercarse? ¿Puede que este maldito?
Si. Ese era Todoroki. Inmerso en sus pensamientos mientras abrazaba al peliverde, dando su hombro amigo cuando este mas lo necesito.
Izuku, incapaz de contenerse, lo dijo. ―Creo que... asesiné a alguien...
―Oh.
Okey. Esto sí que era serio.
«Fin del Capítulo»
Allí estaba yo, pensando cómo no hacer que alguien shippe un Tododeku todo justificado. A estas alturas supongo que ya valió madres XD el ship es bonito igual
VAMO QUE SON 7 CAPITULOS. Le voy a meter onda a esto que me estoy tardando mucho jsjs
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top