Prólogo
De jóvenes solemos adentrarnos en mundos que nos dirigen a otra realidad, realidades en las que nos enfrascamos tanto que dejamos de lado aquellos problemas o sensaciones que nuestra propia vida nos transmite. Y es que, todos siempre tenemos un motivo, una razón, una situación que queremos olvidar y aislar de nuestra propia vida.
A veces, los padres no entienden que aquellos "vicios" a los que tanto nos aferramos, son la salida al problema o momento que nos está asfixiando. Tú, yo, el chico que vive al lado, la chica que ves todas las tardes ir hacia casa... todos libramos nuestras batallas en los mundos donde nos hemos refugiado.
¿En mi caso? Sí, tengo mi refugio, los videojuegos. ¿Has visto cuán efectivos suelen ser? Si no lo has hecho, debo decirte que no sólo juegas en otra realidad sólo por el hecho ser virtual, sino, porque viajas a esa en la que tú te quieres encontrar. Una dimensión donde puedo ser el jodido amo de virtual world, con una racha intachable, con victorias, trofeos, reconocimientos, medallas y premios que ahora adornan mi habitación y parte de la otra. Simplemente, un ganador experto en cualquier juego, virtual, físico, intelectual, el que sea.
RallyForce, ese es el nombre del juego que me llevó no sólo a encontrar una distracción, sino también a la persona que jamás creí conocer, testaruda, distraída, boba, valiente y obstinada, Eira o Idunn. La chica con nombre y seudónimo de origen nórdico, mirada ámbar y cabello castaño, esa que desconociendo mi nombre y mi historia, me brindó miles de sonrisas incluso cuando esto se trataba de un juego para mí.
●●●
Edrick Meyer, el chico con una mirada de tono indescifrable, ese con el que inicié una relación tan ¿peculiar? Sí, esa sería la palabra para definir la unión de nuestras vidas. Engreído, narcisista, fastidioso, un tarado y, aunque yo era la chica de nombre con origen nórdico, era él quien portaba la belleza de un dios de tal mitología —eso suponía mi amiga y, yo no puedo negar el atractivo del que es poseedor—, ¿admitirlo? ¡Jamás! Al menos, no ante él.
Entre todos los retos que comencé a cumplir a partir de los 14 años, Meyer fue el más complejo, difícil, egoísta, estúpido, guapo y perfecto que pude aceptar. Bueno, yo lo busqué, no, realmente él lo hizo, como sea... el punto es que él se volvió mi grano en el trasero, para luego convertirse en alguien más allá de los límites mentalmente establecidos, por mí.
No, yo no me enamoro, ¡eso nunca! Mis padres dicen que nunca, diga nunca. Pero ya lo he dicho y heme acá, cumpliendo con cada reto o acción a la que me han dicho: La rarita esa nunca podrá, a que nunca podrás, tú nunca harías eso. Sí, bueno, no es el ejemplo que debería dar porque me contradigo, pero ellos dijeron nunca y sigo acá, haciendo todo, menos enamorarme, ¿por qué? Sencillo. Siempre terminan rompiéndote el corazón -como si eso fuera posible-, sólo te quiebran emocional y sentimentalmente, yo no permitiría que eso pasara.
Mis padres insistían en que me volvería loca si seguía en mi encierro, exacto, yo también me refugio en algo y no, no es mi habitación o el retrete, es mi pequeño gran rincón donde conservo mi computadora gamer. Sí, soy chica y soy gamer, al principio se trató de un reto, luego un gusto que pasó a ser pasatiempo y finalmente, un vicio —como dirían mis padres—. Yo lo llamo, refugio. Y sí, por aquel videojuego, conocí al idiota de Edrick —no sé si maldecirte o bendecirte RallyForce—, casualidad, coincidencia, destino, azares, no sabría cómo llamarlo, pero mi refugio me trajo un problema de un metro ochenta y tantos.
ᨖᨖᨖᨖᨖᨖᨖᨖᨖᨖᨖ💜🎮💙ᨖᨖᨖᨖᨖᨖᨖᨖᨖᨖᨖ
¡Sí! Acá les presento un poco a mis niños, Idunn o Eira, mi chica de nombre nórdico y encanto genuino; y Edrick, mi egocéntrico de un metro ochenta y tantos...
*Ojo* El juego que acá se menciona, es creado por mí, su temática, desarrollo y logo (que más adelante mostraré), todo, fue creado netamente por mi cabeza alocada. 🎮
Con Amor:
Andy 🤍
I & E 🎮
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top