Vol. 6 / Cap. 84 Dias de calma

Tras la expulsión de la Horda hacia el sur. La situación de la segunda guerra, había vuelto como en un principio.

Tras finalizar la tormenta, el sol iluminaria las costas donde se había desencadenado la última batalla del norte y se podía observar a múltiples soldados de la Alianza recogiendo los cuerpos de sus caídos, al igual que el de sus enemigos.

Mientras que otros escoltaban a aquellos supervivientes de la Horda que se habían quedado atrás y decidido rendirse ante los humanos.

Muchos estaban en contra de dejarlos convida y pensaban que era mejor matarlos a todos, cosa que tu negarias y responderias que esos orcos habían decidido rendirse por lo que no había razón alguna para matarlos. Aun sabiendo que ellos no harían lo mismo por ustedes, pero al final, ustedes no eran ellos, por lo que demostrarían misericordia.

Pese al disgusto de algunos, decidieron obedecer en silencio ya que nadie se atrevería a cuestionar las órdenes de un superior y mucho de menos de alguien de la realeza cuya reputación en combate lo precede.

Tras dejar ese asunto claro, pasado una hora te encontrabas en una tienda de campaña junto a algunos capitanes de la Alianza.

(Suspiro) con esta victoria, hemos eliminado el último campamento de la Horda en la región, finalmente logramos expulsarlos al sur... (comente cansado)

Finalmente, la guerra terminó (comentó uno de los capitanes)

(Tu lo miraste) no, la guerra aún no a terminado, ni esta cerca de terminar siquiera, solo logramos ganar tiempo, lo suficiente para poder reagruparnos y reanudar esta guerra con más fuerza.

La noticia de esta victoria se sabrá pronto en todos los reinos, será un gran alivio para la gente saber que la Horda ya no se encuentra más en nuestras tierras (comentó otro capitán) _ aún quedan vástagos de la Horda ocultos, si no los encontramos y acabemos con ellos, tendrán aun un medio para poder espiarnos y de algún modo filtrar información al sur (respondí)

(Suspiro) en fin... ustedes se quedarán a cargo en esta región como fue ordenado antes del ataque, ocupando las bases que la Horda a establecido a lo largo de su camino en el norte.

Todos asintieron.

Piensa volver a la capital majestad??? (Se pregunto un capitán) _ no, aun no, todavía queda mucho por hacer antes de volver... tomaré rumbo a Trabalomas antes de volver a la capital. En fin, con eso dicho, damos por finalizado esta reunión, ya pueden retirarse.

Todos asintieron y se marcharon.

(Eleanor observaría como todos se retiraban hasta solo quedar ustedes 2) humm... cuando piensas ir a Trabalomas??? _ hoy mismo (respondí)

Humm... lo suponía, no crees que deberías descansar??? Más ahora que la situación con la Horda a sido solucionada al menos por ahora.

(Tu la miraste) Cuanto más pronto acabe con todo, más pronto podré descansar, además ya no es necesario que sigas acompañándome a todas partes Eleanor. Como tu has dicho, el problema con la Horda se a solucionado al menos por ahora.

Ya no habrá más batallas por el momento.

Jum... y dejar que tu sigas yendo de un lugar a otro??? No, me quedaré contigo como lo he estado desde que comenzó esta guerra (respondió la joven) _ humm... bien... como quieras (respondí) bueno, entonces descansamos por una hora, luego nos iremos a Trabalomas con mi magia de tele transportación.

Eleanor asentiría y juntos se quedarían descansando hasta que llegaría el momento de seguir con su camino.

Usando magia de tele transportación, abandonarían el lugar.

Tras llegar a Trabalomas, te reunirías con las fuerzas de la Legión Azul que habías dejado ahí, la situación parecía ir por buen camino, salvo que te informarían sobre múltiples avistamientos de barcos de la Horda, pero no se atrevían a lanzar un ataque.

Esto no te preocuparía ya que esos barcos seguramente eran vigías para mantener su posición de sus bases establecidas en las islas cercanas.

Aun así sabias que debías destruir esas bases si querías tener una ruta directa hacia el reino de Kul'Tiras.

Por lo que idearías un plan respecto a ese asunto. Cosa que Eleanor no espero que decidieras tomar acción.

Pensaba que una ves concluido el objetivo de expulsar a la Horda, volverías a la capital, pero ahora ya te encontrabas con un nuevo objetivo.

Envíenle esta carta al Almirante Proudmoore y que sea rápido (entregarias una carta a un soldado de Kul'Tiras quien rápidamente subiría a uno de los barcos y zarparia para entregar la carta)

Pensé que volveríamos a la capital (comentó Eleanor) _ enviare una carta a mi padre para informarle que surgió algo importante y que mi retorno a la capital será pospuesto por tiempo indefinido (respondí) _ y crees que el aceptara te respuesta de buena manera??? (Se pregunto Eleanor)

No, no lo hará, aún así debe entenderlo.

(Suspiro) Magnus... _ jajaja, tranquila, no pienso realizar una operación que termine en una batalla naval inmediata, pero si quiero prevenir ciertas cosas (respondi) y lo que dije antes, solo estaba bromeando, nos iremos mañana por la mañana.

Y la carta que enviaste a Lord Proudmoore??? (Se pregunto Eleanor) _ solo son instrucciones y una petición para que envíe algunos barcos y refuerse la guardia en este lugar (respondi)

Después de todo, más adelante se hayan bases de la Horda en las islas cercanas.

(Suspiro) en fin, aprovechemos esta noche para descansar bien.

Eleanor asentiria y así llegado la noche, podrían pasar una noche tranquila.

Así al día siguiente.

Te encontrabas observando el gran mar y el amanecer de un nuevo día.

El viento soplaba con fuerza mientras los banderines se agitaban con cada corriente.

Tu respirarías profundamente el aire que llenaba tus pulmones.

A tu mente llegarían recuerdos de todo lo que habías vivido hasta ahora, jamás imaginarias que habrías podido reencarnar en este mundo.

Y aun que en un principio pensabas que este mundo solo era uno de los tantos infiernos que te toco tras tu muerte, decidirías luchar para sobrevivir por las cosas buenas que tenia para ofrecer este mundo.

Aun sabiendo que esta guerra solo era el principio de las muchas por venir.

Mientras tanto al sur en la gran montaña roca negra.

Desde las profundidades de aquel volcán, yacía dormida una criatura.

Cuyo sueño llegaría a su fin.


(Gruñido) así que así es como esta el juego??? Interesante... muy interesante... jajaja (Aquella criatura comensaria a esbozar una sonrisa mostrando sus grandes y afiladas fauces y comensar a reir)

Semanas después.

Pasarían varias cosas desde entonces, la Alianza comenzaría a reagruparse y tu por otro lado te encontrabas en la ciudad capital de Lordaeron reportando todo lo que habías vivido.

Habían muchos temas por discutir, pero el rey quería que cada asunto sea tomado con calma, lo que más quería el rey ahora, era pasar tiempo con su familia ahora que la tenía reunida y aprovechar el breve tiempo de paz que había obtenido, antes de volver a tomar acción e idear planes para su siguiente movimiento en esta guerra.

Tras conseguir la Alianza que la Horda retrocediera al otro lado del mar.

El cabecilla de los orcos, Orgrim Doomhammer, fue incapaz de contener a aquellos ejércitos que avanzaban imparables.

Los invasores supervivientes que se quedaron en el continente norte fueron arrinconados en ciertos enclaves donde se hallaban bajo la vigilancia de unidades militares lideradas personalmente por los Caballeros de la Mano de Plata

Mientras tanto en la ciudad mágica de Dalaran.

Se estaba llevando una reunión entrevista algunos miembros del Kirin Tor, el cónclave mágico que gobernaban la pequeña nación de Dalaran, habían llegado a pensar que, a lo largo de su existencia, el mundo de Azeroth sólo había conocido una sucesión de constantes derramamientos de sangre.

Primero, la humanidad había combatido a los trolls, antes de la formación de la Alianza de Lordaeron y cuando, por fin, se habían librado de esa amenaza infecta, la primera oleada de orcos asoló aquellas tierras, tras atravesar una horrenda grieta que se abrió en la estructura del universo.

Al principio, aquellos grotescos invasores parecían imparables, pero, poco a poco, lo que parecía que iba a ser una terrible carnicería se convirtió en un desesperante equilibrio de fuerzas. Se ganaron batallas gracias a la guerra de desgaste. Y se produjeron centenares de bajas en ambos bandos, sin ninguna razón aparente.

Aun así, cierta sensación de intranquilidad dominaba al consejo supremo del Kirin Tor. Se trataba de un órgano de gobierno compuesto por los magos más grandes entre los más grandes, que se reunía en la Cámara del Aire, llamada así porque se trataba de una sala que parecía no poseer paredes, donde los muros y el techo eran un cielo, siempre variable, cubierto de nubes, luz y oscuridad, un firmamento donde los cambios se sucedían raudos y veloces, como si el mundo se hubiera acelerado, ante la atenta mirada de esos magos maestros.

Únicamente el suelo de piedra gris, donde relucía el símbolo de un diamante que representaba a los cuatro elementos, proporcionaba solidez al conjunto.

Ciertamente, los magos tampoco ayudaban mucho en ese aspecto, puesto que iban ataviados con capas oscuras que no sólo cubrían sus rostros sino todo su cuerpo, de modo que sus siluetas parecían titilar y fluctuar con los cambios que se producían en ese firmamento, dando la sensación de que también ellos eran una mera ilusión.

Aunque entre sus filas contaban tanto con hombres como con mujeres, sólo se podía distinguir su género cuando hablaban, en ese momento, su rostro se tornaba parcialmente visible, si bien sus rasgos permanecían difuminados.

A esta reunión habían acudido los magos más veteranos, que no tenían por qué ser los más poderosos. A los líderes del Kirin Tor se los elige en base a diversos criterios, uno de los cuales es su dominio de la magia.

Algo sucede en Khaz Modan (anunció el primer mago con un tono de voz estentóreo, al tiempo que se formó fugazmente en su cabeza la tenue imagen de un rostro con barba. Por todo su cuerpo parecía flotar una miríada de estrellas)

Dinos algo que no sepamos (le espetó la segunda maga, una mujer que probablemente tuviera más años que el primero, pero aun así seguía poseyendo una voluntad de hierro, en cuya capucha brilló una luna)

(Si bien el primer mago se sintió molesto por aquel comentario, repuso con calma) Muy bien. Quizá esto te interese más. Creo que Alamuerte ha comenzado a moverse.

Esa afirmación les sobrecogió a todos, incluso a la anciana. La noche dio paso al día de repente, pero los magos ignoraron ese extraño fenómeno, ya que para ellos era algo que sucedía normalmente en aquella cámara.

Las nubes pasaron flotando junto a la cabeza del tercer mago, quien no creía que aquello fuera cierto, pero pronto aceptaría el hecho que era verdad.

Alamuerte, el dragón que su majestad, el príncipe Magnus nos informo sobre su colaboración con la Horda (declaró el tercer mago, cuya silueta era la única que parecía poseer cierta corpulencia)

¿Con qué prueba cuentas que demuestre que a comenzado a moverse? (inquirió una mujer que se hallaba en la flor de la vida)

Si bien carecía de la experiencia de los demás, era lo bastante poderosa para formar parte del consejo.

¿Con cuál? Resulta obvio que no has sido testigo de los estragos que provocan los actos de Alamuerte, porque sino jamás te habrías atrevido a hacer esa afirmación (respondió el mago)

Puede que tengas razón (le interrumpió súbitamente el quinto mago. La silueta de un difuso semblante elfo apareció y desapareció bajo su capucha con más rapidez que la tormenta) En cuyo caso habrá que tener muy en cuenta este asunto en el futuro. Sin embargo, ahora no podemos centrarnos en ello. Si Alamuerte a comenzado a actuar tras la derrota de sus aliados de la Horda.

Deberemos priorizar a terminar las armas que su majestad nos a pedido.

Alexstrasza sigue cautiva en manos del clan Faucedraco, y esos orcos han utilizado a su progenie para provocar múltiples derramamientos de sangre y el caos por toda la Alianza y sobre todo Quel'Thalas...

Nadie refutó esa argumentación, ni siquiera el primer mago. Sabían muy bien sobre la situación de Quel'Thalas y lo que habia pasado con gran parte de su reino a causa del fuego de dragon.

Gran parte de sus bosques fueron reducidos a cenizas y muchos de su gente quedaron atrapados durante el proceso.

Incapaces de escapar, solo les quedaba ser consumidos por el fuego junto al bosque.

(Tras un breve momento de silencio, aquel mago continuaría con lo que estaba diciendo) Como he dicho antes, ahora mismo no podemos preocuparnos de este tema, puesto que tenemos que prepararnos para poder hacer frente a los dragones.

Tiempo después.

Mientras te encontrabas en tu escritorio, te llegaría una carta, al abrirla y leerla, reflejarias una gran sonrisa por la noticia.

La nueva ciudad había sido finalmente terminada.

Un saludo para las 5 primero personas que dejaron su estrella en el tercer capitulo de esta segunda parte.

Han obtenido 1 puntos como fan destacado.

*Opinión Libre*

Ahora que la nueva ciudad ha sido terminada, que nombre crees que deberia tener y el por que escogiste ese nombre.

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