Vol. 6 / Cap. 81 El Surgimiento de las islas abruptas
¡Rápido perros, debemos preparar los barcos antes de que esos cerdos humanos nos alcancen! (Ordenaria Tharbek)
Múltiples barcos de la Horda yacían encayados en lo ancho y largo de las costas pedregosas, al sur de Alterac.
Tras múltiples batallas a lo largo y ancho del continente, esta sería la última base y campo de desembarco de la Horda.
Muchos orcos y ogros se preparaban para el abordaje pero por otro lado los trolls Amani esperaban hablar con el jefe de guerra, quien los habia estado evitando por semanas.
Ahora que la Horda se encontraba en una situación muy complicada, muchos Trolls dejaron de seguir a la Horda y se marcharon.
A que destino??? Pues solo ellos lo sabían.
Tal ves regresaron a Zul'Aman y otros con sus respectivos clanes.
Tras la ausencia de su líder Zul'jin y no saber nada sobre la situación actual de Quel'Thalas, aquellos guerreros que acompañaron a la Horda desde el sur, optaron por seguir manteniéndose leales a Orgrim, pero necesitaban respuestas y las necesitaban ahora mismo.
Fue en ese momento que Za'Thur un joven guerrero Troll exigiría hablar con el jefe de guerra.
Por otro lado Orgrim se hallaba en una tienda de campaña mientras pensaba en todo lo que había ocurrido y los fracasos que lo llevaron a retirarse de esta tierra.
Gul'dan era uno de esos fracasos.
Con solo recordar la cara de ese viejo orco, Orgrim apretaria los dientes mientras la ira se reflejaba en toda su cara.
Esperaba que los hermanos Blackhand tuvieran éxito en su misión, ellos habían partido hace varias semanas atrás, no tenía idea de hacia dónde habría podido huir, pero esperaba tener noticias pronto.
*Unas semanas antes*
Gul'dan se apoyó en la proa, se inclinó hacia delante y olisqueó el aire marino.
Cerró los ojos y expandió sus sentidos místicos, para sondear con la mente los alrededores
en busca del peculiar rastro que dejaba la magia. Lo notó de inmediato, era una sensación tan fuerte que le recordó lo que se siente al paladear el sabor metálico de la sangre fresca, era tan intensa que sintió un cosquilleo en la piel y el crepitar de la energía arcana en el pelo.
¡Paren! (gritó mirando hacia atrás)
Los miembros de su clan, que se hallaban a sus espaldas, dejaron de remar. El barco se detuvo al instante y permaneció inmóvil sobre las aguas. Gul'dan sonrió.
Es aquí (anunció) _ Pero... pero si aquí no hay nada (afirmó uno de los orcos, un miembro de su propio clan, del clan Cazatormentas,
llamado Drak'thul)
Gul'dan se volvió y abrió, por fin, los ojos, para lanzar una mirada furibunda al joven brujo orco.
¿Ah, no? (replicó con una amplia sonrisa) Entonces, te encadenaremos y te enviaremos al fondo del mar para explorar el lecho marino en nuestro nombre. ¿O acaso prefieres quedarte aquí sentado y confiar en que sé qué estoy haciendo?
Si bien Drak'thul retrocedió y tartamudeó una disculpa, Gul'dan le ignoró, pues tenía su mirada clavada en el navío que se encontraba junto al suyo.
Informa a los demás (le ordenó Gul'dan a su lugarteniente) Actuaremos de inmediato. Es más que seguro que Doomhammer se haya enterado ya de que hemos partido, así que no quiero correr el riesgo de que aparezca por aquí y nos interrumpa antes de que hayamos alcanzado nuestra meta.
Acto seguido, lanzaron unas cuerdas para que los magos ogros y los nigromantes orcos subieran a bordo del barco de Gul'dan. Algunos utilizaron las cuerdas para subir a pulso y otros como guía mientras cruzaban a nado, dependiendo de su fuerza y habilidad y de lo a gusto que se sintieran en el agua.
El lugar que buscamos es un antiguo templo que se encuentra justo debajo de nosotros (les explicó Gul'dan a todos sus brujos en cuanto estos se hallaron reunidos ante él en cubierta) Podríamos intentar llegar a él buceando, pero ignoro cuán profundas son estas aguas.
Además, ahí abajo todo está muy oscuro, es muy frío y no es de mi agrado (En ese momento, sonrió de oreja a oreja) Así que vamos a alzar el lecho marino para que ese templo ascienda hasta nosotros.
¿Es eso posible? (preguntó uno de los nuevos ogros magos)
Sí (contestó Gul'dan) No hace tanto tiempo, en nuestro mundo natal, los orcos elevamos otra gran masa de tierra, un volcán en el Valle Sombraluna. En esa ocasión, yo guie al Consejo de la Sombra y lo mismo haré ahora con ustedes.
Entonces, calló y aguardó a que le plantearan más preguntas u objeciones, pero nadie dijo nada.
Gul'dan asintió complacido. Sus nuevos subordinados no eran solo más fuertes que los antiguos sino más obedientes, dos características que apreciaba en sumo grado.
Se dio la vuelta y se acercó a la baranda del barco. A continuación, sus ayudantes se colocaron a ambos lados de él. Entonces, cerró los ojos y extendió su conciencia para contactar con ese poder que percibía que se hallaba allá abajo, en las profundidades. Le resultó muy fácil dar con él y en cuanto lo tuvo agarrado con firmeza, Gul'dan tiró, atrayendo mágicamente toda esa energía, así como su fuente, hacia él.
Las tinieblas cubrieron el cielo y el mar se embraveció.
Lo tengo (masculló a sus ayudantes entre dientes) Únanse a mi magia y podrán percibirlo por ustedes mismos. Vuelquen sus propias energías en el hechizo que ya he creado y elévenlo conmigo. ¡Ya!
Notó que sus fuerzas aumentaban al sumar los demás, poderes a los suyos. El cielo se tiñó de un color rojo oscuro y el trueno bramó
mientras llovía a mares y unas fuertes olas sacudían el barco. Ese enorme peso del que tiraba se aligeró y pudo subirlo con mucha más facilidad. Pese a que seguía teniendo que hacer un arduo esfuerzo, ahora era una tarea soportable y no atroz.
Con cada tirón, esa presencia mágica era más intensa y su dominio sobre ella más firme, al igual que su control sobre la tierra que la rodeaba. Aunque la naturaleza por entero se resistía a sus esfuerzos, se mantuvieron firmes.
Permanecieron ahí horas y horas, inmóviles a los ojos de los guerreros ahí reunidos, pese a hallarse inmersos en una frenética actividad mágica para luchar contra unas fuerzas titánicas. El mar los empapó de arriba abajo. El trueno los ensordeció. El relámpago los cegó.
Los barcos sufrían la ira de los elementos y los guerreros se aferraban a los remos para no moverse de sus asientos. Varios miraron brevemente hacia Gul'dan y los demás brujos para pedirles instrucciones, pero ninguno de ellos se movió lo más mínimo ni siquiera cuando el barco sufrió varios alarmantes bandazos.
Súbitamente, una columna de fuego y humo emergió de esas aguas turbulentas a corta distancia del barco líder, llenando el aire de fuego, cenizas y vapor. A través de ese aire caliente y repleto de partículas en suspensión, pudieron ver que algo sobresalía del agua, como el pico de un pollito al romper su cascarón. Ese algo resultó ser una roca que fue aumentando de tamaño ante la mirada atónita de los guerreros, que estaban demasiado aturdidos como para hacer otra cosa que no fuera parpadear y quedarse boquiabiertos, y que se alzó rápidamente entre las olas. El agua y la lava caían de esa pequeña roca que se transformó primero en un peñasco y luego en una pequeña meseta, y que pasó a ser después una ancha cornisa que acabó convirtiéndose en una pequeña llanura rocosa.
También emergieron otras rocas de ese mar tumultuoso, que, al principio, parecían hallarse cerca primero, pero que, al final, resultaron formar parte de un todo.
A medida que el mar se retiraba de esa formación rocosa, los orcos pudieron comprobar que se trataba de toda una isla que abandonaba el seno del mar y que escupía llamas, tierra y vapor.
Después, emergió otra segunda isla de menor tamaño, que crujió al irrumpir en la superficie, y luego una tercera y una cuarta. Al final, el turbulento cielo dejó de tener un color carmesí y pasó a teñirse de un gris plomizo. Las olas menguaron y su altura decayó, ya solo eran tan altas como el mástil de un barco.
Entonces, Gul'dan abrió los ojos. Se tambaleó un poco y tuvo que agarrarse a la baranda para no caerse, al igual que muchos de sus brujos. Posó la mirada sobre ese nuevo archipiélago, que todavía desprendía vapor por culpa del calor que había generado su rápido ascenso, que todavía gruñía y gemía mientras se adaptaba a su nueva configuración, y sonrió.
Pronto (susurró, mientras contemplaba esas islas y las sondeaba con su mente, para percibir el emplazamiento de lo que buscaba) Pronto caminaré por ustedes en busca de ese templo y del gran premio que se halla en él.
Por otro lado los hermanos Blackhand acompañados por Zuluhed, cruzaban el extenso mar en los dirigibles que los goblins habían construido para ellos, siguiendo la posible ruta que había tomado el viejo orco.
Esperaba que con las fuerzas que contaban en ese momento, sea suficiente para poder hacerles frente a todos los traidores y entregar sus cabezas como les había ordenado Orgrim.
*Tiempo actual*
Orgrim se encontraba en su tienda de campaña meditando, cuando escucharía a sus guerreros discutir en la entrada con alguien.
Afuera el joven guerrero troll Za'Thur junto a otros de su tribu se encontraban afuera de su tienda discutiendo con los guardias de Orgrim.
¡no lo volveré a repetir! ¡váyanse ahora! (Ordenó uno de los guardias) _ ¡el jefe de guerra no recibirá a nadie! (Comento el otro)
¡No nos iremos de aquí hasta hablar con su jefe de guerra, le exigimos que salga ahora! (Vocifero Za'Thur a la ves que se paraba frente de aquel guardia que le dijo que no recibiría a nadie) _ maldito troll, veo que no quieres obedecer (Se prepararía para atacarlo con su martillo)
Za'Thur era mucho más alto que aquel guardia y se daría cuenta de las intensiones de ese pequeño orco.
Antes que el orco diera el primer movimiento, sentiría un toque en su hombro y al mirar atrás, vería al jefe de guerra.
Jefe de guerra??? _ cálmate y aligera las manos sobre tu martillo, dudo mucho que puedas lanzar un ataque sin antes ser degollado por su cuchillo (comentó Orgrim a la ves que observaba al troll)
Bien, veamos, quieres hablar conmigo??? pues adelante, hablemos y respondamos a todas las dudas que tengas guerrero amani.
Za'Thur se le quedaría observando unos segundos y también apartaría la mano de su cintura donde tenía su cuchillo.
Orgrim volvería a entrar a la tienda, acto seguido Za'Thur lo seguiría.
El resto de trolls también quisieron ingresar, pero los guardias de Orgrim se los impidieron, esto molestaría a los trolls quienes estaban listos para atacar, pero Za'Thur les daría una seña con su mano, evitando que realizarán dicha acción.
Bueno veamos (Orgrim se sentaría en una silla, adornada con pieles de animales y cráneos humanos) Za'Thur no es así??? He escuchado de ti... _ dejemos las presentaciones y vayamos al grano (respondió Za'Thur) que paso con la invasión de Quel'Thalas??? donde esta Zul'jin??? Por que tu y tu gente decidieron volver nuevamente al sur???
(Orgrim lo miraría) así que directo al grano??? Bien, me gusta tu actitud directa, pero escoge con quien puedes y con quien no puedes actuar de esa manera tan autoritaria (Hablaría Orgrim con una voz fuerte e intimidante)
Za'Thur no se sentiría intimidado, pero si regañado como un niño cuando le alza la voz a sus padres.
Mientras tanto a las afueras de la base orca, un explorador de la Alianza observaría desde las laderas altas, la flota y las fuerzas de la Horda asentados abajo.
Así sin más agitaba las riendas de su caballo y se alejaría de ahí a todo galope.
Volviendo con Orgrim y Za'Thur.
Orgrim procedería a contarle todo lo que había ocurrido y todo lo que sabía respecto al asunto de Zul'jin y la invasión de Quel'Thalas.
Algo que no podía creer y se negaba a aceptar, era la muerte de su líder y lo que más deseaba, era saber de quien fue el causante.
Orgrim no sabría la respuesta, más solo le contaría de que los humanos contaban con un arma cuyo poder traspasaba su entendimiento.
El demonio... (respondió Za'Thur recordando a aquel joven de Alterac que irradiaba una luz por todo su cuerpo y acababa con suma facilidad a cientos de orcos, trolls y que sin ningún problema podía despedazar y lanzar por los aires a múltiples ogros)
Zuluhed le había mandado una carta donde explicaba al detalle todo lo ocurrido en Quel'Thalas, sobre aquel mismo ser, quien había sido el responsable de eliminar a sus jinetes de dragón e inclinar la balanza a favor de los elfos ese día.
Era difícil para el saber si eran el mismo o si había más de uno, por las distancias que hay entre Alterac y Quel'Thalas y ambas batallas solo se diferenciaban por unos días.
Pero los humanos contaban con una magia que los ayudaba viajar de un lugar a otro, por lo que era posible que si se trataba del mismo individuo.
Pero dada que el poder monstruoso de ese demonio solo había sido vista 2 veces Orgrim creía que era un poder que solo podía ser utilizado pocas veces, aun así era mejor tener cuidado.
Dejando sus pensamientos de lado, se centraría en Za'Thur quien seguía procesando todo lo que le había dicho.
Bueno, ahora que lo sabes, es tu decisión si seguir con la Horda o dejarla como lo hicieron las demás tribus de tu gente.
Después de todo, nuestra Alianza consistía en que tu pueblo se uniría a mi si yo les prometía destruir Quel'Thalas. Sin embargo esa promesa no fue cumplida por lo que tu pueblo no tiene obligación alguna de continuar bajo mis órdenes.
(Za'Thur lo observaría y pensaría en lo que debía hacer. Y tras unos segundo finalmente hablaría) si, tienes razón, esta Alianza ya no tiene sentido y no vale la pena seguir combatiendo esta guerra que no tenía nada que ver con mi gente...
Sin embargo no podemos hacernos a un lado y seguir como si nada.
Nosotros atacar Quel'Thalas y reinos humanos.
Y ellos jamás perdonar.... Humanos exterminar a los que ayudaron a la Horda con su invasión. Esta guerra ya solo se trata de sobrevivir y no podré proteger a los míos si peleo solo.
Y la Horda tampoco puede luchar solo _ (Orgrim asentiría)
Nos necesitamos el uno al otro si queremos una oportunidad para subsistir así que Trolls permanecer junto a la Horda, aún (respondería Za'Thur)
(Orgrim reflejaría una sonrisa) bien, me alegra tu decisión, tal ves perdimos, pero este no es el fin, volveremos y cuando lo hagamos te prometo que nuestro siguiente ataque será el definitivo, destruiremos los reinos del norte y cumpliré con mi promesa de destruiré Quel'Thalas (Orgrim le extendería la mano)
(Za'Thur lo miraría y tomaría su mano) por la Horda _ por la Horda (respondería Orgrim)
El fandom tras el estreno del Vol. 6
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