Capítulo 20: Despedida

¡Hola chicos!

Me llena de emoción traerles este capítulo 20, es uno de los que más me ha gustado hacer.

Disfruten.

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[Narrador normal]

Un plato bien servido fue puesto en la mesa.

El pequeño niño solo miró la comida con indiferencia, parecía no tener ganas ni de mirarla.

-Eren, come...-

Dijo en un tono neutral la chica que había servido el plato.

-Mikasa...-

Él volteó a verla, pudo ver las lágrimas saliendo de sus ojos.

-¿No te duele haber perdido a nuestra familia?-

Ella le miró confundida.

Un niño rubio se encontraba junto a ellos, pero solo observaba en silencio, también tenía sus propios problemas internos.

Mikasa puso una mirada cabizbaja recordado a Carla, su madre adoptiva.

Ella fue la persona con la que pasaba más tiempo aparte de Eren.

Con Grisha también tenía buena relación, pero casi no pasaba tiempo con él debido su trabajo como médico.

-¡¿Entonces porqué mierda actúas como si no te importará?!-

Gritó con rabia mientras alzaba el puño para tirar la comida que le habían servido.

-¡Eren!-

El niño rubio finalmente hablo.

Afortunadamente, Eren se detuvo inmediatamente al escucharlo.

-Todos aquí sufrimos...-

Eren vió como su amigo también se encontraba llorando.

No pudo soportarlo, así que solo se levantó y fue corriendo a una habitación aparte.

Sus llantos no tardaron en escucharse.

-Lo siento, Mikasa-

Ella solo negó, no tenía que disculparse.

Puso su antebrazo en su cara, tratando de tapar sus propias lágrimas.

Grisha, Carla y ahora, el abuelo de Armin.

Solo llegaban desgracias para ellos.

TOC TOC

Repentinamente, la puerta fue tocada.

Eso llamó la atención de los dos.

-¿Chicos? soy yo, Ethiel-

Al escuchar esa voz conocida ambos quedaron completamente sorprendidos.

Armin se levantó rápido y fue a abrir la puerta.

Ahí lo vieron.

Algunas heridas y moretones eran visibles en su cara, signos de lucha. Pero seguía conservando su característica sonrisa, al menos, esa sonrisa que siempre tenía para ellos.

-¡Que alegría que este vivo, señor Ethiel!-

Exclamó de felicidad el niño.

Ethiel solo rió un poco y paso al hogar cerrando la puerta detrás de él.

-No seas tan formal, trátame como a un hermano-

Acarició la cabeza de Armin que solo asintió a sus palabras.

-Hola, Mikasa-

Le saludó sonriente, ella solo asintió.

-Que alegría verlo-

Ethiel tuvo una gota de sudor ante la alegría fingida por la chica, pero la comprendía, era tan parecida a Rico en cuanto a carácter.

Observó los platos de comida en la mesa.

-¿Estaban almorzando?-

-Si... Eh, bueno...-

Armin hizo una risa nerviosa.

-¿Y Eren?-

Ambos se pusieron tensos.

-Oh...-

Ethiel sin preguntar se fue a la siguiente habitación.

Ahí lo encontró, estaba acurrucado con la cabeza entre sus rodillas. Los sollozos eran evidentes al ver su cuerpo temblar.

Ethiel lo comprendía tanto, aquella invasión también le había arrebatado a su familia.

Se sentó junto a él.

Permanecieron en silencio por un tiempo, no sabría decir cuánto fue, pero si fueron algunos minutos.

-¿Quieres hablar de eso?-

Preguntó.

Pero el pequeño no respondió.

-A veces la vida no es justa, y es algo que dolorosamente tenemos que aceptar. A la gente buena le va mal, mientras que a la gente no tan buena le va mejor...-

Había interrumpido su llanto para escuchar sus palabras.

-Yo también perdí a toda mi familia, incluso... Mi... Mi hermana murió en mis brazos, no pude hacer nada...-

No pudo evitar quebrarse en la última parte.

La impotencia de aquel día siempre lo iba a perseguir.

-A pesar de las buenas acciones que he cometido, Dios me quitó todo, absolutamente todo...-

Había comenzado a llorar también.

-Y no es justo, todos los días me atormentó con ese recuerdo y todos los días le reclamo a Dios por arrebatarme todo...-

Armin y Mikasa también estaban presentes.

Al verlos platicando, no pudieron evitar querer escuchar sobre que hablaban.

-Pero sabes... No sirve de nada, simplemente es lo que nos tocó vivir...-

Respiró un poco para tranquilizarse.

-Me enliste en el ejército no solo para proteger a mi familia, también lo hice para proteger a la humanidad. Mi familia lamentablemente ya no está, pero aún quedan muchas personas a las que proteger...-

Miro a Mikasa y Armin que solo se escondieron un poco apenados.

-Puede acercarse chicos, no pasa nada-

Les invito a unirse.

Lentamente lo hicieron.

-Si algún día se enlistan en el ejército, que espero no sea el caso, recuerden estás palabras...-

Prestaron total atención, especialmente Eren.

-Un verdadero guerrero no lucha porque odia lo que tiene delante, sino porque ama lo que tiene detrás-

Esas palabras quedaron profundamente grabadas en los chicos.

Ethiel aún no sabía el impacto de ellas.

Más tarde lograron convencer a Eren y Armin para que comieran algo, está vez les cocinó Ethiel.

-¡Está muy bueno!-

Dijeron los chicos haciendo expresiones de placer y felicidad.

Ethiel solo sonrió con algo de nostalgia.

-Probablemente no los veré en mucho tiempo-

Les informó.

Los tres pusieron caras de confusión.

-Ahora soy parte de la Legión de Reconocimiento, eso significa alejarme casi por completo de la sociedad, debido a que estaré muy ocupado con el entrenamiento-

Explicó.

Todos tuvieron reacciones diferentes.

Armin estaba muy sorprendido, pero rápidamente se percató del nuevo uniforme de Ethiel, sinceramente no lo había visto a detalle, pero vió las alas de la libertad en sus hombros, pecho y espalda.

Eren parecía emocionado, simplemente Ethiel se estaba convirtiendo en su modelo a seguir.

Mientras que Mikasa miraba con preocupación a Eren, tenía cierto pavor debido a que lo conocía tan bien como para suponer lo que pensaba.

-Dejaré está casa y todos mis ahorros a ustedes, habrá una persona que los cuidará, de eso estén seguros... Solo que la conocerán más adelante-

Dijo sonriendo mientras les entregaba una bolsa grande y pesada.

Está se encontraba llena de monedas de todas las denominaciones, pero la mayoría eran de la más alta.

Si era bien administrado, con eso podrían sobrevivir casi un año.

-Obviamente mi sueldo, aunque será menos, se los enviaré a ustedes-

Armin se levantó y lo abrazó.

-¡Muchas gracias, de verdad!-

Luego le siguió Eren, mientras que Mikasa se mantenía al margen.

-Prometo ser como tú...-

Ethiel solo sintió ternura ante sus palabras.

-Seguro que sí-

Nuevamente, las lágrimas no pudieron evitar salir de sus ojos.

Sus amigos se harían cargo de ellos, aún no se los decía, pero estaba seguro de que no se iban a negar a eso.

[En algún Bar de Trost, Noche, Narrador Yo]

Mire la copa de Vino servida para mí.

Cómo lo extrañaré.

La Legión no me prohíbe consumir alcohol, pero es una meta que yo mismo me estoy proponiendo.

El alcohol me ha llevado a uno de los puntos más bajos de mi vida, simplemente no quiero volver a caer en esos vicios.

Podía notar las miradas que me juzgaban, eran de los demás clientes del local.

Ni siquiera los había visto nunca, pero sabía que me juzgaban debido a mi uniforme y la rama a la que pertenezco.

Estaba esperando a los chicos, los había citado en este lugar debido a que no tengo ganas de entrar al Cuartel de las Tropas de Guarnición.

Además, posiblemente no me quieran ni ver en ese lugar.

Maldita sea, ni yo mismo se a que rumbo estoy dirigiendo mi vida.

Me siento completamente desamparado.

Hubiese preferido morir antes que tener que enfrentar este infierno.

Ahora no puedo hacer nada.

Me termine de un solo trago la copa de vino.

-Tráeme la botella, porfavor-

Pedí a la mesera.

Ya había otras tres copas en la mesa, esperando a mis amigos.

-Así que aquí estas-

Repentinamente escuché una voz a mis espaldas.

Gire la mirada y ahí estaban ellos.

Mis queridos amigos.

[Narrador normal]

-Tomen asiento, chicos-

Invitó Ethiel.

Los tres hicieron caso y se sentaron en las sillas correspondientes.

Rico parecía emocionada por verlo, y los chicos también, pero ella tenía cierto brillo en los ojos.

-Que alegría que estés bien-

Dijo Mitabi mientras servía vino en las demás copas.

-Tus consejos me salvaron la vida-

Mencionó totalmente agradecido.

Mitabi solo sonrió.

-No nos permitieron entrar, pero lo supimos gracias a Anka, ganaste el juicio por combate-

Ian dijo alegremente.

-Si, fue complicado... Pero, ¿Cómo que Anka se los dijo?-

Ethiel parecía confundido.

-Estabamos patrullando afuera del tribunal y ella estuvo ahí, ha cambiado bastante...-

Solo pudo asentir, Anka era un orgullo para todos.

Y pensar que una vez se acostó con ella.

Sacudió un poco su cabeza para alejar esos pensamientos.

-¿Qué hacemos aquí? ¿Volverás a las Tropas de Guarnición?-

Preguntó Rico.

-"Tan directa como siempre"-

Pensó sonriendo.

Tomo un poco de vino y aclaró su garganta.

-Chicos, creo que no nos veremos en mucho tiempo-

Soltó.

-¿Eh?-

Fue la reacción de los tres.

-El comandante Erwin me dió este día para despedirme de mis seres queridos, pues me iré con ellos a continuar mi entrenamiento-

-Con nosotros ya eras un sub oficial-

Dijo Ian con algo de gracia en su voz.

-Bueno, un sub oficial de las Tropas de Guarnición, es lo equivalente a un soldado raso con la Legión de Reconocimiento-

Contestó riendo.

Los demás también lo hicieron.

Era cierto y ellos lo sabían, la experiencia y habilidades de los soldados de la Legión siempre ha sido superior.

Paso algunas horas platicando con ellos.

Recordando anécdotas de los días de entrenamiento.

A pesar de su tristeza, trato de disfrutar al máximo el tiempo junto a ellos, pues sabe que pasará mucho sin verlos.

-Chicos, cuando nos encontremos nuevamente, tenemos que volver aquí-

-Así será-

-¡SALUD!-

A Mitabi ya se le habian pasado un poco las copas.

Soltaron risitas al verlo ebrio, siempre era gracioso.

Después de unos minutos, Ethiel pago la cuenta y todos salieron del Bar.

-Yo me llevaré a Mitabi a su habitación, tal vez Rico y tú podrían irse juntos-

Dijo Ian con una voz llena de complicidad.

Ethiel y Rico se sonrojaron, pero ninguno nego sus palabras.

Ambos despidieron a Ian que iba batallando con Mitabi, pues este último iba casi inconsciente.

-Entonces, te vas...-

Ethiel podía notar algo de tristeza en las palabras de su acompañante, habían comenzado a caminar a un paso lento.

Solo asintió algo nostálgico.

-No es como hubiese querido, pero después de la muerte de Jenell y mi familia... Comencé a detestar las reglas de las Tropas de Guarnición, por eso me estoy alejando-

Lo entendía, ella nunca tuvo tanto aprecio por sus padres, pero conocía perfectamente lo que era perder a un ser querido.

El breve recuerdo de cierto soldado que la cuido de pequeña vino a su mente.

Pero...

-Yo no quiero que te alejes-

Detuvo la marcha y lo abrazó.

Ethiel se sorprendió, pero reaccionó rápidamente para corresponderle.

-Ethiel, te quiero tanto, es un sentimiento que nunca había experimentado...-

Escondió su cabeza en el pecho de este.

El chico solo podía notar como su cuerpo temblaba un poco, parecía estar llorando.

Apretó más el abrazo.

-Rico...-

Dijo con voz temblorosa.

Dudaba de lo que estaba por hacer.

Pero era lo que su corazón sentía, y está vez fue más fuerte que la razón.

-Yo...-

Ella estaba expectante, su corazón estaba a 150 latidos por minuto.

-Te quiero-

Lo dijo llorando mientras sellaban el momento con un tierno beso.

El último que se darían en mucho tiempo.

La vida era tan cruel con ambos.

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:'D

Ese final...

Me lleno de tanta tristeza, pero a veces así es la vida.

Gracias por leer.

Bye bye ^^

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