Capítulo 2: Preludio antes de la Tragedia
Buenas chicos y chicas, si es que hay.
Hoy les traigo un nuevo capítulo de esta historia.
Trataré de actualizar como mínimo una vez por semana o dos veces.
Quiero tomarme un poco más enserio esto.
Espero disfruten este Capítulo 2: Preludio antes de de la Tragedia.
...
[18 años antes, Narrador Yo]
En la vida siempre eh sido alguien muy normal. No tenía metas interesantes, nunca hice cosas demasiado sobresalientes y nunca hice nada que para mí valiera la pena.
Lo único que tenía era a mi familia y a mis dos únicos amigos de aquel entonces.
Era eso y nada más, ni siquiera era alguien atractivo físicamente, mucho menos lo era a la hora de hablar, pues era muy serio y sinceramente no me importaba mucho lo que los demás tuvieran que decir.
Solo había dos cosas de las que me gustaba hablar, la historia y la ciencia. Lamentablemente para mí, esos eran los temas que a muchas personas les aburrían, al menos quienes estaban en mi entorno físico, pues conocí a muchas personas a través de redes sociales a las cuales les apasionaba lo mismo que a mí.
En toda mi miserable vida solo tuve una pareja, ella me marco de por vida.
No solo fue la única que me aceptó como era por fuera, sino que también lo hizo por dentro, era de esas personas que se encuentran una sola vez en la vida.
Lamentablemente para mí, aquello termino de mala forma y aquellos recuerdos de su amor me siguen atormentando.
En lo único que me consideraba bueno, era en el trabajo.
Siempre fui muy responsable y eso me llevo a escalar rápidamente y tener los mejores puestos en dónde sea que me desempeñará.
Era bueno en seguir las reglas.
Pero de igual manera, llegar a tener tanto poder en una organización y con una vida como la que tengo, me llevo a ser arrogante y en algunos casos, malvado, para las personas bajo mi mando.
El día que despedí a aquella persona, recuerdo que me había rogado, al parecer tenía una familia a la que alimentar, lamentablemente había recorte de personal y no podía hacer nada.
Era arrogante, pero nunca malvado, sabía lo que significaba vivir humildemente y nunca estaría encantado de quitarle a una familia de ese tipo, el sustento que tenían.
Pero era bueno en seguir las reglas.
Así que con todo el dolor del mundo, tuve que despedir a muchas personas y arruinarles las vidas.
Tal vez por mi actitud muchos no lo entendieron.
Y no los culpo, muchos me maldijeron y desearon con toda el alma que a mí me pasaran cosas horribles.
Pero aquel hombre fue el único que llegó a un extremo mayor.
Lo que me lleva a la siguiente situación.
Ahora...
Me encontraba en las vías del tren, cayendo directamente hacia ellas y por consiguiente a mi muerte.
Todo parecía pasar en cámara lenta, no podía hacer nada y el tren estaba a escasos centímetros de mí, no creo siquiera tocar el piso.
Pude ver la cara del tipo, estaba demasiado furioso.
Estos segundos me hicieron pensar en aquello y en cómo se sentirán las únicas personas con las que conviví, tal vez les duela, pero seguirán adelante sin mí.
Ahora que me concentro mejor...
Estos segundos pasan demasiado lento, o espera, ¿Siquiera está corriendo el tiempo?
Trate de mover mi cuerpo, pero me fue imposible, a pesar de ello si podía mover los ojos y mis manos parecían ceder un poco.
El tiempo se había detenido, pero ¿Por qué?
-Estoy cansado de esto-
Escuché suspirar a una voz.
Era una voz gruesa, parecía ser de alguien maduro, la voz se escuchaba en todo el lugar, tanto así que no pude identificar de dónde provenía.
-Tal parece que ese hombre tenía mucho rencor en contra tuya-
La voz ahora sí se escuchó más cerca, mire a mi izquierda, pero parecía ser una entidad demasiado brillante, tanto que me cegaba todo el tiempo.
No lo pude mirar bien.
Este será... ¿La muerte?
-No, la muerte no tiene ninguna pizca de piedad-
Me sorprendió mucho, al parecer podía leer mis pensamientos.
¿Entonces será... Dios?
-Efectivamente muchacho, soy aquello a lo que los mortales llaman Dios-
¿Dios? ¿En realidad existe?
-Bueno, me estás escuchando justo ahora-
En ese momento deje de pensar.
Traté de procesar todo, ¿Por qué Dios está aquí?
-¿Por qué...?-
Formule mentalmente, no podía mover mis labios, pero podía pensarlo.
-Todo el tiempo ocurren muertes de este tipo-
Me comenzó a explicar.
-¿Entonces iré al cielo o al infierno?-
Pregunté.
-Aún no es tiempo de tu juicio. No viviste plenamente por lo que no puedo decidir si vivirás eternamente en el cielo o te irás con Lucifer a su infierno de sufrimiento-
-¿Entonces...?-
Pregunté temiendo lo peor, y eso era quedarme en el vacío para siempre.
-Para este tipo de casos tenemos otro tipo de solución-
Me dijo.
-¿Crees en la reencarnación?-
Pregunto y solo me quedé sin habla por el rumbo de esta conversación.
Claro que creía en la reencarnación, bueno, era una de las teorías que tenía acerca de la muerte.
-Bueno, eso es lo que pasa con almas como la tuya, no puedo juzgarte adecuadamente debido a lo poco que viviste-
-¿Reencarnare?-
Pregunté.
-Entiendes rápidamente-
Me dijo, a pesar de que no lo veía, podría jurar que estaba sonriendo.
-Irás a un mundo al azar-
Frente a mí, una especie de portal fue abierto.
-Normalmente perderás todos tus recuerdos, pero haré una excepción contigo, será divertido visitarte en el futuro-
Me dijo, a pesar de comprender rápidamente lo que pasaba, esto era demasiado repentino para mí.
-Ve y vive plenamente porque no habrá otra oportunidad, la próxima vez será tu juicio-
Me dijo serio.
Pude sentir como algo abandonaba mi cuerpo, ¿O era yo quien lo abandonaba?
Solo entre en aquel portal.
Una luz sumamente brillante me cegó.
[Muralla María, Afueras del Distrito Quinta, Año 827]
Después de unos segundos, sentía como el ambiente había cambiado drásticamente.
Podía respirar nuevamente y podía mover mis extremidades.
Abrí los ojos lentamente, solo para encontrarme con una mujer que me abrazaba, desde mi perspectiva se veía demasiado grande.
Levanté mi mano derecha y la puse frente a mí.
Me quedé sorprendido, tanto así que la mire por un largo rato.
-¡Es muy hermoso!-
Escuché chillar a la mujer que se encontraba sosteniéndome.
Yo ahora era solo un bebé.
¿En realidad lo de antes paso? ¿O fue solo producto de mi alucinación?
No.
Fue demasiado real como para haber sido un sueño o algo por el estilo.
En realidad morí, mi cuerpo ya debe estar hecho trizas.
Y ahora estoy en otro mundo.
La mujer se encontraba hablando con otra, no le puse mucha atención a su conversación, pues la verdad es que no entendía el idioma.
Mire a mi alrededor, todo parecía ser más anticuado, las paredes se encontraban descuidadas, parecía ser un lugar muy rural, nada comparado con el mundo tecnológico en el que vivía antes.
¿Será una especie de mundo medieval?
-Ethiel-
Escuché decir a la mujer, la mire.
¿Ethiel? ¿Ese era mi nombre o era una palabra?
Pareció ponerse feliz porque la mire y por mis expresiones, aunque bueno, las expresiones era algo que no podía controlar al estar en un cuerpo muy joven.
-¡Será el pequeño Ethiel!-
No entendía absolutamente nada, pero a futuro sabré que es lo que me están diciendo, espero no sea nada malo.
¿Ella será mi madre o algo por el estilo?
No tenía una manera de averiguarlo, ni siquiera en apariencias.
La mujer se levantó conmigo en brazos y comenzó a caminar hacia otra habitación.
Ahí me dejo acostado junto a más bebés.
Sin duda no era mi madre.
Era un orfanato o en realidad era mi madre y el padre era todo un semental. Aquí había más de 20 niños.
[1 año después, Año 828]
Sin dudas esto era un orfanato.
Lo descubrí tan solo un día después de mi llegada.
Unas personas llegaron y comenzaron a ver a bebé por bebé hasta encontrar a uno de su preferencia al cual adoptaron.
Ya lograba entender más el idioma, no había tomado clases formales, aún estoy muy pequeño, pero al convivir por un año con estas personas, las cuidadoras, había logrado comprender tan siquiera un poco lo que decían.
Mi nombre era Ethiel y al parecer era otro niño más abandonado a su suerte.
Rápidamente se nota el cambio entre los orfanatos de mi mundo y el de éste.
En mi mundo son por así decirlo, más ricos.
Aquí en cambio se nota mucho la escasez.
Varias veces pude ver a las mujeres que nos cuidaban llorando amargamente al no poder conseguir fondos suficientes o alimentos para alimentarnos.
Lo que más deseaban era que nos adoptarán rápidamente, pues éramos muchos niños por mantener.
Era un mundo atrasado muchos siglos al mío.
Pude calcular una edad medieval, eran muy parecidos, aunque nunca me imaginé que sería tan dura.
[3 años después, Año 832]
Mi vida en este lugar ha sido muy difícil, incluso hubo momentos en los que pensé que moriría.
Había muchas enfermedades que para mí eran normales, pero al estar en este mundo eran mortales, pues no había un gran conocimiento en la medicina.
También debido a la escasez de alimentos, esto era algo muy triste y molesto. Comer pan y agua todos los días afectaba a nuestro sistema inmunológico, haciéndonos más propensos a contraer enfermedades.
Además de que la higiene parecía no ser algo muy común, aunque me las arregle para que me asearan todos los días, cuando cumplí los 3 años comencé a hacerlo por mi cuenta.
Tuve un muy buen desarrollo para mí fortuna, ahora con mis 4 años ya podía hablar, escribir y leer, aprender este idioma no fue del todo complicado, estaba basado en el latín de mi mundo y al ser alguien al que le apasionaba la historia, claro que conocía el latín y hasta llegué a aprenderlo por simple hobbie.
Lo que si fue complicado fue el que me enseñaran a escribirlo y leerlo, pues lamentablemente la educación no era algo muy bien desarrollado y la mayoría de las personas eran analfabetas, incluyendo a mis cuidadoras.
Por una gran insistencia mía y a mi capacidad de convencer a los demás, logré que trajeran a un cura para enseñarnos a todos, aunque al único que enseñaron fue a mí, pues mis demás compañeros de orfanato si tenían una mente de acuerdo a su edad.
Así que por el momento, era el niño más talentoso de ese lugar.
Me habían dado otra oportunidad, no pensaba desaprovecharla.
Aprender el idioma era la base para mí crecimiento en este mundo.
[6 años después, Año 838]
Al parecer mi suerte para agradarles a las personas, seguía siendo nula.
Tenía 10 años, en este tiempo vi como varios de mis compañeros de orfanato eran adoptados, pero a mí siempre parecían ignórame.
Ahora solo quedábamos 5 mayores y los demás eran bebés.
Esto reducía nuestras posibilidades de ir con alguna familia, pues la mayoría prefería a los pequeños.
Trate de escapar de este lugar muchas veces, no me gustaba permanecer aquí, pues limitaba mi conocimiento y aprendizaje de este mundo.
Lamentablemente los soldados siempre me capturaban antes de llegar muy lejos.
Pensé que este mundo no podía ser peor, pero me equivoqué.
Al salir de este lugar, la vez que llegue más lejos tenía 8 años.
Y solo me topé con un gran muro.
Eran grandes muros que nos rodeaban.
No había salida de aquí.
Aquello me frustró demasiado, pero a la vez me lleno de más curiosidad.
Así que investigando, descubrí la historia de nuestra humanidad.
Al parecer había tres murallas.
La Muralla María, la Muralla Rose y la Muralla Sina.
Estás murallas fueron construidas hace casi un siglo debido a la aparición del enemigo natural de la humanidad, bestias llamadas Titanes.
La humanidad fue llevada casi a la extinción, por lo que se tuvo que refugiar en estos grandes muros.
Era una historia trágica, pero había cosas que no cuadraban en mi mente.
¿Cómo construyeron estos muros?
Por lo que sabía, tenían una altura de 50 metros y eran 3 murallas.
Con la tecnología de ahora tomaría mucho tiempo construirlas y mucho más con la tecnología de hace 100 años.
La existencia de estos muros era simplemente imposible desde una perspectiva lógica humana.
La otra duda que me había surgido era la del origen de estos Titanes.
No entendía muchas cosas acerca de esto.
Lamentablemente nadie podía cuestionar la existencia de estos muros, pues era considerado "herejía".
Muchas veces en mis escapadas me tocó presenciar la ejecución de personas que tenían los mismos pensamientos que yo.
Ahora tenía una nueva meta.
Antes solo quería ser alguien influyente en el gobierno y en la economía, para tener una buena vida.
Pero ahora quería descubrir más de este mundo y no podría hacerlo si solo vivía como un viejo rico dentro del muro Sina.
Así que mi misión era unirme al Ejército.
Había una rama en particular que me interesaba, La Legión de Reconocimiento, aquellos que portaban las alas de la libertad.
Eran los únicos con las pelotas necesarias para salir de estos muros y enfrentar a los Titanes en su propio territorio, antes nuestro, pero que nos fue arrebatado.
Eran las tropas mejor entrenadas para luchar contra ellos.
Lamentablemente eran las que recibían el peor trato.
Puedo enlistarme desde los 12 años, pero si nadie me llegase a adoptar, tendría que esperar hasta los 14 años para salir de aquí.
Esto sin duda no me beneficiaria.
Mientras más temprano, mejor.
-¡Hora de la comida!-
Grito la voz de una mujer algo mayor.
Todos los niños comenzaron a ir hacia el comedor.
Yo y los otros niños mayores nos encontrábamos limpiando el pequeño campo que teníamos, ellos también fueron con los demás, yo los seguí detrás.
-¡Vamos Ethiel!-
Grito Carlo, uno de los pocos amigos que me quedaban en este orfanato.
-Si...-
Dije con algo de pereza, en realidad no tenía tanta hambre.
Estar aquí hizo mi estómago duro y cambio drásticamente mi metabolismo, mi cuerpo consumía las calorías lentamente para no desgastarme tan rápido, eso me ayuda a soportar más tiempo sin alimento, aunque el agua si es indispensable.
Una vez llegue vi a todos sentados mientras comían con muchas ganas, también era algo normal, últimamente la escasez es mucho más fuerte que antes debido al nuevo cambio de gobierno, el nuevo rey parecía ser más incompetente que el anterior.
Una de las cuidadoras se dirigía a la habitación de los pequeños.
-Yo la ayudaré-
Fui detrás de ella.
-Pero tú debes comer, Ethiel-
-No se preocupe, comeré cuando hayamos terminado con los pequeños-
Dije y ella asintió con una sonrisa.
La mujer amamantaba a algunos, aunque obviamente no podía hacerlo con todos, a los demás les dábamos un suplemento de leche con algunas vitaminas bien mezcladas, fue idea mía debido a que conocía algunos ingredientes.
Me sorprendió que confiaran en un niño, pero tal vez lo hicieron porque me consideraron un poco más inteligente al resto.
Lo cual era cierto en cierta medida, pues me apoyaba de los conocimientos que ya tenía de mi anterior vida.
Si no tuviera aquellos recuerdos, solo sería un niño más.
Una vez terminamos, me dirigí hacia el comedor y comencé a comer con calma.
Todos ya habían terminado y fueron a hacer sus actividades, como jugar y eso.
Dos de las mujeres que nos cuidaban se sentaron frente a mí.
-Me han dicho que trabajas muy duro-
Me dijo una mujer mucho mayor a las demás, está era por así decirlo, la encargada de este orfanato.
-Solo es lo normal-
Dije sin quitarle los ojos de encima a la comida.
Entre ellas parecieron mirarse.
-Sé que no estás del todo cómodo aquí, Ethiel...-
Al escuchar eso deje de mirar a la comida para prestar un poco más de atención a ella.
Solo asentí ante su mirada.
-Eres el niño más inteligente que ha pisado este lugar, sin duda esto te limita mucho-
-Efectivamente-
Mencione seriamente.
Ella sonrió un poco.
-Pareciera que estoy hablando con un adulto-
Dijo refiriéndose a mis expresiones.
Técnicamente lo era, solo que estaba en este cuerpo tan pequeño para mi edad.
-Bueno, iré al grano...-
Dijo y yo solo agradecí mentalmente aquello.
-Si en los próximos meses no eres adoptado, la señorita Elvira se ha ofrecido en ese lugar para que puedas salir legalmente de aquí-
Me dijo mientras la mencionada me sonreía.
Yo hice lo mismo.
-Muchas gracias-
Incline un poco la cabeza hacia ella.
-No te preocupes-
Ella dijo mientras acariciaba mi cabeza.
-Esperamos mucho de ti cuando salgas-
Dijo la jefa mientras se levantaba y se iba junto a la señorita Elvira.
No lo exprese por fuera, pero mentalmente estaba celebrando de alegría, por fin podría salir de aquí, no importaba con quién, lo importante era salir.
Termine mi comida para después ir a lavar lo que ocupe y retirarme a mis labores.
[1 mes después]
-En realidad les agradecemos mucho su visita, nosotras y los pequeños esperamos que puedan darle un buen hogar a alguno-
La voz de la jefa se escuchó por la sala principal del maltratado edificio.
Hoy era un día especial, pues una familia había llegado para adoptar a uno de nosotros, nos habían ordenado cambiarnos con lo mejor que tuviéramos y formarnos de menor a mayor.
Me encontraba en el centro de los mayores.
En realidad yo no tenía demasiadas esperanzas, pero mis compañeros sí que las tenían y estaban ansiosos mostrando su mejor sonrisa.
Solo me recargue en la pared mientras cerraba los ojos y esperaba a que aquella familia pasará a dónde nosotros.
Pronto las puertas fueron abiertas y de entre ellas entraron la jefa, la señorita Elvira y otras dos cuidadoras.
Detrás de ellas venían una pareja.
Abrí un poco los ojos para observarlos. Lo primero que vi fue sus caras, ambos tenían buenos rasgos, eran jóvenes y la mujer traía un pequeño bulto en los brazos.
Lo segundo que vi fue sus vestimentas, para mí sorpresa eran ropas de apariencia fina, nada comparado a los trapos que teníamos en estos momentos.
Me preguntó qué haría una familia de ese nivel buscando a un niño en un lugar como este.
Parecían ser de buena clase social, tal vez eran de familias burguesas o algo por el estilo.
Pensé que ellos serían los que mirarían cuidadosamente a niño por niño, pero no.
La mujer desenvolvió un poco el pequeño bulto que traía en brazos, como lo suponía, era un bebé, parecía ser una niña, una niña de no muchos meses de nacida.
La mujer paso a ubicarse desde los menores y puso a la niña frente a cada niño del lugar.
Las cuidadoras también estaban sorprendidas, aunque el esposo de la mujer solo sonreía al igual que está.
La pequeña tuvo diferentes reacciones con cada uno de los niños, con algunos lloraba y con otros simplemente no reaccionaba.
Eso hasta que tocó mi turno.
Yo permanecí en la misma posición.
-¡Ethiel!-
La jefa llamo mi atención, sabía lo que quería decir, por lo cual rápidamente me puse firme.
La mire y ella seguía viéndome con seriedad.
Solo suspiré un poco mientras trataba de hacer una sonrisa amigable, lo cual me costó mucho pues no era de hacer muchas expresiones.
Lo único que salió de mí fue una sonrisa algo deforme.
Entonces pasó algo que me sorprendió a mí y pareció sorprender a los padres también.
La pequeña comenzó a reír descontroladamente.
Bueno, no me sorprendió, más bien produjo en mi algo de enojo.
-¿De qué te burlas?-
Susurré un poco molesto.
La niña pareció dejar de reír mientras con una de sus pequeñas manos acariciaba suavemente mi cara.
En ese momento sentí una calidez que nunca antes experimente.
No sabía qué hacer, aquello desapareció una vez la mujer alejó a la pequeña de mí y siguió con los demás compañeros.
Me quedé en mi lugar sin saber qué hacer.
Solo mire como el padre de ella parecía mirarme con una sonrisa y después se dirigió a susurrarle algo a la jefa.
Las reacciones con mis demás compañeros fueron igual a con los demás.
Una vez la mujer término, pasó junto a su esposo para hablar con la jefa y las demás cuidadoras.
-¿Qué fue eso?-
Me pregunte acariciando con mi mano el lugar que la pequeña tocó.
Mis compañeros comenzaron a susurrar entre ellos.
-¿A quién crees que adopten?-
Carlo pregunto a mi lado.
Solo permanecí en silencio.
-No lo sé...-
Conteste aún confundido.
Él se encogió de hombros mientras esperaba igual que yo.
Minutos después, la puerta de la oficina fue abierta un momento, de ella salieron dos cuidadoras.
-Niños, pueden volver a sus actividades-
Dijo ella mientras todos dieron un suspiro desanimado, yo solo me encogí de hombros, era algo de esperarse.
-Menos tú, Ethiel-
Dijo la voz de la señorita Elvira.
Yo que ya comenzaba a retirarme me quedé parado en mi lugar.
-Mucha suerte amigo-
Murmuró Carlo que paso junto a mí.
Una vez todos se fueron, yo seguía igual, aunque ahora mire a las cuidadoras.
-Entra por favor-
Dijo ella con una sonrisa.
Yo me fui acercando lentamente, una vez entre las puertas fueron cerradas detrás de mí.
Ahí vi a la Jefa sentada en su asiento y a la pareja delante de ella.
Había dos cuidadoras más en las esquinas de la puerta.
-Por favor acércate-
Me dijo la jefa y yo lentamente lo hice, estaba muy cauteloso por todo esto.
¿Llegó la hora de irme de aquí?
Eso era lo único que me preguntaba.
Una vez llegue a lado de la jefa, ella me tomo del hombro mientras sonreía.
-Ellos son el señor y la señora Dreyar, y su pequeña hija-
Me dijo presentándome a aquellas personas.
Yo con algo de seriedad los mire y asentí.
-Mi nombre es Ethiel-
Dije y mire algo curioso como ellos tenían una mirada suave dirigida a mí.
-Ellos te han elegido-
Menciono la jefa.
Yo la mire un poco.
-Serás adoptado por ellos-
Me dijo felizmente.
Era algo que ya me imaginaba, no había otro motivo por el cual me llamarían a esta oficina, pero aun así, no pude evitar ponerme feliz.
Los mire y ellos hicieron lo mismo conmigo.
No sabía que decir.
-Vamos, ve con ellos...-
La jefa me empujó un poco hacia mi nueva familia.
A pesar de tener a las cuidadoras y a la jefa siempre al pendiente de mí y de todos nosotros, no podía evitar recordar la sensación de pertenecer y tener una familia, personas a las que llamar papá y mamá.
Algo que me fue arrebatado hace 10 años por aquel hombre a quien arruine la vida sin querer.
No pude evitar soltar algunas lágrimas de felicidad, más que felicidad por salir de aquí, era felicidad por tener nuevamente a una familia.
Alguien me tomo de la mano.
Mire hacia la dirección de dónde provenía y solo sentí un cálido abrazo.
Mi nueva madre se encontraba abrazándome fuertemente.
-No te preocupes, todo será mejor de ahora en adelante...-
Murmuró a mi oído y no pude evitar quebrarme de una buena vez.
Llore como un niño, pero no podía hacer nada, está vez deje que todos los sentimientos reprimidos por mí mismo, salieran a flote.
Pasaron algunos minutos más así, hasta que pude calmarme.
Después la jefa me mandó a empacar mis cosas, algo que fui a hacer rápidamente.
No tenía muchas cosas, la mayoría de lo que me llevaba eran recuerdos de la vida que pase aquí.
Mis compañeros me miraban con curiosidad, creo que ya sabían lo que pasaba, pero yo no podía mirarlos a la cara, me sentía muy mal por dejarlos aquí.
Una vez termine salí nuevamente.
Por primera vez, aquellas puertas que daban a la calle, fueron abiertas voluntariamente para mí.
Sentía como si fuera hacia un mundo diferente, el ambiente era muy distinto a estar allí adentro, no me imagino como sería la ciudad o el lugar a donde fuera mi nuevo hogar.
Comencé a dirigirme hacia mi nueva familia, para mí sorpresa había un carruaje esperando por mí, la puerta estaba abierta, pude observar como mi nueva familia me hacía un espacio para entrar.
-Ethiel-
Mientras avanzaba, la voz de la jefa detuvo mi camino.
Me quedé quieto en el lugar.
-Espero que tengas una buena vida y logres hacer grandes cosas-
-Si...-
Murmuré sintiendo algo de malestar en mi pecho.
-¡Cuídate Ethiel!-
Escuché la voz de Carlo.
En ese momento voltee hacia atrás pare verlo, y ahí estaba él junto a mis demás compañeros.
Solo pude sonreír cálidamente mientras luchaba por no llorar nuevamente.
Después de esa despedida, entre en el carruaje y este comenzó a avanzar hacia mi nuevo destino.
En todo el camino no pude dejar de pensar en todos los compañeros que deje.
-¡Whaaa!-
Escuché el quejido de un bebé a mi lado.
-Oh, ya despertó-
La mujer murmuró mientras la destapaba de sus cobijas y la ponía frente a mí.
-Mira pequeña, él será tu nuevo hermanito-
Dijo mientras ella me miraba y volvía a reír.
Su madre rio de igual manera.
-Toma-
Me dijo mientras me la daba para que pudiera sostenerla.
-Señorita yo...-
-Dime mamá-
Me interrumpió suavemente, la mire, no me sentía del todo cómodo al decirle tan rápido de esa forma.
-Es cierto Ethiel, a partir de ahora eres nuestro hijo, a mí también dime papá-
Menciono su esposo.
-Eh...-
Quería decir algo, peor simplemente las palabras no salían del todo bien.
-Está bien, mamá y papá-
Suspiré.
Mi nueva madre sonrió mientras acariciaba mi cabeza.
-Sera difícil, pero nosotros te trataremos con mucho cariño al igual que esperamos que seas la guía para tu nueva hermanita-
Me dijo.
-¿Cómo se llama?-
Pregunté, pues en este corto tiempo no había escuchado el nombre de mi nueva hermana.
-Ella es Jenell-
La puso nuevamente frente a mí, está vez si la tomé en brazos.
La pequeña me miró con fascinación mientas con sus pequeñas manos comenzaba a pellizcar mi cara.
-Auch...-
Dejé escapar un pequeño quejido de dolor.
-Bienvenido a nuestra familia-
Les escuche decir mientras se abrazaban mirándonos.
Solo sonreí, tal vez esto no sería del todo malo.
...
¡Y... Corte!
Esto ha sido todo por el capítulo de hoy, en el siguiente se vendrán cosas menos aburridas XD
Espero les haya gustado mis queridos lectores.
Bye bye ^^
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