Capítulo 17: Un viejo amigo
¡Hola chicos!
Hace tiempo que no nos leemos, pero aquí vengo nuevamente con otro capítulo para ustedes.
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[Cuartel de las Tropas de Guarnición, Distrito de Trost]
La Policía Militar había instalado algunos elementos en el cuartel de sus colegas para vigilar bien el caso del sobreviviente de la Operación Reconquista.
Esto solo alimentaba la tensión y sospechas entre todos, pero no podían hacer nada.
La Policía Militar estaba un escalón más arriba en la escala de Poder Político, pues ellos tenían más voto y eran tomados más en cuenta.
En una de las tantas oficinas prestadas, se sucedía una pequeña reunión.
-¿Qué noticias me tienen del Hospital Militar?-
Preguntó con seriedad aquel hombre considerado como el segundo al mando de La Policía Militar y una de las personas más importantes de la rama militar en general.
-No mucho, el sobreviviente de la Misión de Reconquista sigue en tratamiento, o eso es lo que mencionan los médicos y enfermeras-
Respondió su subordinado con firmeza, pero sus ojos delataban un poco del nerviosismo que sentía ante la presencia de su superior.
-¿Lograron verlo en persona?-
Volvió a cuestionar.
El soldado frente suyo solo pudo tragar con fuerza su propia saliva antes de contestar.
-No se nos permite verlo debido a su estado de salud tan...-
-¡Tonterías!-
Antes de que pudiera terminar, fue callado por el fuerte grito de su superior.
Hubo silencio.
Después de exaltarse de esa forma, el hombre decidió calmarse y pensar con más claridad.
Tomo asiendo en su escritorio.
-Puedes retirarte, veré la forma de arreglar esto-
Su subordinado obedeció y se retiró en completo silencio, no quería decir nada más para no alterar nuevamente la situación.
Una vez se quedó solo, soltó un largo suspiro.
Del cajón de su escritorio saco una caja de puros, tomo uno y lo encendió con ayuda de una de las velas que se encontraban ahí para la iluminación.
Fumo un poco y se quedo mirando a la nada.
Su mente era un mar de pensamientos lleno de olas caóticas que representaban todas sus preocupaciones.
-Pronto te veré de nuevo, amigo...-
Murmuró para si mismo.
[Hospital Militar, Narrador Yo]
-La Policía Militar acaba de dar un Ultimátum, vendrán por ti mañana si o si-
Eva me informo con cierta preocupación en su rostro y voz.
Habían pasado 3 días desde que se me informo de la Policía Militar, al parecer descubrieron que ya había despertado.
Cuando lo hicieron trataron de llevarme inmediatamente, pero los médicos me ayudaron inventando sin fin de excusas para que no lo hicieran, escudándose de todo lo que me había pasado.
Pero un soldado en este mundo debe ser muy fuerte, así que no dejaron muchos días para la recuperación.
-Mierda... -
Murmuré.
Ya tenía un plan y todo un monólogo que podría decir en la corte para evitar ser condenado. Pero nunca puedes estar seguro de que las cosas saldrán a tu manera.
-¿Haz visto a mis amigos?-
Le pregunté mirándola directamente a los ojos.
Ella agachó un poco la mirada.
-Han prohibido las visitas para tí-
-...-
No había nada que hacer, estoy totalmente confinado.
-No se lo que me va a pasar, pero gracias por todo y fue un placer conocerte-
Le dije desde lo más profundo de mi corazón, en verdad estoy agradecido con ella por toda la ayuda que me ha brindado.
Ella me miró con tristeza.
Entonces ví como se acercó rápidamente a mi cara hasta estar casi rozando nuestros labios.
-¿Señorita, Eva?-
Le pregunté tratando de entender que sucedía.
-Tú... Me debes algo-
Después de decir aquello, me beso.
¿Lo disfruté? Debo decir que si y mucho. Hace tiempo que no sentía a una mujer.
Supongo que fue una especie de consolación, aunque ella no dejo de repetir que era para saldar la deuda que tenía con ella.
Solo esa habitación fue testigo de lo que sucedió por la siguiente media hora.
Me sorprende lo silenciosa que llegó a ser, tanto que nadie entro alarmado a la habitación en todo ese tiempo.
Solo ese tiempo le basto para dejarme totalmente fatigado.
Una vez finalizado y que se haya despedido de mi, caí profundamente dormido.
[Más tarde, Narrador normal]
La noche había caído.
Era una muy hermosa y oscura, el cielo nublado no permitía que la luz de la luna y las estrellas llegase por completo a la tierra. Así que todo estaba en total penumbra.
Tres personas totalmente encapuchadas se desplazaban sigilosamente por los techos de todas las casas.
-Alto...-
Una de ellas murmuró deteniéndose justo antes de llegar al destino.
Las otras dos figuras se acercaron lentamente a su lado.
-No puedo creer que haya funcionado...-
-Era obvio, todos caerían ante una bella mujer-
Frente a ellos, un batallón completo de la Policía Militar yacía inconsciente y el motivo parecían ser aquellas botellas con una extraña sustancia junto a ellos.
-Esto es demasiado sospechoso-
La tercera figura no estaba completamente segura.
Los restantes le miraron con curiosidad, pero decidieron continuar, su tiempo estaba limitado.
Su objetivo era el Hospital Militar de Trost.
Consiguieron infiltrarse por la ventana de la habitación del objetivo, dónde ya les estaba esperando una joven enfermera.
Se sorprendieron de ver qué el susodicho no había despertando.
¿Estaba tan agotado?
Era la duda de los tres.
Pero una de ellas rápidamente se acercó a la enfermera y la tomo bruscamente del cuello.
La fuerza hizo que la capucha se le soltara de la cabeza dejando a la vista su cabello rubio platinado.
-Tú... ¿Qué le hiciste?-
La enfermera parecía asustada y confundida ante el repentino arranque de la chica.
-Tranquilízate Rico, solo está dormido-
Dijo la figura más alta de los tres.
-No es normal ese agotamiento-
A pesar de ello, la rubia seguía sin confiar.
-Mitabi...-
Este solo escucho aquello y asintió mientras separaba a Rico de la enfermera.
-En lugar de atacarla, deberíamos agradecerle su ayuda-
Mitabi dijo en forma de reproche.
Rico solo aparto la mirada.
-Gracias-
Fue lo único que salió de su boca.
-De verdad gracias, no sabemos cómo pagarte está ayuda-
Mencionó Ian, quien finalmente se había sacado la capucha también.
-No se preocupen...-
La enfermera se recompuso tomándose del cuello, en dónde se le podían ver las marcas de los dedos de Rico.
-Lo hago con mucho gusto, además de que... Ethiel ya me pagó-
La última frase la dijo con un ligero sonrojo.
Eso extrañó a los tres jóvenes soldados, pero rápidamente lo dedujeron.
-¿Chicos?-
Antes de decir algo más, escucharon la voz de un somnoliento Ethiel.
-¿Qué hacen aquí?-
Preguntó con duda.
-No dejaremos que te hagan algo, te vamos a sacar de aquí-
Fue lo único que escucho antes de ser tomando por Mitabi e Ian.
-¿Eh?-
-No te preocupes, todo está bajo control-
Debido a su somnolencia aún no podía reaccionar del todo bien, pero tenía algo claro, esto no estaba bien.
Sin poder decir nada, sus compañeros se acercaron a la ventana preparados para irse.
Volteo a ver una última vez a la enfermera Eva quien solo le sonrió mientras le deseaba suerte.
Después de eso los cuatro chicos comenzaron su plan de escape.
Al bajar a la calle, Ethiel pudo observar como todos los guardias estaban inconscientes.
-¿Ustedes hicieron esto?-
-No, fue la señorita Eva-
Ethiel se sorprendió, pero rápidamente lo comprendió al ver las botellas vacías regadas por todo el suelo.
-¿Cuál es el plan?-
Preguntó con seriedad, al parecer su momento de confusión ya se había pasado.
Miro de reojo a Rico quien en ningún momento lo había volteado a ver.
-Saldremos de Trost e irás hacia el norte, ahí hay muy poco acceso de la Policía Militar, es muy poco probable que te encuentren-
El rubio se sorprendió por aquello.
-Se dan cuenta que eso significa que nunca los volveré a ver, ¿Verdad?-
-Si...-
Ian puso una mirada algo complicada.
-Pero es mejor que ser ejecutado injustamente-
Mitabi dijo con seriedad.
-Los quiero tanto chicos, pero créanme que esto es una muy mala...-
-Ahora te niegas a ser salvado-
Rico lo interrumpió, en su voz se podía notar algo de enojo.
Ethiel solo la miro.
-No es eso, pero créanme que huir no es una buena opción, tal vez en el juicio pueda decir algo para salvarme-
-Demasiado tarde-
Todos se alarmaron al escuchar eso.
Miraron hacia atrás de ellos solo para ver una sombra, pero rápidamente se podía saber que era un soldado debido a la silueta del Equipo de Maniobras.
-Es solo uno...-
-Mira a tu alrededor-
Mitabi sonaba confiado, pero cuando Ian le dijo eso, quedó totalmente inerte.
En todos los techos había soldados de la Policía Militar.
Estaban rodeados.
-"Oh, mierda"-
Fue lo único que pudieron pensar todos.
-Entreguen al soldado Dreyar si no quieren afrontar consecuencias mucho mayores-
Ordenó quien parecía ser el líder.
-Chicos, es todo, pelear no es una opción-
Dijo Ethiel mientras caminaba hacia los soldados de la Policía Militar.
-Me rindo-
Levanto las manos pacíficamente.
Llegó junto al soldado que únicamente le coloco unas esposas en las manos.
-Por favor-
Miró a sus amigos esperando que hicieran lo mismo.
-Ha~...-
Solo pudieron suspirar antes de hacerlo también.
Los soldados se comenzaron a acercar lentamente a ellos para poder retenerlos.
Ethiel sonrió feliz de que hubieran recapacitado.
Pero...
-Ughhhh-
Su cara cambio al ver que los soldados llegaron junto a ellos y procedieron a noquearlos de un solo golpe.
-¡Esperen! ¿Qué diablos están haciendo?-
Pero fue todo lo que pudo decir antes de ser golpeado en la nuca con mucha fuerza.
-Shhh-
Fue lo único que escucho del soldado que le miraba con una sonrisa inquietante.
Después de eso, su consciencia se fue.
[En otro lugar]
El rubio comenzó a despertar lentamente. Estaba mareado y con un dolor de cabeza intenso debido al golpe. Pero hizo su mayor esfuerzo para recuperar la consciencia.
Una vez lo hizo, miro que estaba en un lugar completamente desconocido, aunque ciertamente familiar.
-Despertaste-
Escucho una voz a su lado, rápidamente volteo muy alarmado.
Ahí, parado frente a una ventana, se encontraba un hombre joven.
Podría decir que tenían la misma edad. Su cabello era rubio dorado y su corte era de tipo hongo.
-"Es como un tipo italiano"-
Pensó viendo su apariencia, aparte de que se encontraba fumando un puro en total normalidad, solo le miraba por el rabillo del ojo.
-¿Quién eres? ¿Dónde estoy?-
Dijo algo adolorido, solo para proceder a levantarse, lo cual le sorprendió pues normalmente lo hubieran atado muy bien para que no escape.
-Esto es el cuartel de las Tropas de Guarnición-
Ethiel parecía sorprendido al escuchar eso.
Pensó que lo llevarían a un lugar más razonable, como un calabozo o una sala de torturas.
-Y... Veo que no me recuerdas-
El hombre se giró completamente para quedar frente a frente con Ethiel.
-No, no lo hago-
No recordaba haber visto a alguien así, por lo que lo observó detenidamente, pero el escudo de la Policía Militar le decía que no.
En ningún momento de su vida se había relacionado con ellos hasta ahora.
El hombre solo soltó una pequeña risa antes de dirigirse a su escritorio.
Ethiel solo se confundía más y más.
Miro como el hombre le hacía señas para que se sentará frente a su escritorio, cosa que hizo de forma cautelosa.
-Carlo...-
Ese nombre... Hizo que una oleada de recuerdos viniera a Ethiel.
El orfanato, su vida antes de ser adoptado y aquel pequeño niño que siempre estuvo junto a él.
¿Cómo lo pudo olvidar? Aquel niño era Carlo, ese hombre frente a él, era Carlo.
-¿Cómo...?-
A pesar de estar seguro de eso, no podía comprender como era posible eso y sobre todo que este en la Policía Militar y en lo que parecía ser, un alto rango.
-Fui adoptado poco después de ti, por una familia de apellido Bianchi y me uni al ejército justamente 3 años antes de que todo esto pasará...-
Lo último lo dijo con cierta pesadez en su voz.
Ethiel recordó que hace 3 años él se había graduado.
Así como él, la historia de Carlo fue dura y Ethiel no pudo evitar sentirse mal, pues Carlo siempre lo estuvo buscando mientras que él solo se había olvidado de todos.
Simplemente no espero encontrarse nuevamente con alguien de su orfanato.
-Es más fácil subir de rango en la Policía Militar, solo tienes que ser muy listo y tener contactos, cosa que mi familia adoptiva tiene-
Sonrió mientras fumaba un poco de su puro y luego lo dejaba en el cenicero.
Ethiel comprendió todo y se alegro por su amigo de la infancia.
Pero sabía que no estaba aquí para un reencuentro emotivo.
Justo antes de preguntar, Carlo pareció leer sus intenciones e interrumpió.
-Pasemos al punto importante, tu juicio...-
La situación en aquella habitación se torno muy seria de un momento a otro.
-La situación de la Policía Militar es... complicada. No muchos lo saben, pero estamos divididos-
-¿En qué sentido?-
La información que estaba escuchando de su amigo, era más interesante de lo que esperaba.
-Luego del Ataque a Shiganshina y la derrota aplastante, las cosas cambiaron, una parte de la Policía Militar está al mando del Comandante Nile, mientras que otra parte está al mando directo del General Zackly...-
Esto pintaba muy mal.
-Esos soldados custodiando el Hospital Militar, ¿están bajo tu mando?-
-No... Lo hacen pasar así, pero se que ellos no siguen mis órdenes ni las del Comandante-
-¿Porqué?-
-Tú debes saber algo-
Carlo le miro directamente a los ojos.
-Ellos... Los mataron-
La cara perturbada de Ethiel lo decía todo.
-Ethiel-
El mencionado levanto la mirada al escucharlo.
-Zackly es peligroso, pase lo que pase, en tu juicio no menciones eso y sobre todo, tu no sabes nada-
-¿Porqué lo hicieron?-
Preguntó mientras lágrimas parecían caer de sus ojos.
-No lo se, hubo movimientos muy extraños estos últimos días, pero fueron tan meticulosos que casi nadie los noto... Ellos son peligrosos-
-Entendido, gracias-
Ethiel parecía comprender que su amigo Carlo no sabía mucho sobre eso aparte de los extraños movimientos, pero agradecía su información tan valiosa.
-¿Qué pasará con nosotros?-
Preguntó.
-Solo quería charlar un poco contigo, ellos estarán bien, pero tú debes ser enviado a juicio... Mencionaré que trataste de escapar solo y te capture, será creíble-
Carlo sonrió.
-Estoy seguro de que pronto podremos tomar un trago juntos-
Ethiel se levantó y abrazo a su viejo amigo.
[Unas horas después]
-Entonces ¿Te irás a juicio?-
Ian preguntó algo decaído.
Se encontraban a las afueras del cuartel, faltaba poco para que amaneciera.
Ethiel solo asintió, era una decisión difícil, pero sabe que se las arreglará de la mejor manera.
-Espero que todo salga bien, hermano-
Mitabi lo había tomado del hombro.
El rubio solo sonrió y los abrazo a ambos, tal vez no se verían en mucho tiempo.
Una vez finalizaron el abrazo, Ethiel se quedó mirando fijamente a alguien.
-Si me disculpan...-
Les dijo a ambos, los cuales solo entendieron y se apartaron un poco.
Este se acercó lentamente a la chica rubia que estaba algo alejada de ellos tres.
Solo se quedó a su lado, ambos en total silencio.
-Rico...-
-Sólo mantente con vida-
Antes de que pudiera decir algo, ella lo interrumpió y lo volteo a mirar.
Ethiel se sorprendió de aquello, en los ojos de la chica se podía notar cierta preocupación y unas lágrimas emergentes.
-Lo haré-
Dijo se igual manera, mirándola fijamente a los ojos.
Ambos se quedaron varios segundos así.
Algo dentro de Ethiel se había movido, era una extraña sensación ¿Eran esas mariposas de los enamorados? No lo sabía.
Pero sentía un enorme impulso de actuar en ese momento.
No lo pensó más y lo hizo.
Fue un beso torpe, podía notar el nerviosismo y sorpresa de la chica, incluso él estaba algo nervioso.
En ese momento solo eran ellos dos.
Cuando se separaron un fino hilo los unía.
Ethiel tenía un solo pensamiento.
-"Va a doler"-
Pero...
-Volveré... Y arreglaremos las cosas, lo prometo-
Fue lo último que dijo antes de despedirse con un fuerte abrazo.
Ellos fueron enviados de vuelta a sus posiciones, mientras Ethiel iría a su juicio.
¿Podrá cumplir esta promesa?
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Espero que les haya gustado.
No pensaba meter a Carlo y la escena romántica del final, pero me parecieron algo adecuadas. Ethiel no puede decir que esta enamorado de Rico, pero ciertamente la aprecia mas que a cualquier otra mujer después de su madre y hermana.
Las cosas van tomando su rumbo poco a poco.
Bye bye ^^.
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