Capítulo 10: Crisis
¡Hola!
Nuevamente les vengo a molestar con otro capítulo haha.
Gracias por estar aquí.
Sin más, los dejo leer.
...
[Unos días después de la caída de Shiganshina, Distrito Trost, Narrador Yo]
Cuando todos los civiles fueron evacuados fue el turno de los soldados para escapar.
Lo hicimos tal y como ordenó el difunto comandante. Lleve el cuerpo de Jenell en mis brazos.
Al llegar Trost comenzó una severa crisis para la humanidad, pues habíamos perdido más que un distrito, fue toda una muralla.
La Muralla María representaba un tercio de todo el territorio humano, era el lugar en dónde se concentraban grandes zonas de cultivo, granjas y más de una quinta parte de la población total.
Al haber perdido eso era obvio que no habria abasto suficiente para todos.
La escasez comenzó, nadie estaba contento con los refugiados pues las zonas que les recibían tuvieron que racionar sus alimentos.
Solo un puñado de militares habíamos podido regresar, los Titanes devoraron a muchas personas.
Pudimos conservar nuestro puesto y fuimos reintegrados nuevamente a las tropas.
Pero nadie de los que veníamos de Shiganshina nos sentíamos bien, todo esto pudo ser evitado si tan solo no nos hubiéramos confiado en que las murallas nos protegerían por otro siglo más.
Sin tan solo hubiéramos sido más competentes... Muchas vidas habrían podido ser salvadas.
Pero ya no quedaba nada de eso, solo nos queda aprender de este error.
Ahora, me encontraba en el cementerio de Trost acompañado de mis tres fieles amigos.
Jenell había sido enterrada recientemente, recibiendo los funerales adecuados.
No pude recuperar los cuerpos de mis padres, pero había dos lápidas en su honor a cada lado de Jenell.
Me arrodille frente a la tumba de mi pequeña hermana.
—Te esperamos—
Escuché decir a Ian y solo asentí.
Ellos se marcharon algo lejos de mi posición.
Cuando se fueron, respire y pase unos minutos contemplando la tumba.
Nuevamente me habían arrebatado todo.
—Jenell, yo...—
No sabía que decir, o mejor dicho, no podía decir nada.
El nudo en mi garganta me impedía hablar.
—Lo siento tanto...—
Tape mi cara con ambas manos mientras parecía caer en el llanto, pero no lo hice.
Con todas mis fuerzas me limpie y respire profundamente para calmar está gran pena en mi corazón.
Lo único que me daba alivio era que posiblemente ella ya estaba en un lugar mejor junto a padre y madre.
Aún así, el dolor y la impotencia de no haber podido hacer nada me dejaba en un mal estado.
No suelo ser demasiado expresivo y eso es lo que muchas veces me ayuda a afrontar la mayoría de problemas y seguir adelante, pero el dolor de perder nuevamente a mi familia era algo que no podía ocultar.
—Se que ustedes me estarán observando en todo mi camino...—
Me levanté e hice el saludo militar, apreté con fuerza el lugar de mi corazón.
—Así que en su memoria, juro solemnemente recuperar todo lo que la humanidad perdió... le enseñaré a los Titanes el poder que tiene la furia de la humanidad... y evitaré que alguien más sufra por todo esto—
Este era mi último y actualizado juramento como soldado.
Recuperaré la gloria de la humanidad a cualquier costo.
[Una semana después]
—¡¿Qué?! ¡Es solo una maldita pieza de pan!—
—¡No podré alimentar a mi familia con esto!—
—¡Es todo lo que podemos hacer!—
Mientras patrullaba las calles, podía escuchar todas las discusiones que ocurrían a mi alrededor.
Está era una de las tantas zonas de alimentos que se habían instalado, en todas era igual.
Al principio se les podía dar mucha más comida a los refugiados, pero conforme llegaban más, la comida se fue racionando cada vez más.
Ahora solo se les podía abastecer con una pieza de pan al día, lo que reflejaba la situación tan crítica.
Bueno, eso era en el caso de los refugiados, pues aunque el resto de la población oriunda también sufría, si que podían continuar con vidas medianamente normales.
En mi caso, la capacidad que tenía era mucho mayor a la anterior. Los soldados éramos más indispensables que nunca, por lo que incluso habíamos recibido bonos con tal de no dejar el ejército.
Solo que no podías sentirte muy bien mientras observas a toda la demás gente sufriendo. Aunque quisiera ayudarlos a todos, era imposible hacerlo.
Solo me límite a observar con amargura, muchas eran personas conocidas.
Aunque hubo una discusión que llamo mi atención.
—¡Por favor perdonen a mi amigo, solo tiene hambre!—
—¡Suéltame, Mikasa!—
Eran tres niños, discutiendo con un par de militares.
Los reconocí rápidamente. Eran los pequeños Armin, Eren y Mikasa.
Estaba sorprendido de que hayan sobrevivido.
Me acerque con ellos.
—Malditos mocosos, deberían ser más respetuosos—
—Por nosotros es que aún continúan viviendo—
Les escuche decir a ellos, algo que me hizo enfadar.
—Lo dices como si fuera una molestia—
—¿Eh?—
Ambos me miraron y rápidamente se pusieron firmes con la piel algo pálida.
—¡Señor!—
—¿Por qué discuten con unos niños?—
—Ellos insultaron a la autoridad, señor—
Me quedé mirándolos con seriedad, el motivo estaba claro, pero aún así no actuó de la forma más óptima.
—Miren a su alrededor—
Ellos lo hicieron y entonces notaron como todos miraban a nuestra posición.
—Están haciendo un gran teatro por el insulto de un pequeño niño—
—¡Pero...!—
Aquel soldado trato de defenderse, pero olvidó que está en el ejército.
—¡Te atreves a replicar!—
Le grite no tan alto, pero pudo llamar su atención, parecía estar asustado.
—El ejército ya tiene una mala reputación debido a la incompetencia presentada en la defensa de la Muralla María, no hagan esto peor. Recuerden sus juramentos—
—¡Entendido, señor!—
Ambos asintieron con seriedad.
—Ahora retirense a cumplir sus obligaciones—
—¡Si, señor!—
Ellos se marcharon y la gente volvió a prestar atención a sus propios asuntos.
Entonces mire a los pequeños.
—Chicos, me alegra ver que sobrevivieron—
Les sonreí a los tres.
—Es un placer verlo nuevamente, Ethiel-san—
Me respondió Armin con una sonrisa.
—¡Ethiel-san, ¿Por qué no reprendió duramente a esos bastardos?!—
Eren había conseguido que Mikasa lo soltará, aunque ahora me miraba con algo de molestia.
—Ese no es un lenguaje adecuado para ti—
Él seguía igual.
—Respondiendo a tu pregunta, tu tampoco puedes insultar así a las autoridades del lugar—
—¡Pero nos tratan como basura!—
—Es un problema de disciplina que se está presentando, pero pronto será resuelto—
—¡Son unos inútiles!—
Me dijo directamente.
Estuve en silencio por un momento y luego asentí.
—Tienes razón—
Mire con tristeza a los pequeños y después a toda la gente, esto no pasaría si hubiéramos defendido mejor.
Aunque el "hubiera" no existe, lo que pasó ya pasó y no se puede remediar, solo hay que continuar.
—¿Están solos?—
Pregunté al no ver a ningún adulto con ellos.
—Mi abuelo está con nosotros—
Respondió Armin.
—¿Se están quedando en el albergue?—
Ellos asintieron.
Pensé por unos momentos en algo.
—Vengan conmigo—
[Minutos después]
Abrí la puerta de mi humilde morada.
—Pasen—
Entonces mis 4 acompañantes entraron con miradas curiosas.
Cerré la puerta una vez todos estuvimos dentro de la vivienda.
No eran tan grande, como máximo podría albergar a dos personas, pero vivía solo y casi nunca pasaba el tiempo en el lugar, así que estaría bien para ellos.
—Pueden quedarse aquí mientras todo este caos termina—
—¿De verdad?—
Preguntaron los niños al mismo tiempo y asentí. Parecían emocionados, bueno, al menos Armin y Eren.
—Le agradecemos mucho todo esto—
El abuelo de Armin me dijo con un asentimiento.
—No se preocupe, todos perdimos algo ahí—
Dije refiriéndome a Shiganshina.
—¿Usted que ha perdido?—
Me preguntó el señor Arlet.
—Todo—
Dije con voz sería.
Mire como los niños daban vueltas por el pequeño lugar y sonreí, tal vez solo hacia esto para sentirme bien conmigo mismo, pero me alegra poder ayudar a la gente.
—Vendré una vez por semana—
Le di las llaves al señor mientras comenzaba a retirarme, después de todo aún seguía en servicio.
[Noche, Narrador normal]
Rico Brzenska se retiraba a descansar después de un frustrante día en Trost.
Todo era tan impactante, que aún con sus pocas expresiones sentía unas profundas ganas de llorar.
—¡Rico!—
Escucho la voz de Ian a sus espaldas y volteó para verlo acercarse junto a Mitabi.
—¿Has visto a Ethiel?—
Pregunto y ella lo miro con confusión.
—No—
Respondió, aunque ahora que ellos lo mencionaba, también se hacía algo extraño no haber notado la presencia del rubio.
—Fuimos a buscarlo en dónde se suponía que debía estar haciendo su guardia, pero no se encontraba ahí—
—¿También te dieron libre la guardia nocturna?—
Pregunto Mitabi a lo que solo asintió.
—¿Nos acompañas a buscarlo?—
Ella solo accedió y los tres fueron en la búsqueda de su amigo perdido.
Al principio no tuvieron mucho éxito, no sé encontraba en ninguna de las zonas más concurridas.
Lo que les comenzó a preocupar, pues posiblemente tendría que estar ahogando sus penas en algún lugar.
Ese pensamiento los llevo a buscar en la zona roja.
Entraron a uno de los tantos bares del lugar.
No lo expresaron demasiado, pero hicieron una pequeña mueca de asco por el fuerte olor a alcohol, tabaco y otras cosas que no representaban nada bueno.
—¡Mesero, otra maldita botella!—
Fue lo primero que escucharon y tal como suponían, la voz era de Ethiel quien se encontraba sentado en la barra.
El hombre que atendía le dejo otra botella de alcohol a un lado suyo.
Bebió de golpe lo último que quedaba en su vaso y después abrió la nueva botella.
Sentada en sus piernas, se encontraba una mujer de dudosa reputación.
Ethiel ya estaba prácticamente fuera de sí, consumido totalmente en el alcohol.
Pusieron miradas algo tristes al verlo así por lo que comenzaron a acercarse a él.
Mientras caminaban, notaban las miradas que recibían.
—Ethiel—
Rico fue la primera en hablar.
El mencionado la miro con sorpresa y después miro a sus otros dos amigos que le dirigieron la mirada.
A excepción de Rico, pues está se encontraba mirando a la mujer al lado de Ethiel.
—Tú, largo de aquí—
Le dijo fríamente mientras parecía asesinarla con los ojos.
Ella asintió algo temblorosa y se alejo de él.
Ethiel miro eso con algo de curiosidad.
—Oh, ¿Piensas tomar su lugar, Rico?—
Sonrió con algo de burla.
Pero ella no se inmutó para nada.
—Estas mal, Ethiel. Deberías descansar—
—Pffff—
Fue todo lo que dijo ante eso.
—Vamos, tomen asiento, ¡Mesero, más vasos por aquí!—
Grito apoyando ambos brazos en la barra, con la cabeza colgando entre ellos.
Sus tres amigos se miraron entre ellos tratando de acordar como llevarlo a la fuerza.
Ian se aclaró la garganta.
—No será necesario, nos tenemos que ir, Ethiel—
—¿Uh?—
El mencionado sintió como sus dos brazos eran tomados a la fuerza y lo levantaban.
Miro a ambas partes, solo para ver qué eran Rico y Mitabi.
—¡Pero aún no he terminado!—
Grito tratando de soltarse, pero su estado le impedía oponer tanta resistencia.
—¡Mírate, has bebido más que suficiente!—
Reprendió Ian mientras los cuatro comenzaban a salir del lugar.
—¡Hahahaha, con soldados así no me sorprende que todos sean unos inútiles!—
Pero antes de irse, un grupo de hombres igualmente ebrios comenzaron a reírse.
Se detuvieron por un momento.
—¡No pudieron cumplir con su único trabajo!—
—¿Qué?—
Los amigos escucharon a Ethiel algo molesto, seguía ebrio, pero enojado.
Se soltó con mucha fuerza de ambos y se comenzó a acercar al grupo de hombres.
—¡Ethiel, no hagas ninguna tontería!—
Grito Mitabi, mientras trataba de ir por él.
—¡Infelices, ¿Creen que queríamos que todo esto pasará?!—
Tomo a uno de ellos por el cuello.
—¡¿Qué demonios hicieron ustedes aparte de nada? ¿A cuántos viste morir? ¿A quienes perdiste?!—
Todos estaban en silencio.
—¡Yo trate de ayudarlos a todos, pero eso me costó ver morir a varios de mis camaradas! ¡Y por toda esta mierda perdí a toda mi familia!—
Sus amigos pusieron una mirada triste.
—¡No hables como si supieras lo que hacemos o no!—
Soltó al hombre y se dirigió a la barra donde dejó todo el dinero que traía consigo.
Después de eso se retiró dejando un ambiente incómodo.
Sus amigos lo comenzaron a seguir.
—¡Ethiel, espera!—
Grito Ian, pues este iba demasiado rápido.
—¡Esta noche quiero estar solo!—
Respondió sin voltear a verlos.
Los tres se detuvieron por un momento.
—Chicos, vayan, yo me encargo—
Dijo Rico.
—¿Estás segura?—
Pregunto Mitabi y ella solo asintió.
—Muy bien, cuidense y nos veremos mañana—
Dijo Ian y junto a Mitabi se retiró a descansar. Confiaban mucho en Rico.
Entonces Rico comenzó a seguir a Ethiel.
Miro a su espalda y noto algo muy extraño.
Ella siempre solía mirar la espalda de Ethiel y siempre parecía tener un aura brillante, pero justo ahora su aura era pésima y algo turbia.
—Creí decir claramente que me dejarán solo—
Menciono Ethiel después de unos minutos.
Ella no respondió y solo continuaron su camino hasta la base de ambos.
En Trost había un total de 4 bases o delegaciones, ellos pertenecían a la segunda y sus otros dos amigos eran parte de la cuarta.
Con algo de dificultad llegaron al dormitorio de Ethiel.
Este tomo asiento en su cama.
—Ya estoy aquí, puedes dejarme en paz—
Le dijo a Rico que solo se quedó parada a un lado de la puerta.
—No me iré hasta estar segura de que dormirás—
Ethiel la miro con algo de fastidio.
—Haz lo que quieras—
Dijo mientras se acostaba y suspiraba por el relajamiento.
Rico se apoyo en la pared con los brazos cruzados.
Pasaron unos minutos y escucho como Ethiel parecía sollozar en su cama.
—Lo siento tanto—
Le miro con curiosidad y se acercó lentamente, pero parecía estar durmiendo.
Tal vez, era una horrible pesadilla.
Le miro un momento y con la mano algo dudosa, acaricio su cabeza.
Al momento que hizo eso, Ethiel dejo de llorar y se tranquilizó.
—Todo estará bien...—
Fue todo lo que pudo susurrar esa noche.
[A la mañana siguiente]
—¿Uh?—
Ethiel comenzaba a despertar con un gran dolor de cabeza.
Miro todo a su alrededor, estaba confundido, pues no sabía cómo es que pudo llegar a su habitación.
Vio una pequeña nota sobre sus piernas, por lo que la abrió.
"No te olvides del trabajo, idiota".
Sonrió, no había que ser un genio para saber quién puso eso.
Entonces, de golpe llegaron un montón de recuerdos.
Puso una mirada desanimada, si continuaba con eso no llegaría a ningún lado.
Después agradeció mentalmente a sus amigos por preocuparse tanto por él, obviamente hablaría con ellos para disculparse.
—No voy a seguir así, debo salir adelante por ellos—
Dijo con voz decidida, mientras su mirada de tornaba sería.
Era cierto, tenía que continuar, pues tenía un juramento que cumplir.
Debe seguir luchando.
...
¡Muchas gracias por acompañarme nuevamente!
Ya saben el protocolo haha, pueden dejar sus comentarios y no se olviden de votar.
Perdón por la inactividad, pero afortunadamente he estado muy ocupado últimamente, así que el tiempo para escribir es menos.
No me alegra tener menos tiempo de escribir, pero me alegra estar ocupado en otras actividades productivas para mí.
Nos vemos en el siguiente capítulo.
Bye bye ^^
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