Paseo Turístico
Pov Narrador
Ya era de noche y lo único que me faltaba era cenar para poder irme al hospedaje y pasar la noche, por lo que me fui camino a el anfitrión de la fertilidad, pues él sabor de la comida me había gustado mucho, y como en esta ocasión estaba solo decidí sentarme en la barra frente a la cocina en donde una mujer robusta de cabello castaño parecía ser la jefa cocinera, ya que ella daba órdenes a las camareras con total naturalidad y era obedecída de inmediato, incluso tuve la oportunidad de ser atendido por ella, la cual no dejaba de traer platillos caros del menú, cosa que empezó a preocuparme pero de cierta forma le vi un gran parecido a una madre que quiere que su hijo coma, aún así tuve que negarme a recibir más y ella lo aceptó tranquilamente con una sonrisa.
Unos minutos después, estaba comiendo con tranquilidad hasta que escuché la voz de una chica con orejas de gato, de la cual ya me había percatado que me estaba observando durante un largo rato, pero trataba de ignorarla.
Chica: Tú eres el mayordomo despistado! -dice con un tono alegre- no te reconocía por tu nuevo aspecto.
Yo: -volteando a verla- Y tú eres?
Chica: Que? No me recuerda?
Yo: Debería?
Sinceramente no recordaba a la chica, trataba pero no lo lograba.
Chica: Soy Ania! -dice algo molesta-
Ni siquiera reconocía ese nombre.
Ania: La que te ayudó a llegar al gremio y te trajo a este increíble bar!
Por fin la había recordado.
Yo: Ohhhh! Si, ya me acordé! Eres esa chica gato -haciendo comillas con los dedos resaltando la palabra chica-
Ania: Porque haces eso con los dedos?
Yo: Es que nunca supe si de verdad eras una chica, tal vez seas igual a un amigo que se viste como chica, te pareces mucho a él...
Lo que dije al parecer la molestó, pues infló las mejillas, se dió la vuelta y se alejo del lugar.
No le tomé importancia a lo sucedido, pues mi comida se enfriaba y no consideré importante que ella se enojara conmigo, pero una elfo de cabello rubio me dirigió la palabra cuando tenía la cuchara de comida a centímetros de mi boca.
Chica elfo: Fuiste grosero -dice completamente calmada-
Yo: Eh? Bueno...
Chica elfo: Supongo que se lo merecía, te estaba molestando en tu cena solitaria.
Yo: (Igual que tú...)
Chica elfo: Me disculpo por ella, suele ser bastante entrometida y algo molesta.
Yo: ... De acuerdo, la perdono (ya puedo comer?)
Chica elfo: Se que esto no me incumbe tampoco pero me preguntaba que eran esos carteles que tenías ayer.
Me estaba empezando a aburrir de que me hicieran conversación cuando quería estar solo, pero cuando mostró curiosidad por los carteles se me ocurrió que podía pedir permiso de que me dejarán pegar carteles aquí, ya que era un lugar muy visitado y aún no había pegado ninguno en este lugar, además de que siempre viene bien que más personas sepan de mi búsqueda para que se me haga más fácil y rápido encontrarlas.
Yo: -sacando un par de carteles de mi mochila- Te refieres a estos?
Chica Elfo: Así es, en el mercado vi varios de esos, acaso ellas son fugitivas?
Yo: No, para nada, ellas son amigas mías y las estoy buscando.
Chica elfo: Y por que la recompensa?
Yo: Eso incentivará más a que quieran buscarlas y me avisen de su paradero, creo que cincuenta mil valis es una buena cantidad ¿no?
Chica elfo: Si, sin duda llamas mucho la atención, son tan importantes?
Yo: Si, son todo lo que tengo hasta ahora... Encontrarlas es mi propósito desde que llegué aquí, y me preguntaba si...
Chica elfo: Te ayudaré -dice con un semblante serio-
Yo: Que? Encerio?
Chica elfo: Si, aquí viene mucha gente y eh podido saber mucho de muchas personas, siempre hay novedades, y la información es constante, sin duda aquí en algún punto hablaran referente al tema y habrá alguien que sepa algo de valor y te podré informar.
Estaba sorprendido, no sabía exactamente cómo reaccionar ante la ayuda que me ofrecía esta chica que apenas conocía.
Yo: ... Te lo agradezco.... Pero... Porque me ofreces esta ayuda? (será por el dinero?).
Chica: Se lo que se siente perder a tus amigos...
Cuando terminó de decir eso simplemente se alejó de mi lugar llevándose dos de los carteles a seguir con su trabajo dejándome algo confundido, pero alegre por saber que aquí sí sería una buena elección para buscar y conseguir información.
Ahora por fin podía comer, pero cuando probé la comida resulta que ya estaba fría, el sabor ya no era el mismo, me tuve que resignar y continué comiendo con un semblante de decepción en mi rostro.
Cocinera: Parece que le agradas te a Ryuu.
Yo: Se llama Ryuu?
Cocinera: Así es, te aseguro que pronto tendrás noticias de tus amigas, después de todo Ryuu es muy buena escuchando.
Yo: Gracias... -dije mientras sonreía con tranquilidad- (Aquí las meseras y la cocinera se enteran de todo... Tendría que tener cuidado cuando hable de algo en un restaurante)
Cacinera: Puedo ver que no quieres seguir comiendo... -Dice con una voz algo grave y aterradora a mi parecer- acaso no te gustó mi comida?
La sangre se me heló al escucharla, parecía que no era buena aceptando críticas sobre su comida.
Yo: N-no es eso.
Cocinera: Entonces? -manteniendo su voz tenebrosa-
Yo: Es que se me enfrió y ya no tiene el mismo sabor -dije algo temeroso-
Cocinera: Eso se puede solucionar...
...
Ya estaba camino a mi habitación para pasar la noche con tranquilidad, pues en el Bar, la señora Mía me había cambiado el plato de comida, ya que entendió lo sucedido y al parecer esperaba que disfrutara de comer en su local; aún así tuve que pagar una cantidad que no esperaba gastar en una simple cena, pues me deje llevar al comer demasiado.
...
A la mañana siguiente, es decir, el cuarto día, pude dormir de forma adecuada sin ningún inconveniente, por lo que me vestí con la ropa que había comprado ayer para poder salir a caminar y explorar un poco más cada distrito de Orario.
En el transcurso de mi paseo turístico me di cuenta de que faltaban varios carteles en zonas por la que había pasado ayer, más específicamente los carteles de Beatrice.
Yo: Supongo que esto era algo que tenía que pasar, pero... ¿Porque solo se llevaron los carteles de Beatrice?... Ya ni modo.
Empezé a pegar nuevamente carteles de Beatrice en los lugares faltantes, cuando terminé de hacer eso continué caminando y llegué hasta un coliseo en el que parecía haber un evento bastante grande, me dió curiosidad y pregunté, resulta que el evento tenía como nombre monsterphilia y lo primero que pensé fue que esa palabra tenía que ver con la atracción sexual a los monstruos, relacionándolo con el parecido en la pronunciación de la palabra zoofilia.
Yo: (Estoy seguro que no tiene nada que ver con lo que creo, pero igual suena parecido y muy raro... (ಠ_ಠ)) Mhe detalles.
Pegué los últimos carteles que tenía por la zona del coliseo el cual poseía cierta semejanza con el coliseo Romano de mi mundo, lo que me hacía pensar más en la posibilidad de que era muy probable que los Dioses que habitaban en esta tierra eran más que todo de la mitología Romana, pero de pronto entre la multitud escuché que hablaban que el Dios anfitrión del mosterfilia era uno llamado Ganesha, del cual no tenía ni idea de su existencia.
Yo: (Que clases de Dioses habitan este mundo? Eina me mencionó a la Familia Loki, pero ese es de la mitología Nórdica, Hestia y Hefestos son de la mitología Griega y Romana, también mencionó a un Dios llamado Take no se qué... Ya no se ni que Dioses hay en este lugar!! O si están todos los Dioses de todas las religiones!!).... Si, eso debe ser, tal vez eso sea, de seguro los Dioses de todas las religiones habitan aquí -dige de forma certera para mí mismo-
Por fin me había respondido esa incógnita que se me había formulado en mi cabeza con una posible hipótesis que yo creía era la más acertada, pues prefería creer en eso a seguir perdiendo el tiempo tratando de aclararme esa duda yo solo, ya que no podía decirle o preguntarle a Eina sobre eso, porque resultaría demasiado extraño y posiblemente dejaria de confiar en mí y terminaría perdiendo la ayuda que me estaba proporcionando de parte del gremio; incluso me resigné a decirle que conocí a una supuesta chica que se hacía llamar la Diosa Hestia, pues considere que había personas que posiblemente se hacían pasar por dioses para algún tipo de estafa y no podía fiarme de nadie, además de que según yo la verdadera Hestia tendría un cabello rojo, y como no conocía a nadie aparte de Eina qué me ayudara de verdad en este nuevo lugar, siempre estaba desconfiando de casi todo, pues mi bienvenida en este mundo no fue muy buena después de todo por culpa de Aventureros aprovechados.
Proseguí con mi recorrido y descubrí que algo de lo que no me había enterado en los días anteriores, y eso era que habían lugares en los que vendían pociones de curación, energéticas y de otros tipos que no me interesan, la cuestión es que según entendí por el hombre que me atendió, el efecto de dichas pociones era prácticamente inmediato y no como mi capacidad de curación, lo malo es que si era algo caro y solo compré una de curación y otra energizante, pero el hombre fue demasiado amable a mi parecer y me regaló un par más de pociones, cosa a la que no me negué, pues me convenía y no rechazaría tal oferta.
Yo: Esto a de ser útil para los aventureros en el calabozo -digo mientras miro dos de los pequeños recipientes de vidrio que sujeto con mi mano derecha- Para mi también lo será...
Unos minutos más tarde me encontraba en una zona comercial en el que los puestos de bocadillos eran los predominantes, cada uno de esos puestos tenía cosas muy apetitosas para probar, por lo que cedí a mis deseos y empecé a consumir unos bocadillos de cada puesto que me llamara la atención.
Así estuve hasta que vi a la distancia a el chico de cabello blanco que había ayudado el día de ayer y a la chica que dice ser la Diosa Hestia caminando juntos, pero había alguien más con ellos, no lograba saber quien era por la cantidad de personas que había alrededor, pero de lo que si me percaté fue de el como la chica con colectas se adelantó un poco a su acompañante y arrancó un cartel de una de las paredes que tenía cerca para luego arrugarlo y tirarlo. Esto me llamó un poco la atención, así que me acerque un poco más y vi más claramente que el cartel que arrancó era uno de Beatrice, cuando me dispuse a acercarme más para reclamarle el por lo había echo terminé tropezando con una niña que se escucho enojada, y sin darme cuenta ya me encontraba tirado sobre un puesto de papas asadas echando todo el negocio de una señora a perder.
FIN DEL CAPITULO 8 DE LA SEGUNDA TEMPORADA
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