Hola buenos días tardes o noches mis nakamas eh aquí un nuevo capítulo y espero que les guste y sin más que decir que comience.

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| Capítulo Anterior |

— Hancock miro detenidamente, a los intrusos que amenzaban su isla, sin embargo por un momento dudó ya que aquella peli blanca, fue rápidamente reconocida ella era la emperatriz del mar más joven Indominus D. Eri, mejor conocida como la Reina Indomable. —

— Hancock aunque no lo demostró sintió miedo, sin duda Hancock era fuerte y el mismo gobierno se lo demostró permitiéndole convertirse en un señor del mar e incluso ya había aceptado convertirse en uno para proteger a su gente, pero enfrenterse cara a cara contra un Emperador del mar era otra cosa; aún así ella lo hará para proteger a su gente. —

— Eri solo puso una sonrisa de satisfacción y hablo. —

Eri: Sometete ante mi y yo dejaré a tu pueblo en paz, querida.

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| Opening |

🎶 Chikazukeba hanreteyuku. 🎶

🎶 Hakanai omoi. 🎶

🎶 Me wo tojiru ano hi no mama.🎶

🎶 Toki ga tomaru. 🎶

🎶 Kurikaeshi yume mita natsukashii omoide. 🎶

🎶 Wasureranakute ima wo ikiteku. 🎶

🎶 Nani mo suterarezu. 🎶

🎶 Ano hi no keshiki wo furikaerazu. 🎶

🎶 Watashi ikitekuno. 🎶

🎶 Anata nl omohage oikaketeru. 🎶

🎶 Subete nakushitemo. 🎶

🎶 Anata ga ita kyou no hi made. 🎶

🎶 Ikitekoreta kara 🎶

🎶 Anata ni aitai. 🎶

🎶 Itsu no hi ga kitto. 🎶

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— Todo el lugar se quedó en silencio, ante la declaración de Eri pero ante tal comentario la tensión en el ambiente aumentó, hasta que hablo Boa Hancock. —

Hancock: Eso es absurdo… ¡No me inclinará ante nadie!.

Eri: Sin embargo ya lo hiciste o ¿No?.

— Ante tal provocación Hancock de un rápido movimiento salto en el aire dando un voltereta y estirando su pie en posición de una pata, lista para lanzar uno de sus ataques más fuertes en contra de Eri pero... —

Hancock: Perfume…

— Eri solo puso una risa de burla y alzó su mano a la altura de su rostro. —

Eri: Kurouzu. — Una materia oscura en forma de humo surgió de su palma y empezó a girar en un espiral. —

— Hancock sintió que la gravedad cambió atrayendola en una dirección diferente y desviando su ataque, pero no fue hasta que sintió como una mano apretó su cuello, ella volteo la mirada hacia enfrente y pudo observar el fino rostro de Eri, su cabello plateado, pero sobre todo pudo ver de cerca aquellos ojos rojos cual carmín. —

Eri: ¿Que te parece, Boa Hancock?.

— Hancock volvió a prestar atención a las palabras de Eri. —

Eri: Mi oscuridad absorbe los poderes de la fruta del diablo.

— Eso la dejo sorprendida e impactada pues ella conoció y derrotó a varios usuarios de frutas, pero ninguno con una habilidad como está. —

Eri: Te has vuelto más hermosa de lo que ya eras.

Hancock: ¿Te conozco?.

Eri: No pero yo si te he estado vigilando desde que te ví por primera vez.

— Hancock puso un rostro de confusión por sus palabras, Eri al ver esa confusión la acercó para susurrarle en el oído. —

Eri: La primera vez que te ví fue en la isla de Mary Geoise.

— Los ojos de Hancock se abrieron ante el miedo que le produjo la sola mención de aquella isla, y de repente tuvo recuerdo de ese dia mientras ella y hermanas huían no muy lejos de donde ellas pasaron Hancock vío aquella chica de su misma edad de cabello plateado, pero más exactamente vio sus ojos con iris rojos con pupilas hendidas; y a pesar de la distancia ambas encontraron su mirada. —

— Asi Hancock volvió al presente y le hablo a Eri. —

Hancock: ¡Tu estabas ahí!.

Eri: Si yo estuve ahí.

— Otra vez quedó en silencio, hasta que Eri volvió hablar. —

Eri: Hancock por favor te conviene mi propuesta, tu mejor que nadie sabes que en el momento que te descuides, te traicionaran y el gobierno pondrá en la mira a tu isla y en tu gente.

— Hancock con la mirada recorrió, a todas sus amazonas, aunque no lo queria admitir sabía que era la verdad, volvió a mirar a Eri pero antes de que pudiera hablar las voces de sus hermanas la interrumpieron. —

Sandersonia/Marigold: ¡¡Ane-sama!!.

— Las cuales se detuvieron enfrente de ellas, listas para atacar y defender a su hermana, pero no fue la única ya que las pequeñas niñas que estaban atrás, junto a los dos comandantes, también saltaron a defender a Eri. —

Niñas: Ustedes no tocarán a Ane-sama.

— Y si esto se volvió una batalla familiar, que entre más tiempo pasaba la tensión aumentaba hasta que la voz de una anciana los interrumpió de nuevo la cual avanzaba lentamente Pero firme y sin titubear; hasta detenerse a un lado de las hermanas de Hancock. —

Gloriosa: Suficiente no tenemos por que derramar más sangre.

Hancock/Sandersonia/Marigold: ¡¡Abuela Nyon!!

Eri: Escuchen a la anciana.

Gloriosa: Aunque dudo que cumpla su palabra, lo cierto es que ella tiene un punto a su favor.

– Los tiempos cambian, así que cuánto tiempo tendremos antes de que vuelvan a poner en su mira en nosotras, como si solo fuéramos objetos.

— Todo el mundo escuchaba, las palabras de la anciana Nyon y en cierto modo tenía razón cuánto tiempo les duraría su paz, los Tenryūbitos quisieran convertirlas en esclavas u objetos sexuales, sin embargo a pesar de sus dudas y preocupaciones, ellas seguirán a su emperatriz aunque eso signifique venderle sus almas a los mismos demonios. —

— Eri observaba a todos en la plaza, y veía sus miedos y preocupaciones, así que para calmar la tensión soltó suavemente a Hancock, haciendo que la tensión bajara pues los piratas indomables y las amazonas bajarán sus armas; ahora era turno de Hancock en pensar pues ambas opciones eran buenas ser protegidas por el gobierno, como ser protegidas por un Yonkou y ambas propuestas llegaban a la misma desventaja… cuánto tiempo durará su protección, así que con suspiro dió su respuesta. —

Hancock: Después de mucho tiempo, hoy voy a romper una regla que toda Amazona Lily tenía prohibida, voy a dejar que extraños entren en esta isla.

– Y con ello yo Boa Hancock me someto ante ti, mi señora. — Dijo bajando la cabeza.

— Eri puso una sonrisa sincera e iba a hablar, pero antes de hacer unos piratas entraron a la plaza riéndose y bebiendo, a la vez que jalaban una cadena larga y en ella varias piratas kujas encadenadas; hablado vulgaridades y rogando a su capitana. —

Piratas: Por favor capitana, déjenos divertirnos con están perras.

– Si queremos disfrutar cada parte de sus cuerpos, jajaja jajajaja.

— Eri vio a Hancock a los ojos y en ellos había decepción y traición, ella se sintió mal, extraña y eso no le gustaba, miro de reojo y todas la kujas volvieron a levantar sus arcos; Eri se dió vuelta y observó a aquellos bastardos, miserables, insignificantes escorias; la ira creció rápidamente así que empezó a avanzar hacia ese grupo de piratas en particular pero mientras se acercaba empezó a liberar su Haoshoku Haki haciendo que muchos piratas y amazonas cayeran inconscientes por la abrumadora cantidad y poder la potencia fue tal que hasta la misma Hancock termino arrodillandose. —

— Con cada paso que daba el suelo se partía y desquebrajaba, sin embargo los piratas al ya estar ebrios sus sentidos se apagaron por completo haciéndolos ignorantes ante el peligro que corrían, se burlaban y peleaban por quien sería el primero en tomar la virginidad de aquellas amazonas; pero no fue hasta que estuvieron cara a cara contra Eri que volvieron en si, la presión fue tan rápido y de golpe que vomitaron enfrente de ella sin importar nada. —

Eri: Les dije que no quiero que les hagan daño o es que… ¡¡SON SORDOS!!.

– ¡¡NO ME IMPORTA LO QUE QUIERAN SOLO OBEDEZCAN COMO BUENOS SIRVIENTES!!. — Su grito fue era estruendoso como si de un rugido se tratará —

— El miedo que producía más el poderoso Haki haría temblar hasta el más valiente, pero aún así el líder se atrevió a desafiarla y logrando un motín. —

Pirata: Solo eres una mujer tu no me das órdenes, es más yo te mataré y me coronare como emperador, quien está conmigo.

— El grito de los piratas que lograron aguantar no se hizo esperar, Eri recorrió a cada uno de ellos traidores. —

Eri: Si así lo quieren… terminemos con esto.

— Y con rapidez desenvaino su espada, con agilidad y precisión cortaba y degollaba a todo pirata que tuvo el descaro de traicionarla, todos ellos intentaron inútilmente defenderse pero ninguno lo logró. —