Capítulo 8.
—¿Y bien?
Kariya le miró expectante y Kirino tragó saliva.
Estaban sentados en el parque frente a su casa. Ya atardecia, pero el sol seguía allí y eso en cierta forma tranquilizaba un poco al pelirrosa.
Ahora bien, ¿que excusa iba a darle a Kariya?
El peliazul no sería fácil de engañar, eso estaba claro. ¿Podía decirle que era su hermana pérdida? No, que mala excusa.
—Etto...— miró hacia el sol, intentando pensar.
Entonces le vino algo a la mente. Recordó una técnica antigua que los espías de la segunda guerra mundial utilizaban para mentir de forma profesional. "Apegarse a la verdad dentro de lo posible, cambiando solo los puntos clave"
Volvió a mirar al peliazul, esta vez más seguro.
—Kirino está en Inglaterra— soltó—. Me pidió que no lo dijera, pero su tutora legal planea que se muden allí cuando termine el semestre.
En cierta forma era verdad, solo que el pelirrosa no planeaba permitir esa mudanza.
Kariya echó el rostro un poco para atrás, evidentemente sorprendido.
Punto para Kirino.
—¿Es...? No puede ser— rápidamente recuperó su mirada de juez inquisidor—. Eso no explica que haces tu en su casa.
Era momento de inventar.
—Mi familia quiere comprar la casa, y como soy amiga de infancia de Kirino y Shindou, me estoy quedando allí para conocerla mejor...ya sabes...ver si es buen lugar— se explicó lo mejor que pudo. Odiaba mentirle al menor, pero no tenía otras opciones.
Y no, decirle la verdad sin duda no era una opción. Aparte de que se reiría de él por medio siglo.
Kariya desvió su mirada al frente y, después de unos momentos de silencio, habló:
—¿Eres muy cercana a Kirino-senpai?
La pregunta tomó al pelirrosa por sorpresa.
—¿Eh? No, digo, antes sí...emm, ahora no tanto.
El peliazul suspiró apretando los labios.
—¿De verdad se irá?
Kirino se sorprendió de ver una mirada triste surcando el rostro del menor.
—Eso...eso creo.
—¿Sabes? El me gustaba mucho.
El mayor casi se atraganta con su propia saliva. ¿Había oído bien? ¿En verdad le...? ¡¿Eh?!
—¿Lo...lo dices enserio?— Kirino no había podido evitar sonrojarse.
Kariya desvió la mirada, asintiendo levemente con la cabeza.
—Ni siquiera se porque te lo digo.
Kirino entendía ahora varias cosas. Como la salida a la heladería o que a veces insistía en que se fueran juntos luego del entrenamiento, donde terminaba por jugarle una broma.
—Kariya...yo...
—No tienes que decirme nada.
—¿Por qué Kirino te gustaba?
—¿Y por qué no?
Kirino tenía muchas formas de contestar eso. "Porque no soy lindo" "Porque no soy fuerte" "Porque nunca seré lo suficientemente bueno"
Kariya carraspeo y luego continuó.
—El...yo...Le di todas las razones para desconfiar de mí, y aún así encontró una para confiar...jamás había conocido a alguien así— suspiró—. Siempre era amable, incluso aceptaba irse conmigo de la escuela, a pesar de que sabía que le haría una broma.
>>No se lo que fue la verdad... Es que...Kirino es especial, si lo conoces debes saberlo...
—Si...— Kirino difería de eso, pero su sonrojo era ahora aún más grande ahora.
—Luego entendí que yo no le gustaba, a quién miraba siempre era Shindou... Pero está bien, estoy bien con eso.
¡¿Por qué todos creían que le gustaba Shindou?! Suspiró y recordó a su amigo de risos. Quizás... No.
Kariya se levantó, dándole la espalda.
—Gracias por explicarmelo niña, yo...no molestare más.
Se dispuso a correr, pero el pelirrosa le cogio del brazo.
—Kariya...
—¿Qué?
—Lo siento— dijo y luego le dedicó una sonrisa—. Deberías ir a tomar un helado, cura cualquier tristeza ¿sabías?
Kariya abrió los ojos de par en par y un sonrojo tenue cubrió sus mejillas. Esa frase solo la decía una persona, y se la había dicho a él muchas veces, por eso había decidido invitarle a una heladería. Suponía que si decía eso, amaba el helado.
Por un instante, vio a través de los ojos de la supuesta Ran a Kirino, que le sonreía, pero aquella imagen se desvaneció rápidamente.
—D-Debo...Debo irme.
Y salió corriendo.
Kirino no tardó en darse cuenta de lo que había dicho. ¿Se había delatado quizás?
—Joder— suspiró rendido y a pasó rápido entró en su casa.
....
C
orría. Corría tan rápido como se lo permitían sus piernas. Le dolía todo el cuerpo, pero detenerse significaría su fin, lo sentía.
En el fondo, sabía que solo estaba soñando. Eso no era más que un sueño y, sin embargo, no podía escapar.
—Kirino Ranmaru— habló una voz femenina y Kirino se detuvo, trastabillando.
Volteó, para encontrarse con la encapuchada de la otra noche.
—¡¿Quién eres?!— le preguntó con cierta desesperación—. ¡¿Qué quieres de mí?!
Ella soltó una risita.
—No no, te equivocas— dijo—. Esto es lo que tú querías de mí.
—¡No lo entiendo! ¡No quiero esto!
—Dime que ves cuando te miras al espejo.
Otra vez con eso. Kirino no lograba entenderlo.
La imagen de la chica se desvaneció para pasar a la rivera del río. De pronto, estaba cayendo de nuevo, rodando por la colina como aquella noche del cambio.
Cuando dio contra el suelo de abajo, alzó levemente la vista y lo vio. Un árbol con una marca. Dos cruces y dos signos menos.
Eso era...
Despertó de golpe, sudando. Sus ojos azules estaban brillosos y el sol apenas se asomaba por su ventana.
Pero lo tenía. Ahora sabía por donde empezar a buscar.
—La rivera del río, eso es— pronunció para sí y se puso en marcha.
Si no se equivocaba, y esperaba que no, esos eran los símbolos del Mixi-Max.
....
HolaHola
¿Qué tal el capítulo?
En el próximo habrá más acción ewe. Kirino tendrá un acercamiento con quién le cambio y quizás comience a comprender la solución. También se encontrará cara a cara con Tsurugi, a quién había estado evitando.
¿Qué les pareció la confesión de Kariya?
¿Kirino debería llamar a Shindou o ir solo a la rivera del río?
Y lo otro, ¿Cuáles son sus shipps favoritos de Inazuma Eleven?
¿Shippean Goenji x Fubuki?
Planeo hacer una novela nueva pronto, por eso pregunto👀👀👀
¡Hasta luego!
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