Capítulo 7.

Kirino dejó que el agua tibia recorriera su cuerpo, evitando mirarse. La verdad, le daba mucha vergüenza.

También se había soltado el cabello, descubriendo que lo tenía realmente largo. ¿Podría cortarlo? Quizás pasaba una de esas cosas de películas y el cabello volvía a crecerle al instante.

Suspiró, cerrando los ojos. Shindou se había marchado hace un rato. Después de la aparición de esa encapuchada, el castaño se había negado a dejarle solo en la noche y había dormido en el sofá.

Recordó entonces las palabras de la chica misteriosa:

Que es lo que ves cuando te miras al espejo.

¿A qué se refería?

Agh, ¿por qué esto tenía que pasarle precisamente a él?

Al salir se envolvió rápidamente con la toalla, evitando tocar demás. Entonces escuchó su teléfono sonar. Apretó los labios y un ligero sonrojo cubrió sus mejillas al ver el mensaje. Se lamentó por haberle dado su número de teléfono a Tsurugi en un momento de distracción.

El mensaje ponía: "Ya que no has llamado, lo haré yo. ¿Quieres salir conmigo hoy? Si la respuesta es no, no insistiré"

Era un domingo solitario y, aunque se arriesgaba al salir con él, lo meditó de todas formas. Tsurugi lo hacía estremecerse con ese comportamiento suyo. Cuando Kirino era...bueno, cuando era Kirino, no había intercambiado más que unos pases en el campo. Después de todo, el pelirrosa seguramente no valía para su interés, solo era porque...porque ahora era una chica.

Y bueno, ¿por qué no aprovechar lo poco bueno que traía esta desgraciada transformación? Una salida no hacía mal a nadie y, si se quedaba el resto del día solo, iba a enloquecer.

Finalmente respondió: "Estoy libre, ¿que quieres hacer?"

La respuesta no tardó en llegar.

"Encontremos en la rivera del río, te parece bien en una hora?"

"Claro, ahí estaré"

Apago el móvil y, antes de salir del baño, se paró a verse al espejo, intentando nuevamente descifrar aquellas palabras.

Pero, lo único que vio fue una chica, una mucho más guapa e interesante de lo que el sería nunca.

Dejó atrás el espejo. Se dirigió a su habitación y se vistió, otra vez intentando no tocar más de su cuerpo de lo estrictamente necesario.

....

Estaba un poco nervioso. Un poco bastante si le permitían decirlo.

Iba vestido con los shorts de ayer, las zapatillas y camiseta de mangas cortas que ya no era ajustada, pues la sacó de los cajones de su tutora legal. Era rosa y tenía estampado un balón de fútbol. Además, se había dejado suelto el cabello, no tenía ánimo de hacerse las coletas. De los anteojos ni hablar, ahora entendía la pobre vida de los ciegos, y eso que el solo se los había quitado para ducha.

Al llegar a la rivera del río, dio fácilmente con Tsurugi, que se encontraba apoyando la espalda en un árbol con los brazos cruzados sobre el pecho, esperándole.

—Ky-Kyosuke— le habló.

El volteó y le dedicó una sonrisa ligera.

—Hola, Ran.

Se miraron un momento y Kirino se arrepintió completamente de haber aceptado

<<Si supiera que eres Kirino ni siquiera  se pararía a mirarte>> le dijo una voz en su cabeza.

Apartó esos pensamientos con cierto esfuerzo.

—Y...¿a dónde vamos?

—¿Te gusta el helado?

—Anda, eso no se pregunta.

Ambos soltaron una pequeña risita, rompiendo la tensión. Wow, Kirino nunca había oído a Tsurugi reír.

Caminaron a la heladería a paso lento. Tsurugi hablaba poco, más bien de fútbol. Kirino le escuchaba y hacía sus aportaciones, que normalmrnte eran chistes. No podía arriesgarse a revelar más información de la necesaria.

La heladería a la que llegaron era pequeña. Kirino había ido una vez con Kariya, cuando la tienda recién había abierto. Recordaba ese día, era una de las pocas veces que había compartido realmente con el peliazul.

—¿Sabor de helado?— preguntó el encargado y el pelirrosa parpadeó ligeramente, volviendo a la realidad.

—Fresa— se limitó a contestar.

Tsurugi había pedido de menta.

Se sentaron en una de las bancas de un parque cercano. Kirino respiró profundo y se atrevió a hacer la pregunta.

—Kyosuke...¿por qué me invitaste hoy?

El nombrado le miró como si no entendiera la pregunta.

—Quería salir contigo.

—Ya, pero ¿por qué?

—Porqué eres interesante. Además, ayer te vi con el balón. Tienes gran habilidad, demasiado para ser
principiante— a Kirino se le heló la sangre—. ¿Segura que no juegas?

El pelirrosa suspiró.

—Lo hago, pero solo por diversión...digo, no tengo un equipo ni nada...yo no...

—Juguemos un poco.

—¿Ah?

—Al fútbol.

—No podría, tu eres muy bueno, no estoy a tu altura— lo dijo con seguridad, pues era lo que Kirino de verdad pensaba de si mismo.

Tsurugi le miró con una seriedad arrolladora.

—El fútbol no se juega para ganar, sino porque es divertido— medio sonrió—. Un buen amigo, muy cabezota, me lo enseñó. Y tenía toda la razón.

Tenma, claro.

Acabaron jugando abiertamente en una cancha cercana. Kirino no lo pasaba bien en mucho tiempo. Finalmente acabaron recostados en el césped.

—Tienes madera de defensa, ¿sabías?

Kirino solo pudo reír en respuesta.

....

Tsurugi le llevó hasta la esquina antes de su casa. La excusa era que debía esperar a alguien en ese lugar, para ver los papeles de su ingreso a la escuela.

—¿Segura no prefieres que espere contigo?

Kirino negó con la cabeza.

—Estoy bien— y mi casa está a unos pasos—. Gracias por invitarme hoy, me lo he pasado muy bien.

Y era verdad. Por un momento, logró olvidar todos sus problemas.

Tsurugi negó con la cabeza y se acercó a su rostro más de lo debido.

—Gracias a ti por aceptar, Ran.

Kirino entró en pánico y su rostro se puso tan rojo que sentía el calor ardiendo en sus mejillas.

—Kyosuke...yo...

Tsurugi retrocedió y le enseñó una media sonrisa en lo que desviaba la mirada.

—¿Shindou es tu novio?— le preguntó de pronto.

—¡¿Eh?!— el sonrojo del pelirrosa aumentó, si es que eso era posible—. No, claro que no. Es decir, es solo un amigo de infancia.

De nuevo, no había mentido.

Tsurugi volvió a desviar la mirada en respuesta.

—Oye Ran, yo...

Oh no. Oh no.

—Nos vemos mañana en la escuela— se apresuró a interrumpirlo Kirino—. ¿Si?

Tsurugi suspiró.

—Claro, hasta luego.

Cuando el delantero ya hubo desaparecido por la calle, el pelirrosa ya lo había decidido. Kirino no podía permitirse el volver a acercarse a Tsurugi. No señor, si el delantero llegaba a...enamorarse de la supuesta Ran, sería demasiado desastre.

Kirino nunca podría gustarle a alguien como Tsurugi, no siendo...el mismo.

Sin más, entró a su casa.

....

Shindou había resuelto el papeleo, así que no hubo problema con que Ran fuera a clases el lunes. Aunque no estaba muy seguro de hacerlo.

Shindou pasó por él, aunque el resto del día se lo pasó escondiéndose de Tsurugi, Kariya, y la verdad de todo el equipo. A la salida, se iría solo, debido al entrenamiento de su amigo castaño.

Igualmente eso le proporcionaba cierto alivio. Tendría tiempo para pensar en como resolver todo esto. No podría resistirlo mucho más.

Mientras caminaba de vuelta a casa, sintió en repetidas ocasiones pasos que le seguían, así que gradualmente aceleró. No quería toparse con otro chico como el del otro día.

Llegó a la puerta, pero cuando iba a abrirla se le cayeron las llaves y, antes de que pudiera agacharse a recogerlas, alguien puso una mano sobre su hombro.

Lo siguiente fue prácticamente un acto de reflejo. Se volteó y a puño cerrado le propinó un fuerte golpe en la cara a quien fuera que estuviera detrás.

Kariya cayó al suelo y el pelirrosa se llevó ambas manos a la boca, avergonzado.

—¡Lo siento!

—Wow, golpeas fuerte para ser niña.

Kirino frunció el ceño, y entonces se dio cuenta de algo. Le había descubierto entrando a su casa, pero como Ran. Eso estaba mal.

—Ahora, niña, ¿me explicaras que ha pasado con Kirino-senpai? Se que lo sabes— exigió Kariya, tan impetuoso como siempre. Le había quedado roja la mejilla en donde el pelirrosa le había golpeado, y a Kirino le punzaba la mano.

—Etto...yo...

Kariya se cruzó de brazos, como diciendo que esperaría la respuesta.

Ahora si que estaba en problemas.

....

¡Segundo capítulo del día!😂😂💕

Todos gracias a que la inspiración me sonríe hoy.

Déjenme su opinión del capítulo c:

¿Quieren que siga?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top