Capítulo 3.
¿Por qué Tsurugi no iba a reconocerlo? Kirino alzó una ceja, incrédulo e incapaz de responder. ¿Acaso el delantero le estaría jugando una broma?
Apretó los labios e hizo el ademán de ponerse de pie. Le dolía todo el cuerpo.
—Eh, déjame ayudarte— para sorpresa de Kirino, Tsurugi le ayudó a levantarse con suma delicadeza. El pelirrosa se sonrojó notoriamente.
¿Desde cuando existía esa confianza entre ellos?
—Estoy bien— su propia voz le sonó algo aguda, pero le resto importancia.
—¿Tuviste un accidente?— Tsurugi insistió con su extraña amabilidad—. ¿Estabas aquí sola?
Un momento... ¿había escuchado bien? ¿sola? ¿le estaba confundiendo con una chica? ¿enserio? Estaba apunto de gritarle un par de cosas cuando tropezó con su ¡¿vestido?!
—¿Qué demonios...?— farbullo para sí.
Se llevó una mano al cabello casi por instinto y notó que estaba mucho más largo. Se le agitó la respiración. En efecto, llevaba un vestido blanco hasta las rodillas, pero ese era el menor de sus problemas.
—¿Estás segura de que estás bien?— Tsurugi alzó una ceja, algo confundido.
Kirino a penas pudo articular palabra.
—U-Un...espejo...— pidió, o más bien exigió—. ¡Necesito un espejo!
—Bien, bien— Tsurugi, ya dudando de la cordura de esa chica, le extendió su teléfono para que pudiera verse en la cámara—. Sólo...tranquilizate...
Y Kirino miró. El gritó que dio seguramente se escuchó en toda la ciudad Inazuma. ¡Era una chica!
Tsurugi alcanzó a sostenerle cuando caía inconsciente al suelo. En la mente del delantero solo había una pregunta: <<¿Quién demonios es esta
chica?>>
....
Kirino volvió a abrir los ojos en una cama que no era la suya.
Al principio no se alarmó. Todo había sido un mal sueño, seguro que si. Pero necesitaba comprobarlo. Se levantó de la cama sin importarle de quién sería esa habitación y se dirigió directo a un espejo largo de una de las paredes laterales. Horrorizado, pudo comprobar que no había sido una pesadilla.
Ahí estaba. A simple vista parecía el aspecto de su Mixi-Max, solo que resaltaban mucho más los...rasgos femeninos. Su cabello largo rosa pálido le caía en dos largas coletas. Llevaba unos lentes de fino marco plateado y el vestido blanco. Pero lo que más lo alarmaba era su pecho, se había ¿inflado? Ni siquiera podía describirlo. Hizo un esfuerzo por no caer inconsciente de nuevo.
La puerta tras él se abrió sorpresivamente y para sorpresa de Kirino entró Tsurugi con una bandeja y tazas de te. Su expresión era la de siempre, pero cambio al ver al (o a la) pelirrosa de pie.
—¿Te encuentras mejor?— preguntó—. ¿Cómo te llamas?
Kirino tenía que pensar rápido. No podía decirle: "Hola Tsurugi, soy Kirino, tu compañero de equipo, solo que por una extraña razón ahora soy una chica", de seguro le llevaba a un manicomio.
—Ran— dijo al fin—. Mi nombre es Ran.
Tsurugi hizo el ademán de sonrojarse un poco, pero fue casi imperceptible.
—¿Y tu apellido?
—Solo llámame Ran— Kirino se retorcía de nervios, así que le preguntó lo obvio—. Te agradezco por ayudarme, ¿tu como te llamas?
Tsurugi alzó una ceja.
—Kyosuke Tsurugi— Le respondió, y luego desvió la mirada con el rostro avergonzado—. Pero... Kyosuke estará bien.
El pelirrosa se sonrojó de vuelta.
—Traje algo de te— dijo el peliazul al fin—. Te hará bien.
Kirino apretó los labios. No quería ser descortés pero lo último que quería ahora era sentarse a tomar té. Necesitaba averiguar que demonios le había pasado.
—Soy alérgico ¡alérgica! Soy...soy alérgica al té— bien Kirino, muy bien, ¿si quiera existía la alergia al té? Esperaba que si.
Tsurugi ladeo ligeramente la cabeza, algo confuso.
—Lo siento— se encogió de hombros.
Kirino, ahora como Ran, avanzó torpemente hacia la puerta de la habitación.
—Debo irme— dijo, casi corriendo a la puerta de salida de la casa.
Por supuesto, Tsurugi le siguió.
—¿No quieres que te acompañe a tu casa?— le preguntó. Kirino, que ya iba en el jardín se volteó alarmado hacia el delantero.
—¡No tengo casa!— Kirino idiota—. Es decir, si pero...emm... ¡Ah!
Tsurugi se largo a reír. Kirino, notoriamente sonrojado, se asustó aún más. Nunca le había escuchado reír.
Luego, el delantero se acercó a él y le tomo la mano extendiendole la palma sobre la suya. Para sorpresa de Kirino, Tsurugi le había escrito su número.
—Por si te pierdes de nuevo— le dijo.
A Kirino un escalofrío le recorrió el cuerpo. Estaba...¿coqueteando con él? Ay dios.
—Gra-Gra-Gracias— dijo como pudo, dio media vuelta y salió corriendo.
El corazón se le reventaba en el pecho mientras recorría las calles de la ciudad Inazuma con un vestido y un cuerpo que no era el suyo. No acababa de procesarlo, pero sabía bien a donde iba.
Shindou Takuto era el único que podía ayudarle con...Ni siquiera sabía bien que era, pero definitivamente no era bueno.
Las coletas se le agitaban al viento y en dos ocasiones tropezó por culpa de los zapatos de charol.
Sólo esperaba que Shindou supiera que hacer, o simplemente que después de la pelea de ayer estuviera dispuesto a recibirle. Porque Kirino estaba seguro de una cosa: Cuando el shock se le pasara, iba a romperse.
¿Por qué estaba pasandole esto? Era sin duda, trágicamente cómico.
<<¿No es lo que querías, Kirino Ranmaru?>>
....
Espero que les guste el nuevo capítulo C:
¿Les sorprendió la actitud de Tsurugi?
¿Cómo creen que reaccionará Shindou?
¿Alguna sugerencia para lo que viene?👀
Nos vemooosss💕
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