Capítulo 6: Enfrentamiento

...

-Recuerdo-Narrador Yo-

-¿Para qué es todo esto, padre?-, pregunté curioso mientras veía con algo de asombro el lugar en donde nos encontrábamos.

Después de mucho tiempo, mi padre había decidido que ya era la hora de mostrarme lo que había dentro de aquella puerta metálica, ubicada debajo de nuestra casa, en el sótano.

-Es para que te protejas-, me dijo seriamente.

Yo lo mire algo confundido.

Iba a hablar, pero él se adelantó.

-En un año aproximadamente pasará algo catastrófico... yo no podré protegerlos a ti, a tu madre y a tu hermana todo el tiempo, ¿comprendes? Esto es para que... si yo no estoy, vosotros podáis protegeros y sobrevivir juntos-, termino con una mirada, un tanto nostálgica.

-¿De... de que hablas padre?-, pregunté algo nervioso por lo que me decía, y a la vez algo sorprendido, no estará hablando del virus zombie... ¿verdad?

En caso de que si sea así... ¿Cómo diablos sabe eso?

El no contesto y sólo se quedó mirando lo que había dentro.

Dentro había muchas armas, tanto blancas como de fuego, al igual que municiones más que suficientes, además había varias provisiones de alimentos; tiendas de campaña, incluso había otra puerta, en la que él dice, hay un auto militar blindado.

Tiempo después, también comprendí que el sótano estaba muy bien reforzado y sin lugar a dudas podría resistir un ataque EMP.

-No es nada... sólo es precaución-, dijo quitando la mirada. -Vamos-, cerró la puerta y ambos subimos las escaleras, aún tenía muchas dudas. -Por cierto...-, se detuvo y me volteó a ver, yo también lo hice. -Toma-, me lanzo una tarjeta, era más como un pase o llave electrónica.

-¿Qué es esto?-, pregunté confuso y mirando lo que me había dado.

-Es la llave a este lugar, sólo ven cuando sea necesario y no tengas otra alternativa-, dijo y sin más subió las escaleras y se fue.

Yo me quedé mirando la "llave", la guarde en mi bolsillo y también subí.

Desde ahí siempre tuve muchas dudas, ¿quién era en realidad mi padre?

-Fin del recuerdo-

Saque la tarjeta de aquella vez de mi cuello, la había hecho un collar.

La mire detenidamente, esto ahora prácticamente era un tesoro y no podía perderla por nada del mundo.

Es nuestra salvación.

Mi padre era un hombre muy bueno, serio, respetuoso y muy misterioso.

Después de aquella vez, aunque trate de saber más de él, no pude, y me quedé con muchas dudas, que sin duda resolveré cuando lleguemos a nuestra casa.

Yo sé que mi padre sabía sobre esto, pero, ¿cómo es que lo sabía? Y más con tanto tiempo de antelación, eso no es nada normal, de hecho, es muy raro.

-¿Que tanto piensas Takishima-senpai?-, escuche una voz a mi lado, voltee a mirar y vi que era una de las estudiantes de primero.

Sólo guarde la llave y le sonreí.

-Nada, sólo en algunas cosas que debemos hacer antes de llegar a nuestro destino-, le dije sonriendo.

Ella tenía un tenue tono carmín en las mejillas, se veía adorable.

Después de eso me quedé platicando un momento con ella, resultó ser alguien muy amigable.

Ahora me encuentro revisando mi mochila, traje algunas provisiones y ropa, de hecho, cada quien trae provisiones, medicinas y demás que conseguimos en la Academia.

Aunque creo que el más equipado de momento, o mejor dicho, armado soy yo.

Así que soy algo así como, la primera línea de defensa y ataque en caso de algún enfrentamiento.

-Saya-chan-, la llame mientras cerraba mi mochila y la dejaba en el asiento.

-¿Si?-, me preguntó.

-Tenemos que salir un momento a buscar algunas cosas, quiero que me acompañes-, le dije y ella asintió. -Bien... Takashi, tú también ven con nosotros, los demás quédense aquí-, les dije, de nuevo estábamos un poco apartados de los demás. -Mio, cuídate-, le dije y ella asintió. -Saeko, Hirano y Hisashi, les encargo la protección de todos-, les dije y ellos asintieron seriamente.

Fui a ver a Shizuka-sensei quien no se reunió con nosotros por estar conduciendo.

Me paré a su lado.

-Shizuka-sensei, deténgase cerca de aquí, si es posible en un lugar en el que no llamemos mucho la atención-, dije.

-Hai Kei-kun-, me dijo y yo sólo sonreí.

-"Si quiero que sobrevivamos, debo actuar rápido, ahora no es momento de descansar"-, pensé seriamente mientras me retiraba y tomaba mi equipamiento para después ponerlo sobre mi espalda. -Hmmm, por cierto...-, murmure mientras me acercaba a Kohta. -Kohta, toma esto-, le di algo discretamente en la mano, el me miro sorprendido. -Sólo ocúpala en caso de que... ellos...-, señale con mi mirada a Shido y a Tsunoda. -Hagan algo malo, por favor, cuida de todos-, le dije.

-Así será Kei, no lo dudes-, me dijo serio.

Muy bien, esa actitud me gusta.

Después de eso me aleje y me seguí preparando.

Una vez el camión se detuvo, ya con todo listo me prepare para salir, mire a Saya y a Takashi, e hice una seña con la cabeza que ellos entendieron y rápidamente se levantaron y vinieron conmigo.

-¡Escuchen todos!-, llame la atención de todos. -Saldremos a hacer una breve exploración y a conseguir algunos suministros si es posible, queremos ver la situación de la ciudad y necesitamos agua, comida, medicinas y combustible. Esperen aquí... Saeko, Hirano y Hisashi estarán al mando-, les dije, nadie dijo nada, pero eso claramente lo tomé como un "sí, señor". -Vamos-, las puertas se abrieron y salí del camión con Saya y Takashi al lado mío.

-Primero a por comida y agua, si no mal recuerdo, por esta zona hay un supermercado-, dije y me dirigí hacia allí.

Las calles estaban desiertas y había muchos escombros y algunos coches estrellados por la calle, además de algunos cuerpos, sólo habían pasado algunas horas, así que esto era muy sorprendente.

A lo lejos se podía escuchar el caos que había en las autopistas y puentes, sin duda había mucha desesperación, aunque era lo esperado, después de todo, no mucha gente puede estar calmada en una situación de tal magnitud.

El mundo estaba cambiando rápidamente... y eso me asustaba.

Estábamos cruzando una calle, silenciosamente para no llamar la atención, pues hay que recordar que los enemigos ahora no sólo son los zombies, sino también las personas.

En situaciones como esta es cuando las personas demuestran su verdadero ser, y a veces no son muy amigables.

Así que no me quiero arriesgar a que otro grupo nos ataque, después de todo no estamos muy bien equipados ni organizados.

Entonces antes de dar la vuelta en una esquina para llegar al supermercado, escuchamos algo.

-¡Nooooo!-, era el grito de desesperación una mujer acompañado después del disparo de un arma.

-Hahahahahaha-, escuchamos varias risas.

Di la señal de detenerse y me asomé un poco.

Ahí vi a un grupo de personas armadas sometiendo a otro grupo menor y sin nada para defenderse.

Los sujetos armados traían pasamontañas a excepción de uno.

Había una mujer llorando sostenida por dos tipos y un cadáver en el suelo perteneciente a un hombre, recostado en un charco de su propia sangre.

-¡Cállate perra!-, gritó uno de los sujetos que sostenían a la mujer mientras le daban una bofetada con la intención de que se callara.

Estaban vestidos con un uniforme negro, como el de un Policía, pero no lo eran, así que supuse que escaparon del reclusorio.

Además de que no se comportan como policías, al menos en Japón, eran mucho más diferentes al resto del mundo. Y sus zapatos no eran los reglamentarios, era algo muy latino, pero eran los típicos "Soldados con tenis", tomado como una referencia a los grupos delictivos.

Entonces quien parecía el líder hablo, ese era el único sin pasamontañas.

-Maten a los hombres y dejen a las mujeres, nos divertiremos más adelante con ellas-, dijo lascivamente pasando su lengua por sus labios, eso me dio asco.

-Sí, señor-, dijeron los demás e inmediatamente se pusieron a la acción.

Ya tuve suficiente, nos retiramos.

-Vámonos-, dije. -No hay nada que hacer-, me di la vuelta, pero inmediatamente me di cuenta de que Takashi y Saya veían lo mismo que yo, ambos con miradas aterrorizadas.

-No podemos dejarlos, por favor Kei-kun, haz algo-, me dijo Saya con voz y mirada suplicantes.

Yo sólo aparte la mirada y apreté los dientes.

No podía hacer nada, atacarlos sería como condenarnos a nosotros también, y no quiero que Saya sufra por eso, y tampoco es que tenga mucho para atacar, después de todo, ¿Qué puedo hacer con una pistola, en contra de al menos 15 tipos con armas pesadas?

Era algo suicida.

Pero a la vez, no podía resistir la mirada que Saya me daba.

-Por favor, solo haz lo que te pido-, le dije suplicando también, no quería ponerla en peligro.

-¡Pero no podemos dejarlos!-, gritó.

En ese momento comprendí que ella no desistiría.

-Takashi, llévatela-, le dije a la vez que el algo temeroso tomaba a Saya y la llevaba de regreso con los demás.

-¡¿Enserio?! ¡¿No harás nada?! tú me enseñaste a proteger a los demás, a ser una persona buena, ¿acaso este es tu ejemplo?, me decepcionas, no creí que fueras tan cobarde-, las últimas palabras de Saya cavaron en lo profundo de mi.

Me dolió, mucho.

Sólo baje la mirada mientras está se tornaba sombría, cubierta por mi pelo.

-Espera Kei-kun, no fue mi intención, por favor per...-, Saya se iba a disculpar, pero interrumpí.

-Llévala Takashi y márchense, vayan hacia el puente cerca de la estación de Policía, ahí los veré, si no eh llegado, lárguense sin mí-, dije seriamente mientras el asentía y se retiraba con Saya pataleando.

-No soy un cobarde cariño, te lo voy a demostrar...-, susurre con la mirada ensombrecida, mientras veía a los sujetos que estaban a punto de ejecutar a los hombres, mientras metían a las mujeres a los coches blindados que traían.

-San, Nii, Ichi-, hice la cuenta regresiva y al llegar al uno rápidamente me asomé y comencé a disparar.

Uno, dos, tres muertos, de cinco balas había fallado dos, nada mal. Aquel entrenamiento me fue de mucha ayuda.

Los sujetos se apartaron rápidamente y comenzaron a disparar hacia donde estaba así que me oculte y los disparos impactaron contra el edificio que me cubría.

Había comenzado mi primera batalla, no contra zombies, sino contra humanos.

-Narrador normal-

Las personas al ver como alguien trataba de ayudarlos, no se quedaron atrás, mientras los sujetos armados estaban distraídos con el chico, los hombres que iban a ser asesinados se levantaron rápidamente y atacaron a los otros con el objetivo de inmovilizarlos.

Les quitaron las armas y dispararon contra sus captores.

-Malditos-, gruño el líder de los maleantes a la vez que les disparaba, logrando acabar con uno de los hombres, pues todos rápidamente se ocultaron.

Las mujeres dentro de los coches sólo gritaban del terror al escuchar los disparos y gritos.

Una de ellas iba a abrir la puerta para intentar salir, pero algo evitó que lo hicieran, la voz de un chico.

-¡Alto!-, lo escucharon a lo lejos. -¡Esos vehículos son a prueba de balas, estarán mejor si permanecen dentro de ellos!-, dijo.

Ellas no muy seguras hicieron caso y no salieron.

-Mierda-, murmuró Kei al quedarse sin balas. -¡Cúbranme!-, les gritó a las personas a quienes ayudaba, las cuales captaron el mensaje y comenzaron a disparar contra los encapuchados.

Kei se movió rápidamente siempre pegado al edificio, hasta llegar a donde estaban los demás.

Todos usaban como barricada uno de los coches.

-¿Tienen un arma?-, pregunto y rápidamente uno de los hombres le entregó un rifle de asalto M16. -Más que suficiente-, sonrió y asomó un poco la cabeza para disparar, a lo que los enmascarados respondieron de la misma forma.

-¿Cuál es el plan?-, pregunto uno de los sujetos y entonces Kei por fin los miro a detalle, y se sorprendió, todos eran de su edad, un poco mayores tal vez, pero no tanto, uno era un chico Delgado, alto, de cabello café y ojos marrones, él parecía el más grande, tal vez unos 20 años.

Otro era pelinegro y de ojos azules, debía tener entre 18 o 19 años.

Había un peli gris de unos 17 años.

Y por último el más pequeño, un chico de estatura promedio y que debía tener entre 14 o 15 años.

Ah, eso sin contar a los que yacían muertos en el suelo, dos en total.

Todos se veían muy asustados a pesar de haber disparado y asesinado a tres sujetos hace un momento.

-No lo sé, sinceramente nunca pensé llegar tan lejos-, dijo Kei, después de todo, no pensaba sobrevivir mucho con sólo una pistola y 15 tipos como enemigos armados hasta los dientes.

Entonces los chicos perdieron el ánimo mucho más.

-Pero no se preocupen, ustedes sólo disparen en lo que yo trato de pensar en algo-, dijo mientras los chicos se miraban, y asentían, después de todo, era lo único que podían hacer, por lo cual comenzaron a disparar.

-Narrador Yo-

Aproveché los disparos para asomar un poco la cabeza y observar bien el entorno.

Estábamos bien cubiertos detrás del coche, y las chicas seguían a salvo.

Los enmascarados estaban en uno de los edificios, bien cubiertos y con más armamento que nosotros, sobre todo con más municiones.

Entonces rápidamente me di un facepalm.

Era un pendejo, ¿cómo no lo vi antes?

Los cuerpos en el suelo aparte de munición y protección, también tenían granadas, ya sabía qué hacer.

-Necesito que sigan disparando, yo trataré de acercarme a los cuerpos para robar algunas granadas-, dije y vi como ellos asintieron seriamente para después comenzar a disparar con fiereza.

Rápidamente me moví a través de los disparos y llegue a uno de los cuerpos, le quite la correa que atravesaba su cuerpo, en la cual estaban tres granadas.

Creí que ya eran suficientes, pero mejor prevenir que lamentar, así que fui a otro de los cuerpos y robe más,

Con esto era suficiente.

Tome una de las pistolas que traían y comencé a dispararles.

Tenía que acercarme más a ellos.

Me moví pecho tierra, tratando de que los disparos no me lleguen, repentinamente los disparos de mis aliados comenzaron a ser menos.

-"¿Se habrán quedado sin munición?"-, pensé, la verdad no quería creer que otro más había caído a causa de las balas.

Ya estaba cerca, lo sabía, pero quería ver bien su posición para que todo sea preciso.

Me descuide un momento y sentí un gran dolor en mi brazo derecho.

Me habían disparado.

-Aghh-, gemí de dolor mientras volvía a mi escondite. -¡Eso duele!-, les grite mientras me tomaba el brazo y trataba de calmarme. -No duele, no duele, no duele... -, comencé a respirar hondo y me fui tranquilizando poco a poco, el dolor seguía, pero trataba de ignorarlo.

Me quite la chaqueta y le rasgue una manga, para usar la tela y apretarla en la herida, lo menos que quería era desangrarme en este momento.

Termine de amarrar la tela en mi brazo y nuevamente me puse la chaqueta, sinceramente se veía mal, así que arremangue mis mangas e hice que se vieran mejor.

-"Al menos logre ver su posición"-, pensé mientras le quitaba el seguro a una de las granadas, todas ya estaban conectadas por una correa. -Listo-, dije mientras me asomaba nuevamente y lanzaba las granadas contra los hijos de puta esos.

Escuche como gritaron del terror, una vez las lancé yo rápidamente me oculte y tomé mi cabeza con ambas manos.

-¡Al suelo!-, les grite a los demás.

Y después de eso...

¡BOOOOM! (Pvta que efectos :v)

Las granadas estallaron y todos los que estaban en el edificio debieron hacerlo también.

Después de unos segundos me levanté y asomé mi cabeza, y lo único que pude ver fue el edificio destruido y algunos incendios en su interior, además de que una extraña combinación de polvo y humo salía de él.

Respire un poco aliviado por eso.

-¡Siiii!-, los chicos comenzaron a celebrar.

-Suban a los autos-, les dije y todos los hicieron, me sorprende que me hagan caso.

Antes de ir con ellos decidí acercarme a los escombros.

Al hacerlo me tuve que tapar la nariz, pues el olor a carne quemada y a sangre estaba por todos lados.

Había partes de brazos y piernas, y algunos cuerpos incinerados, no podía creer que yo haya hecho esto.

Entonces entre los escombros pude ver a alguien saliendo.

Lo reconocí, era el líder, el único tipo que no portaba pasamontañas.

Me apunto con su pistola y yo levante los brazos, no tenía ningún arma en ese momento.

De la frente del hombre escurría mucha sangre y tenía un ojo cerrado mientras respiraba con agitación y me miraba con odio.

-Maldito-, dijo y jalo del gatillo, yo cerré los ojos por puro instinto esperando lo peor, pero nada paso.

Entonces los abrí y vi como él seguía jalando del gatillo una y otra vez.

-Tch... Se terminaron las balas-, mencionó mientras tiraba el arma al suelo y se daba la vuelta. -Nos volveremos a ver imbécil-, me dijo mientras corría y desaparecía a lo lejos.

Yo sólo me quedé ahí mirando, no sabía qué hacer y sinceramente no tenía ganas de detenerlo, así que sólo lo deje huir.

Salí del edificio y me encontré con los chicos en los autos.

Eran tres autos en total, todos de la Policía y blindados, eran más unas tipos furgonetas con espacio tal vez para diez personas cada uno.

-¿A dónde vamos jefe?-, me preguntó uno y yo lo mire confundido.

-¿Jefe?-, pregunté.

-Sí, bueno, nos salvaste y derrotaste a los enemigos, así que como agradecimiento desde ahora te seguiremos fielmente-, dijo el mayor.

-Sólo tengo 16 años-, dije con cara de póker.

-¿Y eso qué?, demostraste ser más capaz que yo con 20 años, así que eres el más adecuado para dirigirnos-, dijo el mayor sonriendo a lo que los demás asintieron.

-"Diablos"-, me lamente en mi mente. -Bien, entonces revisen los cuerpos y saquen todo lo útil que lleven, incluyendo armas, esas son las más importantes-, dije y ellos obedecieron y comenzaron a revisar los cuerpos.

Abrí la puerta trasera de uno de los coches y ahí vi un gran tesoro, eran varias armas de diferentes calibres, no tantas, pero se veía que estos tipos si venían preparados, además de eso pude ver que había algo de comida, medicina y agua.

-Bueno, todo lo anterior valió la pena-, me dije sonriendo.

Ahora no regresaría con las manos vacías.

-Señor, aquí están las cosas que pudimos rescatar-, escuche decir a uno de los chicos, así que me voltee y les dije que dejarán todo en el auto.

Una vez lo pusieron todo, comencé a revisar.

Habían traído sus uniformes, algunas armas y municiones, además de cosas como cigarrillos y eso.

-Bueno, ya está todo, vámonos-, mencioné-, pero antes recordé algo y fui directo a otro coche.

Abrí la puerta trasera y ahí vi a cuatro chicas asustadas por los disparos de hace un rato.

Al verme varias gritaron de terror y sin poder hacer nada, una de ellas se me tiro encima tomándome del cuello, y cuando estuvo por golpearme, uno de los chicos la detuvo.

-¡Espera Himiko!-, ella lo volteó a mirar. -Él no es el malo, él fue quien nos ayudó-, le dijo y ella volteó a verme a mí, y después al chico, para luego quitarse de encima y tenderme la mano para ayudarme a levantar.

-Perdona eso-, me dijo mientras yo aceptaba su mano y me levantaba.

-No pasa nada-, le dije sonriendo, pero después puse una cara sería. -Es un placer, pero ahora debemos irnos-, dije dirigiéndome a una de las camionetas y sacando un botiquín de primeros auxilios.

Cuando iba a subir a uno de los coches, la voz de uno de ellos me detuvo.

-Etto, señor, ¿Cuál es su nombre?-, me preguntó.

-Takishima Kei-, dije subiendo al coche. -Vamos, también suban-, dije sonriendo.

Todos sintieron y también subieron.

-"Como lamentó dejar esos dos coches atrás"-, dije lamentándome, pero a la vez sé que no puedo llevarlos todos.

Así que volveré más tarde por ellas, si es que todavía están.

De momento nos vamos en una de las camionetas, con todas las armas y provisiones.

Una vez todos subieron, eran 8, 4 chicos y 4 chicas, encendí el vehículo y nos comenzamos a alejar de ahí, uno de los motivos por los que me Apure fue porque hicimos demasiado ruido, eso no sólo puede atraer a las de "ellos" si no también a más personas, así que decidí alejarme antes de que lleguen.

-¿A dónde vamos señor?-, preguntaron.

-Hacia el puente que está cerca de la estación de Policía, ahí quede en reunirme con mis compañeros-, dije mientras seguía conduciendo, esquivando algunos escombros y coches.

Después de eso nadie dijo nada y solo se acomodaron para seguir el viaje.

-"Ya voy amigos"-, dije en mi mente mientras pisaba el acelerador y nos alejábamos de ahí en dirección a la ciudad, en donde todo era un completo caos.

-Instalaciones de la ONU-Narrador Normal-

En una gran sala todos los líderes se encontraban discutiendo sobe la situación, a través de pantallas electrónicas, pues era la manera más rápida de reunirse.

No estaban todos, pero la mayoría sí.

-¡¿Que rayos está pasando?!-, gritó el presidente de China, el cual su país hasta el momento es el más afectado, con más de la mitad de su población fallecida e infectada a causa del virus.

-Si lo supiéramos no estaríamos aquí, señor-, dijo esta vez el primer ministro del Reino Unido.

-¡Pues hay que encontrar una explicación rápida, todo el mundo está en caos!-, exclamó el presidente de Alemania.

-Ese es el motivo por el que nos hemos reunido-, hablo por primera vez Estados Unidos.

Entonces el presidente de China se levantó y lo señaló acusatoriamente, a él y a varios más.

-¿Porque estáis tan tranquilos?-, les pregunto a los líderes de USA, Reino Unido Y Rusia. -El mundo está destruyéndose rápidamente, sus patrias y su gente está sufriendo, pero parece no importarles, esto se me hace demasiado sospechoso, ¿no será otra de sus armas biológicas las que nos han hecho llegar a esto?-, pregunto acusatoriamente.

-No permitiré que nos inculpes sin tener pruebas de ello-, dijo el presidente Ruso seriamente.

-Oh, pero si no las necesito-, dijo riendo a la vez que señalaba a Todos -Todos aquí conocemos vuestra reputación, sólo estáis sedientos de poder, y quieren dominar todo con sus armas-, dijo el presidente Chino.

-Aunque digas eso, todo es falso-, dijo el Reino Unido. -Esta vez no fue causado por nosotros-.

-Tranquilos-, dijo Estados Unidos. -Debemos encontrar el origen de esto, en donde inició, pero eso nos llevará algo de tiempo, así que hay que procurar mantener a las personas a salvo-, dijo seriamente. -Por más malas que sean nuestra relaciones, hay que unirnos y cooperar por una vez en la historia, el mundo entero depende de nosotros-, dijo y todos asintieron seriamente. -Bien, nos reuniremos más tarde para seguir con esto-, dijo creando la comunicación, a la vez que todos hacían lo mismo.

Una vez las comunicaciones terminaron, el vicepresidente de los Estados Unidos entró en la habitación.

-Al parecer Dios está furioso con nosotros-, sólo dijo eso mientras el presidente asentía.

...

Bueno chicos, espero que les haya gustado y no olviden dejar su voto y comentar c:

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