Capítulo 1 [Comienza mi Aventura]

La luz del sol filtraba entre los árboles mientras caminábamos por el bosque hacia la Academia Kuoh. No estaba seguro de hacia dónde me dirigía exactamente, pero Rias parecía saberlo. Íbamos en silencio. Cada tanto, ella me dedicaba una mirada amable y yo intentaba actuar como si no lo notara, evitando cualquier reacción que la hiciera pensar que estaba hipnotizado por su belleza.

Tras unos minutos, llegamos a la entrada de la academia.  **—Hasta aquí puedo acompañarte, Rias. No soy estudiante, así que no tiene sentido que entre contigo. —**Intenté sonar despreocupado, aunque, la verdad, me sentía un tanto vacío al pensar en despedirnos.

Rias me miró con una dulce sonrisa, la tensión en sus hombros había desaparecido. Su semblante, antes lleno de tristeza y confusión, ahora era brillante, animado.

**—Gracias, Sully. No sé cómo podré devolverte el favor… pero nunca olvidaré lo que hiciste por mí. —**

Su voz estaba cargada de sinceridad, lo que me causó un leve golpe en el pecho. Pero traté de mantener mi actitud tranquila y desenfadada.

**—No fue nada, en serio. Supongo que fue mi oportunidad de ser útil por una vez… y, bueno, sobreviví para contarlo. —**Dije con una sonrisa torcida, intentando restarle importancia.

Cuando di media vuelta para marcharme, sentí un tirón en mi brazo. Miré hacia atrás y vi a Rias sosteniéndome, con una expresión que me dejó atrapado en el lugar.

**—¿Te volveré a ver? —**preguntó, con una expresión de vulnerabilidad que no esperaba de alguien tan poderosa.

Por un momento, no supe qué responder. Mi mente iba a mil por hora. La veía, y la única palabra que se me venía a la cabeza era "adorable". Finalmente, puse mi mano en su cabeza, acariciando ligeramente su cabello rojo.

**—Claro que sí. Me quedaré en la ciudad por un tiempo. Prometo que escucharás de mí, de una forma u otra. —**

Mientras esas palabras salían de mi boca, algo dentro de mí sabía que eran ciertas. No podía simplemente desaparecer después de haber llegado tan lejos.

Ella asintió con una sonrisa brillante, y con eso, me retiré. Mientras me alejaba, cerré los ojos y suspiré profundamente. ¿Por qué sentía que dejaba algo importante atrás?

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Caminando por la ciudad de Kuoh, intenté distraerme del torbellino de pensamientos que me provocó mi despedida con Rias. Fue entonces cuando me recordé a mí mismo que, técnicamente, **estaba dentro de un juego**. Tenía el cuerpo de CJ y, por tanto, también sus habilidades. Esto significaba que no solo estaba en Kuoh como un simple humano; también podía interactuar con el mundo como si estuviera en *G T A: San Andreas*. Con esa idea en la cabeza, decidí probar mis poderes.

Pasé frente a un restaurante y noté un taxi estacionado. Sonreí. Esto sería el comienzo perfecto para probar cómo el juego se adaptaba a este mundo. Entré al taxi, encendí el motor y, como esperaba, una pequeña notificación apareció justo frente a mis ojos:

**"Misiones de Taxista: Lleva a 100 personas a su destino para desbloquear recompensas".**

La emoción me recorrió como una descarga eléctrica. Mi primera misión. Decidí aceptarla. Quién iba a detenerme, ¿no?

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#### **Momentos Destacados de los Viajes**

1. **El Estudiante Apurado** 
Mi primer cliente fue un chico en uniforme escolar, claramente un estudiante de la Academia Kuoh. Apenas subió al taxi, comenzó a gritar: 
**—¡Por favor, lléveme rápido a la Academia! Llegaré tarde al examen de historia. ¡Está empezando ahora! —** 
Con una sonrisa confiada, aceleré a fondo. Tomé atajos que ningún taxista normal pensaría tomar (escaleras, jardines privados, incluso toqué un parque infantil). El chico llegó a tiempo, aunque salió del taxi temblando. 

2. **La Señora del Perrito** 
La segunda pasajera fue una anciana con un pequeño perro en sus brazos. **—A la clínica veterinaria, por favor. —** 
El viaje estuvo lleno de pequeños problemas: el perro ladraba sin parar, me distraje y me pasé de la calle indicada, pero al final llegamos. La señora me agradeció y me dio una propina decente. 

3. **El Ejecutivo Estresado** 
Un hombre de traje y corbata fue el siguiente. Al subir al taxi, no soltaba su teléfono. No paraba de gritar: **—¡Si pierdo esta reunión, estás despedido! —** 
Tomé el camino más rápido pero también el más caótico. Llegó al edificio casi cinco minutos antes de la hora, aunque probablemente debía cambiar su corbata después de los derrapes que hice. 

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Poco a poco, los viajes se acumularon, y cuando finalmente llegué al cliente número 100, una notificación apareció en la radio. Era el jefe de los taxis: 
**—¡Buen trabajo, chico! Gracias a ti, la industria de los taxis aquí en Kuoh tiene mejor reputación. En honor a tu esfuerzo, hemos equipado los taxis con suspensión hidráulica y turbo nitro. —** 

Miré la radio con incredulidad. ¿Era realmente posible? Esto era demasiado realista. Además de la sorpresa, había recibido una recompensa económica de 25,000 dólares. Con ese dinero, podría mejorar mi vida aquí en Kuoh.

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### **La Compra de Mi Primera Casa**

Antes de que anocheciera, usé el dinero ganado para comprar una casa. No era un palacio, sino una residencia modesta cerca de la Academia Kuoh. Me costó 10,000 dólares, así que tenía suficiente dinero restante para futuros gastos.

Me acosté en la cama de mi nueva casa, observando el techo con una mezcla de emoción y ansiedad. ¿Qué sería lo siguiente? ¿Había logrado entrar en el mundo de *High School DxD* solo para vivir como un taxista súper poderoso? Mi mente estaba llena de preguntas, pero, a la vez, no podía esperar la emoción del día siguiente.

Con esos pensamientos, cerré los ojos y me dejé llevar por el sueño, ansioso por lo que el nuevo día me depararía en esta absurda y emocionante aventura. . . . . .

El sol acababa de aparecer sobre el horizonte, inundando la ciudad de Kuoh con una cálida luz matutina. Mientras caminaba por la acera en dirección al hospital más cercano, no podía evitar sentirme emocionado por lo que el día traería. Durante años, jugando videojuegos, siempre creí que las misiones secundarias eran simples "rellenos" para alargar la experiencia. Pero ahora que estaba dentro de un mundo donde cada misión parecía tener un impacto tangible, las cosas se sentían diferentes. Y después de completar las misiones de taxi el día anterior, necesitaba probar algo más desafiante.

Ese algo más eran las **misiones de ambulancia**.

El hospital estaba ubicado al otro lado de la ciudad, un edificio blanco e impecable que destacaba entre los más pequeños a su alrededor. Al llegar, encontré una ambulancia estacionada, prácticamente esperando por mí. Miré a ambos lados, asegurándome de que nadie me estuviera viendo –aunque, en este mundo, parecían ignorar completamente que alguien simplemente se subiera a un vehículo que no le correspondía– y me instalé en el asiento del conductor. Apenas encendí el motor, apareció una notificación frente a mis ojos:

**"Misiones de Ambulancia: Lleva a los pacientes al hospital. Completa 12 misiones para aumentar tu salud máxima".**

Sonreí. Esto iba a ser divertido.

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#### **Momentos destacados de las misiones de ambulancia**

##### **1. El primer paciente: "El corredor desafortunado"**
El primer aviso llegó rápido: un corredor de mediana edad se había desmayado durante su rutina matutina en un parque cercano. **"Paciente crítico: 3 minutos restantes"**, decía la notificación. 

Aceleré, dejando atrás el hospital mientras maniobraba por las calles angostas de Kuoh. Al llegar, encontré al hombre tendido en el césped, rodeado de curiosos que no hacían absolutamente nada útil. **—¡Denme espacio! ¡Soy médico... más o menos! —** grité, improvisando un papel heroico mientras cargaba al hombre dentro de la ambulancia. 

El tráfico de vuelta al hospital era un desastre, pero las habilidades de CJ me permitieron cortar camino por un jardín escolar sin ningún remordimiento. Llegué justo antes de que el tiempo se agotara. La notificación apareció: **"Paciente rescatado. Buen trabajo. Salud pública +1".**

##### **2. El segundo paciente: "El chef accidentado"**
El siguiente aviso era de un restaurante cercano. Un chef había sufrido una quemadura grave mientras cocinaba. Llegué al lugar y ayudé al hombre, cubriéndolo con una manta mientras lo subía a la ambulancia. Durante el trayecto, el hombre se quejaba del dolor y casi me hizo chocar cuando sacó un ingrediente raro de su bolsillo. **—¡Este chile no puede arruinarse, es importado! —** 

Finalmente, lo entregué sano y salvo en la sala de emergencias. El hombre alcanzó a gritar: **—¡Cuando quieras, te invito un plato gratis! —**

##### **3. Emergencia en la construcción**
En una obra en construcción, un trabajador había caído de un andamio y estaba gravemente herido. Esta vez la dificultad aumentó: había que transportar **dos pacientes a la vez**, lo que requería conducir lo más rápido posible sin causarles más daño. 

El tráfico era un caos, pero gracias a mi capacidad innata de ignorar las señales de tránsito y tomar atajos imposibles, logré llegar al hospital con ambos pacientes vivos. **"Multiplicador de vidas salvadas x2", apareció en pantalla.** La sensación de logro era real.

##### **4. La estudiante inconsciente**
Una llamada urgente desde la Academia Kuoh informó que una estudiante había colapsado durante la práctica de deportes. Llegué al lugar donde unos profesores preocupados me ayudaron a trasladarla a la ambulancia. 

Pero lo interesante fue cuando, a mitad del camino al hospital, la chica despertó y comenzó a gritar: **—¡No quiero faltar a mi club de natación! ¡Déjame volver! —** 
Tuve que calmarla, convenciéndola de que era mejor asegurarse de que estaba bien antes de volver a las prácticas. Terminó agradeciéndome con una sonrisa. 

##### **5. La madre con contracciones**
Entre las misiones más inesperadas, tuve que transportar a una mujer a punto de dar a luz. Con cada contracción, el ambiente dentro de la ambulancia se volvía más tenso. Cada bache en la carretera agravaba su incomodidad, pero logré llegar justo a tiempo al hospital, donde enfermeras y doctores la recibieron apresuradamente. Fue, sin duda, la misión más estresante hasta el momento. 

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### **El final de las 12 misiones**

Después de horas de manejar frenéticamente por la ciudad, completé las 12 misiones. Justo al medio día, al detener la ambulancia frente al hospital, algo inesperado ocurrió: el personal médico salió a felicitarme. Doctores, enfermeras, pacientes y familiares me rodearon, aplaudiendo y vitoreando como si acabara de salvar al mundo entero.

**—¡Gracias por tu increíble trabajo! —** exclamó uno de los doctores, un hombre mayor con gafas. 

Sentía el ego reventándome de orgullo. Alcé los brazos, disfrutando el reconocimiento. Una notificación nuevamente apareció frente a mis ojos: 

**"Misiones completadas. Recompensas obtenidas: 
Salud máxima aumentada 50%."**

Era oficial: con mi dinero acumulado y mi ya increíble resistencia, me estaba convirtiendo en una fuerza imparable. Esta sensación de triunfo era adictiva.

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Decidí volver a casa victorioso. Caminaba con una sonrisa que no podía ocultar, pensando que mi día ya no podía ser mejor. Fue entonces cuando crucé frente a una peluquería, y recordé que mi apariencia podía necesitar un ajuste. Nunca había llevado un look tan "básico" como el de CJ, así que pensé en darle un giro interesante.  

Entré al lugar y, después de una conversación breve con el estilista, salí con **zurcado rubio**. Quedaba mejor de lo que esperaba, dándome un aire único. Para completar mi cambio de imagen, pasé por una tienda de ropa con una paleta impresionante de opciones. Terminé comprando una **chaqueta blanca con líneas rojas**, pantalones del mismo tono intenso y unos **zapatos negros**. El resultado era fantástico: había logrado un look casual, pero lo suficientemente llamativo. 

Me miré en el reflejo del escaparate y no pude evitar sonreír. Parecía un personaje salido de un anime combinado con la esencia de *GTA*. Estaba completamente preparado para cualquier cosa que el siguiente día me trajera.

Con la puesta del sol, regresé a mi casa y dejé el dinero bien guardado. Me acosté, mirando el techo con una sola idea en mente: **mañana será aún mejor. . . . . .

Era temprano por la mañana cuando me desperté, ya acostumbrado a mis aventuras diarias. Había probado ser taxista, salvador en misiones de ambulancia… y ahora era el momento de dar un paso más: convertirme en un auténtico vigilante. No me interesaba seguir las reglas convencionales; en este mundo, si iba a hacer algo, lo haría a mi manera.

Después de desayunar rápidamente y vestirme con mi nuevo estilo de rastas rubias y mi chaqueta blanca con rojo, me dirigí a la **tienda de armas**. Era hora de equiparme como Dios manda. Pasé por los estantes de rifles, escopetas y pistolas, sintiéndome como un niño en una juguetería, antes de elegir una **metralleta**. Quería algo rápido, compacto y lo suficientemente destructivo para lidiar con cualquier amenaza, y ese arma parecía ideal para lo que tenía en mente. También compré **un buen cargamento de munición**, asegurándome de que no me quedaría corto.

Pagando con una de mis ya considerables reservas de dinero (porque, admitámoslo, completar misiones secundarias era muy lucrativo), salí de la tienda notando que había una **moto de policía** estacionada justo al otro lado de la calle. Lo gracioso es que la había visto antes en la **estación de policía** durante mi recorrido para llegar aquí. Claramente, nadie parecía estar usándola, así que pensé: "¿Por qué no aprovecharla?"

Me subí, ajusté la posición de la metralleta en mi espalda y encendí el motor. Un nuevo menú apareció frente a mí:

**"Misiones de Vigilante: Da caza a los criminales que amenazan la ciudad. Completa 12 niveles para aumentar tu blindaje y recibir una recompensa financiera considerable."**

Sonreí. Era justo lo que esperaba. Con un rugido de la moto, activé las misiones. La ciudad de Kuoh estaba a punto de experimentar algo completamente nuevo.

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#### **Momentos destacados de las misiones de vigilante**

##### **1. El ladrón de joyas**
La primera alerta no tardó en sonar. Un hombre había asaltado una joyería céntrica y escapaba en un auto eléctrico. Aceleré la moto por las calles, siguiendo las coordenadas en mi “radar”. No me tomó mucho alcanzarlo. Conduje detrás de él, saqué la metralleta y, manteniendo una mano firme en el volante, disparé. Primer nivel completado. Fácil.

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##### **3. La pandilla motorizada**
La tercera misión fue más interesante. Una pandilla de cuatro criminales en motocicletas estaba causando estragos en el barrio comercial. Ellos lanzaban botellas incendiarias mientras se desplazaban a toda velocidad por la ciudad.

Me lancé detrás de ellos, esquivando el tráfico mientras sacaba la metralleta. Fue una persecución frenética; sus motos eran rápidas, pero lo mío era **habilidad y precisión**. Logré derribar a los dos primeros con disparos. Uno de ellos cayó rodando al suelo, mientras que el otro chocó contra un coche estacionado. Los criminales restantes intentaron separarse, pero seguí al líder, disparándole por la espalda. Los cuatro quedaron fuera de juego.

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##### **5. El culpable de fraude corporativo**
La quinta misión me llevó a las afueras de Kuoh, donde un hombre, que aparentemente había cometido fraude por millones en una empresa local, estaba escondido en un almacén solitario. Llegué al lugar y, al escuchar los ruidos de un camión encendiéndose, me di cuenta de que estaba tratando de escapar. Aceleré detrás del enorme camión, disparando con mi metralleta en ráfagas cortas hasta que reventó.

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##### **8. Policías corruptos**
Las siguientes misiones empezaron a volverse más intensas. Mi octava alerta me llevó a un escándalo local: policías corruptos organizaban una operación ilegal de contrabando en uno de los muelles de la ciudad. Sabía que sería más peligroso enfrentarme a ellos, pero algo en mí ardía con ganas de acabar con sus operaciones. 
Llegué al muelle justo cuando estaban cargando cajas en un barco. Al notar mi presencia, comenzaron a disparar. Desde la moto, mantuve el manillar firme mientras devolvía los disparos con destreza.

**—Crees que limpiando las calles de nosotros harás una diferencia… ¿Cuánto crees que podrás sobrevivir con tantos enemigos ahora? —**

**—Lo suficiente como para limpiar toda esta ciudad si es necesario. —** Fue mi simple respuesta antes de finalizar la misión. 

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##### **12. Último nivel: Los jerarcas de la mafia local**
La última misión fue el final perfecto. Una banda de mafiosos locales estaba envuelta en secuestros y extorsiones. Aceleré hasta su escondite, un edificio abandonado en las afueras. Los criminales salieron disparando mientras trataban de escapar en varios vehículos. Mi metralleta y mi moto desataron el caos: uno a uno, sus autos explotaron debido a mis ráfagas dirigidas al tanque de combustible. No dejé que escapara nadie. Fue un verdadero cierre de película.

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### **Final de las misiones de vigilante**

Ya al mediodía, regresé al hospital donde había iniciado las misiones. Una nueva notificación apareció frente a mis ojos:

**"Misiones de Vigilante completadas. Recompensas obtenidas: 
Blindaje corporal máximo. 

Estaba emocionado. Mi orgullo ya no era algo que pudiera ocultar fácilmente. Pero entonces algo inesperado sucedió: la **radio de la policía** en la moto comenzó a reproducir una transmisión en vivo.

**—Parece que gracias a la intervención de… bueno, un vigilante desconocido, hemos descubierto vínculos entre varios agentes de policía y el crimen organizado. Actualmente se están llevando a cabo arrestos entre nuestras filas. Este es un aviso oficial para el vigilante: queremos hablar contigo. No es para arrestarte, lo prometemos. —**

Sonreí. Estaba claro que había causado un gran impacto en la ciudad, y ahora incluso la policía quería reconocerlo. Aceleré hacia la estación.

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Cuando llegué, me sorprendió la cantidad de personas que se habían reunido: policías, ciudadanos comunes, e incluso los que parecían haber sido víctimas del crimen organizado. Hubo aplausos y vítores cuando bajé de la moto, con varios oficiales agradeciéndome por mi trabajo.

**—Es poco común, y técnicamente fuera de la ley… pero lo que hiciste, salvó vidas. —** Dijo un oficial mayor, dándome una palmada en el hombro. **—No presentaremos cargos. Considera esto un "estatus especial" como vigilante. Tienes nuestro respeto. —**

Era oficial: ahora era el **vigilante no oficial de Kuoh**. Con una sonrisa de satisfacción, me despedí y volví a casa, ansioso por lo que el futuro me traería. 

Me sentía **invencible**. **C.J. invencible. . .

Había pasado gran parte del día como vigilante de la ciudad, acabando con el crimen organizado y disfrutando del reconocimiento por mis hazañas. Pero al final de todo, esperaba algo más simple: volver a mi casa, relajarme y planear mis próximas aventuras. Sin embargo, justo cuando me acercaba a mi puerta, una figura familiar, con cabello rojo brillante, estaba esperándome frente a mi casa. **Rias Gremory.**

Me detuve en seco. No esperaba verla allí, y mucho menos cuando aún llevaba mi chaqueta blanca con rojo, las pelo rubio y toda esa vibra de "acabo de patear traseros por toda la ciudad". Aun así, no pude evitar sonreír al verla, y para mi sorpresa, ella me devolvió la sonrisa.

**—Parece que hoy tuve suerte. —** Rompí el hielo mientras me acercaba, guardando las manos en los bolsillos. 
**—Oh, diría que la suerte ha sido nuestra, Sully. Te ves muy guapo. Toda la ciudad está hablando de ti. —** Su tono era amistoso, pero serio, como si lo que iba a decir realmente importara.

Me rasqué la nuca, intentando restarle importancia. **—¿Eso dicen? Solo estaba… buscando empleo. Supongo que uno hace lo que puede. —** Sonreí nervioso, asegurándome de no mencionar que para mí todo esto era como un videojuego. Ella alzó una ceja, divertida, pero no insistió en detalles.

**—Sé que desempeñas tu "trabajo" de una forma única, pero hoy he venido por algo más. Quisiera hablar contigo. ¿Podrías acompañarme a la Academia Kuoh? Podremos discutirlo mejor en el Club del Ocultismo. —**

Mi mente dio un vuelco inmediato. ¿A la Academia Kuoh? Sabía perfectamente lo que eso significaba. Si iba con ella, probablemente me relacionaría con los personajes principales de *High School DxD*. La tentación era enorme, así que sonreí confiado y asentí.

**—Está bien, ¿por qué no? Podría ser interesante. —**

Sin dudarlo, comenzamos a caminar juntos. Era extraño estar al lado de ella, Rias Gremory, quien en el anime parecía casi inalcanzable. Pero aquí estábamos, charlando como si fuera lo más normal del mundo.

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No tardamos mucho en llegar a la Academia Kuoh. El ambiente parecía tranquilo, aunque no pude evitar sentir un leve escalofrío al ver el edificio principal desde afuera. ¿Cómo no emocionarse al estar en un lugar tan importante dentro de este universo? El club de ocultismo estaba ubicado en una especie de antiguo edificio anexo de la academia, una construcción con un aire sombrío y misterioso que encajaba perfectamente con el propósito de quienes lo ocupaban.

Entramos al club y, para mi sorpresa, las ventanas estaban cubiertas, dejando que la única iluminación viniera de candelabros con velas estilo victoriano. La atmósfera era casi ceremonial, pero también extravagante de esa manera tan característica que uno esperaría del mundo sobrenatural. Allí, me encontré cara a cara con los demás miembros.

Reconocí de inmediato a todos: **Akeno**, con su larga cabellera negra y esa sonrisa ligeramente traviesa; **Kiba**, el caballero perfecto, que me dio una sonrisa amable; **Koneko**, la pequeña y sería nekomata, que no parecía impresionada; y por supuesto, **Issei**, el protagonista, quien me miraba un tanto confundido, pero con curiosidad. Obviamente, fingí no conocerlos.

**—Permítanme presentarles a Sully. Es alguien a quien debemos agradecer por sus recientes hazañas en la ciudad. Su determinación y habilidades hablan por sí solas. —** explicó Rias, sonriendo mientras señalaba a los demás. Ellos asintieron en reconocimiento. 

**—Es un placer conocerte. Soy Kiba. —** Dijo el rubio, estrechándome la mano. 
**—Hola… —** murmuró Koneko, sin mucho entusiasmo. 
**—¿Otro chico lindo? Bueno, siempre es bueno tener más compañeros para pelear. —** añadió Issei con una sonrisa medio burlona. Aunque no lo dije en voz alta, no pude evitar pensar: "Tranquilo, Issei, no estás ni cerca de este nivel". 

Después de presentaciones breves, Rias pidió nuestra atención. Se acomodó en uno de los antiguos sillones y empezó a hablar con ese tono autoritario, pero calmado, que la caracterizaba.

**—Quiero explicarles algo importante, Sully. Pero es posible que ya estés familiarizado con nuestra realidad. —** comenzó. Su mirada me evaluaba, como si tratara de confirmar algo. 
Fingí confusión, pero en mi mente ya sabía lo que iba a decir.

Ella comenzó a hablar sobre la antigua **Guerra de Facciones**, el enfrentamiento entre demonios, ángeles y ángeles caídos, y cómo la reencarnación de humanos en demonios se había vuelto una herramienta clave para formar ejércitos en la actualidad. Aunque ya conocía toda la historia gracias al anime, escuché con atención, esperando pacientemente el momento importante.

Finalmente, llegó al punto.

**—Sully, quiero hacerte una propuesta. Tus recientes acciones en la ciudad y tu potencial me han convencido de que serías un valioso miembro en mi clan. ¿Estarías dispuesto a unirte a nosotros como demonio del Clan Gremory? —**

Ahí estaba. Lo sabía desde el principio, pero no lo iba a rechazar. No solo quería ser parte de esto para estar al tanto de los eventos importantes del mundo sobrenatural, sino porque era **la mejor forma de vivir esta experiencia en primera fila**.

Sonreí y asentí. **—Acepto. —**

La expresión de Rias se iluminó de alegría, y los demás también me felicitaron. Ella trajo el tablero con las piezas del **ajedrez demoníaco**, presentándome tres opciones: **caballo**, **torre** y **alfil**. Después de pensarlo (aunque ya sabía lo que quería), finalmente elegí la **torre.** Siempre me atrajo la idea de tener fuerza bruta y ser un pilar, alguien resistente y confiable. 

**—Has tomado una buena decisión. La Torre representa fuerza y estabilidad, cualidades que veo en ti. —** dijo Rias, colocando la pieza frente a mí.

Con un gesto elegante, comenzó el ritual. No tardé en sentir una onda de energía recorriendo mi cuerpo mientras ella reencarnaba mi alma como demonio. Al abrir los ojos, sentí... diferente. Más fuerte. Más ágil. Era oficial: ahora era parte del clan Gremory. 

**—Bienvenido al clan, Sully. —** dijo Rias con una sonrisa. Los demás aplaudieron mientras **Akeno** hacía aparecer un pastel decorado mágicamente. 
**—También sabemos cómo celebrar en grande. —** dijo Akeno, con su tono seductor y esa sonrisa que podía derretir a cualquiera. 

Mientras comíamos pastel y festejábamos, no pude evitar pensar que esta decisión no solo me daba una ventaja estratégica para lo que pudiera venir, sino que me permitía disfrutar del mundo de *High School DxD* como nunca antes: desde el centro del caos y la acción. 

Podía sentir que acababa de embarcarme en algo grande… y no podía esperar para ver a dónde me llevaría este viaje.

Fin del Cap1.

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