Capítulo 95
El sonido de su cuerpo cayendo al fondo del mar, en ese momento, fue el único sonido que entró en sus oidos, despues sintió el agua mojar su cuerpo y finalmente el descenso de su cuerpo al caer a las profundidades. Abrió sus ojos solo un instante para grabar en su mente la última imagen que vería antes de su muerte, los rayos solares atravesaban el mar e iluminaban su cuerpo, no pudo evitar sonreír.
Hizo su mayor esfuerzo para levantar una de sus manos, sin embargo y aunque logró hacerlo, solo pudo apreciar como su mano se convertía en polvo cósmico.
[GAME OVER]
La notificación se reflejo en sus ojos.
Tenía ganas de reírse, maldita sea, es increíble este mundo, la emoción que sentia en ese momento al ver su cuerpo convertirse en polvo cosmico como en el juego original, era un sentimiento difícil de describir.
Era la primera vez que ella se veía morir, estaba impresionada y también sentía miedo. Quería llorar y reír al mismo tiempo, todo aquel coraje que había acumulado se derrumbó, todo su miedo por fin salió a la luz y el miedo que tanto había escondido cambio por un enorme alivio. ¡Al diablo con las misiones! Sabía que su misión en Inazuma aún no finalizaba, todavía faltaban cosas por concluir, pero eso no significa que no pudiera sentirse aliviada.
Era el turno del protagonista, ahora que el camino estaba abierto, Aether podía salvar a Inazuma, se rió dentro de su mente y con este pensamiento en mente, el polvo cósmico borro todo rastro de su cuerpo.
Cuando abrió sus ojos por segunda vez, ya no se encontraba en el fondo del mar. El escenario frente a ella había cambiado por completo; bajo sus pies había hierba iluminada que con cada paso que ella daba su resplandor se volvía más fuerte y aunque esto fue impresionante, lo que más le asombro fue el enorme árbol blanco que estaba frente a ella. La forma del árbol era la de un sauce llorón, frondoso y enorme, de un color blanco hasta las raices, brillaba como la luz de la luna, era sorprendente.
Agatha arrastró sus pies en dirección al sauce llorón, con la única intención de verlo más de cerca y apreciar su belleza. En el lugar donde ella se encontraba no había nada además de unas mariposas plateadas que volaban sobre la hierba. Ella las observó con una sonrisa en sus labios y entonces, llegó al final de su camino.
La sonrisa que adornaban sus labios, se borró por completo y un ceño fruncido apareció en su lugar.
En el tronco del enorme sauce yacia el cuerpo dormido de un hombre que parecía tener la misma edad humana de Agatha. El cuerpo del hombre se encontraba en buen estado por lo que Agatha supuso que se trataba de un Dios o entidad divina, el cabello era largo hasta la cintura, de un color plateado o blanco, no estaba segura. En cuanto al color de su tez, era blanco como la porcelana, sin embargo, Agatha tenía el presentimiento de que ese no era el color de piel verdadera.
¿Es este árbol el Irminsul?
Más importante.
¿Por qué estaba encerrado ese hombre?
Observó con atención al hombre encerrado dentro del sauce llorón. Estiró su mano hacia el tronco del sauce, su intención era tocarlo y sentir la textura del mismo, también quería descubrir alguna manera de sacar al hombre pero antes de siquiera llegar a tocar el sauce llorón, una grieta se abrió bajo sus pies y se la tragó.
La oscuridad se adueñó de su visión mientras descendía. Esto fue durante unos segundos, hasta que una nueva ventana de estado se reflejo en sus ojos con una nueva notificación.
[¡La jugadora NalgaDeZhongli ha sido revivida!]
El nuevo escenario apareció ante sus ojos, un bosque de bambú la rodeaba. Al frente se encontraban unas escaleras de piedra que solo llegaban hasta un Torii de color rojo, Agatha los conocía como la puerta de los santuarios japoneses.
- ¿Qué hace una humana aquí?
- ¿La barrera con el Mundo Youkai fue descubierta de nuevo?
Las orejas de Agatha se movieron al oír las voces, levanto una de sus cejas con curiosidad y miró a sus alrededores.
- ¿Será hija del humano que vino la última vez?
- ¿El amigo de Kamai-san? Lo dudo, no se parece a los humanos de Inazuma.
Agatha condujo sus pies hacia la entrada, fingió no haber escuchado a los Youkai que se susurraban entre sí y cruzó hacia el otro lado del Torii. Un fuerte viento golpeó contra su rostro, miles de flores de cerezo que bloquearon su vista por unos segundos pronto revelaron lo que había al otro lado del Torii.
Miles o quizás millones de especies Youkai se revelaron frente a sus ojos. Todos caminaban por las calles de un festival lleno de puestos y con gran variedad de productos en venta, observó todo con una expresión llena de asombro.
Camino de un lado a otro mirando cada objeto que se encontraba, admiraba los productos con atención, sin importarle que los Youkai la miraban con curiosidad o que otros susurraban sobre ella, a Agatha esto no le importaba. Estaba ocupada mirando todo lo que había en el mundo Youkai.
Y es que, ¿cómo no estarlo?. Muchas veces había visto Anime sobrenaturales que trataban temas de los Youkai, seres que siempre llamaron su atención y quería conocerlos. Era todo irreal y al mismo tiempo tan asombroso.
¡La niña interior de Agatha estaba feliz!
- ¿Quién eres?
La mano de Agatha que estaba a punto de tocar una máscara de zorro, se detuvo a medio camino por la voz que la interrumpió. Giro su rostro para mirar al ser que la llamaba, pero debido a la altura y la extraña apariencia del Youkai, la chica levanto su mirada.
Su expresión se volvió confusa.
¿Es un oso?
No, no era un oso.
El Youkai frente a ella era una especie de comadreja semejante a un armiño, la verdad es que ella no conoce muchas especie de animales pero este era un Youkai de una raza animal y no es que se considere a ella misma una furra*, sin embargo, admite que esté Youkai es guapo.
Agatha abrió su boca dispuesta a responder la pregunta del Youkai e iba hacerlo, el problema fue que su voz decidió abandonarla en ese momento.
- ¿No puedes hablar?
El armiño la observó con curiosidad, Agatha hizo un gesto de cabeza para responder un "SI". El Youkai de tipo animal suspiro, fue comprensible con la situación de la chica.
- Los humanos no pueden estar aquí, deberías regresar a tu hogar.
Agatha hizo una mueca con la que dio a entender su desacuerdo. Busco con la mirada algo para escribir o que le ayudará a comunicarse con el Youkai, no sabía porque se había quedado sin voz lo que era curioso y preocupante.
Al no encontrar nada, decidió usar sus dedos y dibujar sobre la tierra bajo sus pies, el armiño observó curioso y antento las acciones de la humana, fue paciente hasta que ella decidiera terminar. Un minuto más tarde, los dibujos que hizo la humana se revelaron y vaya, el armiño se sorprendió con el talento de la chica, leyó los caracteres japoneses que escribió entré las imágenes representativas.
Una máscara de dos rostros era ella, un gato con un collar y un trajecito parecido a un kimono era Meow, las visiones y humanos eran la ambición, el dibujo de un Kappa y un Tengu acompañados de un sol brillante, significaba salvación. Por último, un santuario junto a una figura divida representaba al nuevo "señor" de los Youkai.
Interpretar el mensaje no fue fácil, por lo que el armiño se tomó un buen tiempo reflexionando. Varios Youkai se acercaron al darse cuenta que el armiño miraba curioso unos dibujos, ellos al igual que él, reflexionaron sobre estos y había unos cuantos que acertaron en el significado.
Entonces, juntando las ideas de todos los Youkai, el armiño resolvió el acertijo.
- Vienes a salvar el mundo Youkai de la ambición humana...- soltó en un murmuró mientras levantaba su mirada hacia la humana. Agatha asintió con un gesto de cabeza, luego apunto el dibujo de "Meow" e hizo unos gestos con el cuerpo para señalar que lo buscaba.
Esto fue bastante gracioso para algunos Youkai quienes miraban a la humana y no sabían que no podía hablar. Agatha se las ingeniaba para crear sus gestos como los mimicos, desde otro punto de vista era tierno.
- Ah, ya entendí - dijo el armiño golpeando la palma de su mano con su puño -. El vive en el Santuario Kaminari[1], se oculta en el Jardín del Infierno.
Escuchar tal nombre fue bastante curioso, en especial el nombre del jardín. Agatha no pudo evitar imaginarse un santuario en medio de un jardín de Lycoris Radiata pero era extraño que un antiguo señor Youkai viviera en un lugar así. No, en realidad tenía algo de sentido si lo pensaba bien, después de todo, entre los Youkai habitaban seres no vivos.
- Humana, al contrario de lo que te imaginas. El santuario de nuestro antiguo señor es un lugar hermoso, pocos han tenido la oportunidad de entrar en ese lugar - respondió el fantasma de una mujer anciana, lucía un hermoso kimono y un maquillaje similar a las geishas.
Si, este fantasma era un ejemplo de los Youkai no vivos.
- Si hablamos de pocos, solo la antigua Miko del Santuario Narukami ha entrado en ese lugar - agregó un Kappa que se unió a la conversación.
Agatha solo los miraba hablar, aunque ponía atención a toda la historia que contaban.
- Oh, es verdad. Después de todo ambos eran de la misma raza.
- Es lamentablemente que Inari-sama ya no se encuentre con nosotros.
Varios suspiros tristes se escucharon, el armiño que guardo silencio en toda la conversación decidió hablar en dirección a la humana.
- Para salvar el mundo Youkai de la ambición humana, se necesita un nuevo señor que tenga el poder suficiente de purificar nuestro mundo. ¿Sabías eso? - Agatha asintió con un gesto de cabeza -. Los anteriores señores de los Youkai han sido elegidos entre nosotros ya que hasta hace 2,000 años nacían Youkai con el poder suficiente de purificar nuestro mundo. Los últimos Youkai que pudieron tomar el lugar como el nuevo señor de los Youkai, fallecieron hace 500 años junto a Inari-sama, nuestro último señor.
Los amigos de Ei vinieron a la mente de Agatha, quizás se referían a ellos.
- En cuanto a los Youkai que residen en el mundo humano, ellos no tienen el poder suficiente que se necesita para purificar nuestro mundo, ya que ellos portan la ambición humana y sus lazos con el mundo humano es más fuerte que con el nuestro.
En ese momento, Agatha entendió las palabras del Youkai. En teoría, los Youkai que viven sus vidas como humanos no son suficientes para purificar el mundo Youkai, puesto que portan una visión de dónde nace la ambición que los ha contaminado y además, sus lazos con el mundo Youkai no son fuertes.
Agatha lo pensó de nuevo, todo apuntaba a que Aether podría hacerlo pero Yunqi había dicho que él no podía. Scaramouche, es difícil decirlo, está entre si y no.
Es difícil, muy difícil.
- ¡Okaasan!
Agatha levantó la mirada. Un joven de cabellos índigo con mirada inocente que era decorada con unas hermosas gemas amatistas en su bonito rostro de bebé inocente, él vestía un kimono blanco con toques morados y un velo morado que colgaba de su cabeza, corría hasta donde ella se encontraba con una sonrisa pintada en sus labios.
Dios mío, estaba en el cielo.
El niño que no es un niño - solo a Agatha le gustaba considerarlo como tal -, pronto la rodeo con delgados brazos en un abrazo de oso y restregó su mejilla contra el vientre de la chica. Ella lo rodeo con sus brazos para aceptar su abrazo, ambos se sumergieron en su propio mundo sin importarles quienes los miraban.
Agatha ya no tendría que buscar al Bakeneko.
•••
¡Hola!
Muchas gracias a todos por esperar la nueva actualización. Espero que les haya gustado y lo hayan disfrutado.
Nos vemos en la próxima actualización.
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