Capítulo 7


- Sabemos que la Orden del Abismo está detrás de todo esto y ya hemos destruido algunos de sus escondites.

- Sin embargo, los Fatui están detrás de la Lira Sagrada.

- ¿El Der Himmel? ¿Por qué alguien querría robar algo que no pueden vender?

Aether y yo escuchábamos en silencio la conversación que mantenían Diluc, Jean y Venti. Podía notar la confusión en los ojos dorados y yo estaría igual en su lugar si no supiera de que hablaban, cosa que sabía, después de todo venía de un mundo donde ellos forman parte de un videojuego.

- La Lira Sagrada puede curar a Stormterror. En cuanto a por qué los Fatui la quieren, necesitamos más información acerca de eso -. explico Venti.

- No es difícil, pero requiere algo de tiempo. Tengo algunos contactos que pueden ayudar. - Diluc aseguro con palabras sinceras, su mirada aunque era inexpresiva, podía notarse en su voz la seguridad que tenía. Jean y Venti asintieron a las palabras del pelirrojo, pronto su mirada rojiza fue en nuestra dirección - Nos veremos cuando la taberna cierre.

Todo asentimos.

Ahora, recordando lo que sucedía en el juego. Los Fatui logran robar la Lira Sagrada luego de que el viajero la robara, sin embargo terminan escondiéndose en el Obsequio del Angel dónde Diluc los apoya dándoles un escondite y engaña a los caballeros de Favonius sobre el origen de Venti y el viajero. Entonces Venti habla con Diluc y le cuenta toda la situación, más tarde cuando la taberna es cerrada es cuando se vuelven a reunir junto a Jean y bueno, comienza la misión para recuperar la Lira Sagrada.

Pero ahora es distinto, en realidad nos reunimos en el Viñedo del Amanecer y no en la taberna, tampoco la Lira Sagrada fue robada por el viajero y Venti, sino que con el permiso de Jean pudieron obtenerlo. Además que son más los que saben acerca de lo que la Lira Sagrada puede hacer. Por supuesto que no me sorprende, he llegado a este mundo y es claro que todo va cambiar. Ni hablar del sistema el cual no me ha dado más instrucciones e inesperadamente a veces aparece para informar cuando alcance un logro o complete una misión oculta.

Y eso, me da un mal presagio.

¿Qué sucederá entonces? Algo debe suceder que sea igual a la historia original para que todo vaya conforme deben suceder las cosas. Pero sí no sucede, si los Fatui no intentar robar la Lira Sagrada, eso quiere decir que la misión se acortaría.

[Advertencia: Tu plan justo ahora es una violacion en nuestro sistema. No puedes interferir en la historia sin importar los cambios que haya de la historia que conoces y mucho menos puedes hablar sobre lo que sucederá en el futuro o revelar información sobre Lumine. De lo contrario, el sistema castigará automáticamente. ]

Tan pronto como apareció aquella ventana violeta, desapareció de mi vista sin dejar un solo rastro. Con una ceja alzada y los brazos cruzados procese el mensaje del sistema. Tal parece que el sistema podía leer mis pensamientos o sentir cuando quería cambiar algo, al menos ahora sabía que el sistema tenía un tipo de vigilancia sobre mi. Rei como una bruja loca que ya tenía un plan en mente contra la bella princesa del castillo.

Esto es divertido. Pensé sin quitar aquella sonrisa malévola que se había formado en mis labios.

- Hey, Aether. Creo que Agatha se ha vuelto loca - escuché la voz de Paimon detrás de mi, lo que fue suficiente para recuperar mi compostura antes de que mi rubio favorito me mirara.

- Pues yo la veo bien, ¿Estás segura, Paimon?

- ¡Paimon nunca miente! ¡Paimon la vió reírse como los Magos del Abismo! - gritó molesta.

- ¿Quién reía como los Magos del Abismo, Paimon? - pregunte con una mirada oscura y una vena alzada mientras apretaba mi puño con fuerza.

- ¡Salva a Paimon!

La pequeña hada se escondió detrás de Aether. Por supuesto que no iba hacerle nada, solo intentaba jugar con ella y eso lo captó mi rubio cuando asintió al guiño de mi ojo derecho. Paimon al final termino volando lo más lejos que podía de mis manos yo iba detrás de ella siguiéndola y Aether nos miraba mientras reía.

- Puedo ver qué se divierten, ehe~

La voz meliodosa de Venti fue suficiente para que dejáramos de jugar. Tras mi distracción, Paimon no dudo en esconderse de nuevo detrás de Aether.

- Tengo hambre y solo la comida de emergencia me puede satisfacer - bromeé mirando a la pequeña hada.

- ¡Qué Paimon no es ninguna comida de emergencia! - pataleo cómo un niño pequeño.

- Claro que lo eres, Paimon. Te pesqué como a un pescado y eso te convierte en una comida de emergencia - Aether me siguió con la corriente, ambas manos las tenía sobre su cintura.

- ¡¿De que lado estás, Aether?! - pregunto enojada. Venti y yo ocultamos nuestra risa con nuestras manos.

- El de Agatha - Alzó los hombros restandole importancia.

- ¡Paimon está enojada, muy enojada, hmp!

- Bueno, ¿Les gustaría ir a beber algo? - Venti calmo su risa más pronto que yo. Aether y yo nos miramos y asentimos estando de acuerdo, Paimon no dijo nada, se mantenía de brazos cruzados con un ligero puchero.

En eso, recordé que no había probado ningún bocado desde que había llegado. Tampoco podía sentir apetito, quizás estos sean los efectos de ser un Yaksha o más preciosos, un Adeptus. Los tres, con la excepción de Paimon, caminamos por una de las rutas más cortas y despejadas para ir a Aguaclara, la misma ruta que tomamos cuando fuimos al Viñedo de Amanecer.

- Oye, Venti.

Con un paso más lento, camine hombro a hombro con el bardo. Este me miró con curiosidad y una pequeña sonrisa, espero en silencio mis palabras.

- ¿Aether sabe que eres Barbatos?.

Lo mire curiosa. Si bien, en el juego Aether parecía sospecharlo, cuando llegue a este mundo y los ví interactuar por primera vez, no me puse a pensar si el viajero sabía la verdadera identidad del bardo. Por supuesto que sabía la mía como reencarnación de Bonanus y también que vengó de otro mundo. Venti miró el cielo pensativo, negó después con un gesto.

- Sospecha, el viajero es una persona demasiado comprensible al punto de que no me preguntara directamente a menos que le diga yo - respondio para luego mirarme y habló de nuevo -. Cuando llegaste a Mondstdat noté que ya sabías mi identidad, incluso sin saber la tuya.

Asentí al instante, luego me detuve al recordar las advertencias del sistema. Por lo que me límite en afirmar que sabía sobre él.

- Mi verdadera identidad fue una sorpresa para mí, y ser Bonanus no me hace feliz - murmuré mirando la espalda de mi rubio favorito - Al llegar a este mundo y convertirme en Bonanus, provocó que mi corazón dudará de quien soy en realidad.

Venti me miraba con atención y escuchaba mis palabras en silencio sin decir una sola palabra.

- Un nombre es el primer regalo que se le otorga a un bebé. Pero incluso al crecer, ese bebé no ama su nombre sin saber su significado - su voz suena suave un nostálgica como si recordara algo de su pasado. Al fondo las cuerdas de una lira sonaron al aire, con libertad - Yo no tengo la respuesta que tú deseas, Bonanus. En este viaje junto al viajero, puedes encontrar esa respuesta o quizás la sepas, pero necesitas un detonante que te haga admitir lo que sientes.

Desde el momento en el que me convertí en Bonanus, las dudas crecieron en mi mente. Sé que ser ella significa enfrentar su pasado, vivir con el y acostumbrarme a el, es un pasado que no puedo abandonar con facilidad. Y aunque yo llegue a este mundo como Agatha, ella no significaría nada con una identidad que la ha opacado. Quiero ser Agatha sin ser Bonanus, pero quiero ser Bonanus siendo Agatha. Para hacerlo, debo aceptar a Bonanus y a su pasado, incluso si eso significa enfrentarme a quienes fueron su familia, debo hacerlo.

- ¿Te sientes mejor? - Venti me miró con una sonrisa comprensiva, la Lira en sus manos desapareció en el viento. No sabia el motivo por qué la había sacado, tal parece que él sí se dió cuenta por la mirada confusa en mi expresión - La deuda karmica estaba afectandote y use el mismo método que utilice con Alatus para controlarlo.

Abrí mis ojos con sorpresa, no había notado que la deuda karmica ya comenzaba a lastimarme.

- Gracias, Venti.

- No tienes que darme las gracias, ehe~

- No por mí, si no por ayudar a Alatus.

Venti rio suavemente y asintió.

- Es mi deber proteger a mi gente.

Alce una ceja con una sonrisa burlona y cruce mis brazos.

- ¡Aunque no me creas, sí los protejo!

- Yo no dije nada - exclamé fingiendo inocencia y el bardo me miro con reproche.

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