46. OMG

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OMG


Ir al hospital donde trabaja Xavier no es precisamente agradable, detesto a las que trabajan con él y no quiero sentirme mal. Me preparo física y mentalmente para morderme la lengua y no decirles nada. En serio no quiero tener más problemas de los que tengo y necesito con urgencia ser feliz dentro de lo que cabe. Entro en el lugar y voy directo a la recepción, como se que la caraja me odia, la trato con amabilidad. Pregunto por Xavier y me dice que en estos momentos esta ocupado, ella lo llamara cuando este libre y mientras debo esperar. Su voz es de mala muerte y me produce ganas de matarla. Desvía la mirada hacia mí y cuchichea algo con la otra. Me sabe a mierda su vida, no tengo la culpa de ser irresistible a los ojos de Xavier y por más que quieran intentarlo con él, no lo van a lograr jamás.

Me siento en los primeros puestos y tomo una de las revistas que están en la mesa del centro. Me dispongo a chismosear que hay de nuevo. Siempre es lo mismo y ya me harta, pero me entretengo y así los minutos se pueden pasar rápido. Entre leer y estar pendiente a mí alrededor me quiero desmayar, ese olor me repugna y no me gusta para nada. Es como si estuviera enferma también y todo el mundo me contagia su gripe. Es espantoso.

Suena mi teléfono y es mamá, seguro quiere que le compre algo. Al contestar, me pone a Gabriel en el teléfono. Mi niño es tan hermoso que solo me dice tres palabras que me llenan de felicidad: « Te amo, mamá » y me pasa a mi madre. Si, como predije ella quiere que compre varias cosas, y le respondo que me los envié por mensaje de texto. Recibo lo que mi madre necesita y guardo el mensaje para que no se me olvide.

— ¡Jess! —me grita la estúpida—. Al final del pasillo a mano derecha. Allí esta Xavi.

Rodeo los ojos. Detesto que lo llamen así. Suena petulante y más con su vocecita de santa. Como la odio. Camino hacia la dirección que me indica y allí esta Xavier atendiendo a una chica de cabellos rulos. Se ríen y espero a que termine, para luego entrar, no me gusta interrumpir la conversación ajena. Espero en la puerta viendo hacia el pasillo. Es demasiado terrorífico y me da miedo. Pienso que la tipa del Aro esta ahí con un cuchillo y va a asesinarme. Bueno, es patético pensar en eso cuando veo a la mujercita esa abrazando a Xavier. Tengo muchísimas ganas de llorar y asesinar unicornios. Los unicornios no tienen la culpa y es estúpido pensar en eso. Quizás es un paciente y yo acelero las cosas, pero siento que me ignora por completo, es como si yo no existiera. Fuera otro y me saluda al menos, da una excusa que está ocupado y es entendible, pero como no me dice nada, es frustrante.


—Xavier —lo llamo y él se voltea.

Ni siquiera se fija en mí y me voy del hospital hacia el supermercado. Compro lo que mi mamá necesita y me sabe a mierda todo. ¿Acaso saben que está comprometido conmigo? ¿Lo harán a propósito? Tengo demasiado drama en mi vida como para permitir que los demás me hagan más daño. Llego a mi casa y todos están reunidos felices, mis mejores amigos felices con sus parejas y jugando con los niños. Yo simplemente no soy feliz, mi felicidad y la única que tengo en momentos como este, es a Gabriel, quien con su sonrisa me ilumina el día y la noche.

Voy a mi habitación y saco a mi nuevo Chester de mi armario. Pensé en cambiarle el nombre, pero que va, me gusta demasiado y se quedara como la anterior. Las lágrimas corren en mis mejillas y empiezo a tocar lo primero que se me viene a la mente. Dos años sin usarla, ya es hora de usarla. Extraño mucho tocar, hacer lo que me gusta, vivo pendiente de los demás y no estoy pendiente de mi misma. Donny y Peter entran a mi habitación, olvido que ellos tienen llave para entrar. Se sientan conmigo y me observan, saben lo que me pasa, no son estúpidos.

—Jess, Xavier jamás te va a engañar —empieza Peter—. Sabes como es. Se ríe de todo con todo el mundo, literalmente. Sabes que es malo contando chistes.

—Tiene razón y odio decirlo pero tiene razón. ¡Maldita sea! ¿Qué carajos me sucede? Donny un chico que nunca se iba a enamorar de otra persona que no fueras tu, un chico que es un imbécil, sexy y bueno en la cama, excelente guitarrista. Mierda. Dije que Peter tiene razón. Es una maldita señal. Tengo que buscar a Summer, pero ya.

Donny sale de mi habitación dejando la puerta abierta y grita por toda mi casa. No entiendo por qué carajo está haciendo eso. Creo que mi amigo perdió la cabeza. Peter y yo salimos y vemos a Donny declarándose a mi hermana en la sala con un anillo en sus manos. Es la escena más extraña que he visto en mi vida y debo grabar esto como sea. Peter saca su teléfono y empieza a grabar, creo que es gracias a él que sonrío. Es un imbécil.

Summer casi salta de la emoción. ¡Es la locura! Mi amigo el más grande de los imbéciles y mi hermana se van a casar. ¿Qué? Es el fin del mundo, estos dos juntos serán el crimen perfecto. Si se odian y se aman al mismo tiempo, será genial grabarlos en sus años de matrimonio. Mi hermana me abraza y luego me muestra el anillo. Es lindo, tiene sus detalles especiales y bueno es una tremenda sorpresa. ¿Quién lo diría? El mundo se ha vuelto realmente loco.

Los dejo para que festejen y vigilo a Gabriel jugando con unos muñecos. Se ve tan lindo y tan entretenido. Aprovecho de descansar de tantas cosas, tengo mi cabeza llena de pensamientos locos. En serio, las cosas son locas.


**


Xavier


Demasiado tarde para que mi nena se enojara conmigo. No contesta mis llamadas y no responde mis mensajes y ya me esta preocupando, no quiero que llore por mi culpa, además solo abrace a la niñita esa porque descubrimos que tiene una enfermedad mental y pues no es fácil ni para ella ni para sus padres. Creo que cada vez que estoy en el hospital me desanimo por todo y no quiero que Jess sea la culpable de mis estupideces. Recojo todo, me cambio la ropa de trabajo y me dirijo a su casa. Solo espero que no esté llorando, solo eso espero. Odio ignorarla porque Jess es lo más importante que tengo en la vida, pero mi estupidez de no decirle que se espere un momento hace que ocurran cosas como está.

Hago una parada en la pastelería, pues comprar dulces alegra corazones y eso puede servir. También voy a una floristería y me dan las mejores rosas que pueden existir en el mundo. Algo debo hacer para que me perdone.

Estoy en frente de su casa con las manos temblorosas, sé que no me va a perdonar tan fácil y quizás me asesine después de esto. Toco el timbre para ser educado y me abre Peter, me susurra un «Buena suerte» y ya lo comprendo todo. Estoy frito para la mierda.

Abrazo a mis tres niños y luego subo hacia su habitación, desde la sala se escucha la guitarra sonar. Cuando está triste canta y toca a Chester, creo que es mi culpa. Si, mera culpa. Oigo también gritos o más bien gemidos y es el idiota de Donny teniendo sexo. ¡Es asqueroso! Menos mal que no esta los padres de Jess y bueno los niños creen que es otra cosa.

— ¿Jess? —toco dos veces y espero que me abra. De verdad lo espero muchísimo—. Oye, si lo lamento. Sé que te ignore y lo siento.

No suena ya la guitarra en su habitación, pero si en la de Donny. El imbécil está cantándole a Summer, eso es bien extraño. Utiliza la guitarra de Jess. Como me mata la curiosidad, veo por el ovillo y Summer tiene algo en la mano que brilla. Esperen un segundo. Toco dos veces y me abre ella, creo que el mundo está peor de lo que pensé. Estos dos seres se van a casar en serio. ¡Maldición!

—Buena suerte y que la masacre éste contigo, hermano —Donny sale desnudo y me tapo los ojos. Es un imbécil—. ¿Me regalaras tu mantita de los vengadores si mueres? —asiento para que deje el drama—. ¿Me regalaras todas las posesiones y los muñecos de acción más el Play? —asiento de nuevo y me abraza.

El día en que Donny y lo dije hace muchísimo tiempo, se case, será el fin del mundo. No puedo creerlo. Es imposible. Es un sueño.

—Serás mi padrino quieras o no.

Como sea. Tranca la puerta y sigue haciendo lo suyo con Summer. Admito que esto es un poco loco. Es OMG. Algo inexplicable y pensar que yo iba a ser el primero en casarme. Esto es de locos.

Veo que la puerta está abierta en la habitación de Jess y paso adelante. Todo esta oscuro, y al parecer no esta en la habitación. Busco desde la linterna de mi celular la lámpara para prender la luz. Todo esta ordenado y la guitarra esta en su estuche. Prendo el televisor y esta en el canal de Fox, pasan los Simpson y me siento a verla para esperar a Jess.

—Oh, Jess tendrás que irte así a la habitación. Nadie te vera. — ¿Nadie la vera?

—Como sea. Eres la peor.

—Sabes que me quieres, Jess.

—Eres asquerosa y baja el volumen a tus excitaciones.

Jess aparece toda mojada y provocativa, desnuda completamente y al parecer no me ha visto todavía.

—Dios, pero que sexy te ves —a continuación se voltea y me lanza un cepillo de peinar. Me pega justo en la cabeza—. Oye, como si no te he visto antes.

—Voltéate y no me mires —como sea, trato de no mirarla, de no verla pero es imposible. Está demasiado irresistible y no puedo contenerme—. Ahora puedes voltear.

Su pijama es más provocativa. Se sienta al borde de la cama y se seca el cabello con el paño. Me giro para verla mejor y la beso en sus labios. Ella no quiere, pero al final cede con mis encantos. Bueno lo que hicimos es bastante sencillo, pero con mas elegancia que la primera vez, con más pasión y mas sentimientos encontrados. No sé en donde estoy, porque me siento en otro planeta, otra galaxia, en este preciso momento solo estamos ella y yo, desnudos, excitados y muertos de sed con besos. Sus besos son los más perfectos, besarla es lo mejor que me ha pasado en el mundo. Como amo a esta mujer.

¡COMO AMO A ESTA MUJER! ¡AHHHHHHH! ¡ME TIENE LOCO! ¡ME PONE MAL! ¡LA AMO CARAJO!


Ya exhaustos busco las flores y los dulces.

—Jess —ella me observa y se extraña. Seguro piensa en algo y lo mejor es que no sabe que es—. Lo lamento muchísimo. Cuando trabajo me concentro demasiado en las cosas y no sabía que venías tan rápido, pero debí decirte que esperaras un poco más en la sala de espera. De verdad lo siento muchísimo. Le dije a la recepcionista que cuando estoy ocupado, salvo tú, me avise con tiempo, pero la tarada no me dijo nada. Sabes que eres la única persona que hace que mi corazón siga haciendo su trabajo, también se que no soy el mejor novio ni el mejor amigo, pero puedo ser alguien que te haga feliz cuando estés triste —hago una pausa y le beso la frente—. Este símbolo —le entrego una rosa—, es por tu personalidad tan bipolar y fría, romántica y seductora —sonríe y la deja a un lado—. Y estás son por ser la mejor madre del mundo y la mejor persona que existe. Jess, me pueden bucear, decirme piropos, tratar de conquistarme, pero no podrán hacer nada para que deje de enamorarme de ti. Siempre me voy a enamorar de ti aunque estés molesta, amargada y sensible. Amo tu personalidad, eres tu Jess, nadie es como tu y nadie será como tu. Nadie. Para mi eres perfecta con todos tu defectos, tu sudor, tu acné, tu vestimenta, todo. Para mi eres perfecta, Jess. Eres mi cliché, eres mi maldito cliché y siempre será así. Siempre creí que la madre de mis hijos fuera alguien como tu, Jess. Y mi sueño se hizo realidad.

Menos mal que estoy vestido porque mis príncipes están en la puerta riéndose de todo. Tapo a Jess y ella se viste rápidamente. Un momento bastante incomodo. Ellos se quedan paralizados sin decir nada y yo trato de sonreír.

Entre cosquillas, abrazos, pasamos la noche los 5 en la habitación de Jess, por supuesto con el televisor encendido porque los niños nos tienen acorralados y si nos movemos el caos total. Jess encuentra el control debajo de su almohada y lo apaga.

Ahora solo nos queda destrozarle la cara a Nicole y no dejar que nos siga jodiendo nuestra existencia. Sera difícil pero no imposible. Esa mujer merece la pena de muerte por sus idioteces. 

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