45. Sugar
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Sugar
—Peter —lo miro directamente a los ojos. Estamos solos y puede decirme lo que sea. Xavier y Donny están preparando la carne para la parrilla, mis padres salieron a comprar cerveza y Summer está en su habitación—. ¿Qué sucede? —mi pregunta lo incomoda.
Se queda callado y le vuelvo a preguntar lo mismo.
—Peter —esta vez me mira. Se le tensa la mandíbula.
—Estoy enamorado, Jess y no sé que hacer.
¡Y hay gato encerrado! Porque si está enamorado y triste al mismo tiempo, debe ser algo malo. Mi instinto de mejor amiga me dice que Peter está metido en tremendos problemas. Si hay que patear traseros, yo misma estoy dispuesta a hacerlo.
—Contesta mis preguntas y luego me explicas de qué trata todo esto.
Asiente. Miro a Gabriel y está jugando con unos carritos. Vuelvo a mirar a mi mejor amigo y se tensa de nuevo. No entiendo por qué carajo se meten en rollos donde no los hay. Ya los he salvado a los tres, aunque Peter tenga un rostro tranquilo, hace de las suyas de vez en cuando y yo tengo que cubrirlo siempre.
— ¿Viniste a Alemania por un problema que tuviste con tu papá? —Él asiente de inmediato.
¡LO SABIA!
— ¿Es sobre algo indebido que hiciste? —vuelve a asentir.
¡DOS PUNTOS PARA JESS, CARAJO!
— ¿Tiene algo que ver con las drogas? —niega con la cabeza.
Uf, es un alivio, primero preguntarle cosas, porque quien sabe que le habrá sucedido y hay que estar completamente informado con el caso. Gracias a Donny y su ladilla de Holmes, me he vuelto detective profesional.
— ¿Es una chica? —aprieta la boca y no habla.
¡Gato encerrado!
Interrumpe Donny. ¡Maldita sea!
—Oigan se que quieren hablar de no sé que guevonada, pero tengo un hambre y si no como matare al gato de la vecina y me lo comeré. Ok no. Tengo hambre y ya deja al pobre hombre. Abajo están unos amigos de la universidad y una tipa que esta más buena que el hambre.
—Eres repulsivo. Te acosare con Summer.
—Jess, princesa, cariño. Amo a tu hermana y ya. Bórralo de tu mente.
—Dame 5 minutos y bajo. Deja la ladilla.
Me enfrento a Peter de nuevo y muerde su labio inferior. ¿Qué piensa? ¿Qué sucede?
— ¿Es un chico, Peter? ¿Estás enamorado de un chico? —mi pregunta lo incomoda demasiado. Está vez interrumpe Xavier y se lleva a Gabriel con él para que comparta con sus hermanos. Me da un beso y se retira.
Xavier es tan sexi que duele.
—Jess —por fin habla—, es complicado y tengo hambre.
—No me vengas con eso. Habla ahora o calla para siempre.
Eso sono a película, pero en fin no me moveré hasta que decida confesarme que coño sucede. Tanto misterio me tiene confundida y la verdad no se que hacer al respecto.
—Jess es complicado. Mejor comemos y hablamos después —insiste en hablar después y no quiero.
—Habla y dime de una maldita vez lo qué te sucede.
—De acuerdo. No te vayas a desmayar ni hacer cualquier idiotez. Solo escucha —asiento y lo escucho con detenimiento—. Primero no soy homosexual, para empezar. No me gustan los hombres y no me veo con un hombre. Segundo y quédate tranquila porque si quieres que te diga lo que me pasa, tienes que ser paciente —vuelvo a asentir—. Conocí a una chica en Alemania, o mejor dicho había una chica desde hace tiempo en Alemania y por eso había decidido irme para allá y además que iba a estudiar la mierda esa. Dicho esto, me fui y todo bien, la chica ha sido siempre el amor de mi vida, siempre. Toda la vida ha sido el amor de mi vida, pasa que cuando me voy a encontrar con ella, esta con otra chica y me sentí mal, tan mal que tome las maletas y me vine, dejando la carrera de mierda para siempre, dejando mis sueños para la mierda. Mi papá se estaba acostando con una prostituta en mis narices y decidí irme a casa de un amigo, porque no tenía dinero en donde quedarme. No sé que coño me paso, pero terminamos besándonos y yo esa noche llore demasiado, llore tanto que él me consoló de una manera que jamás había sentido. Me pidió disculpas por eso y yo decidí olvidarlo y venirme para acá porque no aguantaba la presión. Quizás es la mayor locura que he hecho en mi vida y no quiero que se repita más. Es mi mejor amigo y no puedo hacerle daño. Por eso me fui de su casa sin decirle nada, solamente deje una nota sobre su hospitalidad sin mencionar el beso. Me arrepiento por completo, me arrepiento mil veces de todo. Me siento mal por todo. Mi papá es un imbécil, mi mamá esta mal y se fue con otro tipo dejando la casa sola. Jess, no sé que demonios hacer con mis sentimientos. Después de ese beso con mi mejor amigo, me siento el peor ser humano del universo y no dejo de pensar en ese bastardo. Quisiera no sentirme mal ni triste, comprendo su situación y busco como sacarme una sonrisa. Ahora estoy confundido con todo y no sé que hacer. Por eso no quería decírtelo, porque sé cómo te pones cuando se trata de algo así y eres mi mejor amiga. Confió en ti como nadie, y solo te pido que no se lo digas a Donny ni a Xavier. Moriría de vergüenza.
Al terminar mis lágrimas invaden mi rostro y lo abrazo. Todo lo que esta pasando Peter no se lo merece. Su padre es un imbécil de mierda, su madre una cualquiera y por supuesto esa chica es la causante de todo. La tuviera encima y le caigo a coñazos para que sea seria y no hiera a mi mejor amigo.
No hablo y dejo que mis pensamientos hagan su trabajo.
—Peter —digo—. No te juzgo. ¿Por qué pensabas que te iba a decir algo malo? Entiendo tu posición y no es fácil, no debiste hacerlo y debiste haberme llamado primero y yo te daría una solución menos descabellada que esa. Ahora, ¿te gusta o no te gusta?
—No lo sé. No creo. No sentí nada cuando me beso y solo estoy confundido.
—Pero si estás confundido es porque sentiste algo.
—No sentí nada, Jess. Lo juro. No quiero recordar nada de eso y deseo empezar mi vida de nuevo.
—Vayamos a comer o Donny se comerá todo y no nos dejara nada.
**
Pensar o no pensar. Ese es mi dilema de hoy. Los niños se quedaron dormidos en mi habitación. Crecen tan rápido que es difícil grabar todos los momentos. Tengo tantos problemas en mi cabeza y al ver a los tres ángeles, siento que no debo tenerlos, la vida está llena de sorpresas y maravillas. La vida suele ser delicada, difícil de interpretar, no es fácil, pero no imposible.
Pensar en lo que me dijo Peter días atrás me deja pensativa. Peter la persona que siempre ha sido feliz, siempre bromea y tiene problemas serios. Vive mientras tanto en casa de Donny, porque en mi casa no hay espacio. El cuarto de mis hermanos será remodelado pues ahora es una oficina para mi papá. A la vez la de huéspedes también será remodelada.
El caso de los niños de Xavier, bueno también son míos se complica cada vez mas. La gorda panfleta no deja de decir mentiras. ¿Hasta cuándo me tengo que calar el mismo discurso? ¿Hasta cuándo tengo que soportar sus estupideces? ¿La juez se hace la pendeja o nos ve cara de imbéciles?
No he tenido tiempo de ver a Xavier. Está trabajando y yo estudiando. Ya se inscribió en una universidad al fin, no estudiara dónde yo estudio sino en otra que le queda más cerca de su trabajo. La música no la deja atrás, pues también da clases y gana dinero extra para nosotros. Ahorramos para comprarnos un anexo en la ciudad.
Por mi parte hago varias cosas en casa, sigo estando en casa con la mente en blanco. Necesito conseguir un trabajo con urgencia o me dará algo. Lo que no quiero es que mis papás asuman ese rol de cuidar a Gabriel y estoy pensando en una guardería, pero ya es demasiado gasto y no sé que demonios hacer.
Mi madre me dice que me tranquilice, que termine la universidad y después que consiga un trabajo.
—Madre, necesito dinero para mí y para el anexo.
—Cariño, termina la universidad.
—Tienes razón, pero necesito ahorrar y comprarle cosas a Gabriel. No quiero depender tanto de papá.
—Cariño, Xavier te ayuda.
—Pero él no puede tener todo el cargo. Tiene a dos más por alimentar y se parte el lomo con eso. Tengo que hablar con él y encontrar una solución. ¿Me vas a apoyar?
Ella asiente y me besa la frente.
—Siempre te vamos a apoyar, cariño.
Tetero de Gabriel, lo veo dormir, jugar, caminar y decirme todo el tiempo mamá. Es el ser más perfecto que existe en el mundo, me hace sentir aliviada y su amor hacia mí es lo mejor de todo.
Mi vida tiene que ser cliché como me prometió Xavier y pensándolo mejor, me gusta mi vida como esta. Descabellada y con mucho drama.
**
Fregar, cocinar, dormir poco y parecer un zombie: ES SER MADRE. Sí, tengo que estudiar, leerle cuentos a Gabriel, tener poco tiempo para componer música y tener muy poco tiempo para ver a Xavier. Siempre estoy sola, todo el mundo anda ocupado. Donny se la pasa con mi hermana y casi nunca están en la casa. Peter está saliendo con una chica y se ve feliz por eso, lo veo poco porque sale todos los días con ella.
A veces me deprimo y lloro como nadie. Tengo ya una semana con el ánimo por el piso y todo parece indicar que me quedare con Gabriel y 7 gatos en una casa vieja. Uy, no tampoco para tanto, creo que estoy siendo muy dramática últimamente.
La universidad me sirve para desplazarme a otro mundo distinto al que me rodea. Conformo un grupo de amigos básicos y geniales, siempre me sacan una sonrisa y nos reunimos a veces en mi casa. Suelen ser muy relajados y hippies, lo cual hace interesante su compañía.
La carrera cada vez es más interesante y todo lo que aprendo lo comento en casa. Gracias a mi madre, estoy aprendiendo a cocinar cada vez mejor y como Gabriel ya tiene casi dos años, es una maravilla como mejora la simplicidad de las cosas. Duerme toda la noche y toma siestas en la tarde cuando llego de la universidad. Dice más palabras y oraciones largas. Habla fluido y sin tartamudear, según el pediatra está muy bien para su edad y eso me alegra muchísimo. De vez en cuando lo llevo a la universidad y ve clases conmigo, pues no siempre lo pueden cuidar y ni modo. Todo el mundo se vuelve loco y aman a mi hijo. Son unas pervertidas.
—Nena —la voz cansada de Xavier me despierta—. Sé que no soy perfecto, ni soy millonario...
—Eres perfecto, sexy y millonario —le digo y le doy un beso que enciende el fuego de nuestro interior.
—No sé que haría sin ti, Jess. No sé que haría sin ti.
—Te amo, Xavier. Cada etapa de nuestras vidas va creciendo y ya no somos los mismos de antes. Solo no quiero que te separes de mí, y me olvides.
—Mi vida es cliché, Jess. Una gorda se embaraza y tengo hijos con ella, en secundaria no me folle a nadie y fui virgen hasta encontrarme contigo. Tú eres la pervertida que quito mi virginidad y mi inocencia. Me quieres por lo que soy y no me juzgas por nada. Eres mi cliché hermoso. Te amo nena y siempre te voy a amar, complacer cada puto día de mi vida. Me puedes asesinar si hago algo mal. Solo deseo hacerte el amor como si fuera la primera vez. Quiero hacerte el amor y sentirte mía por completo. Solo deseo besarte, abrazarte y verte sonreír cada día. No quiero que llores, ni que derrames lágrimas, al menos que te cuente uno de mis fabulosos chistes y sería estupendo como te ríes llorando. Mi vida eres tu, nena. Eres tú. Y siempre serás tú.
—Y nuestros niños hermosos.
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