42. Hero

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Hero


La vida puede ser una maravilla y de repente de un día a otro, se vuelve tormentoso. Ser madre a los dieciocho años no es fácil de llevar. Cocinar, planchar, lavar, correr a la universidad, no llegar tarde a ninguna parte y ser siempre responsable, aunque me cueste demasiado. No soy una madre ejemplar, pero si soy valiente y decidida. Creo que Gabriel recibirá una educación como mis padres me la dieron a mí y es justo lo que deseo. Ya mi hijo tiene un año de edad, ha crecido tanto que es difícil de interpretar. Estoy tan emocionada que no sé lo que siento, corre por mis venas besarlo y abrazarlo, tenerlo para mi sola y no dejar que nadie le haga daño.

Estos dos meses han sido muy fuertes para mí. Xavier está con el caso de sus hijos, y cómo va la situación va perdiendo. Ella lo acusa de todo también y son pros y contras. Me apena por él todo lo que esta pasando con su vida y no me gustaría que se echara a perder de nuevo. Ya demasiado tiene con su propia familia. Su papá se salva porque no se ha portado mal con nosotros y hace lo imposible por ayudarnos. Peter tuvo que partir hacia Alemania, cambiaron la fecha de su inicio de clases y tuvo que coger un vuelo urgente, como lo voy a extrañar. Ya de hecho me falta muchísima falta. Donny y mi hermana siguen estando juntos, con sus peleas y sus besos siguen allí como siempre. No sé si es la pareja más rara que he visto en mi vida, pero al menos se la llevan "bien".

— ¡Mamá! —dice Gabriel pausadamente y estoy en shock—. ¡Mamá! —repite y viene hacia a mi caminando como si nada. ¡Su primera palabra! ¡Qué hermoso!

Me pongo a llorar. Me causa tanta alegría y no sé que mas decir. Estamos abrazados el uno con el otro y mis lagrimas aun corren por mis mejillas. Llamo a Xavier y me contesta en seguida.

—Nena, voy para allá. El tráfico está demasiado horrible. Recuerda que siempre te voy a amar. Siempre —me dice sin trancar esperando que le responda.

—Te amo más, Xavier. Te espero —tranco la llamada y sigo jugando con Gabriel. No deja de repetir mamá y me hace llorar cuando lo dice. Es tan lindo que provoca morderlo por todas partes.

Aprovecho de meter la ultima lavadora, ya que se duerme al fin, luego de estar jodiendo por varias horas. Es un alivio cuando duerme, porque puedo hacer de todo sin interrupciones y asi adelanto bastante, para que cuando se despierte, tenga la libertad de estar solo con él y no estresarme más de la cuenta. Gabriel está la sala dentro del corral y lo puedo vigilar más de cerca.

Mi hermana y Donny llegan justo a tiempo. Me ayudan con la carne para las hamburguesas y vamos hablando de lo que hicimos en el día.

—Xavier está retrasado —puntualiza Donny mirando a la puerta principal. Tiene más de dos horas que no llega y eso me extraña. Siempre coge atajos y difícilmente llega tarde o si no me envía mensajes para decírmelo. Intento llamarlo un par de veces y nada. Me cae la contestadora directamente. ¿En dónde carajos está?

Seguimos haciendo las hamburguesas y olvido el tema de Xavier para estar tranquila. Mis padres llegan también y preguntan por Xavier justo cuando estoy tranquila, niego con la cabeza ante sus respuestas y todos nos quedamos pensativos, de hecho su padre también está presente con los gemelos.

—Llame al jefe y tampoco sabe. Se supone que si estaba en camino, ya debería de haber aparecido —comenta mi hermana frunciendo el ceño.

Esto me tiene angustiada, justo ahora que quiero verlo, entonces no esta presente conmigo. Es un estrés este asunto y no puedo ni siquiera cortar cebollas por mis pensamientos paranoicos. Me siento en el mueble y como Gabriel se despertó, le doy el tetero. Mi cabeza no esta más que en Xavier. Intento tranquilizarme y cada vez que lo hago, no puedo. Me envenena por dentro.

Mi madre me tranquiliza y no logra hacerlo. Suena el timbre y Donny abre. No sé quien es pues estoy de espaldas. Por la voz es de un señor. Trancan la puerta y cuando volteo Donny y mi hermana la cerraron, no sé que demonios estarán hablando y quiero saberlo. Gabriel no se despega del tetero y va poco a poco. Mi madre me pide que se lo de, porque así no puedo concentrarme. Donny tiene el rostro pálido y sin emoción alguna. Ver a Donny de esa manera, significa una mala noticia. Odio las malas noticias, las detesto, me enferman y me envenenan por dentro. Summer lo tranquiliza.

— ¿Qué sucede, Donny? —pregunto a ver si me responde y no dice nada. Está callado y eso me enfurece demasiado—. ¡¿Qué demonios esta ocurriendo?! —grito alterada y mis padres me agarran por la cintura—. ALGUIEN QUE ME DIGA QUE CARAJOS SUCEDE —su padre está sereno y me mira al rostro. Le salen unas cuantas lágrimas y no entiendo que sucede.

Los niños empiezan a llorar y yo no sé que decir al respecto. Estoy entre la espada y la pared. Ando desorbitada y tratando de entenderlos a todos. Ya Donny está calmado y me lleva a mi cuarto a solas, necesita decirme algo y tiene que ser en privado.

—Jess, no será fácil para ti. No será fácil. Tienes que calmarte —va diciendo y mi corazón está acelerado—. Tienes que calmarte, ¿de acuerdo? —Asiento con la cabeza—. Venia para acá, un camión se le atravesó por todo el medio y cayo tendido al suelo. No sobrevivió, Jess.

—NO PUEDE SER. ES MENTIRA. DIME QUE ES MENTIRA. DIME QUE ES MENTIRA. DÍMELO, POR FAVOR. DIME QUE ES MENTIRA, DONNY. DÍMELO. DÍMELO —caigo tendida al suelo y empiezo a llorar como una niña pequeña. Donny me abraza y no deja de asentir con la cabeza reafirmando la noticia. Esto no puede estar ocurriendo.

No puedo decir nada, ni pronunciar su nombre. Estoy dolida por dentro, mi pecho está herido, como si una bala me atravesara por todo el corazón. Lloro lentamente y desgarradoramente. Donny no deja de abrazarme. Ya nada me interesa en este maldito mundo de mierda. Todo es una mierda. Él tiene que estar conmigo como lo prometió. Nuestra vida tiene que ser cliché, nuestros momentos deben ser cliché. Toda mierda es un maldito cliché y la mía se ha convertido en una pesadilla total.

—ME LO PROMETIÓ, DONNY. TIENE QUE SER CLICHÉ MI VIDA. DIME QUE ES MENTIRA. DÍMELO —lloro demasiado y mi amigo no se aparta de mí. Donny es más valiente en expresar sus sentimientos. Es mucho más valiente que yo—. NO ES CIERTO, DIME QUE NO ES CIERTO, POR FAVOR. QUIERO OÍRLO DECIR "NENA". NO ME PUEDE DEJAR SOLA. NO PUEDE DEJARME SOLA —grito mil veces y no me interesa nada.

No me importa nada. Ya mi vida se acaba, se termina. Todo es una pesadilla de mal gusto y lo peor es que es real. No me levanto del piso, porque no me da la maldita gana. Intento hundirme en mi dolor. Matar y asesinar a ese bastardo que se robo mi felicidad. Matarlo y asesinarlo como sea.

Mi padre ya cuando estoy un poco más tranquila, me abraza fuertemente y me causa más llanto de lo normal. Esto solo me pasa a mí, a más nadie. ¡SOLO ME PASA A MI! MALDITA SEA.


**

La pesadilla es tan real que me provoca lanzarme de un sexto piso y morir también. En medio de un funeral donde solo somos mi familia, su padre y yo, la tristeza se hace presente. No veo más miembros de su familia y las van a pagar todas y bien caras, incluyendo a Nicole.

El caso es que se hace más difícil el caso, puesto que ella tendrá todas las de ganar según mi consciente. No sé que voy a hacer, pero luchare como sea para que los niños se queden conmigo. Quedarme en el cementerio a altas horas de la noche, con los ojos hinchados y rojos, ver la lapida y seguir llorando, es lo peor que existe en el mundo. No pudimos hacer realidad nuestro sueño, no pudimos hacer nada para evitarlo, no pude estar con él viviendo en una casa feliz de la vida. No, porque tuvo que venir un imbécil a dañarle su vida a propósito.

No podre abrazarlo, ni besarlo, ni darle cariños, ni alentarlo. Ni decirle estupideces, ni pelear. Nada. Ya no existe en mi mundo, se ha ido para siempre y me dejo sola. Me dejo devastada y triste. Ya no existe Xavier. El amor más grande de mi vida, la ilusión de mis mañanas, el canto de mis mañanas. Se ha ido y no va a volver jamás. No podre decirle cuanto lo amo, cuando lo aprecio. Si no fuera por él, Gabriel no existiría, es lo único que calma mi tristeza. Xavier se ha ido para siempre. Todos sus recuerdos, quedan conmigo, solo conmigo. La únicas personas pendientes de él: Donny, Peter y yo. Solamente nosotros tres comprendimos el sufrimiento que llevaba por dentro.

No puedo dejar de llorar, de pensar en él. Todo es una mierda.

—Jess, cariño. Tenemos que irnos —dice mi madre—. Cariño, vamos.

—No quiero —replico.

—Jess, la vida tiene que continuar. Debemos ganar el caso, princesa por favor —me dice Donny en su tono de convencimiento—. No estás sola en esto. Peter se viene a vivir con nosotros porque no te quiere dejar sola. Vamos, por favor —no me convence. Estoy muy mal y no deseo moverme de donde estoy—. Jess, no me hagas cargarte como un bebé y regañarte. Yo te comprendo, también fue mi mejor amigo y me duele demasiado, solo que hay que avanzar. Eso es lo que él quiere, Jess. Que avances.

—Jamás avanzare si no esta él conmigo. Jamás lo hare. Tampoco seré feliz.

—Hazlo por Gabriel, princesa. Solo hazlo por Gabriel.

Me levanto de donde estoy. Lentamente mi alma se va consumiendo poco a poco, mis ojos no dejan de llorar y mi corazón no deja de ponerse negro, gris. 

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