36. Crawling

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Crawling


La vida puede ser dura, complicada y un poco dramática. En mi caso, es más cliché que otra cosa y me cuesta comprender los momentos que he tenido. No sé si me sienta preparada para asumir ciertas responsabilidades, me aterra cometer errores y fallar. Xavier anda en su mundo y yo estoy en el mío. Ambos sabemos que es un error lo que estamos haciendo, pero no nos queda de otra.

Xavier piensa que las cosas no pueden ser tan difíciles, es muy positivo en todo. Cree que lo haremos bien. ¿Cómo sabe que lo haremos bien? ¿Cómo sabe que estaremos siempre juntos a pesar de todo? Yo no lo sé. Todo puede cambiar en cualquier momento y no me da miedo si llegamos a no estar juntos, al final siempre lo hemos estado y vamos hacia adelante, la cuestión es que si me deja, se pueden complicar las cosas.

Realmente no se qué creer. Tengo la cabeza enredada, no he podido disfrutar de mi embarazo por preocuparme de todo. He estado muy mal, además de pensativa y loca. Mi hermana cada noche me da consejos, disfrutamos de los movimientos de Gabriel y charlamos de todo. Ella opina que me vuelvo paranoica, y tiene razón en eso.

Últimamente todo ha estado muy raro y ya no se que comentar ni decir. También hablo con mi madre. Opina exactamente lo mismo que Summer.

—Amor, no te preocupes por todo —dice mi madre acariciándome el cabello—. Eres igual a tu padre. Yo estoy orgullosa de ti, cariño y lo harás bien. Yo estaré apoyándote en esto. Si es difícil cuidar a un niño. Con tus hermanos pase muchísimo trabajo, son terribles y aun me preocupo por ellos, siento que ya no son unos bebes cuando los tenía en mi pecho. Luego llego Summer y las cosas se pusieron crudas, tu padre no quería más hijos y se dedicaba al básquet las 24 horas al día. Ninguna pareja es perfecta, cariño. Y cuando viniste al mundo, volví a sonreír como los hice con los demás. De pequeña eras toda una niña traviesa y varonil, tu padre se le quito lo amargado y vio una luz en ti. El hecho de que estés embarazada no cambia nada, al principio nos cayó al hígado pero sabemos que eres buena persona, que puedes hacer las cosas bien. Confiamos plenamente en ti y te vamos a apoyar cueste lo que cueste. El mundo no se acaba porque vayas a tener un bebe. Siempre estaremos para ti, amor. No te sientas deprimida y relájate.


Los consejos de mi madre son largos y te reconfortan. Entiendo que ella se preocupa en cierta forma por mí, pero me conoce tan bien que no me daré por vencida. A los días siguientes son un dolor de cabeza y en la espalda terrible. Vivo acostada todo el tiempo y tomándome quinientas pastillas a la vez. Cada vez que voy al baño estoy pendiente en saber si ya estoy lista para parir. Mi hermana y yo saldremos el fin de semana a comprar ropa, pañales y lo que me falta para cuando me toque ir al hospital. Xavier quiere ir, pero tiene un compromiso con su padre, —si unos pases a medias y eso me contenta—. Entonces me vera después para finiquitar lo que falta.

Como me gusta ver programas de embarazo y series ridículamente estúpidas, paso el tiempo en eso para tranquilizar mi mente y pensar en otras cosas. Adoro acostarme boca abajo y no puedo porque mi barriga esta enorme y además la ginecóloga me recomendaron recostarme de lado izquierdo. Según los últimos ecos, ya esta en posición fetal y estoy tan feliz que no puedo con la emoción.

Bajo a almorzar a paso lento, me duele todo y no me gusta estar acostada por mucho tiempo, odio el encierro y me fastidia estar en casa todo el tiempo. Cuando veo partidos de fútbol, me siento mal porque quiero jugar y no puedo. Quiero ir a los conciertos de Xavier y tampoco puedo. Me siento mal por todo. A veces me deprimo y mi madre dice que es normal. Lloro de vez en cuando y me desahogo escuchando música pop. Últimamente mis géneros han cambiado mucho. Amo el rock, y también me he abierto a otros géneros y me han gustado.

Alguien abre la puerta y mi padre se levanta para abrirla. Se supone que nadie nos visita y me parece un poco extraño. Abre y es una persona que jamás había visto en mi vida, una chica de cabellos largos y piel morena. Saluda a mi padre y todos nos quedamos viendo la escena. Es joven y parece tener mi edad. Mi madre también la saluda.

Summer y yo no tenemos ni idea de quién es. Donny y Xavier llegan a los minutos siguientes. Xavier si conoce a la chica y mis celos emerge.

—Claro. Me encantaría —responde Xavier a una pregunta hecha por la chica roba chicos.

Me meto un pedazo de carne, para no llamar la atención y Summer me mira de reojos tratando de averiguar mis pensamientos según lo que esta viendo. Me pasa un papelito con algo escrito. Según ella es pariente de Donny y la ha visto en casa de mi mejor amigo. No me extraña, pero no se parece a mi amigo para nada.

—Hola, Jess —saluda Xavier secamente.

—Hola, Xavier. ¿Cómo andas el día de hoy? Veo que estas MUY alegre —le digo sarcásticamente—. ¿Y tú quien eres? —le pregunto a la chica con cara de mongólica, pero por dentro se ve que es mas zorra que la gallina, así como la mamarracha. Se creen estúpidas y al final son más inteligentes que uno.


—Jane, ¿y tú quien eres? —Ah, juega sucio.

—Jess. ¿Y entonces? ¿Qué haces por aquí? —pregunto en tono arrogante.

—Vine a visitar a mi ex novio, o sea a Xavier.

¿Ex novio desde cuándo? ¿Jane? Me suena. No recuerdo su patético rostro, pero he oído ese nombre en alguna parte.

—Me alegro, chica. Te informo que mi amigo es muy delicado con las relaciones, ah claro. Tú ya lo sabes porque fuiste su novia obviamente. ¿Pero chica, yo te he visto en alguna parte, en dónde? Yo no te recuerdo —continuo con mi sarcasmo y Donny casi se atraganta con el jugo. Ese no espero a nadie para comer. Más lambuceo y muere.

—Seguramente. Yo si me acuerdo de ti, la marimacha del grupo. La cantante que se cree más que Jlo y la varoncito embarazada. Si, Nicole me hablo mucho de ti por cierto. ¿Te molesta que salga con tu novio un rato? —su voz es irritante. En serio la detesto con toda mi alma.

Nicole no me puede dejar en paz ni un segundo. ¡Qué ladilla es la mocosa ballena esa!

Moby Dick, claro. Es la que tiene la barriga más grande que un barril, si. Ya sé quién es, vale. Bien mamárracha que es. Si quieres saber acerca de mi mejor amigo Xavier, pues ama las pizzas, odia el pescado y detesta el perro caliente. Adora a los animales y le gusta bucear en el mar con su padre los domingos. Detesta la injusticia y a niñas mimadas como tu, por ejemplo. ¿Sabías que cuando comes 10 hamburguesas te pones como una vaca? —Adoro jugar sucio y mas con niñitas como esta. Nadie me puede quitar mi felicidad y es muy difícil que Xavier acepte salir con ella. La lengua se la comió el gato de Donny—. Odia ir a ver películas ridículamente anormales y te puedo asegurar que vomitara en tus pantalones. Odia las palomitas de maíz. Bueno seguramente ya tú lo sabes, porque se supone que fuiste su ex novia. Aunque él nunca te menciona, que yo sepa Xavier tuvo fueron 500 novias entre pre-escolar y primaria. Y otras 200 en Secundaria, ¿estás segura que no te engaño? Es hábil con eso.

— ¡Ya basta, Jess! —grita Xavier furioso. ¿Qué demonios le sucede? —. Últimamente estás irritante y la pagas con todos.

— ¿Me acabas de gritar? ¿Quién demonios te crees para gritarme, Xavier Alexander? Si estoy siendo molesta o como te dé la gana llamarlo, ese es mi problema, no el tuyo. Te aconsejo que te cambies de ropa, si quieres tener sexo con esta mocosa. Sal con quien te de la puta gana, al final siempre he estado sola en el mundo —le contesto frunciendo el ceño—. No me tienes que pedir permiso para salir con zorras como ella. Ellas son las que ganan siempre y luego terminan siendo la peor escoria del mundo.

—Yo también he estado solo en este mundo. Comprendo que tienes las hormonas sensibles, pero no voy a tolerar que irrespetes a todos solo por esto. Es ridículo, Jess. No sé en serio que te sucede. La verdad me enfadas.

—Si lamento estar así. Pero soy yo quien lleva la barriga, que compra cosas para Gabriel y que siempre esta pendiente de todo, estoy cansada y tú no cooperas. Traes a Jane a mi casa y permites que me hable en ese tono y que salga contigo, cuando deberías estar conmigo. Sé que trabajas y te ganas la vida para los tres, pero no voy a tolerar que vengas a gritarme en mi casa y traigas a esta niña solo para que yo me sienta mal. Si no quieres estar conmigo, puedes largarte y se acabo el problema. Hay millones de madres solteras en el mundo y si soy una de ellas, no me interesa.

— ¿Terminamos, Jess?

—Esa es tú decisión. Yo seguiré estando aquí y voy hacia adelante como siempre. Puedes irte con ella y ya.

Me retiro sin llorar. Es el iceberg que derrama el hielo de tantas discusiones juntas. Xavier y yo jamás peleamos. Jamás. Pero está discusión se queda así, yo no pienso decirle más nada ni perdonarlo con nada. Sé que le enfurece muchas cosas, mi actitud, mis hormonas y mi sensibilidad. Me harta pelear con él pero se lo merece. Me fastidia todo, desde sus estupideces hasta el punto de traer a una mojigata estúpida, y de paso me hace pasar el ridículo con todos. Como mis padres no se meten en discusiones no comentan nada al respecto. Mis hermanos como ya no están, todo esta muy tranquilo.

Hemos sido amigos durante muchísimos años, por una discusión tonta ya no somos tan amigos. Creo que todo puede cambiar y me aterran los cambios, pero tengo que superar todo sin que me afecte. Por una persona ajena que llega para arruinar mi vida, bueno en realidad dos personas ajenas, que no tienen nada que hacer y en serio deberían irse muy lejos y dejarme en paz. Considero afortunada en tener buenos amigos, siempre están allí apoyándome y comprendo que puedo ser bastante sensible, no tengo la culpa de sentirme así durante estos meses de embarazo. Mi ginecóloga dice que es normal, pero a mí me parece descabellado, todas las noches lloro. No quiero comer ni quiero nada, eso no es normal. Según ella sí lo es y mi mamá opina lo mismo.

En mi habitación me pongo a tocar canciones sin parar. Dejo caer la guitarra en mis brazos para desahogarme en todo. No necesito que nadie me diga que me equivoque. No es mi culpa que sea tan sincera y además odio el descaro. Quizás Xavier no comprende mi dolor, o quizás lo dijo por decirlo sin que fuese real. No quiero saber nada de nada.



Donny llama a la puerta por su forma de tocarla. Le abro y entra sentándose en mi cama justo al lado mío.

— ¿Puedo decirte algo? —pregunta. Asiento sin mirarlo—. Te admiro, Jess. Eres de las pocas chicas que dice lo que siente. Sé que me vas a decir que estoy equivocado y todo lo demás. Desde que te conozco eres dura contigo misma, siempre te echas la culpa de todo y sé que lo haces porque no tienes más opciones —comenta.

— ¿A qué viene esto? ¿Le vas a dar la razón?

—A ambos les doy la razón. Últimamente están muy sensibles los dos y no me extraña que sea por el embarazo. Solo pienso que no debiste decirle eso a la zorra esa. No debiste decirle nada, porque no vale la pena, lo sé y no me interrumpas, pero no puedes permitir que la rabia te invada, y también lo sé, Jess. No te calas nada con nadie y sé que detestas que te digan cosas negativas. Solo que no vale la pena discutir con gente bruta.

—Antes de que sigas. ¿Quién es ella, Donny?

—Una amiga de Nicole.

—Eso ya lo sé. ¿Pero de dónde se conocen?

—Trabaja en el hospital donde esta el que no debe ser nombrado, lo digo porque no quieres que lo nombre, pero se conocieron allí. El que no debe ser nombrado no esta pendiente con ella, no le gusta y le parece ordinaria. Solo se hicieron amigos y ya. Más de una vez le dijo que estaba comprometido contigo y ella no insistió más. Quizás cuando te vio, le dio algo de envidia. Hay que admitir que cada vez estás más linda, Jess y ojo te lo digo como amigo. No entiendo a las mujeres, se enrollan demasiado rápido.

—Como sea.

—Jess, lo sé. No debo dar consejos porque soy tan mujeriego que ni modo. El punto es que Xavier te quiere, te ama y no creo que te abandone tan fácil, Jess. Ha estado muy distraído y tiene miedo, al igual que tu en equivocarse y antes de que me interrumpas, no debes dejar que otras personas interfieran en tu vida. Jane es irritante, eso ya lo sabemos todos; también Nicole y muchísimas personas más. El hecho es que no quiero verte triste ni...—Alguien interrumpe y es Xavier que pasa a mi cuarto—. Siéntate, Watson. Hay un caso más que resolver y es entre ustedes dos y no me mires así porque yo mando —dice con voz fuerte y me sorprendo—. Ahora los dejos solos para que hablen, si algo ocurre estaré afuera escuchando con Summer.


—Gracias por la privacidad, amigo —agradece Xavier.

—De nada. Me gusta escucharlos, aunque sé que son más insultos que otra cosa.

Sale de mi habitación y nos quedamos los dos sin hablar. No quiero encender el televisor, ni recostarme ni hacer absolutamente nada. Pienso que no vale la pena, lo dicho esta dicho y no se puede hacer mas nada. Sé que soy bastante pesimista y odio tener que expresar mis sentimientos, porque soy mala haciéndolo. Han cambio él, si quiere hablar y arreglar las cosas entre los dos, para no caer en más peleas.

El silencio es más fuerte que el odio. Ambos estamos distanciados, el observa mi cuarto y empieza a caminar por él mientras yo ando recostada y pensando en letras de canciones tristes. No es que sea muy buena componiendo, solo que en los peores momentos es cuando llega la inspiración. Me levanto un poco y tomo mi guitarra, la afino un poco y dejo que las palabras me salgan solas sin yo esforzarme mucho.



Los espacios entre tú y yo,

Son luces que iluminan el camino.

Dime que es tarde para remediar el amor.

¿Y si luchamos juntos?

¿Y si luchamos como hermanos?


Lo sé, estas dolido y yo también.

Haremos correr el viento y que nos lleve a nuestro lugar.

¿Y si luchamos como amigos?

¿Y si luchamos contra el viento?


—Te amo, Jess.

—No lo repitas tanto.

—Pero si es la verdad. Lamento haberte dicho lo que te dije. Tenemos que controlar nuestras emociones y en serio estoy practicando.

Me empiezo a doler el vientre y no sé qué significa. Voy hasta el baño y se me quita. Cuando bajo la palanca del inodoro veo algo que me deja sorprendida. Es como un moco con sangre. Salgo corriendo hacia el cuarto de mi madre y me explico lo que vi. Empieza a gritar emocionada y llama a Summer.

—No pasas de este fin de semana, Jess —dice mi madre emocionada. 

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