14. Let it go
14
Let it go
Estoy en un hospital quien sabe desde cuándo. Xavier no está, tampoco Donny ni Peter, solo mi hermana. Ella me observa y viene hacia mí, seguro para preguntarme si estoy bien.
No quiero hablar con ella, sino con mi mamá u otra persona. Summer es demasiado estúpida y seguro me puede dañar mi reputación si algo está pasando en mi cuerpo. Creo que estoy pensando que puede ser lo que causa los mareos. Enfermedades terminales no son, tampoco creo que tenga algún riñón dañado. Quiero saber que me está pasando y por qué tengo unas inmensas ganas de vomitar y vomitar. Es repulsivo.
— ¿Quieres saber porque estás aquí o prefieres que mamá te lo diga? —pregunta Summer. Es la primera vez que me pregunta algo así, esta como preocupada por mí, pues no deja de sentir compasión y me mira extraño.
—Dime —aprovecho que está presente y si esta de buenas hay que sacarle provecho. La odio con toda mi alma, pero es mi hermana y la única que está en este preciso instante.
No sé qué diablos tengo y muero por saberlo. Odio estar desesperada y no sé qué me va a decir Summer, no confió mucho en ella; pero no creo que sea tan cruel en mentirme, quizás está cambiando y por algo será. Creo que al fin descubre que sus amigas son una falsa y que su novio es un imbécil y patán. Si Summer cambia, el mundo será otro. Ella sin ser prepotente ni insultante, no es ella, es otra persona, puede que tenga un exorcismo encima o que se yo. Ya veremos qué pasa.
Me siento un poco más cómoda en la posición en la que me encuentro (específicamente fetal), pues así tengo la dicha de llorar sin que nadie lo note, todo puede ocurrir y todo puede pasar. La miro directamente a los ojos y está a punto de llorar, y no sé por qué. Le digo que me explique lo que está ocurriendo. Primero se limpia las lágrimas y segundo se sienta en la cama a mi lado, toma la mano izquierda que es la que esta visible y respira hondo.
Si tanto le afecta que me muera, ¡vaya que si me quiere! En un sentido figurado, no creo que realmente sienta cariño hacia mí, es muy raro viniendo de ella. Generalmente no hablamos, no conversamos, solo discutimos y nos insultamos entre nosotras. Yo soy más con mis hermanos y mis amigos, no es que sea lesbiana ni quiera ser como las chicas normales, los hombres entienden un poco y son más comprensivos, amo ser varonil, ensuciarme, embarrarme y jugar todo tipo de deportes; eso no me quita lo femenina, simplemente soy distinta y genial.
Prefiero usar mil veces Converse que zapatillas ridículas que me molestan el pie y se me coloca rojo. Mil veces pantalones y camisas que no se me note ni el ombligo ni la barriga. Sin embargo, puedo verme sexy, pero no. Soy sexy como sea, así que no tengo que aparentar nada.
Nuevamente Summer aprieta mi mano y más fuerte, creo que las palabras no se le van a salir jamás, es demasiado idiota para decírmelo. Espero unos minutos y me pongo a hacer ruidos con mi boca, —como Anna la de Frozen cuando ve el reloj y hace Tic Tac—. Summer hace un suspiro de lamento y luego me mira a los ojos, creo que va a soltar la bomba. Al fin. Ya me tiene como desesperada y mal de la cabeza.
Imagino cantidades de cosas y no sé cuál es la que tengo. Hasta los momentos no he hecho nada ridículo, no he besado a más nadie y soy prácticamente sana y normal. No me duele el estómago, pero si tengo ganas de vomitar y es extraño, casi nunca vomito. También estoy mareada de pies a cabeza y siento que me voy a caer, no sé qué significa. No tengo fiebre, mi color de piel sigue estando igual, no tengo espinillas ni salpullido ni erupciones ni alergia, ¿entonces qué tengo?
— ¿Me vas a decir? —le pregunto motivándola. En serio quiero saberlo. He agotado mis recursos, mis adivinanzas, no sé qué demonios ocurre y es mejor saberlo antes para llorar y después sentirse mejor.
—De acuerdo —dice al fin y es señal que ya no está llorando. Llorar es contagioso—. Jess, estás embarazada y pues mi mamá y papá no lo tomaron tal mal, pero los padres de Xavier no tanto. Al parecer se van a mudar o algo así.
¿Embarazada? Es imposible que esté embarazada. ¿Es una broma? ¿Un hijo? Maldición. ¡UN HIJO A LOS DIECISIETE AÑOS! ¡HIJO DE LA GRAN PUTA! No estoy preparada ni físicamente ni mentalmente para tener un hijo. Me tapo la cara y empiezo a llorar como loca desesperada.
¿Por qué tengo que quedar embarazada en secundaria? ¿Por qué estamos embarazados cuando uso el maldito preservativo de mierda? ¡AHHHHHHHHHH! ¡VOY A MORIR, VOY A MORIR! ¡ESTOY NO PUEDE ESTAR EMBARAZADA! ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHH! ¡QUIERO GRITAR, LLORAR, ¡MATAR Y ASESINAR!
—Es imposible...—no logro terminar la oración. Estoy muy mal, siento que mi cuerpo también está débil al igual que mi alma.
Es un descontrol total. ¿Mi papá está decepcionado de mí? Todo padre cree que uno tendrá hijos a los treinta años, ya tengamos casa y carro. Pero lastimosamente estoy jodida hasta las metras. Mi hermana me muestra el examen de sangre y el maldito "+" me está jodiendo, siento que quiere que lo vea todo el mundo. Es el "+" más grande que he visto en mi vida. Así como cuando me dirán, ¿quedaste embarazada? O antes que me lo pregunten les restriego la bendita prueba en la cara.
Mi mamá seguro está igual de mal que mi papá, aunque Summer diga que ellos están bien y no les afecto tanto, claro.
Cuidar un hijo es jodido, no sé cómo hacerlo y soy demasiado joven para cuidarlo. No sé qué voy a hacer con mi vida, esto es un caos completamente. Siento que me desvanezco y mi cuerpo es gelatina.
Las cosas a veces no la pensamos, simplemente actuamos creyendo que somos adultos, en mi caso pues me dejo llevar por la emoción de tener sexo y el resultado un lindo bebé en mi barriga, producto de una amistad. Xavier y yo nos conocemos desde pre-escolar. Sus padres y los míos, son amigos de toda la maldita vida y ahora nosotros los hijos, la estamos cagando feo. Solo que hay un pequeñísimo detalle: ellos me han detestado toda la vida.
Mi cabeza me empieza a doler y tomo un sorbo de agua. Summer parece estar un poco más tranquila y supongo que habla con sus amigos por texto, diciéndole que su hermanita está embarazada de su mejor amigo. No es vergüenza, es estupidez.
¿Quién piensa que Xavier y yo llegaríamos a esta locura? Nadie. No me imagino cómo debe estar Donny, destrozado y debe odiarme. Peter no creo que me odie, es demasiado relajado en la vida.
—Voy a salir un momento. Dejare que hables con tu amigo —Ay no. Ya viene Xavier. ¿Qué me va a decir?
Dios. Esto es un sueño, quiero despertar y jurar que nada está ocurriendo y que todo es falso.
Xavier entra y ésta sonriente, me observa y ve que yo no tanto. Feliz no estoy, contenta menos, no tengo alegría ni tristeza, tengo mucha molestia.
—Jess —su voz suena normal—. ¿Cómo te sientes?
—Mal —le respondo aguantando las lágrimas.
—Sí, yo he estado pensando mucho sobre esta situación tan loca.
— ¿Te vas a ir, cierto? —mi voz está bajando de tono con cada silaba.
—No me voy a ir, Jess. Tengo que ser responsable contigo y no puedo dejarte sola en esto.
—Esa frase es más cliché que "viviremos felices para siempre"
—Es mi frase, Jess. Soy responsable y en serio no puedo dejarte, estoy muriendo con todo lo que te está pasando. Si te pasa algo a ti y a nuestro bebe, me suicido.
—Es muy cliché lo que dices. —Xavier me mira con ternura y odio que me mire así. Es demasiado cliché todo esto. Siento que estoy metida en una película empalagosa.
—Jess, puedo quedarme viéndote día y noche con verte respirar y que hables en voz alta un idioma que solo tu entiendes. Eres hermosa cuando dices cosas raras, Jess —se ríe a carcajadas—. Siempre buscando chicas, y a ti te tenia a mi lado. Es bien raro esto, y a la vez me gusta. No quiero perderte, Jess. No quiero que te apartes de mi lado, sino me muero.
Entra mi padre, mi madre y sus papás. ¡Qué tensión tan grande siento!
—Vamos a la casa, Xavier. Tenemos que prepararnos para irnos.
— ¡No me iré, madre! Me quedo con ella —habla fuerte mi amigo.
—Vendrás con nosotros te guste o no —su padre tiene esa voz tan gruesa que hasta yo le hago caso para no sufrir las consecuencias.
El padre de Xavier es idéntico a su hijo, salvo que es un señor mayor y canoso. Su madre es más de contextura delgada.
— ¡NO! —grita Xavier y no me deja de sostener la mano—. Es mi decisión.
—Nosotros somos tus padres. Ya fue suficiente con esta jovencita.
Mis papás no dicen absolutamente nada, mejor así.
—Esa jovencita es el amor de mi vida y voy a estar con ella hasta que la muerte me separe. Y ya estoy consciente de todas las consecuencias, y decido quedarme con ella.
—Tú no sabes nada de amor, hijo. Vámonos ya.
Xavier se va, dejándome la mano extendida. Ahora mi vida es un CAOS COMPLETO.
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