Capítulo 4

Capítulo 4

-¡Laaaaaaaaura, ha despertarse!.- Laura gruñó en voz baja mirando su reloj. Su madre no dejaba de aporrear la puerta. Recordó todo al instante. Para cerciorarse de que había sido todo real abrió su cajón de la mesilla. Ahí estaba el chicle de sandía.- ¡Laura, sal ahora!.- esta vez si la contestó.

-¡Espera que me cambie!.- le gritó. Sacó de nuevo su uniforme, polera, falda, medias cortas y las bailarinas negras. Su rostro estaba adornado por unas ojeras violetas casi negras.- Mierda.- cogió de su mesilla su maquillaje. Se aplicó el antiojeras y sonrió, los ojos los tenía un poco irritados pero eso era menos. Se hizo una coleta y los mechones que sobraban los detuvo con horquillas.

Entró en el salón y sonrió a su madre.- ¿Y papá?.

-Tuvo una emergencia, un joven tuvo por la madrugada un accidente.- inmediatamente se le vino a la cabeza el nombre de Theo, pero eso era imposible.

-Ah.- se comió su desayuno aporreando su pie derecho y mirando los Padrinos Mágicos.

-Aún te queda media hora, lo siento Laura yo no te podré llevar ya que me tengo que marchar ahora mismo.- su madre estaba metida en un traje de ejecutiva recatado y su cabello rubio peinado en una coleta.- Rodriguez me tiene loca con tantos cambios de en la imprenta.- le dio un corto beso y se fue resonando su tacones. Estaba sola. Limpió su taza y su plato y se sentó en el sofá pero al instante sonó el teléfono fijo.

-¿Alo?.- un risa se escuchó en la línea

-Soy tu rubia.- Laura se acostó en el sofá resoplando.- Lo siento por lo de ayer solo fue una pequiñita broma.- se mantuvo en silencio.- ¿Laura sigues ahí?.

-¡Paula te pasaste mil pueblos!.- explotó.- ¡Tu y Marta me debéis una y una muy grande!.

-Vale, vale lo capto, pero ¿qué tal?

-¿Me preguntas cómo me ha ido el día?, es recién de mañana.

-No boba, digo de ayer, ¿qué tal fue el viaje con el ojos verdes?.

-Son grises.- se dio con la palma de la mano en la cebeza. ¿Por qué tuvo que decirlo?.

-Oh ya veo cuánto te gusta, ¿qué pasó en la moto, eh Laura?.- al instante se puso roja.

-No me gusta, solo soy observadora y no paso nada ahora te tengo que dejar que tengo que coger una moto, ¡digo un autobús!.- Paula se río a carcajada limpia.

-Ya me contarás lo que pasó con ese sex simbol de ojos verde...digo grises.- lo había hecho a propósito. Colgó el teléfono. Agarró su mochila y sin más dejo el departamento.

Después de dejar la urbanización caminó por las calles empinadas de Barcelona. Nada estaba abierto aparte de una panadería. Al lado de esta estaba una maquina expendedora de tabaco. Hace cinco meses que dejó de fumar. Su primer cigarro fue al principio de los dieciséis años y después de ese fueron más pero cuándo se dio cuenta de que era una vía de escape a los estudios era muy poco saludable lo dejó aún que fue muy doloroso. El tabaco era una droga para ella.

Ahora Laura lo veía como una cosa común aún que tenía debajo de su colchón una cajetilla de tabaco y su antiguo mechero con la banda de Maldita Nerea. Siguió su camino y esperó en el poste del Autobús hasta que llegó. Se sentó en el primer asiento miró todos los coches y la sombras de las personas. Sacó de su mochila el libro de Canciones Para Paula de Blue Jeans. Recordó cómo su amiga Paula se reía de las escenas sexuales que salían y qué parecía que las estaba haciendo ella misma.

Estaba por el séptimo capítulo cuándo el autobús paró en su parada, guardó el libro y bajó. Caminó cinco minutos como ayer pero esta vez vio la entrada llena de adolescentes. En una esquina se encontraban hablando Marta, Paula y Pablo. Hubo una chispa de preocupación al ver que Theo no estaba pero al instante se apago al ver cómo le hablaba a Rebecca muy lejos de todos. Los dos reían pero ella siguió caminado hacia sus amigos.- Hola.- sonrió.

-¡Lo sentimos Laura!.- le gritaron a la vez sus amigas, Pablo río por lo bajo.

-Ya, ya seguro.- sonrió de lado.- ¿Qué os toca ahora?.

-A mi Matemáticas Avanzadas.- Marta se desilusionó al instante de decirlo.

-Literatura Inglesa.- dijeron Pablo y Paula. Marta no se dio cuenta pero Laura miró las manos entrelazadas de Pablo y Paula.

-Yo Física y Química.- susurró Laura. Solo de pensarlo ya le dolía la cabeza. Sonó la campana y todos se dispersaron. Esta vez entró por la puerta de Ciencias y entró en la clase se Física y Química. La clase estaba casi vacía así que tuvo la oportunidad de ponerse en otro sitio. Cómo si fuera atraída por un imán se sentó al lado de Tomás, este todavía no estaba así que aprovechó para sacar su cuaderno y preparar todo. Si tenía suerte el compañero de Tomás la dejaría estar con él.

El rubio hizo su entrada con los botones del polo desabotonados y el pelo un poco alborotado. Era guapísimo, Laura sin quererlo suspiró cómo una fan.-¿Hola?.- dijo él juguetón mirando a la rubia que estaba en el asiento de su amigo.- Siento no ser muy educado, ¿pero que haces aquí?.- Laura sin poder evitarlo juntó su manos y lo miró.

-Por favor dejame sentarme aquí, no quiero estar con Thero.- cerró sus ojos grises y repitió “por favor”.

-¿Tan mal te cae mi primo?.- Laura abrió sus ojos sorprendida.- Tranquila que tenemos el mismo sentimiento, te ayudaré pero me debes una rubia.- le guiñó el ojo cómo si fueran amigos de la infancia.

-Mil gracias.- la sala se llenó de alumnos. Tomás habló con su compañero y este aceptó a regañadientes sentarse con Theo. Parecía que nadie le aguantaba. El profesor entró con un gordo libro y una carpeta de hojas salidas por los lados. A su lado Theo. Laura sin quererlo se tapó con su cuaderno. Pero era fácil encontrarla solo habían dos rubias en la clase y una de ella era de bote.

-Laura.- escuchó la voz molesta del ojos grises. Ella como si nada lo miró.-¿Qué haces con éste?.- dijo con un tono poco agradable.

-Tu dijiste que me fuera del sitio, ¿no querías eso?.- dijo con obviedad Laura.

-Ya.- asintió Theo.- Pero cambié de parecer así que regresa.- Laura negó.

-No quiero.

-Profesor García.- dijo en alto Theo mirando a Laura.

-Digame señor Theo.

-¿No dijo usted que el primer día teníamos que elegir un lugar y que de el no nos saldríamos hasta el último día de clase?.- Laura ya sabía por dónde estaba hiendo.

-Claro.

-¿Pues entonces por que la señorita Laura se ha cambiado de asiento si le tocaba conmigo?.- por primera vez el profesor se fijo en la rubia.

-Señor Theo ya sabemos por qué la señorita se ha marchado de su lado es usted un pesado.- todos en la clase se rieron incluyendo también a Laura y Tomás.- Pero es verdad, señorita Laura las normas son las normas lo ponganse con Theo. Laura paró de reír y cerró la boca enfadada.

-Suerte con él Laura.- le ánimo Tomás.

-Gracias.- salió de su asiento y se puso al lado de Theo que sonreía triunfal proclamándose rey.

“Rey de los vagabundos” se dijo asi misma.

Cuándo el señor García empezó a escribir una ecuación Laura miró a Theo.- ¿No sé suponía que tenía que irme de aquí ya que querías ligar con la rubia?.- Theo alzó los brazos desinteresadamente.

-Como ya te dije antes cambie de opinión, soy una persona, ¿no puedo cambiar de opinión?.- Laura rodó los ojos irritada.

-Eres un maldito bipolar de mierda.

-Uah que mal hablada es usted princesa.- susurró Theo.

-Se nota que no me conoces.- y es mejor así dijo para si misma. Empezó a escribir  todo lo que estaba escribiendo y el profesor y se hundió en el mundo de la Física sin atender a los tonterías que le decía su compañero de Física. Se oyó la campana, Laura seguía anotándola los apuntes cuándo se dio cuenta de que solí quedan el profesor y ella. El señor García la miraba sonriente ella se sonrojó.

-Lo siento.

-¿Por qué?, se nota que más que sea una se interesa por mi clase.- aún que era doloroso para el profesor era verdad.

-Me gusta cómo explica.

-Gracias, ahora la dejo que tengo que irme a mi siguiente clase y creo que usted también.- captó la indirecta y guardó sus cosas. Agarró su boli pero a la derecha de el estaba un chicle de Sandía.

-¿Pero qué demonios?.- lo cogió. ¿Se lo había dejado Theo?. No. Seguramente se lo habrá olvidado. ¿Pero un chicle?. Salió del aula mirando a todos lados. No estaba. Guardó el chicle en su bolsillo de la falda y siguió su camino a Literatura. Se encontró a Carlo leyendo.

-Hola.- le sonrió de modo de saludo.- Pensaba que no ibas a llegar.- Laura alzó una ceja, no era su estilo hacer pellas.

-Nah quería vertes esos ojistos.- le agarró la mejilla y el se sonrojó. Parecían hermanos.

-Ya y yo a ti esa melena rubia.- se sentó al lado del ruloso sin dejar de ver el libro que estaba leyendo su ahora amigo de Literatura.

Todavía no llegaba el profesor pero apareció alguien que nadie esperaba.- Laura, ¿podemos hablar?.- Paula que estaba en ese momento hablando con Pablo se puso rígida al ver a Rebecca.

-Rebecca ya va a venir el profesor deberías irte.- le contestó. Carlo la miró pero al instante bajo la mirada a su libro.- ¿No puedes esperar a la hora de comedor?.- le susurró aún que las personas de la clase ya las miraban.

-Por favor es urgente.- notó los ojos de su amiga rojos e hinchados.

-Vale.- miró a Carlo.- Por favor dile al profesor que tuve una urgencia femenina.- Carlo asintió.

-Cuenta conmigo.- Laura arrastrada por Rebecca le dio una sonrisa agradecida. Pasaron el pasillo en silencio sin ser descubiertas y entraron en el baño de mujeres que Laura desconocía.

-Mira.- Rebecca sacó de su bolsillo un pendiente largo y rosa con brillante.- Lo encontré en el asiento del coche de David.- se desmoronó llorando cómo una niña pequeña. Laura que era más pequeña - ya que Rebecca media 1’73 - la estrechó en sus brazos.- Laura, este tipo de pendientes  son los que lleva Paula.

-¿Qué estas intentando insinuar, que David a visto a Paula?.- la chica de cabello negro negó con la cabeza.

-No, qué Paula ha ido a por David, ¡todavía lo quiere!.- Laura se decepcionó al instante, ¿tan enamorada estaba ella de ese engendro?.

-Como puedes decir eso Rebecca, eso fue hace dos años y Paula lo superó.- Rebecca negó por segunda vez.

-Ya no me creo nada de ella.

-¿Y si el pendiente es de otra persona?.- Rebecca se agachó hasta el suelo llorando, Laura se sentó a su lado.

-Él no me haría eso, él me ama.- esa no era la respuesta que quería Laura pero la dejo continuar.- Todos piensan que es malo para mi pero yo lo amo y se que él también a mi.- Rebecca se sentía tocada, hundida sin ningún sentimiento en concreto.

-Cariño.- le susurró Laura.- Solo quiero que sepas que es imposible que sea Paula.

-¿Por qué?, ella puedo haber ido ayer por la noche a su departamento y…- no pudo acabar ya que su garganta se secó y un mundo comenzó a salir.

-Imposible, ayer por la noche estuvo conmigo.- su amiga le dio una cara de incredulidad.- Ayer salimos Marta, Paula, Sebastian y Pablo.- omitió a Theo.

-Gracias por invitarme.- se notaba resentida.

-Mira te diré la verdad, ayer nos heriste a todas, ¿enserio meterte con los padres de Marta?, eso no es jugar limpió.- Rebecca lo sabía, toda la noche se arrepintió de decirlo.- ¿Creías que te íbamos a invitar si a cada rato le insinuas a Paula que a David rompió con ella?, Rebecca tienes que entender que para ella fue doloroso y no tienes que recordárselo a cada minuto de su vida cómo ya te dije ella lo superó ahora superalo tú.- su amiga la abrazó.

-Enserio Laura necesitaba esto siento que me estoy alejando de vosotras.

-Qué no boba, solo son tus ataques de rebeldía.- intentó hacer cómico el momento pero no había nada decómico en la conversación.

-Perdoname Laura por lo que te dije ayer.

-Yo te he perdonado ahora tienes que ir a por Marta y Paula.

-Eres un ángel Lau.-  se levantaron y antes de salir Rebecca limpió cualquier rasto de su lloradera. Se despidieron propetiendi su amiga que le regalaría un café a la hora del recreo.

Laura llego diez minutos antes de que tocara la campana a la clase de Literatura y pidiendo disculpas se sentó en su pupitre.

-¿Algo que contar?.- le preguntó Carlo.

-Cosas de chicas, creeme no lo entenderías.- Carlo alzo una ceja.

-Vivo con tres hermanas preadolescentes creeme cuando te digo que si entiendo.- Laura le sonrió.

-Algún día te lo contaré.


Llegó la hora del recreo. Como le había prometido Rebecca ahora estaba hablando en privado con Marta y Paula así que ahora se encontraba sola en una mesa.

Pablo la saludó y se sentó al frente suyo cogiendo una silla desocupada en su mano derecha tenía un Sunny* y una ensaimada*.- ¿Laura siento ser entrometido pero sabes por qué Paula se puso tan molesta cuando apareció esa chica de cabello oscuro?.- Pablo no tenía el jersey que venía a juego con el polo así que dejo al descubierto su brazo lleno de tatuajes, solo el derecho. Su mente recordó el tatuaje de la A con un corazón rodeándolo en el brazo de Theo. No era nada comparado a los de Pablo que eran oscuros.- ¿Laura?.- parpadeó y lo miró.

-Son roces del pasado, nada de que preocuparse.- o eso intentaba pensar ella.

-Es que se comportó tan arisca en la clase que solo me asaltaba esa duda.- se le notaba preocupado.

-No eres cómo esperaba.- Pablo se lo tomó por sorpresa pero al instante lmse recompuso.

-Creías que era un idiota preocupado por su cuerpo y un rebelde solo por llevar tatuajes, ¿verdad?.- ahora se sentía mal por haberle juzgado mal ayer.- Tranquila Laura, he llevado esa carga desde que me los hice piensa cosas de mi cómo que ido a la cárcel o que he matado alguien o yo que sé.

-Te debo una disculpa grande.- Pablo bebió de su Sunny.- Pero si te soy sincera Paula te ve distinto ella no te ve los tatuajes ella te ve a ti.- Pablo sonrió. En ese momento Rebecca se sentó al lado de Laura entregándole un café, el café de la reconciliación,Paula y Marta se veían contentas, lo habían solucionado.

-¿Paula podemos hablar afuera?.- Pablo habló. Todos se sorprendieron por la pregunta..

-C-Claro.- dijo una aturdida Paula. Salieron de la cafetería.

-¿No crees que van muy rápido?.- preguntó Marta a sus amigas.

-Se gustan, ese se nota seguramente dentro de una semana se harán novios.- respondió Rebecca cómo si la conversación de hace unas horas acusando a Paula nunca hubiera existido.

-Espero que sí, se nota que él es bueno para ella.- Laura tomó un poco de su café. Miró todas las mesas y se encontró a Theo con la rubia de grandes senos.- Pero hay otros que no.- susurró mirándolo cómo le hacía piropos a la rubia.

Sunny* - es una marca de  zumo de naranja muy reconocida en España

Ensaimada*- es un bollo con forma circular espolvoreado con azúcar glass.

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