Capítulo 1

Capítulo 1

España, Barcelona 2011

“Paula te ha mandado un zumbido”

“Marta te ha mandado un zumbido”

“Rebecca te ha mandado un zumbido”

-Diablos.- susurró Laura, anoche se había olvidado de apagar su ordenador y ahora su MSN pagaba las consecuencias.

Era un día caluroso de Septiembre, hoy era el primer día de bachillerato. ¿Cómo había pasado todo tan rápido?. Hace poco menos de dos meses le habían entregado su diploma como graduada y ahora ante todos era una adulta, aún si tener la mayoría de edad.

Revisó su correo, Marta, Rebecca y Paula habían sido las primera en felicitarle por sus diecisiete años llenándole el correo de emoticonos de corazones y zumbidos.

Rebecca hace dos minutos le mandó un mensaje que por lo menos tenía más de dos palabras.

“Conectate a Skype” bueno tenía tres palabras, iba mejorando.

Rápidamente tecleó su correo y su contraseña y lo primero que vio fue la oscura cabellera de Rebecca y su singular piercing en la nariz.

-¡Cariño!.- chilló mandando besos virtuales.- ¿Qué tal la cumpleañera?.

-Dormida.- Laura frotó sus ojos y miró las dos nuevas ventanas que se abrían en su Skype.

Marta y Paula también se unieron a la vídeo llamada.

-¡Corazón!.- gritó Rebecca se le notaba más morena. Era gracias a haber pasado más de un mes en el caribe.

Marta le guiñó el ojo a Laura.- ¿Preparada para el primer día?.

-Para nada, no me he puesto ni el uniforme.- bufó mirando su reloj de mesa. Siete y media marcaban.

-¿Lista para hacer pellas?.- le preguntó juguetona Rebecca, ella era la más rebelde del grupo y la más independiente.

-¿Ah?.- pronunció.

-Ni hablar.- le contestaron Marta y Paula.

-Eso.- sentenció Laura.

-Sois un par de aburridas debería irme al grupo de los guays del Aguilera.- El Instituto Aguilera era uno de los más problemáticos por sus robos dentro de ella, el grupo del que hablaba Rebecca era uno de los peores, cada  miembro había sido arrestado alguna vez.

-No sabía que ser alcohólico, ladrón y drogadicto era a tu parecer guay.- y ahí estaba otra vez el tema. Rebecca y Paula tenían unas grandes peleas por el grupo de Aguilera.

Rebecca los defendía con uñas y dientes, por la razón de que su novio pertenecía a ese grupo tan temido. David,  un chico que a los de Rebecca era su príncipe azul pero para los demás no inspiraba ninguna confianza.

Aparte de que en su etapa de rebeldía Paula había salido con él y en pocos meses cortaron. Nadie sabía la razón. Hace más de dos años que Rebeca , Marta y ella misma la encontraron en un parque cerca del Aguileña llorando. Nadie preguntó aunque muchas hipótesis tenían.

-Vamos Pau todas sabemos que estas resentida porque el buenorro de David, mi novio.- se señaló Rebeca a sí misma.- Te dejo.- segundos después la pantalla de Paula se volvió negra

Paula ha salido de la videollamada.

-Rebecca te has pasado mil pueblos.- le regañó Marta.- Se suponía que hoy era el cumpleaños de Laura no el tuyo para que aclames atención.

Rebecca ha salido de la videollamada

-¿Laura sigues ahí?.- preguntó la única que quedaba en la videollamada.

-¡Afecte a esmorzar!.- gritaron desde la cocina.

-¡Vaig mare!.- contestó. Miró a Marta.- Lo siento, te tengo que dejar.- Marta dio su mejor sonrisa y le dijo que no se preocupara. Cerró su ordenador y lo dejó en su cama.

Salió de su santasantorum y pasó por el pasillo hasta llegar a la cocina. Dio un beso a su madre y se sentó en la mesa al igual que su padre que ya llevaba su uniforme de medico y sostenía un periódico entre sus grandes manos.

-Buenos días cariño, feliz cumpleaños.- le sonrió su padre quien se levantó a abrazarla. Le entregó un sobre.

-¿Qué esto papá?.- su padre siguió su lectura del periódico pero con una radiante sonrisa.

Laura no esperó a su madre si no que la abrió. Sus ojos se iluminaron cuál luz de navidad.

-¡Oh dios santo!.- chilló levantándose de su silla.- ¡Entradas para Simple Plan, te adoro!.- sin pensarlo se abalanzó a los brazos de su padre. Los dos se rieron.- ¡Eres el mejor!.- le llenó de besos la cara y fue corriendo a guardarlas en su mesilla de noche.

Se sentó de nuevo en la silla y miró a su madre que traía su desayuno favorito, macedonia con tostadas y mermelada de melocotón.- Feliz cumpleaños hermosura.- le dio un beso en la mejilla.- Mi regalo te lo daré el sábado.- lo entendió a la perfección. Cada año salían por su cumpleaños de compras por los centros comerciales de la ciudad.

-Mi cartera arderá el domingo.- se lamentó en broma su padre mientras su madre le sacaba la lengua.

-¿il·lusió per el primer dia de les classes?.- Laura sin quererlo rodó los ojos.

-Mamá en español.- Abigail, su madre, siempre intentaba enseñarle catalán pero ella siempre lo dejaba atrás por eso casi nunca entendía lo que decía su madre.

-Digo que si estas ilusionada por tu primer día de clases mi bachillerata?.- su padre casi se atraganta con la tostada por la risa que le estaba saliendo.

-Mamá dudo que esa palabra exista.

-¡Siempre los dos en mi contra!.- rieron todos.- Date prisa Laura qué te quedan cuarenta minutos y sabes que siempre vas en coche así que apurate.- asintió y empezó a zampar una tostada con mermelada. Se acabó su manzanilla y salió casi volando a su cuarto.

Ayer dejó su uniforme planchado así que ahora solo tuvo que ponérselo. Una polera azul claro con el escudo del colegio a la derecha y una falda corta negra con rayas azul a juego con unas bailarinas negras y unas medias negras.

Era un colegio nuevo ya que se tuvo que ir del suyo por que no daban bachillerato. El nuevo se llamaba International School of Barcelona (ISB). Sus padres se encargaron personalmente que fuera privado y con las asignaturas que su hija había elegido.

Se miró al espejo, nunca había necesitado

uniforme pero era bonito. Se ató su cabello rubio ceniza en una coleta y los mechones rebeldes los frenó con unas horquillas. El colgante que regaló su abuela con un lazo rojo se lo guardó dentro de la polera.

Hacía calor así que descartó la idea de ponerse chaqueta y cogió su mochila negra con el logo del colegio. Un obsequio para ella.

Su padre le esperaba en la entrada después de darle un beso a su madre salió, bajaron hasta el parking del edificio. Laura llevaba en su mano su mp3 y cuándo ya estaban en el coche Toyota de su padre se los puso y se acordó de la conversación que tuvieron Rebecca y ella.

-Me han contado que en el International School of Barcelona.- el nombre lo dijo con un tono pijo y burlesco.- Hay chicos ardientes, que llevan ahí desde los cuatro años, yo les pediría que me hicieran un tour por todo el colegio y los violaría a todos.- Rebecca y sus ideas alocadas. Río incómoda

-Quien sabe puede que allá ogros o mejor dicho idiotas pijos, quien sabe.- alzó los hombros desinteresada dando un sorbo a su manzanilla.

-Lo mismo digo, pero no me importaría tener una aventurita con alguno.

Sonrió internamente, tan loca cómo siempre. Elegio modo aleatorio y empezó a mirar su horario.

-Laura, ya estamos.- levantó su mirada s la ventana un gran e imponente de grandes ventanas de cristal y jóvenes desinteresado llenaban el lugar.

-Dios santo.- empezó a rascarse la muñeca derecha era como un TIC cuando esta nerviosa.

-No tengas miedo cariño y vamos baja ya que seguramente las chicas te estén esperando.- eso le dio fuerzas y salió del coche.

Era una suerte que todos los padres eligieran el mismo colegio para las chicas aún que Rebeca y Marta iban a Ciencias y Laura y Paula a Letras aunque siempre tendrían el recreo y algunas clases compartidas.

Vio a lo lejos la cabellera oscura de Rebecca y alrededor dos chicas, una castaña de ojos verdes, Marta y Paula rubia de ojos miel. Ella al contrario que todas tenía los ojos grises algo raro.

-¡La cumpleañera llegó!.- gritó Paula abrazándola.

Se dio cuenta que Rebecca llevaba la falda más corta que las demás y la polera más ajustada.- ¡Qué pasó princesa!.- la abrazó está.

La última fue Marta quién le dio un gran abrazo de oso.

-Hermana he visto hombre ardientes entrar a la zona de Ciencias, este es mi año.- se dirigió Marta a ella.

-¿Enserio?.- contestó Laura. Solo pensaba en si en su clase habría alguno.- Joder que suerte.

-Aún que se que alguien me los quitará.- señaló con los ojos a Rebecca que levantó las manos en señal de resignación

-Yo nunca he quitado el novio a nadie.- Laura alzó una ceja.- Bueno puede que si, ¡pero en sexto así que no me maten!.- todas rieron menos Paula que se mantenía callada.

Después de cinco minutos Rebecca y Marta se fueron a su clase de Física Y Química.

Laura y Paula al contrario que ellas buscaban la aula de Literatura. La encontraron pero Laura la paró antes de entrar a la clase.

-Quiere este bien Paula y no vengas diciendo que estas bien por qué se que lo de David te duele.- los ojos de Paula cristalizaron.

-Es pasado Lau, ya no siento nada pero me da rabia que le pase lo mismo que a mi a Rebecca.- río amargamente.- Lo dudo mucho pero la quiero.- instantáneamente Laura la abrazó.- Te quiero, que seríamos sin ti Lau.

-Pues tu una empollona que se queda en casa todos los días, Rebecca sería un prostituta sin sueldo, Marta una friki de Marvel y yo sería una copia tuya.- Paula se río y entraron a clase.

Estaba casi llena solo quedaban tres puestos, una chica pelirroja con una montaña de libros pasó por su lado y se sentó en la primera fila. Ahora solo quedabann dos puesto una en la primera fila y otro en la mitad de la clase. Un chico de grandes gafas cuadradas dejaban un sitio a la derecha solo, tenía una pinta de friky, pero era guapo. El de la mitad era un chico de ojos claro y cabello negro ese si que daba mal aspecto. Con un pierceng en el labio inferior y un tatuaje que se le asomba por la muñeca.

Laura eligió el primer puesto e iba a pedirle disculpas a Marta pero ella no hacía más que mirar al de cabello negro sonrojada.

“Oh no, un nuevo amor en la vida de Marta Vasco” pensó Laura sonriente

Para sorpresa de las dos, el chico de aspecto de bad boy le sonrió amistosamente y en cuanto Marta se sentó a su lado empezaron a hablar mientras que a su amiga se le bajaban los colores después de un rato.

A su lado el de cabello rizado no dejaba de leer un libro, lo reconoció casi al instante.

-Oh, Hush Hush.- el chico la miró, los ojos del chico eran más que hermosos, eran verdes y a la vez tenían puntitas de azul.

-¿Te gusta?.- casi susurró.

-Que sí me gusta, ¡malditasea soy fan de Cipriano.- al chico se le iluminaron los ojos.

-Yo voy recién por la primera parte.

-Ya veo, si quieres cuándo lo termines te preso los demás, tengo toda la saga.

-¿Enserio?.- se le veía emocionado y contento.- Joder.- maldijo en voz alta.- Perdón, me llamó Carlo.

-Yo.- el profesor le interrumpió y les mandó a callar.

Carlo se puso colorado. Laura sacó de su libreta una hoja y con su rotulador negro escribió:

Me llamo Laura, encantada de conocerte☺

Carlo sonrió con el papel y sin dejarle mirar lo que ponía se lo entrego después.

Bonito nombre Laura ☺

Y así empezaron un chat entre los dos descartando los zumbidos de MSN. Tocó la campana y los dos se levantaron casi a la vez.

-¿Cuál es tu clase ahora Laura?.- sacó su horario de la mochila.

-Llámame Lau, filosofía.

-Yo literatura inglesa.- se le veía un poco decepcionado.

-Bueno nos vemos en el recreo.- salió del aula con una sonrisa pegada de oreja a oreja al igual que Paula.-¿Un buen día, eh Pau?.- le dio un codazo a su amiga.

-Lo mismo te digo Pau.

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