-Quince-

Él estaba allí, estaban frente a frente, pero de alguna forma, Yoongi parecía ser el espectador, no comprendía el por qué, él podía verse, allí estaba él, y estaba hablando con aquel chico que se le había acercado en la fiesta, pero, ¿por qué discuten?

—Yoongi, no tengo tiempo para esto —dijo aquel chico, su semblante lucio cansado, no paraba de ver el reloj en su muñeca, como si estuviera a punto de tener la reunión más importante de su vida, y no quería llegar tarde.

—S-solamente dímelo, ¿por qué tiene que ser tan difícil para ti confesar que me engañas, Jimin?

El silencio entre ambos no fue largo, pero Yoongi, quien hacía de espectador también, miraba a Jimin, quería saber su respuesta, pero ¿le gustará escucharla? Además, ¿era necesario que estuviese viendo todo eso? ¿Por qué tenía que estar presente en ese preciso momento? ¿Quién era Jimin en realidad? ¿Por qué están como pareja?

—Cualquiera te haría lo mismo, Yoongi.

Y entonces, despertó, la alarma de su celular no dejaba de sonar insistente, miro a la mesita de noche, encontrándose con su malvado reloj despertador, elevo su brazo para poder darle alcance y entonces apagar el infernal sonido, usualmente siempre gana la batalla contra su despertador, pero esta vez no lo hizo, tal vez aquel sueño le había hecho perder su tiempo, no entendía la razón por la cual tuvo que estar presenciando todo aquello.

Se quedó recostado unos minutos más, no tenía muchas ganas de ir y tomar una clase temprano, de algún modo, sentía que podía perderse todo el tiempo en sus pensamientos sobre aquel sueño, así que no podría mantenerse totalmente concentrado, necesitaba estar un rato más en su cama, el frío de la mañana estaba cada vez más potente, seguramente las heladas seguirán de aquí en adelante.

"Cualquiera te haría lo mismo, Yoongi".

Aquella frase se repetía constantemente, como un recordatorio, era sumamente extraño, frunció el ceño, ¿por qué? ¿Qué significaba aquello?

—¡Yoongi! —tocaron la puerta de su habitación—. Tienes visita.

—Dile que me espere, Jaebeom —menciono en voz alta para que pudieran escucharlo.

—Sí, comandante en jefe —Yoongi soltó una suave risa al escuchar a su amigo y compañero de gastos en el departamento, aunque más que nada, había que gastar en comida, después de todo, vivir en una de las tantas residencias de estudiantes no caía tan mal cuando la universidad ayudaba a becados.

Se incorporó de forma perezosa, casi podía sentir que sus articulaciones chirriaban ante sus movimientos, no era un anciano, pero a veces sentía que todo su cuerpo le dolía, su piel sintió el frescor de la mañana haciendo que de inmediato no dudase en colocarse pantuflas y un suéter para así poder evitar que le diese un resfriado.

No tenía razón para tener que recibir alguna visita, pero ahora mismo estaban esperándolo, y a él no le gusta que lo dejen en espera, así que lo mejor era salir y ver de quien se trataba.

En cuanto abrió la puerta, el olor a tocino llego a sus fosas nasales, Jaebeom es un adicto a ese alimento, le ha dicho que eso es muy problemático, pero él piensa que mientras coma lo que más le encanta, y haga ejercicio, no hay problema alguno, y Yoongi debía admitir que le debía de dar la razón, aunque no le gustase la idea del todo.

Siguió su camino saliendo por el corto pasillo y entonces se encontró con Taehyung, quien estaba hablando con Jaebeom cerca de la pequeña cocina que tenían.

—Yoongi —el mencionado les dedico una sonrisa a ambos—, tu amigo es muy gracioso, no sabía que te gustará tener personas tan graciosas a tu lado ¿eh?

—Sí, le encanta, pero no lo dice —comento Taehyung para después mirar a Yoongi—. ¿No irás a tu primera clase?

—Planeaba ir por un café y unos pasteles de arroz afuera —menciono Yoongi—, no tengo muchas ganas de escuchar las explicaciones del profesor.

Taehyung dio un asentimiento, él sabe la razón, después de todo fue él quien causo que Yoongi no quisiera saber nada de sus clases ahora mismo, había tenido el plan de irle mostrando sus vidas pasadas al lado de Jimin, pero la última que habían tenido y que ahora mismo se repetía, había sido la que más impacto a Taehyung, no planeaba mostrársela, no del todo, en las otras vidas, Yoongi siempre había tenido el mismo final, y Jimin seguía con su vida como si nada, mientras que en está, todo fue distinto, él en verdad sufría por la ausencia de Yoongi, algo que le incito a querer ver lo que pasaba si es que ambos volvían a conocerse, claro que esté Yoongi, ya no es el mismo ingenuo.

—Si quieres podemos ir juntos —ofreció Taehyung—, sé en donde puedes encontrar los mejores pasteles de arroz.

—¿En verdad? —Yoongi sonrió—. No lo creo, la señora Kang prepara unos realmente deliciosos.

—Verás que estos serán los mejores, querrás besarme después de esto.

Yoongi soltó una suave risa ante el comentario hecho por Taehyung.

—Se ve que tienes una gran confianza en que esos pasteles son deliciosos.

—¿Podrían dejar de coquetear frente a mí? —comento Jaebeom mientras servía su comida en un plato—. No quiero ver si terminan besándose.

—Yo no te digo nada cuando estás con tu novia, Jae —dijo Yoongi.

—Oh, cállate.

Taehyung estaba feliz, al menos ambos chicos se veían que se llevaban realmente bien, fue un buen cambio, la compañía era necesaria, antes ni siquiera Yoongi tenía a alguien para hablar de lo que pasaba.

—Taehyung ¿Qué esperamos? ¡Vamos por la comida! Me estoy muriendo de hambre.

—Vamos, Yoongi.

Estaba feliz de por lo menos intentar que en esa vida sea realmente feliz.

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