-Cinco-

¿Qué era más doloroso? Jimin no sabía si era más doloroso estar con la familia de Yoongi, o tener ahora aquellas cosas que con poca insistencia le habían pedido que se llevase.

Había sido un viaje largo, jamás creyó que llegaría a sentir que Daegu quedaba del otro lado del mundo, pero ahora se había sentido de aquella forma, como si aquel lugar quedase tan lejos que ni siquiera cualquier persona sería capaz de llegar allí, definitivamente no le gustaba como se sentía aquello.

Observo la caja que la señora Min le había entregado, no estaba completamente llena, pero si habían ciertas cosas significativas para Yoongi, dejo la caja justo frente a él, sobre la mesa de centro de la estancia, y la miraba, como si fuese la obra de arte más abstracta e inentendible que el mundo conociese hasta ahora, sin siquiera prestar atención a su alrededor, como si lacaja ocultase algún secreto.

Llevo sus manos hacía su rostro, cubriendo su nariz y su boca por completo, parpadeo un par de veces y soltó un suspiro el cual sus manos impedían que saliese por completo, dejo que sus manos por fin se guiasen a los objetos que estaban dentro de la caja.

"A Yoongi le hubiera gustado que conservarás esto."

Las palabras de la señora Min volvieron a su cabeza como un recordatorio, ciertamente Yoongi siempre le había dicho que le gustaban ciertas cosas que quería que conservase, como aquella taza con un reno pintado a mano, un primer regalo de navidad, o como aquella corbata azul celeste con la que usualmente Yoongi salía cuando quería vestirse mucho más formal.

Pero esas cosas aún seguían guardadas en el departamento, así que lo que había dentro de aquella caja era un misterio, hasta para el mismo Jimin, y ahora revelaría el misterio, no se había aventurado en todo el camino de regreso a casa para mirar las cosas de Yoongi, no quería hacerlo, no era un buen momento, además pensarían que su tristeza era demasiada y que necesita ayuda psicológica, aunque tal vez si la necesite.

Cuando su mano por fin agarro con fuerza el primer objeto, lo saco, era un bolígrafo, el bolígrafo de una vacaciones, tenían escrito el nombre de una playa, Yoongi no era una persona que le gustase llenarse de recuerdos de los lugares que visitaba, aunque si le gustaba guardar fotografías del lugar que visitaba para después colocar el día y la fecha detrás de la imagen.

Dejo el bolígrafo a un lado de la caja y volvió a ingresar su mano, está vez había algo más, una pelota hecha de ligas de colores, típico de Yoongi, decía que por cada error cometido en la universidad, iría agregando una liga, la pelota no era muy grande, cabía perfecto en la mano, tenía el tamaño de una pelota de tennis, dejo aquel objeto y volvió a sacar otro.

Ahora eran varias fotografías, estaban juntas casi pegadas unas a otras, era de los lugares que visitaba, quito la liga que hacía que las fotografías no se separasen y comenzó a ver una por una, algunos museos, otras de inclusive centros comerciales, otras en casa, vacaciones, más parques, y se detuvo, allí vio una imagen de ambos, Jimin recordaba aquel lugar, fue su primer cita, había sido un completo desastre con un final maravilloso, sonrió con tristeza, Yoongi se veía deslumbrante, esa sonrisa tan radiante, ¿cuándo había sido que él había logrado que se apagase?

- Ni siquiera me dí cuenta -dejo la fotografías y paso a ver lo demás que se encontraba allí, un ejemplar de "El Principito" una edición vieja, algunas pulseras de tela, le encantaba usarlas.

Algunos discos de diferentes artistas, Jimin y Yoongi eran diferentes en cuanto a sus gustos musicales, mientras que Jimin escuchaba Oasis, Yoongi prefería escuchar a Maroon 5, y así se la pasaban, aunque para Jimin era soportable pues el amor que le tiene a Yoongi hace todo soportable.

Soltó un suspiro, para después sacar otro objeto de los que estaban allí dentro, y entonces se quedo allí mirando aquel objeto, Yoongi en verdad era un gran fanático de kumamon, ese oso que a él le daba más miedo que nada, pero para Yoongi era lo más fabuloso de ese mundo, cuando habían cumplido su primer año como pareja, Jimin se había decidido a regalarle algo a Yoongi de aquel oso.

Era un estuche en forma de kumamon, sonriente, que por dentro tenía un collar con las iniciales de Yoongi y un kumamon, allí estaba, todavía recuerda la hermosa sonrisa que había sacado en su novio al darle aquel obsequio.

"¡Es hermoso, Jiminie! ¡Me encanta!"

Las palabras que Yoongi le dijo parecían ser un eco en su cabeza, y aquel recuerdo una escena de una película, ¿por qué había dejado de provocar en ese encanto de chico esas sonrisas? ¿Por qué se había convertido en un idiota? ¿Qué le hizo Yoongi para tratarlo tan mal? Sus ojos comenzaron a picar, con sus dedos temblorosos saco aquel collar, sintiendo el peso de culpa y tristeza inundar por completo su pecho, haciendo que inclusive el respirar fuese más difícil aún, soltó un sollozo que no logro reprimir, y las primeras lagrimas comenzaron a caer por sus ojos.

Dolía, no poder verlo más dolía, no pedirle disculpas por todo lo que había pasado era aún más doloroso, apretó el collar contra su pecho en frustración por no poder hacer nada para tener de regreso a Yoongi,  apretó los dientes sintiendo las tibias lagrimas ir saliendo por sus ojos los cuales cerraba con fuerza, odia llorar, pero no puede evitarlo.

Odia haber actuado como un estúpido, odia haber pensado siquiera en abandonar a Yoongi, odia como se comporto hacía su pareja, se odia por insultarle, se odia por no darle un beso, se odia por ser como es, pues por su culpa él ya no estaba en esté mundo, en su mundo.

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