Capítulo 5 Otra

Después de las primeras tres clases en la universidad, Yessabell esperaba con ansias la clase del profesor Parker, ver un rostro amigable y conocido, podía ayudarla a calmar su ansiedad.
A pesar de que la mañana había transcurrido con calma, no podía dejar de pensar en él, dudando si tomó la decisión correcta o si se había equivocado, como fuese, no podía regresar el tiempo, pero tampoco podía pasarse la vida lamentándolo y prefirió dar un paso a la vez.

-Me alegra verte por aquí Yessabell –Aseguró el señor Parker, en cuanto ella se acercó a su escritorio al final de la clase –Sinceramente… te hacía en cama descansando, tengo entendido que tenías un poco más de tiempo para vacacionar –Continuó mientras guardaba sus notas y bolígrafos en su portafolio.

-Ya, creo que estar encerrada no era la mejor opción –Yessabell le sonrío y ambos salieron del aula –Tal vez piense que algo anda mal conmigo, si prefiero el aula a pasar el rato en casa –Aceptó riendo.

-No lo creo, tu padre era igual que tú.

-¿En serio? –Preguntó sorprendida.

-Claro Yessabell, heredaste muchas de sus cualidades y talentos, a él le encantaban los estudios y adquirir más conocimiento a diario –Ambos se detuvieron en la primera planta –Debo irme a la siguiente clase.

-Claro profesor y gracias por ese dato sobre mi padre –Ella le estrechó la mano.

-No dejes de escribir Yessabell, sé que tienes mucho por contar y por cierto… –Le soltó la mano y se acercó a ella –Lamento mucho lo que sucedió, espero que encuentres la paz que necesitas –Le dio un abrazo rápido y se fue, dejando a una Yessabell desconcertada.

Caminó hasta el gimnasio, consciente de que tenía que retomar su entrenamiento si quería continuar en el equipo para los olímpicos.

-¡Es que es tan guapo! –Exclamó una de las chicas en los vestidores.

-¡Ya sé! –Exclamó otra de las chicas –Yo no me he perdido ningún número desde que empezó a salir en las revistas.

-Lo mejor de todo es que ¡Lo tenemos cerca! –Grito con euforia otra de las chicas, causando más curiosidad en Yessabell, quien se había mantenido al margen del grupito de chicas, mientras sacaba su cambio de ropa del casillero.

-¿Qué están viendo chicas? –Preguntó acercándose a ellas.

-Tienes qué presentárnoslo Yessabell –Exigió una de las chicas.

-¿De qué hablan? –Preguntó intrigada.

-De quién va a ser –Una de las chicas se puso de pie, llevando una revista en las manos –De Stephen Lakes –Anunció mostrándole a Yessabell la Revista –Sabemos muy bien que lo conoces.

Yessabell tomó la revistas con asombro, una larga entrevista de cuatro páginas, cubría parte de la vida de Stephen, acompañada de varias fotos de él, en el campo de
entrenamiento y algunos de sus importantes partidos.

Por un instante, se perdió en esos hermosos ojos grises, que le suplicaban volver a la vida y no perderse de lo que ambos aún sentían.

-¿Verdad que es un encanto? –Preguntó una de las chicas a un lado de Yessabell, suspirando profundamente.

-No sabía… no sabía que se estaba volviendo famoso… –Admitió Yessabell repasando las fotografías.

-¡Es más que eso! –Una de las chicas le arrebato la revista a Yessabell –Desde que se supo que fue seleccionado para jugar en un tazón, todas las miradas se fueron a él.

-Él y su inseparable amigo –Una de las chicas se recargo en su casillero –Bruno Red, que también es un encanto.

-¡Ya sé!

Mientras las chicas se volvían locas repasando una y otra vez la entrevista a Stephen, Yessabell se perdió en sus pensamientos, estaba totalmente confundida, extrañaba mucho la presencia de Ezra, sin embargo, algo en su interior la hacía querer estar nuevamente con Stephen, aunque no sabía si se trataba de apego o la existencia de ese amor de la adolescencia.

Después de su entrenamiento, intentó regresar a su aspecto habitual, aunque aún no recuperaba el peso que había perdido, junto con sus hermosas curvas, había optado por usar un vestido suelto para disimular su delgadez, así caminó hasta el otro lado del campus, hasta encontrar el edificio de gastronomía, donde se reuniría con Fanny, en una pequeña cafetería que se encontraba afuera del edificio, frente a un hermoso prado, donde comúnmente los estudiantes se reunían a leer, repasar sus notas, platicar y disfrutar del clima.

El sol calentaba levemente, los árboles y el fresco prado tenían un verde muy brillante, no había muchos estudiantes alrededor, pero los pocos que se encontraban, hacían que el ambiente fuese agradable y acogedor.

-Que bonito es este lado del campus –Admitió Yessabell para sí misma, en cuanto llegó al lugar. Se sentó en una de las mesas para dos, que se encontraba en el exterior de la cafetería, tomando el menú entre sus manos.

-Buenas tardes señorita ¿Qué va a ordenar? –Preguntó uno de los meseros de la cafetería, enfundado en un impecable uniforme blanco, a juego con un delantal negro.

-En un momento, estoy esperando a alguien –Contestó Yessabell tímidamente.

-Está bien –El chico le sonrío y se retiró.

Tan solo un par de minutos después llegó Fanny, hacía tiempo que Yessabell no la veía y para su sorpresa, lucia radiante y llena de vida.

-¡Yessabell! –Saludó sorprendida –Te ves… diferente.

-Lo sé –Admitió ella con pesadez –He perdido algo de peso… ya sabes… por todo lo sucedido, pero no te preocupes –Añadió rápidamente, al notar la expresión de Fanny –Una doctora me visitó hace tiempo…

-Lo sé –Interrumpió sonriendo –Stephen nos lo contó.

-Bueno, ella me ayudó y me dio una dieta especial, junto con algunas vitaminas, aunque no lo creas, estoy mejor que antes.

-Sabes que estamos aquí para ti Yessabell –Se acercó a ella y ambas se fundieron en un fuerte abrazo –No sabes cuánto te he extrañado –Susurró sobre el hombro de Yessabell.

-Fanny perdoname… –Pidió dejando escapar algunas lágrimas –Yo sé que sólo quieren ayudarme y les he pagado de la peor manera, de verdad lo siento mucho…

-No Yessabell –Se apartó un poco y viéndola a los ojos le dijo –Estás pasando por un momento que nosotros no hemos vivido y sinceramente no sabemos cómo ayudarte, pero entendemos tu actitud, está es tu forma de reaccionar y no podemos hacer nada, más que brindarte nuestro apoyo de corazón.

-No los merezco –Yessabell le sonrío, sintiendo el alivio con las palabras de Fanny –Siempre vas a ser mi mejor amiga Fanny.

-Y tú la mía Yessabell.

Se dieron otro abrazo rápido, más tranquilas y relajadas tomaron asiento.
Después de pedir un postre para las dos y un café para Fanny junto con un té de limón para Yessabell, ambas se pusieron al día sobre sus estudios.

Fanny y Robert estaban destacando en su carrera de gastronomía, codeándose con los mejores chefs del momento, aunado a eso, como pareja las cosas no podrían estar mejor, pues Robert ya había pedido la mano de Fanny a sus padres y esperarían a terminar la carrera para casarse, mientras tanto tenían dos largos años para planear su boda.

Yessabell compartió con Fanny, que ahora vivía sola en un pequeño departamento y el gran éxito de su novela que estaba por convertirse en un best seller, además de que
estaba escribiendo otra novela y su participación en los próximos juegos olímpicos.

-Me alegra saber que estás yendo por buen camino Yessabell…imagino que después de lo de Ezra… las cosas deben ser difíciles.

-Lo es Fanny –Admitió con tristeza –Desde que… desde que falleció Ezra, he tenido estas pesadillas… no sé, es extraño… a veces lo veo en mis sueños, pero no son sueños agradables ¿Sabes? Son pesadillas, porque todo va bien y… de pronto se aparece Derek y lo arruina todo.

-Nosotros pensamos que… ese chico sería encerrado o algo parecido, lo hemos visto por todo el campus –Confesó Fanny atrayendo la atención de su amiga –Anda por todos lados, vagando.

-Yo también pensé que no lo volvería a ver, pero uno de los profesores me dijo que su padre movió sus influencias para que lo dejarán terminar la carrera.

-Mantente alejada de él, por favor.

-No te preocupes, si te soy sincera, gracias a que él sigue por aquí, tomé valor para recuperarme.

-¿Qué? –Preguntó sorprendida.

-Me refiero a que… sí él puede seguir con su vida como si nada... yo también puedo seguir con la mía, porque… -Dudó un momento antes de continuar –Ezra dio la vida por mí y no voy a desperdiciar la oportunidad que me regaló –Confesó con tristeza.

-Definitivamente eres otra Yessabell –Le sonrió con cariño –Y afortunadamente es para bien, aunque no dejas de ser la Yessabell que conocí, por dentro te has vuelto más fuerte y madura, no sé qué haría yo, si Robert me faltará.

-Disfrutalo Fanny, tal vez mi relación con Ezra no fue duradera, pero si fue mi apoyo cuando más le necesite y nunca olvidaré el gran amor que tuvo por mí.

-¿Y el amor que sentiste por él? –Preguntó con curiosidad.

-Yo...

-¡Aquí estás! –Exclamó Robert corriendo a los brazos de Fanny –Te he estado buscando por todo el edificio.

-Perdona amor, debí decirte que me vería con Yessabell.

-Hola Yessabell –Saludó Robert con un tierno abrazo.

-Hola Robert y felicidades por el compromiso –Dijo ella antes de soltarlo.

-Vaya, las noticias buenas vuelan –Aseguró Robert abrazando a Fanny por los hombros –Gracias Yessabell, por supuesto que queremos verte ahí.

-Estaré en primera fila –Declaró sonriente.

-¿Quieren venir conmigo? –Preguntó Robert cambiando de tema –Los chicos quieren ir a una de las fiestas de las fraternidades, van a dar la bienvenida a los nuevos estudiantes y tengo entendido que Andrew es uno de los anfitriones.

-Yo no puedo chicos –Contestó Yessabell colgándose él bolso sobre su hombro –Estoy trabajando en un nuevo proyecto y además tengo algunas llamadas que hacer, citas que agendar y todo eso.

-Imagino que la vida de una celebridad es un caos –Dijo Fanny sonriente.

-Solo hay que mirar a Stephen y Bruno –Agregó Robert, a lo que Fanny le pidió con la mirada que guardará silencio.

-No sé preocupen –Intervino Yessabell al notar sus miradas
–Seguro que Stephen les contó lo que sucedió, pero no por eso tienen que privarse de hablar de él frente a mí, es su amigo y seguramente con la fama que está adquiriendo, no será la última vez que escuche hablar de él.

-¡Chicos! –Bruno llegó acompañado de Andrew, Stephen y una hermosa rubia que no parecía universitaria -¿Van a venir a la fiesta? –Preguntó en cuanto llegó a ellos, pero la sorpresa fue cuando vio a su amiga -¡Yessabell! –La envolvió en un abrazo tomándola por sorpresa –Me imagino que también vas a venir, tus amigos ya confirmaron.

-Yo…

-Pero si es nuestra hermosa Yessabell –Andrew la abrazó
dándole vueltas en el aire y dejándola sobre sus pies algo mareada –¿Dónde has estado mujer?

-Andrew no la molestes –Pidió Fanny intentando evitar un mal momento.

-Chicos… –Comenzó a decir Yessabell, pero fue interrumpida por Bruno.

-Yessabell, ella es Isabel –Presentó acercando a Yessabell frente a la rubia, quien le regaló una enorme sonrisa, mientras Stephen veía la escena con curiosidad –Isabel, ella es nuestra queridaYessabell.

-Mucho gusto Yessabell –La chica le estrecho la mano, dándole un beso en la mejilla –Me han hablado tanto de ti, que parece que ya te conozco de años.

-¿A sí? –Preguntó desconcertada.

-Es inevitable –Intervino Andrew tomando a Yessabell de los hombros –Has salido en cientos de revistas, en la televisión y eres la sensación del campus.

-Isabel es compañera de clase de Stephen –Añadió Bruno –Y mía también, ella se dio cuenta de que te conocíamos y como le gusta mucho la moda…

-Se interesó en ti –Interrumpió Stephen, tomando la palabra por primera vez –Nos preguntó por quién te vestía y todo eso –Se tomó de la mano de Isabel, haciendo que Yessabell los viera con asombro –Y naturalmente le hemos contado que te conocimos en el bachillerato y algunas de las anécdotas que vivimos contigo –La vio con seriedad y ella dio unos pasos atrás.

-Eres tan linda Yessabell, sé que parezco mayor –Admitió ante la mirada de desconcierto de Yessabell –Perdí dos años mientras me decidía qué estudiar y ahora…

-El destino nos unió –Stephen la acercó tomándola por la cintura, un movimiento que todos notaron y que hizo a Yessabell sentirse incomoda –Isabel va a terminar la carrera con nosotros ¿No crees qué es genial?

-Cualquier cosa puede pasar –Añadió Isabel viendo a Stephen a los ojos.

-Oigan… –Robert intentó calmar la situación, pues Yessabell no tenía buen aspecto -¿Yessabell, estás bien?

-Te ves algo pálida mujer –Andrew dio un paso cerca de ella, pero Yessabell se alejó.

-Fue un gusto conocerte Isabel –Aseguró sonriéndole –Chicos
tengo que irme.

Sin esperar una palabra, caminó a toda prisa escuchando su nombre a lo lejos.

-No puedo creerlo... –Susurró para sí –Apenas unos días y ya se encontró a otra –Susurró con molestia caminando más a prisa –Es un… Stephen Lakes, eres un…
No terminó su frase cuando chocó contra alguien, cayendo al suelo.
-Podrías fijarte por dónde caminas –Sugirió con molestia tomando la mano que le ofrecía ayuda para levantarse.

-Deberías escuchar tu propio consejo –Sugirió él y Yessabell lo vio con enojo, expresión que cambió en cuanto se dio cuenta de quién era.

-¡Estás aquí! –Exclamó y lo abrazó con fuerza, esperando que no se tratará de un sueño.

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