CAPÍTULO 36 RENACER
Mi corazón palpita acelerado y por primera vez me alegro de que no sea por la arritmia.
Después del trago amargo que viví hace un año, puedo vivir en paz ahora que se que se acelera por la emoción o en este caso por los nervios.
Mi amado Stephen volvió a pedirme matrimonio hace cuatro meses y por supuesto que acepte, es todo lo que he querido desde que lo dejé cuando era una adolescente.
Nos apresuramos a arreglarlo todo, las chicas me ayudaron a hacer los preparativos y los mejores diseñadores volvieron loco a Leo, al pedirle que me acercara las propuestas de vestidos de novia que habían creado exclusivamente para mi.
Por supuesto que acepte el vestido de Piero, fue el primero en darme su voto de confianza para las pasarelas y con quien entable una buena amistad, además de que se mantuvo al pendiente de mi recuperación.
No podía decirle que no, después de ver semejante obra de arte, un vestido precioso; blanco como la nieve, cuyo escote corazón me sienta de maravilla, las delicadas mangas cortas con transparencia a los costados le dan un toque de frescura, pero lo que me robó el corazón fue la parte de la falda, es tan esponjada como los vestidos de las princesas de cuentos y más aún porque el forro superior tiene hermosos detalles de flores en tres colores pastel.
Un sueño hecho realidad para cualquier mujer en su día especial y es que así me siento hoy, muy especial.
Reviso mi reflejo una vez más, Leo ha hecho un gran trabajo con el maquillaje, se ve tan natural, le pedí que no lo cargará tanto y entendio perfectamente mi propuesta, además arregló muy bien mi cabello, un hermoso recogido con algunos mechones sueltos a los costados, es más de lo que podría desear.
-Es momento de salir preciosa –Leo me tiende la mano y me levanto de la silla –Espero que el novio no se nos desmaye en el altar.
Bromea y los nervios sólo me permiten sonreírle.
Hemos invitado a todos nuestros amigos, ambas familias están aquí y por supuesto que no podíamos dejar pasar el momento de estrenar el jardín de nuestra nueva casa ¡Si! Stephen y yo compramos una casa juntos, a unas cuantas ciudades cerca de la casa de mis padres y algunos de los chicos también se animaron a comprar cerca, Ana, Philip, Fanny y Robert, ahora son nuestros vecinos a unos cuantos kilómetros.
En fin, esta es la casa de mis sueños, tres hermosos pisos que pienso arreglar a mi antojo, claro, sin dejar de lado la opinión de Stephen.
Así que adecuamos el amplio jardín de varias hectáreas para llevar a cabo la ceremonia, tanto por el civil como religiosa.
Colocamos un largo camino de pétalos de rosas rojas hasta el altar y a los lados varias hileras de sillas blancas para todos los invitados.
-Hasta aquí llego yo –Leo me suelta dejándome al pie del camino, donde encontramos a Joey, quien me entregará en el altar –Nos vemos en un rato hermosa.
-Ok –Accedo despidiendolo con la mano y me tomo del brazo de Joey.
-Respira profundo Yessabell –Joey voltea a verme y asiento –Gracias por permitirme vivir este momento Yessabell, sabes que te quiero como a mi propia hija, sé que tu padre estará muy feliz desde allá arriba.
-Eso espero –Le sonrió ligeramente y volteo sobre mi hombro derecho.
A unos cuantos metros de aquí, esta la entrada al gran salón de fiestas de la casa, donde nos espera un gran banquete.
-Ya no hagamos esperar al novio –Me regresa al presente y respiro profundamente.
Caminamos unos dos metros y damos vuelta a la derecha, desde aquí puedo ver a todos los invitados, todos me están sonriendo al mismo tiempo que hago mi camino por el pasillo.
Pero quien más me importa en este momento es mi Stephen, la razón por la cual no pienso desperdiciar ni un solo segundo, la razón por la cuál hay un ser más con vida hoy.
Llegamos hasta el altar y Joey me suelta, dejando que Stephen tome mi mano y mirándonos a los ojos, tan enamorados, escuchamos las palabras del padre.
-Es momento de escuchar los votos de los novios.
Nos acomodamos para quedar frente a frente y me sorprende que Stephen no tenga algún escrito sobre lo que va a decirme.
-Dicen que es difícil encontrar el amor verdadero, afortunadamente yo no tuve que buscarlo, llego hasta a mi en una mágica librería –Sonrio ante sus palabras y quienes conocen nuestra historia, ríen con nosotros –Pero sí me tocó luchar para conservar ese amor, para reconquistar a mi amada y lo haría mil veces más de ser necesario, porque la vida nos ha dado una segunda oportunidad, literalmente mi Yessabell regresó a mi... –Me está viendo a los ojos y no puedo evitar derramar algunas lágrimas –Amo la persona que me has llevado a ser, eres más de lo que podía pedir, eres incomparable Yessabell, eres lo mejor que me ha pasado Yessabell y de ahora en adelante prometo amarte y protegerte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta los últimos días de mi vida.
Ahora es mi turno y espero que este nudo en la garganta me permita hablar.
-Mi querido Stephen, siempre has estado en los momentos difíciles y sé que contigo puedo vencer cualquier obstáculo, eres quien me invita a vivir, quien me ayuda a levantarme de las caídas, eres mi renacer y estoy muy agradecida con el amor que me das cada día y prometo hacer lo posible para demostrarte que mi amor por ti, es igual de grande –Sé que estoy llorando más de la cuenta, pero ¿No dicen que uno llora en las bodas? –Eres el hombre que quiero en mi camino, el amor de mi vida y no me arrepiento de haberte conocido. Prometo cuidarte, honrrarte y atesorarte, acompañarte en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta los últimos días de mi vida.
-Sí no hay ningún impedimento –Habla el padre –Yo los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.
Stephen me toma entre sus brazos y me da el más tierno y amoroso de los besos.
Después de un largo momento de abrazos y felicitaciones, pasamos al gran salón, donde nos espera la juez de lo civil y firmamos los papeles.
El banquete ha sido cortesía de mis padres, mi mamá conoce bien mis gustos y me ayudo a elegirlo.
Después de comer nos toca abrir la pista y si, estamos bailando nuestra canción.
-So honey now, take me into your loving arms, kiss me under the light of the thousands tars, place your head on my beating heart, I'm thinking out loud, maybe we found love, right where we are.
Cada vez que Stephen me canta esta canción, se me pone la piel chinita y solo puedo confirmar mi amor por él.
No puedo evitar sonreírle, este es el momento por el que esperé desde que lo conocí.
-¡Stephen! –Le grito cuando cambian la canción a Boy Whit Luv' de BTS, nuestros amigos se unen al baile, es el momento perfecto para darle la noticia.
-¡Dime amor! –Grita de vuelta sin dejar de bailar.
-¡TE AMO! –No puede ser, todavía no le doy la noticia y ya estoy llorando otra vez.
-¡YO TE AMO MÁS! –Está igual de emocionado que yo, es el momento.
-¡Vas a ser papá! –Suelto la noticia de golpe, pero creo que no me ha escuchado bien.
-¡¿QUÉ?! –Ha dejado de bailar y su atención es solo para mí.
-Vas a ser papá –Repito emocionada y entonces me toma entre sus brazos, me besa apasionadamente y después me levanta del suelo para hacerme girar.
-¡VOY A SER PAPÁ! –Está gritando emocionado y los invitados a nuestro alrededor aplauden.
-¡Felicitaciones hermano! –Bruno es el primero en felicitarlo –De una vez te digo que yo seré el padrino.
-¡Claro que no! –Fanny y Robert se acercan a nosotros –Los padrinos seremos nosotros –Asegura sonriente.
-¿Y nosotros qué? –Ana y Philip se toman su turno para felicitarnos –Nosotros también queremos ser los padrinos.
-Tendremos que sortearlo –Bromea mi esposo,aunque a nadie le ha causado gracia, tendremos que hablarlo después, ya que todos nuestros amigos son importantes para nosotros.
Hace dos meses que me dieron la noticia, en un principio no podía creerlo, una parte de mi y una parte de Stephen, ahora estaba creciendo en mi interior, una noticia que no se toma a la ligera, así que solo quise esperar a estar segura y era algo inevitable, Stephen y yo hemos estado haciendo la tarea muy seguido.
En fin, ya todos en la fiesta se enteraron y así, con las felicitaciones de todos los invitados por la llegada de un nuevo integrante en la familia, nos vamos felices a nuestra luna de miel.
La señora Esme nos ayudará con la casa y se encargará de hospedar a los invitados que gusten quedarse a pasar la noche al terminar la fiesta,que será en un par de horas, pero Stephen y yo, ya no queremos perder el tiempo.
Joey nos ha prestado su jet para nuestro destino, nos vamos de luna de miel a Europa, se lo debemos a París, tenemos planeado visitar cada rincón del viejo continente.
Así que Malcom nos lleva hasta el aeropuerto y y después de despedirlo, subimos al jet, donde ya se encuentra nuestro equipaje.
-Por un feliz matrimonio –Stephen levanta su copa para brindar.
Yo levanto una copa con jugo de arándanos.
-Por un matrimonio que sea eterno –Le pido y chocamos las copas sonrientes.
-Así será –Me asegura al terminar su vino.
-Así será –Confirmo arrojandome a sus brazos.
-Te amo mi Yessabell.
-Te amo mi Stephen.
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