Capítulo 11 Secreto

-¡Hoy es el gran día! –Anunció entusiasmada frente al gran espejo del armario –Por favor Ezra, echarme una mano para que todo salga bien –Pidió viéndo la fotografía sobre la cómoda junto a su cama, por fin había pasado todas sus cosas a la habitación de huéspedes y ahora tenía la hermosa vista del lago, que parecía congelarse con la nieve.

Un hermoso vestido plateado de escote corazón que le llegaba arriba de las rodillas y con algo de vuelo en la parte de la falda, era el atuendo que había elegido para esa noche especial, lo combinó con unas delicadas zapatillas blancas y dejó su cabello suelto, dejando sus ondas al natural y con la ayuda de un maquillaje sofisticado y elegante, terminó por sentirse más hermosa que cualquier otro día.

El teléfono de la recepción sonó y de inmediato corrió a contestar.

-Señorita Lovato, hay un pequeño grupo de jóvenes que la busca, vienen de parte de la señorita Ana –Informó el cuidador del edificio al otro lado de la línea.

-Gracias señor Randall, por favor hágalos pasar.

-Claro señorita –Terminó la llamada y Yessabell terminó de ponerse colonia como toque final a su atuendo.

-Ok, el pavo ya salió, el vino está en la nevera y ya lo saco, las copas listas, cubiertos, servilletas… –Enumeró repasando el salón, donde colocó una amplia mesa de madera, a juego con dos docenas de sillas, todo en tonos marfil.

La cristalería y vajilla, estaban dispuestas en cada lugar de la mesa, adornados con una servilleta roja en forma de noche buena, en el centro se encontraban una gran variedad de platillos de la estación de punta apunta y el gran pavo que Yessabell cocinó con esmero.
Había colocado varios adornos navideños y un gran árbol blanco en la esquina del salón, cubierto con luces violetas y esferas en tonos rosados y dorados.
Justo en la punta del árbol, se encontraba una pequeña estrella dorada.
Encendió las luces en tonos morados y azules, que colocó a lo largo de los techos y puso play a su lista de canciones que sonaban de fondo, desde la cocina.

-¡Ábrenos Yessabell! –Pidieron los chicos tocando la puerta, mientras reían y hablaban sin parar.

Yessabell caminó hasta la puerta y la abrió de par en par.

-Pasen –Pidió sonriente y cada uno de los chicos entró, saludándole y dejando sus abrigos en los percheros junto a la puerta.

Bruno con Marisol, Ana con Philip, Fanny y Robert, Nicolás con Renata, Andrew, Leo y su novio Henry, Saúl acompañado de su recién novia Lorena; una hermosa pelirroja, Miranda y Damon, quienes confirmaron de último momento y por último Ean ySharon quienes prometieron asistir, aunque no se
quedarían por mucho, pues Sharon prometió visitar a sus padres y claro que Ean iba con ella.

Todos dejaron un pequeño presente para Yessabell, bajo el gran árbol navideño y pasaron a tomar un lugar en la mesa, aunque Yessabell se quedó en la puerta pensando que Stephen llegaría.

-Fue a casa de Isabel, ella y sus amigos…

-Está bien Fanny –Cerró la puerta y sonrió con falsedad –Vamos, la cena espera.

Yessabell presidió la mesa, con Fanny a su lado derecho, seguida de Robert y los demás y a su lado izquierdo estaba Andrew, después Leo y Henry, luego Saúl y Nicolás con sus respectivas parejas, cerraban el círculo.

Andrew fue a la cocina y sacó las botellas de vino, mientras todos comenzaban a degustar los platillo.

-¡Esta vez te luciste Yessabell! –Admitió Bruno probando con avidez todo lo que había en su plato.

-Yessabell siempre fue buena cocinera –Confesó Miranda cortando el pavo.

-Muchas gracias chicos –Agradeció ella mientras Andrew regresaba a su asiento y colocaba las botellas sobre la mesa –Disculpen mis modales, no les he presentado a mi vecino –Dijo señalando con la palma a Saúl –Él es mi vecino Saúl, vive en el departamento de abajo con su tía y la hermosa dama que lo acompaña, es su novia Lorena.

-Muchas gracias por eso Yessabell –Dijo Lorena sonrojada –Es un gusto conocerlos a todos.

-Mucho gusto chicos –Secundó Saúl –Yessabell ya nos había contado un poco sobre ustedes –Confesó sirviéndose un poco de vino.

-El gusto es nuestro –Aseguró Ana tomando el plato que le ofrecía Philip –Cualquier amigo de Yessabell es nuestro amigo y siempre son recibidos a compartir el tiempo con nosotros.

-¿Y a qué se dedican?–Preguntó Henry entrando en la conversación.

-Lorena es diseñadora de interiores y yo trabajo en una agencia inmobiliaria –Saúl tomó la palabra –En realidad llevamos una semana como novios formalmente, la conocí hace como dos meses, justo en la agencia.

-Vaya, eso suena increíble –Intervino Marisol dejando los cubiertos en su plato –Lorena es muy bonita y seguramente que hace un buen trabajo.

-De hecho eso fue lo que me llamó la atención –Aseguró Saúl –Ella estaba rediseñando la agencia cuando yo llegué y la vi tan concentrada en su trabajo, disfrutando cada cosa que hacía y eso me llamó la atención.

-Nada mejor que una mujer trabajadora en cualquier sentido, para conquistarnos de un golpe –Agregó Robert sonriéndole a Fanny.

-Me encanta tu cabello Lorena –Expresó Sharon admirándola –¿Cómo le haces para que tus rizos se vean tan definidos? Los míos son un desastre –Confesó riendo.

Todos en el salón estaban tan entrados en la plática y el ambiente se hacía cada vez más familiar, Yessabell se había perdido en sus pensamientos, sabiendo que si Stephen no había asistido a la reunión, la razón evidente era la que tanto se temía.

El timbre en la puerta sonó y Yessabell se levantó de inmediato a abrir, mientras respiraba profundamente, intentando disfrutar de la velada.

-Señorita Lovato –Saludó el vigilante del edificio –Dejaron esto en recepción para usted.

-Muchas gracias Randall –Yessabell tomó la gran caja –¿Gusta pasar a comer algo? –Preguntó sonriente.

-Gracias señorita, pero debo regresar a recepción.

-Bueno, en un rato le llevó algo entonces –Le sonrió y cerró la puerta.

-Dejame ayudarte –Ean tomó la caja y la llevó hasta el salón.

-No sé qué es –Dijo tomando la tarjeta que se encontraba pegada en la parte superior de la caja.

-Lee la tarjeta –Sugirió Andrew mientras ayudaba a Ean a colocar la caja en el lugar de Yessabell.

Abrió el pequeño sobre y sacó la tarjeta para leerla en voz alta.

Mi pequeña Yessabell, este año no hemos podido estar contigo, lo lamento mucho pero también agradezco el tiempo que me has
dejado compartir con mi esposo y tu padrastro.
Te hemos mandado este pequeño detalle, para endulzar tu noche.

Feliz Navidad y feliz cumpleaños mi niña, te ama tu madre.


Yessabell sonrió mientras se limpiaba las lágrimas de las mejillas y todos le aplaudieron sospechando lo que contenía la caja. Enseguida la abrió y se encontró con un gran pastel de café, en forma de galleta de jengibre.

-¡Aww! ¡Que tierno! –Exclamó Fanny al ver al hombrecito de jengibre plasmado en el pastel.

-A Johann no se le escapa ni una –Aseguró Leo acercándose a Yessabell para abrazarla –Feliz cumpleaños Yessabell.

Todos se tomaron su turno para felicitarla y después cantarle feliz cumpleaños.

Yessabell repartió el pastel y después de eso Ean, Sharon, Leo y Henry se despidieron, pues tenían otros asuntos que atender, mientras que Bruno, Marisol y Andrew se despidieron explicando que sus familias los esperaban y tenían que viajar de inmediato para llegar a tiempo.

Un ahora después Miranda, Damon, Nicolás y Renata también se despidieron, pues tenían planes diferentes para las vacaciones.

Saúl y Lorena estaban en la sala con Yessabell, hablando sobré la remodelación para el departamento, pues Yessabell había pedido su ayuda para mejorar el espacio y hacerlo más hogareño.

Ana, Philip, Fanny y Robert estaban en la cocina, terminando de lavar la vajilla y demás, platicando entre susurros.

-Sí él hubiese venido, otra cosa sería –Susurró Ana secando los platos.

-Lo sé, aunque no lo quiera admitir, se ve muy triste –Aseguró Fanny en voz baja, dejando la última copa en la repisa.

-Chicas tranquilas –Susurró Robert –Todos nos dimos cuenta de eso, pero recuerden que no podemos hacer nada, ya no podemos meternos entre ellos, quedamos en que…

-¡Shhh! –Philip pidió silencio, cuando escuchó los pasos de Yessabell acercarse –No hablemos de eso aquí…

-¿De qué no van a hablar? –Preguntó Yessabell en el marco de la puerta.

-De cosas tristes –Contestó Ana –Las clases y eso –Secó el último plato y se lo dio a Philip, quien lo dejó en el estante con los demás.

-Bueno, apenas comenzaron las vacaciones y ya están hablando de clases otra vez –Yessabell los vio a todos, intentando encontrar lo que ocultaban -¿Por qué susurraban?
Pareciera que guardan un secreto o algo así.

-¿Secreto?–Preguntó Fanny nerviosa –Para nada.

-No Yessabell, no te ocultamos nada –Aseguró Robert tomando la mano de Fanny –Es sólo que…

-Susurrábamos para no molestarlos –Interrumpió Philip al notar los nervios en sus amigos –Sabemos que podemos ser escandalosos.

-Como sea –Se dio por vencida al notar que no les sacaría la verdad –Vamos a la sala, que no los invite para que vinieran a lavar mi vajilla.

-¡Vamos!–Todos salieron a prisa y Yessabell se quedó intrigada por la actitud de sus amigos.

Una vez reunidos en la sala, Yessabell se dispuso a abrir sus regalos, mientras tomaban un chocolate caliente y pastelitos.

La velada continuó tranquila y sin contratiempos, Yessabell descubrió que Saúl podía ser más divertido de lo que esperaba y las chicas hicieron buena química con Lorena, al final terminó siendo una bonita noche y todos se despidieron alegremente, antes de partir, Saúl se quedó un momento, mientras Lorena acompañaba a los chicos a la puerta del edificio.

-¿Qué sucede? –Preguntó intrigada ante el nerviosismo de Saúl.

-Tranquila, no es nada grave, solo quiero pedirte ayuda.

-¿Pará qué? –Preguntó en voz baja.

-Bueno, el 10 de Enero es el cumpleaños de Lorena y quiero organizarle una pequeña reunión en el departamento, mi tía quiere conocerla y solo invitaré a unos cuantos amigos, claro que estas invitada…

-Gracias.

-En fin, el caso es que, no sé qué regalarle y quiero tu ayuda.

-Bueno, yo salgo en unas horas a París, tal vez mientras estoy por allá, puedo buscar algo, solo averigua más sobre sus gustos y puedes mandarme mensaje o llamarme, y ya buscaré algo, si no encuentro nada, en cuanto regrese seguimos buscando –Sugirió ella entusiasmada.

-Muchas gracias Yessabell, eres una buena amiga –Le dio un fuerte abrazo y se retiró aliviado –Haré una lista con lo que ya conozco de ella y después seguiré investigando, quiero que sea un día realmente inolvidable.

-Así será Saúl, espero tus mensajes o llamadas –Se despidieron y Yessabell tomó una pequeña charola y bajó a recepción.

-Buenos días señorita Lovato –Saludó Randall al verla llegar a recepción.

-Buenos días Randall y Feliz navidad –Saludó Yessabell de vuelta en cuanto confirmó la hora en el reloj, estaban por ser las 2 de la mañana –Esto es para ti –Le extendió la charola llena de comida, y un pequeño vaso con chocolate caliente.

-Muchas gracias señorita, no tenía por qué molestarse –Aceptó la charola con gratitud.

-No es ninguna molestia Randall –Se despidió y regresó a su departamento para descansar un poco, antes de salir a su gran viaje esperado.

Ya había hecho su maleta, con varios cambios de ropa y algunos pares de zapatos, no llevaba mucho pues sólo se quedaría unos ocho días y pretendía comprar algunas cosas estando allá.

Tardó un poco en conciliar el sueño, dando vueltas una y otra vez en la cama, intentando imaginar el secreto que guardaban sus amigos y si tal vez eso tenía que ver con Stephen y su nueva relación con Isabel.

********

Después del largo viaje en avión y haberse instalado en la habitación del hotel que la revista le consiguió, se tomó un pequeño descanso, pues la diferencia de horario era notable.
Aunque había contemplado llevar a Leo, de última hora no pudo hacerlo, ya que había hecho planes con Henry y Yessabell no pretendía arruinarle el rato, así que la revista le facilitó un estilista y un maquillista, que acordaron verla al día siguiente, en punto de las nueve, para dejarla lista a las diez y llevarla a la primera sesión de fotos.

-Creo que ya descanse demasiado –Susurró para sí misma levantándose de la cama –Y creo que debería aprovechar las últimas horas del día para dar una vuelta por el lugar, aunque sea aquí cerca.

Se puso un abrigo negro sobre un suéter de punto blanco, a juego con unos jeans negros y unas botas en color marrón sin tacón, pues quería estar cómoda.
Tomó una gorrita tejida en color negro, una bufanda marrón y sus guantes negros, que hacían juego con un pequeño bolso que cruzó sobre su hombro y su cintura.

-Buenas tardes –Saludó a la chica en recepción.

-Señorita Lovato ¿Necesita algo? –Preguntó la recepcionista, quién la reconoció en el momento en que piso el hotel y dejó ver su gran admiración por ella, lo que sorprendió a Yessabell, pues no sabía que su reconocimiento había traspasado las fronteras.

-Quiero salir a comprar algunas cosas, pero no sé a dónde puedo conseguir un transporte…

-Claro señorita, puedo pedirle a un chófer que la lleve a donde le pida, todo corre por cuenta de la revista y nos dieron la instrucción de brindarles lo que nos pidieran…

-¿Brindarnos? –Preguntó ella desconcertada.

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